Hacía ya bastante tiempo que no tenía contacto físico con una mujer y sabía que era casi imposible el hecho de tener una oportunidad como la que se me presento aquella calurosa noche de verano, mi cuerpo estaba a mil, sentía el fuego recorriendo cada parte de mi ser y a pesar de que una parte de mi quería detenerse, al final decidí dejarme llevar por mis instintos y llevar a cabo una relación que no hasta hace unos días me parecía algo imposible y una completa locura, después de todo la carne es débil y el deseo mutuo de recibir calor humano se apoderó de nosotros, sin importar que fuéramos familia:
No aguantaba más, necesitaba hacerle el amor a mi tía sin importar las consecuencias… Dejamos de besarnos por un momento, me quite la última prenda que tenía puesta y dejé al descubierto mi enorme erección, era tanta mi excitación que el líquido presemimal había humedecido mi trusa al mismo tiempo que sentía los fluidos vaginales de mi tía mojando mi entrepierna… Me puse de rodillas frente a ella para contemplar su hermosa silueta de pies a cabeza y lentamente fui bajando su tanga que estaba ya completamente mojada, por puro instinto la acerque a mi nariz para olerla y la pase por mi cara.
Por Dios el olor a sexo que emanaba me llenó de un frenesí de adrenalina… Me puse de pie, tome a mi tía por la cintura y la seguí besando al tiempo que le daba vuelta para sentarla en el sofá.
Comencé a besar su cuello y ella gemía de placer a la vez que daba suaves caricias en sus piernas y sus brazos con las llenas de mis dedos, jugando a elevar la temperatura lo más que pudiera, el calor natural del ambiente más el morbo de la situación era más que suficiente. Mientras tanto mi tía arañaba mi espalda con sus uñas en señal de una enorme excitación.
Acto seguido mordí levemente su oreja izquierda para después pasar nuevamente por su cuello hasta lamer sus pezones eh ir bajando lentamente por su vientre hasta llegar a su glorioso monte de Venus, el cual para mí sorpresa estaba depilado con solo una pequeña línea de vello púbico en la parte superior de su pelvis, si no me equivoco tal vez ella estaba esperando que algo así sucediera, en fin. Volví a percibir entonces el mismo olor de su conchita, que me tenía completamente loco. Comencé a comerle su rico coño sin piedad alguna.
Metí mi lengua entre sus labios y comencé a moverla lentamente comenzando un preludio de lo que venía, con mis labios succionaba suavemente el exterior de esa rica conchita y de a poco iba subiendo la velocidad de mi lengua, saboreando por completo sus jugos que sabían a gloria. Aceleré más el movimiento sube y baja de mi lengua, tratando de alcanzar lo más que podía su interior, y buscando su punto débil en la parte superior con la punta de mi lengua, al tiempo que seguía succionando su clítoris lo más que podía. Con ambas manos acariciaba sus piernas por todas partes, y enfocaba mi mirada en su cara para verla gemir de placer:
"Ahah que rico, no pares, no pares…" exclamaba ella al tiempo que me llenaba la cara de unos deliciosos fluidos vaginales… Yo seguía con ímpetu… Metía toda mi lengua en su rica vulva ya con toda mi fuerza, entonces decidí usar mis dedos de la mano derecha para estimular su clítoris y los de la mano izquierda para introducir un par dentro de ella y así poder excitarla lo más posible… Sabía que estaba muy cerca del primer orgasmo:
"Ahahah aaah…" La escuché jadear primero para después desahogarse en un intenso grito de placer.
Sentí todo su cuerpo estremecer, sus piernas apretaban mi cabeza, su espalda se arqueaba y echaba la cabeza hacia atrás… Todo su cuerpo temblaba y yo no pensaba darle tregua… seguía chupando su delicioso y mojado coño con más fuerza, ahora con mis dedos metiéndolos y sacándolos por debajo de mi lengua y con la otra mano dando círculos en su clítoris para entonces volver a escuchar otro grito de placer:
"Ay Diooos Ah ah ah ah…."
Seguía gimiendo y supe que era su segundo orgasmo, su cuerpo entero sudaba y mi lengua seguía moviéndose para dar aún más placer, mi cara estaba completamente mojada por sus fluidos y mi excitaba sobremanera la forma en que gemía… Seguí lamiendo con la misma intensidad, y metiendo mis dedos en su concha, el sofá estaba completamente mojado y los dedos que tenía dentro de su concha iban al ritmo contrario de mi lengua en un doble movimiento para al fin volver a hacerla estremecer y gritar:
"Ah ah ah sí, así no pares mi vida…"
Finalmente volvió a convulsionar… Sus ojos estaban en blanco y en toda la sala se escuchaban sus gritos de placer… Mientras daba los últimos movimientos orales y besaba suavemente su concha para saborear sus ricos jugos… Los dos estábamos a mil, a mi me encanta hacer sexo oral y definitivamente lo hice bien por la forma en que vi su cuerpo temblando de placer y sus fluidos salir de forma abundante… A pesar de no estar mucho en práctica aproveche el morbo de la situación. Siempre eh tratado de ser un amante generoso y dar un buen cunnilingus es parte de ello.
