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Tiempo de lectura: 4 minutos

Alegría es reencontrarse con alguien que tiene un lugar en tu corazón, ese fue el día en que todo comenzó, iba caminando por el centro comercial cuando observé a Katerine. Ella tenía el uniforme del centro comercial, le quedaba muy bien con sus ojos verdes y sus bien definidas, la llamé hey!, Fea. Jajaa. Volteó y ambos corrimos y nos abrazamos. La charla fue muy agradable. Almorzamos y nos intercambiamos los números de teléfono.

Toda la semana hablamos y quedamos en salir un día, y así el sábado la pasé a buscar al centro comercial, entramos al cine, jajaa. Las cotufas, y bebidas fueron gratis ya que ella trabajaba allí. Ya saben, privilegios del trabajo.

Había buena confianza entre los dos ya que de más muchachos fuimos atletas de alto rendimiento en Taekwondo.

En medio de la película la observé, hermosa, acostada sobre mi pecho. No pude aguantar las ganas de besarla.

Yo: le dije: quiero besarte.

Ella: pues bésame.

La besé y baya que me gustó. Seguimos viendo la película y al salir me presentó a varias de sus amistades, todos muy buena onda.

Un militar, y tres mujeres lesbianas, 2 de ellas son pareja.

En un momento Katerine me dice: no le digas a nadie que nos besamos, soy lesbiana. Y me gusta mantener esa imagen.

Vale vale. No hay problema le dije.

Salimos a una disco-bar bebimos, bailamos, todo muy agradable. Siendo las 4 am nos fuimos a casa de un amigo y en colones nos acomodamos los 6.

A eso de las 10:00 am nos levantamos y cada quien se despidió y se fue para su casa.

Yo quede en acompañar Katerine, en el transcurso hablamos, nos besamos y reímos. El transporte nos dejaba algo alejados de cada de su tía, así que caminamos y en eso llueve. Fue bien por nos besamos bajo la lluvia y saltamos sobre charcos, era algo mágico e infantil.

Me invitó a comer pero en esa casa todo me daba fastidio. Así que la le pedí nos fuéramos, que nos quedaremos en mi departamento que tenía tiempo sin usar. En el camino compre espaguetis, huevos, salsas, plátanos y otros alimentos. Al llegar al departamento le mostré el lugar y le dije que monetaria el almuerzo cena. No es por nada pero esa comida me quedó demasiado sabrosa. Al salir ella de la ducha le pedí que sirviera mientras me duchaba, cuando entré me depile y salí. Comimos y nos acostamos.

Hacía frío y sólo tenía una sábana, así que estábamos de cucharita, de verdad quería dormir, pero ella está tan buena que no me dejaba, mi pelvis en contacto con sus glúteos. Era imposible. Le sugerí un masaje por lo cansada que debía estar. Ella se puso coca abajo y con aceite de sobar lesiones deportivas le di el masaje, pude explorar lo bello de su espalda y su trasero. Quería ser un caballero, no mostrarme ansioso, sólo dedicado a ella. Ser amigo con derecho… Volvimos a acostarnos. Le hacía caricias y mimos. De verdad quería dormir pero no pude, así que le dije: Katerine, QUIERES?

– Katerine: si

La volteé y me subí sobre ella, me tomé el tiempo de observarla respirar inflando sus senos, blancos, chicos pero firmes por el deporte. Sonreí y la besé, dulcemente, sin afán acariciando su bello rostro, me detenía de vez en cuando para decirle lo hermosa que es y besarle los ojos, la frente y comenzar a bajar por su cuello mientras apretaba sus manos entrelazadas con las mías, besé su pecho, con ternura, con pasión, con un mordisco y un chupete, bajé por su abdomen besé cada lunar.

Volví a levantarme y contemplar su piel brillante por el sudor y mis besos, besé si boca y mis manos recorrieron su cintura estrechándola contra mí, sus piernas y sus hombros,

Bajé de nuevo y al acercarme a su pubis baje besando sus muslos, sus rodillas, una y luego la otra.

