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La secretaria (2)
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Tiempo de lectura: 7 minutos

Entrada #1 Bitácora de hipnosis.

Al día siguiente como siempre, mi jefa me recibió con mucho trabajo pero en esa ocasión fue amable, me pidió las cosas diciendo por favor y sin insultos lo cual significa que la reprogramación está comenzando a hacer efecto.

Es cuestión de tiempo para tenerla en la palma de mi mano

El día avanzaba con normalidad hasta que fue la hora del café, Valery sonrió mientras preparaba el café y se dirigía a la oficina de su jefa.

— Su café de la tardé— dijo Valery sonriendo mientras lo dejaba sobre el escritorio y retrocedía un poco.

— Oh ¿Ya es tan tarde?— dijo la mujer mientras veía su reloj de muñeca.

La mujer dejó un momento los archivos que analizaba y dio un sorbo al café que su secretaría había traído.

Valery se aclaró la garganta y se dirigió a su jefa.

— Dígame jefa, ¿No le gustaría algo para acompañar su café hoy?— dijo Valery mientras se acercaba al escritorio.

—¿Y qué sugieres Valery?— respondió la mujer mientras bebía de su café.

— Hay una nueva pastelería, se llama "gatita caprichosa"— respondió la mujer mientras sonreía.

Cuando dijo eso Miriam quedó estática y mirando hacia la nada con ojos vidriosos, Valery se acercó a ella y retiró la taza de café de sus manos.

Valery regresó a su oficina y de un cajón sacó una botella de crema pastelera en aerosol y con paso coqueto regresó donde estaba su jefa.

—¡Su postre estará listo en un momento!— mientras decía eso se retiró sus pantaletas y se subió al escritorio donde cubrió su sexo lampiño con una generosa capa de crema.

—¡Ahora puede disfrutarlo!— dijo Valery a su jefa.

La mujer no dudó un momento y hundió su rostro entre las piernas de su secretaría lamiendo profundamente la crema del mismo.

Valery gimió mientras su jefa limpiaba su sexo de la crema y hundía profundamente su lengua en su vagina.

—¡Ahhh!, Si sigue así— gemía la mujer cada vez más excitada a punto de un poderoso orgasmo.

Los jugos íntimos de Valery cubrieron el rostro de su jefa quien engolosinada los bebía con deseo.

Se quedó mirándola un momento mientras acariciaba suavemente la cabeza relajándose después del orgasmo

— Sabes gatita, ¡Ahora es mi turno!— dijo ella sonriendo mientras daba un pequeño salto para bajar del escritorio.

Valery ayudó a su jefa a sentarse sobre su escritorio y desgarró nuevamente las pantimedias y las pantaletas de la mujer.

Valery suspiro al ver el tupido y rubio vello púbico

—Sabe que las chicas de la compañía juran que usted no es rubia natural— dijo Valery mientras separaba los finos vellos para dejar descubierto el clítoris y los labios íntimos.

—¡Rasúrate el coño! Gatita caprichosa— empezó a recitar Valery una y otra vez mientras lamía el sexo de su jefa.

Unos minutos más tarde…

—¡Fue el mejor pastel que he probado en años!— decía Miriam alegremente mientras saboreaba restos de crema pastelera de un plato desechable.

—¡Me alegra que le haya gustado!— respondió Valery

— Decido, tráeme un poco de ese delicioso pastel para acompañar mi café desde mañana— dijo la mujer mientras terminaba la crema del plato.

— Será un verdadero placer— respondió ella esbozando una sonrisa maliciosa

Día #8 Bitácora de hipnosis.

Ha pasado una semana y los avances que he conseguido con mi jefa han sido significativos, empezando por pequeños detalles, ahora Miriam usa sus uñas pintadas de colores pastel y un maquillaje suave pero coqueto, que antes se hubiera considerado "impropio de un lugar de trabajo serio", además empezó a usar un sexy traje ejecutivo.

He avanzado mucho en estos días gracias a la hora del pastel tiempo en el cuál llenó de sugestiones la mente de mi jefa pero no lo suficiente porque ella aún sigue usando esa sosa ropa interior y resistiéndose a depilar su coño así que es el momento de ser más agresiva.

Era una tranquila tarde de viernes la mayoría de los empleados habían terminado su horario y retirado Miriam había terminado sus pendientes del y se preparaba para retirarse a su casa hasta que Valery se acercó a ella, sostiene las hojas reservadas para los proveedores.

—¿Jefa tendrá un momento?— dijo Valery mientras caminaba al lado de la mujer.

—¿Qué pasa Valery?,¿Espero que sea algo importante?— dijo la mujer mientras caminaba rumbo al elevador que la llevaría al estacionamiento de la empresa.

— Llegó un mensaje de uno de nuestros proveedores— dijo Valery mientras sostenía una hoja de papel.

