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Nuestra historia de sexo, pasión y amor
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Tiempo de lectura: 21 minutos

Este relato es sobre nuestra historia de amor, contada por una mujer, vivida por una mujer.

Era otra tarde en el gimnasio, tratando de mantener mi estado físico, y por sobre todo, como me había recomendado una amiga, para limpiar la cabeza, pensar en nada.

Casi siempre éramos el mismo grupo, chicas y chicos. Bromeábamos, nos alentábamos y muy de vez en cuando nos juntábamos a tomar algo cuando terminábamos o para el cumpleaños de alguno. Esa tarde lo haríamos, por el cumple de uno de los chicos.

Yo recién empezaba mi rutina cuando vi que entraba una chica que desde el primer momento le vi cara conocida, pero por más que intentaba, no lograba acordarme. Medía aproximadamente 1.70, un muy lindo físico, con hermosos pechos y una cola muy interesante. Al comenzar la rutina, saludo a todos en general. Por como se movía supuse que aunque en otro horario, era concurrente del gimnasio.

No hay cosa que me ponga peor, que intentar acordarme algo y no poder. Estuve casi todo el tiempo tratando de acordarme de ella. Varias veces, me quedé mirándola, y algunas, ella se dio cuenta. Para evitar malos entendidos, me acerque.

-Hola, discúlpame si te incomodé mirándote varias veces, pero tu cara me es conocida, pero no puedo saber de dónde.

-Hola, ese es un viejo verso de los chicos, tenes que inventar otra cosa. Dijo riendo.

No hay problema, mi nombre es Sabrina, siempre vengo, pero a la mañana. Por trabajo ahora voy a venir a la tarde. Quizás nos cruzamos en algún momento.

-Puede ser, pero estoy casi segura que no es de acá. Y si, verso viejo. Tenes razón. Perdona. Puede que esté confundida o seas parecida a alguien. No te jodo más, seguí con tu rutina. Ah, soy Carla.

-Dale preciosa, después hablamos.

Tenía una sonrisa increíble. Yo seguí con mi rutina y trate de sacarla de mi cabeza. Cuando fui a darme una ducha, ella estaba sacándose ya la ropa.

-Hola de nuevo. Dijo con esa sonrisa espectacular.

-Hola.

Sin ningún tipo de pudor, se terminó de sacar la ropa, y completamente desnuda se metió en una ducha. Yo, con una toalla anudada en mi pecho, hice lo mismo. Se terminó de duchar y mientras se secaba fuera de la ducha escuche que me decía.

-Sos muy linda.

Yo no había corrido la cortina de la ducha y ella me veía atentamente. Su comentario no me molesto, pero me dio algo parecido a un escalofrío. Era la primera vez que una mujer, completamente desnuda como yo, me lo decía.

-Gracias, pero vos sos hermosa. Tenes un cuerpo estupendo.

-¿En serio te gusto? Gracias preciosa. Dijo sin quitarme los ojos de encima.

-¿Vamos? Me dijo mirándome a los ojos, y sin explicarme nada más, solo extendiendo su mano hacia mí.

Cerré la ducha, tome mi toalla y sin pensar, tome su mano y ella me llevó a la cabina ducha más alejada de la puerta, abrió la ducha e hizo que entre con ella. Sin soltame la mano, puso su mano en mi nuca y me dio un tremendo beso. Me quede dura, pero no la rechace, al contrario, tímidamente devolví el beso.

Su boca fue a mi cuello, lo beso varias veces y luego agachándose, comenzó a besar mis pechos. El agua corría por nuestros cuerpos y la excitación, por mis venas. Era la primera vez que estaba con una mujer, y me gustaba. Con la mano que tenía libre, acariciaba su cabeza mientras ella chupaba suavemente mis pezones.

Nuevamente empezó a besarme el cuello, la cara, la boca y sentí como su mano se apoyaba en mí pubis, separé las piernas y ella metió dos dedos en mi concha. Respiré profundo y tuve un orgasmo. Ella se dio cuenta y guio mi mano a su concha. Entendí sin necesidad que me diga nada. Metí dos dedos y las dos nos masturbábamos mutuamente.

Mientras lo hacíamos ella con mucha suavidad acariciaba mi rostro mientras nos besábamos, yo acariciaba su espalda, su culo, atrayéndola hacia mí, cada instante más caliente.

-Vámonos juntas. Me dijo al oído y sus dedos aumentaban la velocidad con que me masturbaba.

Yo hice lo mismo y en medio de un tremendo beso, tomando ambas la cabeza de la otra, tuvimos un orgasmo intenso. Quitamos nuestras manos y tomándonos las caras nos besamos por un rato.

-Gracias, fue hermoso. Me dijo, tomándome nuevamente la mano.

-Si, muy hermoso. Tremendamente hermoso. Dije totalmente embelesada por la situación.

De la mano volvimos al lugar donde teníamos nuestra ropa, me dio un pico y nos comenzamos a vestir.

-Vivo a una cuadra. ¿Vamos?

-Iba a ir con los chicos a tomar algo, es el cumple de uno de ellos. Dije, aunque no muy convencida.

-Está bien, no hay problema. Quizás otro día. Solo que fue tan lindo, vos tan dulce, que tengo ganas de compartir un rato más…

-Wow, escucha, ¿Por qué no venís? Vamos al bar de enfrente, es solo un ratito, y después…

-¿No les molestará? No soy del grupo.

-No seas tonta. Dije.

Ella no dijo nada, y me di cuenta que ahora era yo la que explicitaba mis ganas de estar con ella, una locura total, en mi vida me había planteado estar con otra mujer, casi que lo rechazaba. Hasta me molestaba cuando veíamos porno con mi novio y eran tríos de dos mujeres y un hombre.