No estaba seguro si besar sus bellos labios rosados pero me decidí a darle una buena mamada. Después de todo era ella el centro de mi atención, no estaba obligada a nada, no tenía que darme nada, no le pediría nada, mi placer era satisfacerla, amarla, mimarla.

Así que besé sus muslos y ya estando a punto de mamarle ese hermoso lugar de labios tiernos y cálida humedad ella me detuvo.

Katerine: no bb. Ahí no. Sólo e algo que yo hago. Recuerda que yo lesbiana, pero tú me encantas.

No tuve respuesta más que besarla.

Me dijo:

Katerine: ponte un condón.

Lo hice, me arrodillé en el colchón, con sus piernas abiertas y sus manos entrelazadas con las mías, rocé su labios y su clítoris antes de meter sólo la punta, la besé dulcemente y moví mi cadera suavemente sin penetrarla mucho. Me encantaba sentir sus senos en contacto con mi pecho.

Fue hermoso de verdad y quería que durase toda la eternidad, me hundí un poco más en ella y moví mi cadera más rápido y apreté sus senos. Dejé de besarla y levanté mi tronco.

La agarré del cuello y la penetre hasta el fondo. Quería follarla muy duro, la ternura había pasado. Ahora quería destrozar nuestros sexos.

No es que Yo lo tenga muy grande, me mide 17 centímetros. Creía hasta ese momento que era pequeño, pero al penetrarla ella se quejó, eso por dentro me mató, y recordé que ella era lesbiana, que posiblemente no había tenido nada entre su vagina desde hace tiempo, así que no lo metí tanto y me moví más o .as rápido y con caderas. Ella gemía y besaba mi boca, me acosté sobre ella y besé su vuelo y ella envolvió mi cabeza con sus brazos y mordió mi oreja mientras gemía. Fue celestial ese sonido, así que una vez mas me levanté un poco y la envestí hasta el fondo y ella se quejó de dolor, y volví a hacerlo y volvió a quejarse,

No pude más y me detuve. Me sentí mal de lastimarla, me agache y la besé, le dije que me encanta y que era hermosa y me hacía sentir muy bien, muy macho y muy afortunado de tenerla y poder así ser un caballero tierno romántico con ella. Se lo saqué y ella me dijo que No. Que Yo tenía que acabar. Y le dije que no. Que ella nunca debía soportar dolor para complacer a otro. Que había encantado. Y la abrace y besé en la cabeza entrelace nuestras piernas y nos quedamos así hasta dormirnos. La verdad sentía que no podría dormir, quería sentir mi orgasmo. Pero no si eso la hacía sentir poca mujer o lastimándola. Me había esforzado en no acabar ya que tenía tiempo sin estar con una mujer, todo el tiempo estuve concentrado en controlar mi respiración. Y ahora no había podido acabar y sentir el clímax. Me dormí.

A la mañana siguiente me levanté e hice desayuno y se lo llevé a la cama. Ella estaba muy linda conmigo.

Katerine: bb. Me siento mal por no hacerte acabar.

Yo: no mi REINA hermosa y tierna. Me encantas, todo es hermoso contigo, lo disfruté muchísimo, mejor desayuna y le di un beso rápido.

Nos vestimos y nos fuimos. Yo tenía cosas que hacer. Pero botaba que lla se sentía rarita y me abrazo y me dijo que no quería que ésta fuere la última vez en vernos.

Le dije que tranquila. Que si pudiera me quedaría con ella, pero debía trabajar. Que me gustaba mucho, y la besé dulcemente. Nos despedimos y ella estuvo muy pendiente de mí. Acordamos vernos el fin de semana. ¿y saben qué? Valió la felicidad porque prácticamente me violó. Jajaja. Eso ya es otra historia. Pero si. Era su turno de follarme. Espero les guste. Fue una experiencia inolvidable.

Pueden escribir al correo electrónico [email protected].

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