—¿En serio tan tarde?— dijo la mujer mientras se detenía e intentaba tomar las hojas de la mano de su empleada.

Valery aprovechó ese momento para recitar la palabra gatillo.

—¡Gatita caprichosa!— dijo Valery

En ese instante en medió de aquel pasillo todo quedó en silencio absoluto, Valery estaba sonriendo complacida viendo como su jefa estaba en un trance profundo, sus ojos estaban totalmente blancos sin pupilas, su espalda recta y tenía la boca levemente abierta dándole aspecto de estúpida.

—¿Qué eres en este momento?— dijo Valery sonriéndole de manera burlona

—Soy una gatita caprichosa— respondió la mujer en un tono robótico.

Valery sacó unos lentes de sol que tenía preparados para la ocasión y se los colocó para cubrir los ojos blancos sin vida de su jefa.

— Vamos a mi casa gatita quiero jugar contigo y cambiar cosas de ti— Valery le susurró suavemente al oído de su jefa

Juntas caminaron al estacionamiento y se acercaron al auto de su jefa un BMW Serie 8 Coupé.

Valery silbo mientras acariciaba suavemente el capo de aquel vehículo.

— Dame las llaves gatita, ¡Yo manejo!— Al instante Miriam le entrega las llaves del vehículo a su secretaría.

Valery sube al vehículo y le abre la puerta del copiloto a su jefa, ella sube sin mediar palabra con ella y cierra la puerta tras ella.

— Te encantará donde vivo gatita, muy pronto será nuestro nido de amor— Le dijo Valery mientras enciende el auto

Todo el camino Valery ve como su jefa está en posición completamente recta mirando al frente casi como una zombie lo cual era bastante aburrido y de repente se le ocurrió algo para entretenerse mientras ella conducía.

Valery empezó a sincronizar la radio del vehículo con su celular para empezar a reproducir una sensual música de jazz.

—Gatita estoy un poco aburrida, mastúrbate al ritmo de esta música, ¡Por favor!— dijo Valery con fingida dulzura

Miriam empezó a jugar con sus grandes tetas por encima de su ropa, sus pezones se marcaron casi al instante que empezó a realizar la acción.

—¿Que pasa gatita?¿Te excita esto?— dijo Miriam mientras con una mano libre pellizcaba fuerte uno de los pezones por encima de la blusa.

— Si… mucho ama Valery…aaahhh— respondió la mujer entre jadeos.

—¿Por qué mi esclava?— dijo Valery mientras apretaba con más fuerza los pezones endurecidos de su jefa.

— Porque las gatitas, "Ahhh", como yo somos muy sexuales, "Ahhh" Y nos encanta ser manoseadas— respondió ella entre gemidos ahogados, lo que complace a Valery.

Valery vio complacida como una de las manos de la mujer bajó y desabrochó su falda develando sus pantimedias y sus antiestéticas bragas gracias a la humedad de la excitación podía ver claramente el triángulo invertido de vello púbico.

Valery había visto en varias ocasiones aquel velludo monte de venus, pero decidió que si quería un cambio profundo eso también tendría que desaparecer.

— Gatita, ¿hace cuánto no te depilas el coño?— dijo Valery en una luz roja momento que aprovechó para como era su costumbre romperle las pantimedias y la pantaleta.

— No me depilo nunca jamás — respondió la mujer quien simplemente empezó a masturbarse.

— ¿Por qué no me sorprende en nada esa respuesta?— dijo Valery mientras volvía a poner en marcha el vehículo.

Luego de un rato ambas mujeres llegaron a una pequeña casa en los suburbios es de color blanco con dos pisos con un pequeño jardín al frente y una cochera a su lado.

—¿Te gusta gatita?— dijo la mujer mientras sacaba el control remoto de su garaje de su bolso — lo heredé de mis padres—

Ella se estacionó y cerró la puerta de su cochera justo en el momento en que Miriam llegaba a un poderoso orgasmo llenando su tablero con sus jugos de amor.

— Bueno, es su auto, ¡Que ella lo arregle después!— dijo Valery con indiferencia mientras sacaba a su jefa de su auto.

La primera parada que hicieron fue en el cuarto de baño que está en el segundo piso de esa casa donde Valery retira las prendas que aún conserva y las coloca en la cesta de la ropa sucia.

Valery miró detenidamente a la desnuda mujer frente a ella, mirando fijamente el tupido bello del monte de venus sin pensarlo dos veces sacó un kit de depilación.

— Ok gatita toma asiento— dijo Valery a Miriam mientras señalaba el inodoro— y abrió esas sexis piernas para mi.