Pero fue tan hermoso, me sentí tan bien, que mi excitación estaba latente y si, quería más.

Cuando cruzamos al bar, ella tomó mi mano y así nos sentamos. Uno de los chicos que sabía que yo tenía novio, me miraba sorprendido, y con mucho disimulo me hizo una seña como preguntándome que pasaba.

Alce mis hombros y sonreí, simplemente. Fue momentos después, que la miré, ella giró su cabeza, me miró, apoye mi mano libre en su cara y le di un pico. Todos nos estábamos mirando.

-Ups. Nos pescaron. Dije y todos se largaron a reír.

Un rato después, fuimos a su departamento tomadas de la mano. Entramos, y ni bien cerró la puerta, las dos tiramos nuestros bolsos en un sillón y comenzamos a besarnos.

-Seguime. Me dijo y fuimos a su cuarto.

Nuevamente nos besamos y como si nuestra vida dependiera de eso, nos quitamos la ropa a una velocidad impresionante, nos tiramos en la cama, nos besábamos, acariciábamos, todo con una suavidad extrema. Nos alternábamos para besar nuestros pechos. Las dos estábamos super calientes, nuestras vaginas totalmente mojadas.

Ella bajo a chuparme la concha, me hizo recoger un poco las piernas y me volvió loca con su lengua. Estuvo así un rato, hasta que me saco un orgasmo.

-Hagamos un 69. Ponete arriba mío me dijo.

Lo hicimos y ella con maestría, yo torpemente por ser mi primera vez, nos chupamos, succionamos y metimos lengua por un rato largo. Las dos tuvimos orgasmos y escuche que me decía:

-Sentate en mi cara, ese culo me está pidiendo lengua desesperadamente.

-Cerda, mi culo no habla.

-¿Entonces porque te estas sentando? Me dijo riendo.

-Basura.

Su lengua jugaba como ninguna lengua lo había hecho nunca. Yo agarré mis cachetes y los separaba como si fuera necesario.

-Regálame un orgasmo. Me dijo y volvió a jugar con su lengua en mi ano.

Yo estaba híper caliente. Sentí como su lengua forzaba la entrada lentamente, y yo no podía creer lo que me estaba dejando hacer. Mi ano, se dilataba cada vez más, permitiendo que su lengua entre más. Me tomó de la cintura y me dijo:

-Preciosa, cogete mi lengua. Enterrala toda en tu culo y dame ese orgasmo.

Escucharla fue demasiado, mi cabeza volaba por la excitación. Sin dudar, hice lo que me dijo, y al cabo de un par de minutos tuve un tremendo, virginal y genial orgasmo anal con su lengua enterrada en mi culo.

Se me nublo un poco la vista y me acosté a su lado. Busque su boca y le di un tremendo beso. Me puse de espaldas a ella, y se pegó a mi cuerpo. Estuvimos en silencio por un rato. Por mi cabeza pasaban cientos de cosas, el placer que había sentido, mi novio, mi sexualidad, mi nueva sexualidad, Sabrina.

-Carla, ¿Queres un café, un té, algo fuerte, hablar?

-Si no te jode, algo fuerte y hablar.

-Para nada, ¿Me acompañas con un whisky?

-Si, y solo por favor.

Nos pusimos las tangas y ella fue a buscar los vasos de whisky.

-No es del mejor, pero sirve. Dijo cuándo me lo daba.

-No importa, tampoco se tanto de whisky.

-¿Empezas vos?

-Tengo un quilombo tremendo en la cabeza. No te rías. Hasta las 16 h., si me preguntabas, rechazaba de plano y hasta me enojaba si me preguntabas si me gustaría estar con una mujer. Pasaron unas horas y aquí estoy, en bolas, después de haber tenido sexo dos veces con vos, de haberme mostrado tomada de tu mano frente a gente que sabe que tengo novio y hasta te bese delante de ellos.

-Como dijiste en el bar: Ups. Lo que me importa: ¿Cómo te sentís?

-Eso también es terrible: espectacular!!! Goce con todo, te goce toda, me encantó. Y aprovecho para disculparme por lo dura que soy, te repito, fue mi primera vez.

-Tonta, estuviste genial. Totalmente dispuesta al placer. Yo lo pase genial también. Me gustas mucho.

Y acercándose, me dio un beso hermoso y que devolví disfrutando hacerlo.

-Y vos a mí, me quiero morir al escucharme. Jajajaja.

Sabri, ¿tenes novia, pareja, que fue esto? Le pregunté

-No tengo ni novia, ni pareja, ni novio. Nada. Y yo siento que esto fueron dos mujeres que sintieron la necesidad de hacerlo, que sintieron que había una energía que las unía, y se dejaron llevar.

Si me preguntas, nunca me pasó. Estuve con otras chicas, pero esto, de esta forma, nunca. Sentir la atracción que sentí por vos, nunca. Cuando estábamos en la ducha lo pensaba y no podía creer que estuviéramos haciéndolo casi en púbico.

-Por suerte eso no se me pasó por la cabeza, hubiera huido.

-Vos Carla, ¿Qué contestas a esas preguntas?

-Novio, pero algo muy tierno, no puedo decir que lo amo. Lo quiero. Punto. Y siento que esto fue algo maravilloso, que descubrí placeres que no conocía, te descubrí a vos, y me pusiste de la cabeza. Descubrí que no me molesta caminar de tu mano, ni que me juzguen por eso. Y sentí la misma conexión que vos. Fue totalmente increíble.

