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Días de invierno
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Era una noche de invierno sumamente fría, solo estábamos mi hermana de 20 años y yo de 24, solos en toda la casa, era una casa grande y por eso se sentía el frio aún más, a mí las temperaturas extremas me hacen mucho daño y esa noche me congelaba, nunca tuvimos chimenea, ni calefactores eléctricos pero verdaderamente esa noche ni media docena de cobijas podía ayudar, yo temblaba tanto que se escuchaba cómo mis dientes chocaban los de abajo con los de arriba y eso preocupo un poco a mi hermana, me confeso estar muy asustada de que fuera algo peor y me pregunto cuántas veces había pasado esto antes y le dije de esta magnitud nunca, soy friolento por la cuadriplejia pero hoy justamente es insoportable la temperatura bajo demasiado, ella tratando de buscar una solución recordó que en alguna película vio cómo el calor directo cuerpo a cuerpo sin ropa de por medio era una buena solución para evitar la hipotermia y me consulto para saber si deberíamos intentarlo, ni siquiera le respondí, eso y mi titiriteo la asustaron más, entonces desesperadamente actuó sin mi consentimiento, yo en posición fetal y con las cobijas cubriéndome hasta la cabeza no veía que sucedía detrás de mí pero se escuchaba como se quitaba la ropa, prenda por prenda hasta quedar totalmente desnuda, enseguida metió sus manos sin destaparme y poco a poco me quito la ropa hasta quedar también totalmente desnudo y le escuche decir.

– creo que así debe de ser para que funcione.

Mi cuerpo y mi dentadura comenzaron a temblar más por mi desnudez y ella acelero el proceso metiéndose bajo las cobijas y colocándose detrás de mi pegando su cuerpo al mío, sentí entonces una tibieza llena de amor y preocupación que reconfortaba pero que además estaba ayudando con la situación, hecho su brazo derecho sobre mí y ese abrazo lleno de calor estaba protegiéndome del inclemente frío y me sentí mejor y se lo hice saber, le dije está funcionando, tu remedio sacado de una película está funcionando, aún tenía frio pero ya no temblaba y mi dentadura ya me permitía hablar pero no pensaba en otra cosa que en sentirme mejor por esa razón nunca me di cuenta de la cercanía y roce de nuestros cuerpos, así seguimos otro poco y paso sus pies sobre mis pies y me dijo.

– tienes tus pies helados.

Y comenzó a frotar los míos con los suyos cómo tratando de producir calor he hizo exactamente lo mismo con su mano recorriendo todo mi brazo, al adoptar la misma posición fetal en que yo estaba, tenía su pubis pegado a mis nalgas y sus senos sobre mi espalda, en algún momento toco mi pecho y dijo.

– pero si estas igual que tus pies congelado, entonces pensó en cambiarme de posición para calentar la parte de enfrente de mi cuerpo, siendo muy cuidadosa para no descobijarme, estiro mis piernas con las suyas y girando mi cadera quede boca arriba, era muy cuidadosa y con mucha delicadeza subió su cuerpo sobre el mío, recuerdo que paso una pierna rodeando mi cintura y este movimiento provoco rozar mi pene con su pubis, enseguida se impulsó para quedar totalmente encima mío para proporcionarme el calor que necesitaba y por fin el frio ceso para mí, su experimento funciono y me salvo de sufrir una hipotermia o que se produjera algo grave, ya sintiéndome totalmente bien pude darme cuenta que su pecho estaba sobre mi pecho y su pubis sobre el mío, nunca antes sentí su piel tan cerca, ni sus senos ni cualquier otra parte de su cuerpo, fue electrizante era la locura y para ella también lo fue, ocasionando sensaciones muy extrañas y nuevas para mí, pero yo no podía ni debía malinterpretar su ayuda que comenzó como un acto de humanidad ni aprovecharme de su generosidad, sentir sus senos sobre mi pecho y su vello púbico entrelazado con el mío y su vagina que se encontraba a milímetros de mi pene, inesperadamente ella tomo la iniciativa tomando mi sexo entre sus dedos jugueteando con él por un largo rato, cuando logro una erección se deslizo hacia abajo y lo introdujo en su boca y después lo masajeaba con sus labios, yo cerraba los ojos tratando de conectar las sensaciones, acto seguido se deslizo ahora hacia arriba y beso mi pecho, siguió subiendo hasta mi cuello lo beso y me volvió loco, después besando mi mejilla se acercó a la comisura de mis labios y una descarga eléctrica atravesó mi cuerpo, al besar mi boca me ofreció su lengua y yo la acepte enredándola en la mía, en algún momento se apoyó sobre sus brazos y se elevó quedando en uno solo y con el otro volvió a tomarme buscando su entrada, se subió en él y sin introducirlo lo coloco entre sus labios vaginales y lo froto de arriba abajo, que sensación más maravillosa, en ese movimiento de arriba a abajo, yo introducía uno de sus senos en mi boca alternando entre ellos, eso la excitaba demasiado, tanto que con su boca busco mi boca y con su lengua la mía, dijo.

– no aguanto más.

Y tomando mi pene busco nuevamente su entrada y al encontrarla bajo sobre el abrazándolo lentamente con su calor a la par de exclamar un haaa, comenzó a realizar movimientos arriba y abajo, de repente cerraba los ojos y acariciaba su pelo sin dejar de moverse sobre mi cuerpo inmóvil, hizo una pausa para voltearse dándome la espalda proporcionándome la mejor vista de sus hermosas caderas y quede hipnotizado, ahora sus movimientos eran adelante y atrás esa posición me permitía ver cómo entraba y salía del cuerpo de mi hermanita al tiempo que ella no dejaba de acariciar sus senos, hizo una pausa más para descansar y buscar algo que yo no imaginaba, tomo el tubo de gel lubricante, lo abrió y comenzó a untármelo en todo el pene, al terminar exprimió el envase sobre uno de sus dedos el cual llevo con la punta hacia su ano, yo me sorprendí pero me sentí feliz porque me gusta mucho el sexo anal y tratándose del ano de mi hermana el cual era resguardado por las nalgas más hermosas que alguien haya visto, cuando termino de untarse se colocó en cuclillas y tomando mi pene desde su base lo apretó fuertemente para que resistiera el embate, vi cómo su culo se acercaba despacio a mi glande y pude notar cómo este abría trabajosamente aquellos pliegues del culo de mi hermana, pero en aquella dura batalla ambos resistíamos porque sabíamos que al final nos esperaba el paraíso, sentí que apretó con su mano mi pene más fuerte he hizo presión hacia abajo y su ano comenzó a ceder, estaba perdiendo la batalla, entonces vi desaparecer mi glande y vi también que mi hermana sufría pero sin darse por vencida se sentó de un solo golpe soltando un quejido y una lagrima rodo por su mejilla, espero un instante y tomando aire comenzó a subir y bajar muy despacio, yo no podía creerlo y con aquella vista VIP todo era una locura, ella acelero sus movimientos y escuche gemidos que cambiaron de dolor a absoluto placer, subía y bajaba, adelante y atrás a su propio ritmo, mi cuerpo no aguanto más y debí interrumpirla para decirle que iba a eyacular, acelero aún más sus movimientos diciendo.

– “vente adentro de mi”.

Yo no tenía el control y nunca lo tuve, así que fue cómo ella lo decidió, llene de semen todo su interior, al parecer al sentir mi semen le provoco un orgasmo que al finalizar la hizo caer rendida colocando su rostro sobre mis rodillas, después de unos segundos se incorporó volviéndose a recostar junto a mí, me dio un abrazo diciendo.

– hermanito yo haría cualquier cosa por ti.

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