Miriam simplemente obedeció la orden, abriendo lo mejor que pudo sus piernas frente a su ama

—¡Muy bien gatita!, ¿Que irá mejor contigo? Una depilación brasileña o tipo Hollywood— dijo mientras sostenía unas pequeñas tijeras

Durante varios minutos Valery se dedicó con esmero a despojar de todo rastro de bello el sexo de su jefa se había decidido darle una depilación Hoolliwudense que creía que le quedaba mejor a una rubia después de un rato Valery está frente al depilado coño de su jefa, le había tomado más tiempo del que hubiera deseado, pero estaba bastante feliz por los resultados.

— Bien gatita ahora sígueme, la diversión está a punto de empezar— dijo Valery mientras tomaba la mano de su jefa y la llevaba a la alcoba principal.

— Sí ama como usted ordene— respondió la mujer mientras la seguía.

Valery guío a su jefa hasta la alcoba principal donde destaca la enorme cama kingsize y la sorprendente computadora que parecía estar corriendo varios programas.

—Disculpa el desorden amor, ¡No suelo tener visitas!— dijo Valery de manera casi sarcástica.

Valery sentó a Miriam al borde de la cama Kingsize y se acercó a su computadora.

—¡Muy bien preciosa!— dijo Valery mientras tecleaba algunos comandos— aquí no tenemos porqué preocuparnos por ser interrumpidas.

Valery procede a ponerle unos audífonos inalámbricos sincronizados con su sistema de cómputo, primero procedió a iniciar un conjunto de audios los cuales fueron diseñados para excitarla profundamente.

En unos minutos Miriam se encuentra gimiendo ruidosamente, Valery disfruto de esa escena para luego tomar un consolador y empezar a jugar con la vagina de Miriam metiendo y sacando el juguete sexual.

Después de varios minutos de estimulación Valery condujo a Miriam a un orgasmo explosivo que la dejó débil y vulnerable.

Valery se deleitó con los fluidos que quedaron sobre el consolador una vez que sintió que no había dejado rastro alguno se acercó al escritorio de la computadora y se colocó a sí misma un micrófono inalámbricos tipo gamer que sincronizo con los audífonos para que Miriam pudiera escuchar su voz al mismo tiempo que escuchaba los audios subliminales.

— Probando… 2… 3, gime si me escuchas amor— recito Valery con calma.

— Hmmm— fue la única respuesta de Miriam

— Buena gatita pronto tu mente será mía completamente y no podrás escapar de mi control— dijo Valery directamente a la aturdida menté de su jefa.

Después de provocarle varios orgasmos consecutivos Valery estaba segura que su jefa sería incapaz de resistirse a la programación profunda que tenía preparada para ella.

Valery recostó a su jadeante víctima en la amplia cama y la observó con deseo.

Ella sacó de uno de sus cajones un consolador unido a un arnés y se lo colocó antes de dirigirse con su víctima.

— Bien gatita veo que ya te corriste varias veces— mientras decía eso se colocó entre sus piernas y apuntó la punta del consolador a la humedad entrada vaginal— así que es hora de programar tu mente a mi antojo.

Valery comenzó a penetrar su vagina mientras chupaba sus pechos y tomó solo parando por momentos para darle instrucciones.

—¿Me escuchas gatita?— decía Valery mientras penetraba con ritmo a su víctima

— Si ama Valery… aaahhh te escucho aaahhh… — respondió la mujer entre jadeos y gemidos.

—¡Ahora atenta a mis palabras preciosa!, debes aceptarlas todas y obedecerlas sin dudar, creyendo son tus propios deseos— dijo Valery a la aturdida menté de su jefa.

— Como ordenes… aaah yo debo obedecer todo lo que me digas— respondió la mujer entre gemidos.

— Desde ahora solo usarás ropa interior provocativa, tangas, micro tangas y sostenes más pequeños que tus pechos y te acostumbraras a depilarte tu zona íntima— decía Valery mientras aumentaba el ritmo de su penetración

— Aaahhh aaah. Si yo lo haré, debo obedecerte en todo ahhh— respondió ella

—¡Buena chica!— dijo Valery mientras acariciaba suavemente su rostro—además debes vestir de modo más coqueto y sexy

— Si ama Valery así lo haré soy tu gatita obediente ah aaahhh— respondió la mujer.

Valery continuó por varias horas programando la mente de la mujer, hasta que la llevó a su casa casi rayando el amanecer.

Valery había arreglado a su jefa de tal modo que parecía haber llegado de una salvaje fiesta con su ropa desarreglada sin ropa interior con su pantimedia destrozada y un regusto alcohólico en sus labios.

Unas calles antes de llegar al vecindario donde vivía su jefa Valery se detuvo y colocó a su jefa en el asiento del conductor.

—¡Adiós amorcito!— dijo Valery mientras besaba la mejilla de su jefa— Te veré el lunes "gatita caprichosa".

Valery se alejó del auto sin tener miedo de que ella pudiera reconocerla, deseosa por qué llegará el lunes y pudiera ver los resultados de esa noche.

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