No lo había terminado de decir que en el living comedor, en mi bolso, sonó mi celular. Fui a buscarlo y volví al cuarto con Sabrina.

-Ups.

-Hola amorcito. Perdoname, nos juntamos con los chicos del gym y luego me encontré con una amiga y se me paso la hora totalmente.

-No hay problema. ¿Nos vemos mañana?

-Dale, y perdoname de nuevo. Besito.

Dije y corté.

-Mentir no mentí. Pero no siento ninguna culpa de nada.

-Eso es bueno.

-Sabri, ¿Cómo sigue esto? Ayudame porque realmente no lo sé.

-Creo que podemos encargar una pizza, un par de latas de cerveza. Hasta allí llega mi horizonte.

-¿Jamón y morrones, y cuatro latas?

-Dos faina por lado.

-Por supuesto.

-Ya llamo.

Sabrina llamó y seguimos en su cama, que por suerte era una Queen Size.

-¿Lesbiana o bisexual? Pregunté.

-Bisexual, no me perdería un buen hombre por nada del mundo.

-¿Cuánto hace?

-En mi mente, desde los 14 más o menos.

-¿Noviazgo serio?

-Si, muy en serio. Me dejó por otra. Me partió el corazón. Me hizo mierda.

-Que cagada. ¿Me podes explicar porque me siento tan libre? ¿Por qué estoy solo con una tanga, sentada charlando en el mejor de los mundos? ¿Por qué no me molestó estar tomadas de las manos frente a todos?

-Supongo que te sentís libre porque estas bien, porque no sentís culpa de los que pasó, porque descubriste algo que no conocías, porque te sentías cómoda. Creo que te contesté las tres preguntas.

-Recién te escapaste de contestar la pregunta. ¿Cómo sigue esto?

-No te puedo contestar Carla, no me pidas una respuesta a una pregunta que no me hago ni me interesa hacerme. Perdoname. No te voy a decir: Si somos novias, si recién nos conocemos. Sí, me gustas, y mucho. Me siento super cómoda con vos, aquí y ahora, o en el bar, tomadas de la mano y sorprendiéndome con un beso que me das. No me interesa ponernos límites, poner nombre a una relación, quiero vivirla. Me importa más decirte que me gustas, que me encantó chuparte toda, sacarte orgasmos, que ponerle título a la relación. Me importa más que sepas y sientas que te deseo, que sería feliz durmiendo juntas esta noche. Y que mañana me importa un cuerno. Y si cuando cruzas esa puerta y te vas, no te vuelvo a ver porque así lo queres, me quedará un hermoso recuerdo tuyo, y saber que seguramente no te vas a olvidar de esta tarde noche que pasamos juntas.

-Uff. Me abruma que tengas las cosas tan claras, yo no puedo. Un psicólogo me decía que pienso demasiado, que por pensar tanto me privo de vivir. Y no se equivocaba. Tengo 25 años y quiero tener todo planeado al detalle por lo menos hasta los 30. Y ahora… una vez leí un afiche que decía: “Cuando tuve las respuestas, me cambiaron las preguntas”. Así me siento hoy.

-Carla, viví. Yo era muy parecida a vos, estructurada, planeando al detalle. Y me dijeron: “Estoy con otra chica. Perdoname. No lo busque.” Desde ese día me propuse no planear todo al detalle y vivir.

En ese momento llamaron por el portero eléctrico y Sabrina bajo a buscar la pizza y las cervezas con solo una bata.

-Llegaron las pizzas, como dos cerditas que somos, vamos a comer en la cama. Dijo, se sacó la bata, y pusimos la pizza en la cama, busco servilletas de papel, guardó dos latas en la heladera y nos sentamos a comer.

-Brindo por la mejor chupada de orto que di en mi vida y fue a vos. Me dijo.

-Cerda, yo por haberte conocido.

-Uy, eso es una bajón, Carla, dale ponele onda.

-Entonces por la primer chupada de orto y mi primer orgasmo anal, y por tu lengua. Dije.

Las dos no reímos y brindamos.

-¿Hiciste trio con otra chica y un tipo? Pregunté.

-Si. Dos veces con distintos tipos y distinta minas. Una espectacular, la otra, un desastre. Espectacular porque fue de casualidad, a la salida de un boliche, el la acababa de conocer y yo a los dos. Fue sexo puro y bestial de parte de los tres. El desastre, porque ellos era pareja y la chica lo hacía para darle el gusto al flaco.

-¿Lo más loco?

-Con un chica trans. En una playa.

-En serio, no te puedo creer.

-¿Vos, lo más loco?

-Nada, en un auto. Olvidate.

-¿Y trio?

-Nunca hice. Mi novio me planteo la idea varias veces y no quise. ¿Harías un trio conmigo y un tipo? No dijo exclusivamente con mi novio.

-Solamente si los tres tenemos muy en claro que es para joda, dejar a un costado los sentimientos, como digo yo, sexo puro. Con tu novio sería muy difícil, más si sabe que nosotras…

-Entiendo y comparto. Dije.

-¿Te masturbas?

-Culposamente sí.

-¿Por qué culposamente?

-Porque no siempre es pensando en mi novio. Algunas veces con fantasías.

-¿Tenes juguetes?

-No, me aterroriza la idea que me vean entrar a un sex shop.

Ella abrió la puerta del placar y saco un bolso pequeño. Había tres dildos de distintos tamaños y algo que ella me dijo que se llamaba Plug Anal.

-¿Son tuyos?

-No, como te pensas, de la vecina de 90 años del cuarto. Boluda, claro que son míos.