Fui directamente a su cuello y seguí besando con leves mordiscos de cuando en cuando tanto en su cuello como en su oreja, ella busco mi boca y continuamos con besos apasionados llenos de lengua y sus ricos fluidos…
Nos separamos un momento para tomar algo de aire, y entonces me dijo aun temblando y con la cara llena de sudor:
"Por el amor de Dios nunca antes me habían comido así mi conchita, me estabas matando de placer"
"Espero que quieras más porque mi lengua aún tiene energía" le respondí
"Claro que sí, pero ahora es mi turno de darte placer, me hiciste venir muy rico y haré lo mismo por ti…"
Me empujó suavemente hacia atrás, para quedar de pie frente a ella, apartó su cabello hacia atrás, y se arrodillo frente a mi para comenzar a darme una mamada espectacular…
Succionaba con fuerza y destreza, se ve que le gustaba hacer sexo oral como a mí, y tenía bastante experiencia… Usaba su lengua para lamer la punta de mi pene que estaba completamente rojo y se lo metía hasta el fondo de su garganta, daba una pequeña horcajada y seguía chupando… Con su mano derecha masturbaba y seguía mamando con mucha destreza y suavidad…
"Mmmm que rico…" Ahora era yo quien gemía de placer… Abrí mis piernas para tratar de aguantar lo más posible… Seguía chupando mi verga con mucha agilidad, entonces tome su cabeza y comencé a llevar yo el ritmo: me la estaba cogiendo por la boca, primero fui despacio y de a poco iba acelerando el ritmo tratando de no lastimar su garganta, era increíble, sentía toda mi verga llena de su saliva, al tiempo que ella acariciaba mis huevos, pasados ya unos minutos tomo mis manos y las separó de su cabeza, volvía ella a llevar el ritmo, succionaba y masturbaba, con la mano completamente mojada de su saliva, comenzó entonces a acelerar sus movimientos, su mano apretaba con fuerza mi verga y subía y bajaba rápidamente, y su boca seguía lamiendo con ganas… Yo estaba en la gloria, me moría de placer y ya no aguante más: "Me voy a venir tía…"
Entonces soltó su mano, y su boca succionaba con más fuerza… "Quiero toda tu lechita en mi boca…" Seguía chupando rápidamente… "No aguanto más" le dije y metió todo mi miembro hasta el fondo su boca… Salieron con bastante fuerza varios chorros de mi semen… "Ah ah ah…" yo gemía al mismo tiempo que mi cuerpo entero se estremeció y sentí un orgasmo increíble, le llené toda la boca con mi leche…
El semen brotaba de sus labios y con su mano lo llevaba de vuelta a su boca… "Mmmm que rico sabe tu lechita y se ve tenías las bolsas llenas…" exclamó al tiempo que saboreaba mi manjar y trataba de no desperdiciar ni una sola gota, se lo trago todo y me lanzó una mirada lasciva y de satisfacción…
Yo me sentía extasiado, y efectivamente no había descargado mi leche en las últimas semanas, además hacía mucho más tiempo que no me daban una buena mamada y esta fue una muy especial… El morbo de estar haciendo algo indebido le dio un toque de pasión muy distinto, definitivamente no había sentido algo así antes… Me gustó demasiado y quería volver a repetir ese momento…
Nos tumbamos nuevamente en el sofá, ella encima de mí le di un beso muy largo y suave, sin importar probar mis propios jugos mientras acariciaba sus nalgas y su cintura… Su olor corporal me tenía loco, y entre eso y el olor a sexo que emanaba de la sala sabía que había entrado en un camino ardiente y peligroso que no tenía vuelta atrás.
Mi miembro volvía a tomar fuerza, apenas sentía su conchita toda mojada rozando mi pierna y con el calor de los besos y caricias no tarde mucho en estar listo para el siguiente round.
Estábamos demasiado excitados, y con el calor reciente de nuestros orgasmos sabíamos que esto apenas comenzaba… Ninguno de los dos tenía intención de dormir aquella noche, que fue el inicio de una relación que cambiaría nuestras vidas para siempre…
La tomé de sus hombros y me levante empujando el cuerpo hacia arriba, bese una vez más su cuello y rodeaba con mis brazos su cintura, entonces le susurré suavemente al oído: "Es hora de hacerte completamente mía, vamos a mi habitación, me muero por hacerte el amor"
Ella solo esbozo una sonrisa, y dijo: "Vamos, que ya deseo sentir toda esa rica verga que te cargas dentro de mi…" La tomé por debajo de sus hombros, la atraje hacia arriba y hacia mí en un movimiento, y sus piernas rodearon mi espalda, la lleve abrazada en esa posición hasta mi habitación con mi miembro erecto rozando su vientre… Era momento de consumar todo y sentirme dentro de ella, estábamos listos para una noche que jamás olvidaremos, quería hacerla sentir especial así que prolongue ese momento todo lo que pude mientras seguía besando su cuello y en mi mente imaginaba todas las posiciones en que quería ponerla para al fin penetrarla y cogérmela como si no hubiera un mañana…
Continuará…