-Que pregunta pelotuda, eso es porque me puse nerviosa al verlos. Me taré.

-¿Y ese frasco?

-Lubricante, vaginal-rectal.

-Te brillan los ojos cerda.

-¿Por qué será?

Terminamos de comer la pizza, tomamos la segunda lata de cerveza y las dos nos mirábamos esperando a que la otra hable.

-¿Te vas a quedar a dormir? Me preguntó Sabrina.

-¿Vos queres que me quede?

-Carla, si te pregunto, si no te digo “Flaca, hasta aquí llegamos” es porque quiero. Pone ovarios y decidí si te quedas o no. Yo no te obligo a quedarte, ni quiero influenciarte ni mierda. Jugate a dar una respuesta, pensa bien que queres hacer, que sentís hacer, y decidí.

Ni sos mi sumisa, ni quiero que lo seas. Quiero que si estamos juntas seas la mina más libre del mundo.

Tampoco soy tu novio para tomar decisiones que te joden tomar y vos dejas que él las tome por comodidad.

-Eso fue brutal, me pegaste una bofetada en medio de la cara. Dije.

-Lo lamento. Y no me arrepiento de haberlo dicho. En eso sos igual a mí cuando estaba con el flaco. Te vas a terminar arrepintiendo, como yo.

-Me quedo. Es lo que quiero, quedarme.

-Hiupi!!!,

-Degenerada, te brillan los ojos de vuelta.

Nos tiramos en la cama, y nos besamos con pasión, su mano fue directo a mi concha y a jugar con mi clítoris. Yo le apretaba las tetas y la besaba con todo.

-Subite. Me dijo y se acostó boca arriba para hacer un 69.

Nos chupábamos con todo, metíamos nuestras lenguas todo lo que podíamos en la concha de la otra, sentía como mis fluidos caían por mi pierna de tan caliente que estaba. De pronto sentí que me metía uno de los consoladores en la concha, lentamente, mientras me chupaba, mordía y jugaba con su lengua en mi clítoris.

-Yegua, dame uno. Dije y metí la mano en la bolsa.

Creo que saque el más grande y se lo metí con todo. Ella dio un grito de placer y lo empecé a mover. Ella aumentaba la velocidad y yo la aumentaba más todavía, las dos gemíamos y chupábamos como locas. De pronto sentí que ponía un líquido en mi orto, y di un respingo.

Ella me dio un suave golpe en el culo y sin sacarme el consolador de la concha, me fue metiendo un dedo en el ano. Yo no podía creer el placer que me daba. Cuando sentí todo su dedo dentro mío, tuve un orgasmo fuerte, y ella no dejó de moverlo.

-Este culito va a ser tu perdición preciosa. Voy a tener que meter otro dedo como me pide.

-Hija de puta, me están emputeciendo mal. Y mi culo no habla.

-Si, sentí como suspira, como gime ahora. Dijo metiéndome dos dedos.

Y si, mi culo se abrió presuroso para recibir los dos dedos. Yo los sentía y no podía parar de gozar. Estuvimos así un par de minutos, hasta que me pidió que me levante.

-Preciosa, quiero darte un gran final un super orgasmo, si vos te soltas por completo. ¿Queres?

-Si. Soy toda tuya.

Hizo que me ponga de rodillas sobre su boca, y comenzó a chuparme la concha de una manera que me hacía delirar de placer.

-Apoya las manos en la pared. Me dijo.

Cuando lo hice, sentí que el más grande de los consoladores entraba en mi concha. Su lengua jugaba conmigo sin parar. Me tomó de la cintura y me dijo : Movete.

Comencé a subir y bajar, ella me marcaba hasta donde subir para que no se salga el consolador que estaba apoyado en su pecho. Ella no dejaba de chuparme, yo comencé a apretarme los pechos y tratar de estirarlos para chupármelos yo misma.

Uno de sus dedos, cubierto de aceite, entro en mi culo. Lo dejó quieto y con mi movimiento me lo fui enterrando sola.

-Goza, por favor, se libre, goza. Me dijo mientras me chupaba.

Y estaba gozando como nunca. Ahora sí, podía decir que nunca había gozado así. Ningún hombre me había dado tanto placer. Ni me había cuidado como ella lo hacía, ni se había ocupado de mí como ella lo hacía.

Me libere totalmente y deje que oleadas de placer recorran mi cuerpo mientras me movía sobre ella, y ella jugaba con mi concha y mi clítoris.

Saco su dedo y sentí como uno de los consoladores estaba en mi ano, justo en la puerta pero no entraba.

Me detuve, me incliné un poco y le dije:

-Metelo, por favor.

Ella solo metió la punta y yo fui bajando hasta enterrarlo totalmente. Volví a los movimientos de subida y bajada, ahora doblemente penetrada por los consoladores. Mire a Sabrina y vi el brillo de placer en sus ojos. Me volví totalmente loca y galopaba de esa forma, a lo loco. Sentí que se inflamaba algo dentro mío y tuve un orgasmo bestial, tremendo, mire a Sabrina y vi que de mi concha salían choros de líquido, cubriendo totalmente su rostro. El orgasmo no paraba y tampoco de salir liquido de mi concha. Me levante un poco y cubrí todo el pecho de Sabri con ese líquido.

Mi cuerpo temblaba sin parar, me acosté a su lado y ella me beso con todas sus fuerzas. Me abrazo y me tuvo así hasta que los temblores pasaron.

-Dios eso fue lo más tremendo que me paso en una cama, perdoname te orine toda.

-No eso no era orín, eso fue un squirt, un orgasmo líquido preciosa.

-Ah.

Nos quedamos abrasadas un rato, Sabrina se levantó y fue a buscar dos vasos de whisky.

-Sabri, fue tremendo, nunca, nunca goce así, nunca me hicieron gozar así, nunca nadie me dio tanto, Gracias.

-Callare, nada que agradecer, fue un placer.

-Pero vos…

-Eso no importa, lo que me importaba era que vos goces. Que te entregues al placer mi amor.

Hice como que no escuche al ver su cara cuando se dio cuenta lo que dijo.

-¿Te puedo pedir algo Carla?

-Si, por supuesto.

-¿Me podes devolver los dildos?

Me largue a reír con todo. Todavía tenía enterrados los dos dentro mío.

-Perdón parece que se hace vicio tenerlos dentro.

-Te dije que ese culo va a ser tu peridición…

-Yegua.

Tome un trago de whisky y la bese con todo. Dejamos los vasos y seguimos besándonos y tocándonos.

-Metemelo en el culo. Me dijo Sabrina dándome uno de los consoladores.

Se puso en cuatro patas, puse un poco de aceite en su culo y fui enterrándolo de a poco.

-Carlita, con todo, cogeme con todo el culo. Me dijo.

Lo terminé de enterrar y comencé a meterlo sacarlo violentamente. Ella me pidió que le pegue en el culo y lo hice. Ella se rio. Le di un golpe más fuerte y arqueo su columna con todo. Ver como gozaba, como me pedía más, me puso a mil, tome otro de los consoladores y se lo metí violentamente en la concha. Yo manejaba los dos, y ella gemía como loca. Las dos estábamos super excitadas.

-Estoy a mil, yegua. Le dije.

Ella giró su cabeza y me miró, tenía la mirada perdida por momentos y por momentos de estar loca totalmente.

Se levantó pero sostuvo el consolador en el culo.

-Vení. Me dijo.

Me enseño como ponernos para hacer una X, con nuestros sexos pegados, me dijo que sostenga el consolador en su culo y me abrazo con todo, se empezó a mover como loca frotando nuestros sexos, besándome sin parar y haciéndome doler los labios de la fuerza que hacía, todo con el consolador entrando y saliendo de su culo al ritmo de sus movimientos.

Acabamos las dos juntas y caimos abrazadas en la cama. Nos costaba respirar. Sabrina tenía una sonrisa hermosa y gigante en su rosto. Nos dormimos abrazadas, con la luz prendida.

A la madrugada, me levanté para ir al baño y el volver, sintió que acostaba y totalmente dormida me abrazo y escuche que dijo: “mi amor, dorm?í”. Adentro mío fue una revolución escucharla. Me pude calmar y volver a dormir.

Cuando sono la alarma del despertador saltamos las dos de la cama. Ella la apagó y me miró sonriendo.

-Buen día.

-Buen día, maravilloso día. Dije.

Nos duchamos y nos vestimos. Las dos fuimos a nuestros trabajos. No pude dejar de pensar en la tarde noche que pasamos. Cuando a la tarde fui al gimnasio, ella ya estaba ejercitándose. Salude a todos en general y cuando iba a empezar el calentamiento, fui y le di un pico a la vista de todos.

-Hola.

-Hola.

-¿No tienen nada que contar Uds.? Dijo uno de los chicos.

-No. Imagínate lo que quieras. Dijo Sabrina.

Cuando terminamos nos fuimos a duchar.

-No pare de pensar en vos. Le dije.

-Yo no, ni me acordé de vos. Es más, ¿Quién sos flaca? Me dijo haciendo caras.

-La que te va coger el la última ducha. Le dije.

Las dos fuimos corriendo y nos abrazamos y besamos como el día anterior. ¿Hicimos el amor? ¿Tuvimos sexo? Por un rato largo. Nos cambiamos, nos despedimos con un beso y yo me fui a lo de Pablo. Mi novio.

Como tenía llave de su departamento, entre directamente. Él estaba en la computadora.

-Hola Bebé. Llegué.

-Bebota.

-¿Trabajando?

-No, borrando cosas, videos, fotos viejas. Hay café caliente.

-Sirvo para los dos.

Me sentía rara, una parte de mí quería estar allí y otra en otro lugar. Serví las tazas de café y volví con Pablo.

-Toma. ¿Puedo sentarme con vos y ver? Dije y me maldije por estar pidiendo autorización.

-Si, no hay problema.

Mientras charlábamos de nuestros trabajos él iba borrando fotos, hasta que una me dejó helada.

-¿Quién es esa chica?

-No te acordás, te mostré esta misma foto cuando la borraba del celu. Es Sabrina, mi ex. La dejé cuando empezamos a salir. Buena piba, pero muy dependiente, cargosa, no paraba de hacer cosas para alagarme.

-¿Ah… Entonces vos salías con ella cuando nosotros empezábamos? Eso no lo sabía.

-Si… en realidad, empezamos nosotros unos días después…

-Ah. Bastante buen cuerpo tenía.

-Maso, maso.

-¿Nunca más la viste?

-No, por suerte. No sabes como lloraba la boluda cuando corté. Es de esas minas que se enamoran perdidamente. Pero basta de hablar ella. ¿Te quedas a cenar?

-No, no me siento bien, en realidad no me sentí bien en todo el día. Perdoname.

-No hay problema, igual los chicos me dijeron de salir. Aprovecho.

-Dale.

Salí de su departamento con ganas de vomitar. Fui a mi departamento, me di una ducha y en medio de ella, tuve que vomitar. Estaba loca, totalmente histérica. Me vestí, y fui a lo de Sabrina.

-Sabri, Clara, ¿puedo subir?

-Por supuesto.

Cuando abrió la puerta del departamento me vio la cara y me hizo sentar en un sillón.

-¿Estás hecha mierda, queres que llame a un médico?

-No Sabri. No. Perdoname pero tengo que hablar con vos.

-Si Carla, ¿Qué pasa?

-¿Por casualidad tu novio era un chico de nombre Pablo?

-Si, Pablo Garcia.

-Ah. Escuchame y no te pongas loca que para eso estoy yo.

Pablo García es mi novio.

-¿Qué?!! ¿Cómo que es tu novio? Entonces por vos…

-Si. Yo no sabía que salía con alguien cuando empezamos a salir. Él me dijo que estaba solo. Y ese día, borro fotos tuyas del celular. Por eso tu cara me era conocida. Nunca imagine que de ahí. Por favor, perdoname yo no sabía, te lo juro. Nunca hubiera aceptado salir con él si hubiera sabido que estaba con otra chica. Recien fui a su departamento, estaba borrando fotos de su compu y vi la tuya. Le pregunte quien era y me dijo tu nombre.

-Tranquila Clara. Vos no tenes nada que ver. Esa es una historia de él y mía. Por una amiga de él sé que fue como vos lo decís. Ella no sabía tu nombre, pero estaba indignada por como se manejó y me llamó. Tranquila no quiero que te descompongas por favor.

-Sabrina, vos te das cuenta, me siento para la mierda. Por mi culpa él te dejó.

-Si, pero a su vez me hiciste un favor. Me lo sacaste de encima, pude darme cuenta de errores míos, aprendí a valorarme, a quererme. Adelgace 15 kilos, hoy soy otra persona de cuando me dejó por vos. En realidad hoy te tengo que dar las gracias.

-Sabri, estoy asqueada.

Me levante y fui al baño a vomitar de nuevo.

-Perdoname, tengo todo revuelto adentro. Dijo cosa muy feas, y me di cuenta que es una mierda de tipo, que lo que decía de vos, lo podía decir dentro de dos meses de mí. Que eras cargosa, que no parabas de buscar alagarlo. Sabri, nunca valoro tu amor, como tampoco hoy mi cariño. No lo amo, te lo dije. Y como me dijiste sin saber nada, me estoy entregando totalmente a él y voy a terminar burlada como vos.

-Bueno, tranquila mi chiquita. Vamos a hacer una cosa. Date un baño bien caliente, deja que el agua corra por tu cuerpo un buen rato. Yo tengo un té que es relajante, calmante. Te voy a preparar uno.

-Sabri ¿Cómo podes estar tan tranquila? ¿Cómo no estás loca por las cosas que te conté?

-Porque como te dije, cuando me dejó descubrí otra Sabrina en mí. Y es la que ves ahora. Por eso. Dale, entra a la ducha.

Me metí a la ducha, y estuve por un rato largo. Cuando salí Sabrina me esperaba con el té.

-¿Mejor?

-Si, gracias Sabri. Sos divina. Perdoname por venir con toda esta carga de mierda a tirártela encima.

-Hey, preciosa, basta. No solo puedo estar para sacarte orgasmos en una cama, también para ser tu amiga, tu compañera. No te olvides de eso.

-Gracias por eso entonces.

Sabri estaba sentada a mi lado, inquieta, cruzaba los brazos, los apoyaba en las piernas, los volvía a cruzar.

-Dame la mano de una vez y quédate quieta. Le dije estirando mi mano hacia ella.

-¿Muy evidente, no?

-Si. Pero hermoso.

Nos quedamos así por un rato. Terminé mi té y dejé la tasa en la mesita. Me recosté y Sabrina me abrazo atrayéndome a su pecho. Me acosté apoyando mi cabeza en sus piernas. Ella me sonrió.

-No pienso comer pizza otra vez. Dijo.

-Necesito ropa para mañana, vamos a mi departamento, armo un bolso, lo traemos y vamos a cenar afuera. Yo invito.

-¿Te vas a quedar a dormir? Me preguntó Sabrina.

-¿Acaso tenes a otra agendada esta noche?

-Boluda.

Fuimos a mi departamento, agarre ropa para dos o tres días, dejamos el bolso en su departamento y fuimos a cenar.

En el resto de la noche no volvimos a hablar de Pablo.

-Sabri, ¿Vos alquilas o sos dueña?

-Alquilo, no puedo juntar para comprarme uno. ¿Vos?

-Soy dueña. En el lejano e hipotético caso que algún día decidamos vivir juntas podemos vivir en mi departamento, y te ahorras lo del alquiler.

-Si, puede ser una oportunidad en un futuro muy lejano claro.

-Por supuesto. Dije y las dos nos miramos sonriendo.

-Por lo pronto, por lo que vi que cargaste en el bolso, voy a tener que hacerte lugar en el placard. Dijo Sabrina.

-Si molesto, si sentís que te invado me decís y vuelo libre.

-Por ahora te soporto.

Volvimos al departamento y nos fuimos a acostar.

-Hoy vamos a dormir, mi amor. Dijo Sabrina y no la dejé pasar.

-¿Cómo dijiste?

-Que hoy vamos a dormir.

-¿Y qué más?

-Nada, estás tan loca con lo de Pablo que escuchas cosas.

-Claro, escucho cosas. Y como era eso de ser libre para todo, para expresarse y poder decir todo lo que una siente.

-No sigas porque vamos a terminar mal Carla.

-Fuiste vos la que me dijo que tenía que soltarme.

-Vos lo quisiste.

Me arranco a tirones la tanga y se tiró de cabeza a chuparme la concha con todo, mientras me apretaba las tetas. Me hizo mojar al instante y excitarme en un segundo.

Bajó de la cama y tirando de mis piernas puso mi culo en el borde de la cama. Metió dos dedos en mi concha y me miro a los ojos.

-Si boluda, te amo, me estoy enamorando como una boluda de vos, otra boluda. Dijo.

Nuevamente se puso a chuparme con todo. No estuvo mucho, se puso a mi lado y me besaba con todo, me abrazaba apretándome contra su cuerpo, sus manos recorrían todo mi cuerpo. Me tomo la mano con las dos manos y me dijo “Te amo, me estoy enamorando de vos” y me beso con todo. Vi como lágrimas empezaba a caer de su rostro, y ella repetía “me estoy enamorando de vos”, sin dejar de besarme.

-Y yo de vos. Desde el primer segundo en la ducha, y cada segundo crece más. Por eso me dolió tanto lo que dijo ese hijo de puta. Porque te amo, y no podía casi burlarse de vos.

Nos dimos un tremendo beso y nos quedamos abrazadas por un largo rato.

-Estamos las dos locas. Dijo Sabrina.

-Totalmente. Pero cogiendo somos geniales. Dije y ella se largó a reír con todo.

-Voy por whisky.

Trajo dos vasos de whisky y nos sentamos en la cama a tomarlo.

-Carla, creo que para tener una buena convivencia tenemos que ordenarnos, poner algunas reglas.

-Me parece lógico.

-Regla nro. 1: NO HAY REGLAS

Listo.

-Sabrina, estoy completamente de acuerdo. Dije y nos largamos a reír como locas.

Estuvimos un rato más diciendo estupideces y riéndonos. Nos acostamos y fui yo la que abrazo a Sabri, y así dormimos toda la noche. Cuando desperté por la alarma ya Sabri no estaba en la cama. Me levanté y la encontre en la cocina preparando el desayuno.

-Hola fea. Me dijo.

-Hola frígida. Conteste.

-Che, hoy es viernes. Pensa que vamos a hacer el fin de semana.

-Dale, a algún lado tenemos que salir.

Nos fuimos a trabajar y nos encontramos en el gym. Nos saludamos con un beso y sin bañarnos nos fuimos al departamento.

Tiramos en la cama e hicimos el amor con locura. Nos fuimos a duchar y después nos servimos un café.

-Sabri, amor, estuve pensando. Y quiero contarte.

-Dale, te escucho.

-Yo con Pablo, en teoría estoy de novia todavía. Y voy a cortarlo, pero quiero hacerlo pelota.

-Jodida una mujer enojada.

-Muy jodida. Le voy a decir de encontrarnos mañana a cenar en algún lugar y…

Le detalle todo el plan, y aunque me costó, la pude convencer. Lo llamé y con la excusa que seguía descompuesta, no lo vi, pero quedé en encontrarnos a cenar en su restaurant preferido la noche siguiente. Esa noche, salimos a comer unas hamburguesas y volvimos temprano al departamento para hacer el amor. Como siempre fue genial.

Cuando nos despertamos, fuimos a mi departamento a buscar ropa, la llevamos al de Sabrina, llevamos ropa a lavar, fuimos al shopping y nos compramos ropa interior sexy, fuimos a una peluquería, y pasamos por el sex shop para comprar algo. Sabrina buscó aceites y yo un arnés con consolador, pero intercambiable.

Caminábamos tomadas de la mano y la gente nos miraba por la felicidad que transmitíamos con nuestras risas. Volvimos al departamento y nos vestimos con todo. Sabrina con un vestido mini, super escotado y ultra pegado al cuerpo. Yo con una mini y una camisa abierta de forma que se veía mi corpiño de encajes. Y un saco.

Fuimos al restaurant y Sabrina espero afuera. Entré y Pablo estaba sentado en una mesa en el medio del salón. Cuando me acercaba, entró Sabri, y se quedó esperando mi seña.

-Hola Pablo.

-Hola Bebota, que hermosa que estás.

-Gracias. Pablo te pedí encontrarnos porque es justo que te diga que estoy saliendo con otra persona. No quiero que te sientas mal, pero es así.

-¿Cómo que estas con otra persona? ¿Cómo, cuándo? Dijo casi gritando.

-Por favor, calmate, no demos un espectáculo. Si, conocí a una persona y quedé prendada. Fue impensado, la conocí en el gym, y fue un flechazo tremendo.

-¿Pero y yo? Vos decías que me amabas, y de pronto…

-No Pablo, nunca te dije que te amaba, apenas que te quería. Y vos sabes, incluso te pasó, son cosa que uno no puede evitar.

-Carla, por favor, no me podes hacer esto, yo te amo, invertí mucho tiempo en esta relación, dejé a una mina por vos, y vos ahora me decís esto.

-Te vuelvo a pedir perdón, pero sería muy injusto y traicionero jugar a dos puntas. Además, te tengo que confesar, que por fin me sentí una mujer plena, al punto de llegar a hacer cosas que con vos, nunca hicimos y no quería hacer. Dije y le hice la seña a Sabrina.

-Pero escuchame, tenemos que hablar tranquilos, afuera de aquí, vamos a mi departamento, por favor.

-Pablo, por favor, se adulto. Se terminó.

Ah, justo. Hola mi amor. Le dije a Sabrina poniéndome de pie.

-¿Sabrina? ¿Sos vos?

-Hola Pablo. Sí, claro soy yo.

-No entiendo Clara, vos dijiste que estabas saliendo con alguien.

-Si, y es Sabrina, somos novias, pareja, cosita, como quieras decirle. Dije.

-Pero, pero, no puede ser, escuchame Sabrina, yo quiero hablar con vos…

-Pablo, por favor, ya pasó mucho tiempo para hablar. Y en verdad, estamos tan bien con Carla, que ni pensaría en volver con vos. Chau, dulce.

-Toma Pablo, son las llaves de tu departamento. Ah, no llames a casa, porque vivimos juntas con Sabri y casi nunca estoy en casa. Nos vemos…

Salimos del restaurant tomadas de la mano y Pablo quedó solo, parado en medio del salón ante la mirada atenta de todos los comensales.

-Sos una hija de puta. Lo hiciste mierda. Dijo Sabrina.

-Si. Y me gustó. Por vos y por mí.

Fuimos a cenar a otra restaurant y luego a seguir la noche en un boliche. Nos sentamos en la barra, pedimos un trago y nos dispusimos a parar una gran noche.

-Carla, ¿aquellos no sol los amigos de Pablo?

-Si, ya veo que aparece, la puta madre. Dije.

Nos sirvieron los tragos y estábamos charlando cuando escuche detrás de mí.

-¿Sabrina, sos vos?

-Veo que tenes buena memoria. ¿Cómo estás?

-Hasta ahora, bien, pero ahora, viéndote lo hermosa que estás, maravillosamente bien.

-No me jodas Rodo. ¿Con quién andas?

-Solo, totalmente solo. Salí de cacería.

-Milagro. Te presento a Carla.

-Hola Carla, ¿otra hermosura suelta? ¿Qué nos pasa a los hombres?

-Muchos son unos boludos tremendos Rolo. Le dije y se me quedó mirando.

-Como veras, no es de andar buscando las palabras para decir las cosas. Rolo, dejame un par de minutos que tengo que hablar algo con Carla.

-Por supuesto. ¿Queres que busque un amigo?

-¿Te vas a ir con tu amigo?

-No, claro. La dejo hablar.

Cuando se fue Sabrina se rio con todo.

-Amor ¿Queres sexo, champagne y rock and roll? Este es el flaco con el que hice el trio que fue una locura. Es tremendo en la cama.

-Por supuesto mi amor, vivamos la vida.

Un rato después volvió Rolo.

-Rolo, la propuesta es clara, nos vamos los tres, vos pagas el hotel, el champagne y nosotras ponemos los cuerpos para una noche de locura.

-¿Están hablando en serio? Claro que acepto la propuesta. Solo elijan el hotel y cuando nos vamos.

-Esperemos un rato, y partimos. ¿Podrás con ambas o ya no sos lo que eras?

-Sos mala. Te aseguro que voy a poner todo para que pasemos una noche de aquellas.

-Cuando te haga una seña, buscamos y marchamos.

Los amigos de Pablo descubrieron que yo estaba allí y miraban sorprendidos. Me acerque a hablar al oído con Sabrina y ella me escuchó, me tomó la cara y me dio un beso hermoso.

Uno de los amigos se acercó y me dijo:

-Hola, ¿Sos Carla, la novia de Pablo?

-Soy Carla, sí, pero lo dejé a Pablo. Estoy en otra relación.

-Ah, te puedo invitar a tomar algo.

-No tengo problema en que me invites algo, pero tengo que decirte que ella es mi novia, y no pienso salir con nadie más a menos que quieras que marchemos los tres, las dos y vos. Eso si ella quiere y vos pensas que podemos pasar una noche maravillosa con vos. Para pavadas…

-No, está bien, entiendo, disculpa

-No podes hacer mierda a un tipo así. Me dijo Sabrina.

Un rato más tarde, llegó Pablo y se quedó duro cuando nos vio. A propósito, nos hablábamos al oído y no dábamos picos. Él se quedó con los amigos y el que había venido a hablarnos, le dijo algo.

Terminamos nuestros tragos, Sabri hizo la seña y Rolo se acercó.

-Rolo, ahora nos vamos a ir, vos tomándonos de la cintura en medio y disfrutando llevarte estas dos mujeres.

-Por supuesto.

Cuando nos íbamos saludé a Pablo con la mano que no atinó a responder.

Fuimos a un hotel de lujo, a la mejor habitación y tuvimos una noche de sexo tremenda, verdaderamente Rolo estuvo a la altura, nos atendió a las dos, no una sino en dos oportunidades.

Esa fue la noche en que por primera vez una pija entro en mi culo. Y como la disfruté!!!

Con Sabri nos dimos con todo, Rolo estaba atento a intervenir y darnos placer. Mi primer trio, y fue una locura.

Volvimos al departamento cerca del mediodía. Habíamos dormido unas horas en el hotel, pero las dos necesitábamos más descanso.

Nos tiramos desnudas en la cama, y nos abrazamos.

-¿Cómo te sentís amor? Me dijo Sabrina.

-Genial, amo mi nueva sexualidad, casi tanto como a vos.

Hace seis meses que nos mudamos a mi departamento. Con Sabri lo pintamos y decoramos a nuestro gusto. En mi trabajo me dieron una promoción a un cargo superior y me ofrecieron pagarme los estudios para poder seguir ascendiendo. Por supuesto que acepté. A Sabri la llamaron de otra empresa para contratarla como Jefa de desarrollo de software. También aceptó.

De Pablo por la amiga de Sabri, que estaba con depresión, no soportaba que una mujer lo haya dejado por otra mujer y que justamente sea una ex suya.

Rolo se puso de novio, pero… En estos seis meses nos hemos visto varias noches…

Con Sabrina disfrutamos caminar tomadas de la mano, mostrarle al mundo nuestro amor. Un amor que crece día a día.

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