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Un buen reencuentro
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Con la pandemia y la situación de salud de su padre, dejamos de ver a Fer, el mejor amigo de mi esposo; teníamos contacto con el únicamente por chat o video llamadas, más que nada para saber cómo estaban de salud.

Fer desde siempre ha sabido conquistar mujeres con tan solo hablarles que hace o que dice, no lo logro entender, pero siempre ha sido muy agradable y simpático, me hace reír mucho.

Después de su divorcio se volvió mas mujeriego, y cada semana que hablábamos con él era una nueva conquista, le preguntábamos como le haces, si no sales, para no exponer a tus padres, y te dedicas a ellos todo el día? Así se las gasta.

Lamentablemente su padre falleció y continuo cuidando a su mamá, pero ella es más independiente, aunque la sigue de cerca. Ella decidió viajar unas semanas con su hija en Canadá, para distraerse y descansar. Es por eso que Fer nos contactó para poder vernos.

Estábamos muy entusiasmados un buen cambio de ambiente a nuestras rutinas.

Hace ya un tiempo en que salíamos los tres, siempre me ha gustado vestir coqueta, ya sean minifaldas o transparencias; y esa salida no fue la excepción, me puse una blusa negra totalmente transparente y una especie de torera encima, la verdad era para no hacer tan evidente mi desnudes, los hombres me dicen que les gusta que deje muchas cosas a la imaginación y les dé la oportunidad de la aventura intentando encontrar el Angulo en donde se me vean los senos asomarse furtivamente, anduvimos todo el día de allá para acá, y le invitamos a casa a cenar, pero yo me sentía sucia y sudada de todo el día en la calle, y se me hizo fácil cambiarme de blusa.

El, con un tono de decepción, pregunto: por qué te cambiaste tu blusita? está muy bonita y se te ve muy bien! Desde entonces se me quedo la idea de que a él le gustaba verme.

Con este reencuentro, planee muy bien que ponerme para causarle la misma impresión, después de todo hace tanto que no me ve que se lo quiero regalar.

Saque un vestidito, muy, muy corto, con cualquier movimiento se me mueve y me queda a media nalga, tiene muy buen escote, muy pegado y como no uso ropa interior es muy notorio los piercings que tengo en mis pezones, todo se marca y se nota más que bien, así que, simplemente quería dejarlo con la boca abierta después de tanto tiempo.

Tengo que aclarar que no planeaba que pasara nada, creo que solo quería calentarlo para nada. Pero mi esposo estuvo de acuerdo en que lo recibiera así.

Por fin el día de la reunión; nos vimos con mucho gusto, entre besos y abrazos nos alegramos de vernos bien y sanos; y mi atuendo como lo esperaba era una sensación. El llego acompañado con la novia en turno, una chica bastante mona, muy simpática y muy hablantina, también vestida muy coquetamente, me lleve muy bien con ella, y a mi esposo le causo casi la misma impresión que yo le cause a Fer.

Platicamos, comimos, reímos, por horas, y cada tanto sorprendía a Fer con su vista puesta en mis senos, me estaba gustando demasiado sentir su mirada sobre mí, así que ya no tenía cuidado con mi vestido, si se me subía, así lo dejaba, de hecho me levantaba y me inclinaba a propósito y por nada justo en frente de el para que me viera el trasero, hasta abría las piernas para que viera que no tenía lencería.

Era más que evidente que todos en la sala se dieron cuenta de lo que estaba haciendo, mi esposo solo me sonreía, la compañera de Fer hacia pose de querer continuar con la intensión, así que se le inclinaba muy sugestivamente a mi esposo y el simplemente se dejaba.

Ya no había manera de escapar por si alguien así lo pensó, Fer se levantó hacia mí y tomándome de la cintura, me dijo que me veía riquísima así vestida y bien ventilada, fijando su mirada en mis senos me dijo: no sabía que tenías piercings en tus senos.

Con una actitud bastante cachonda, puse mis manos en mis senos, juntándolos y levantándolos, para pellizcar mis pezones y jalando los aretes, diciéndole, es sexy traerlos, escuche un muy profundo suspiro, y debajo de sus pantalones un bulto, sin manera de esconderlo.

Voltee a ver a mi marido y ella estaba sentada junto a él, del otro lado de la mesa, no podía ver nada de lo que pasaba debajo, pero era más que evidente de que ella ya tenía la verga de mi marido fuera del pantalón en su mano y la mano de el en ella.

Fer nos miraba a todos sin saber qué hacer, como sea su acompañante era una más, una de paso, pero yo si tengo un título de alguien más; me acerque a decirle que estaba bien, que es lo que se dio y creo que todos queremos, volteando a ver a mi esposo que únicamente se veía parte de la cabeza de ella con el clásico movimiento de estar mamándole la tranca, mi esposo le dijo, no tengo problema, de cualquier manera lo que pase aquí, aquí se queda.

Fer me abrazo y comenzamos a besarnos, mientras sus manos recorrían mi cuerpo por donde más se le pegaba la gana, me tomaba de las nalgas estrujándolas fuertemente para pegarme más a su ingle, y sentir su enorme erección en mi vientre, se frotaba ligeramente haciendo sentir como me empujaba su verga en mi pubis.

Mi esposo, tomo a la visita de las nalgas, cargándola y llevándola al sillón para tirarla y abrirle las piernas para darle un rato de lengua, era la visión más caliente que había tenido de mi esposo, sentí que hasta las orejas se enrojecieron de lo mucho que me calentó verlo, con su pene grande y duro sobresaliendo por debajo de ella.

Fer en ningún momento dejo de atenderme, ya me tenía desnuda, me chupaba mis senos jugueteando con los piercings, me daba jalones con sus dientes haciéndome gemir de dolorcito.

Lo lleve al sillón junto a mi esposo y su compañera, lo senté, me arrodille y me metí su tranca en la boca, estaba decidida chuparle hasta lo que nunca le han sacado, me lo metía hasta la garganta, fuerte y rápido, el solo se dejó llevar, relajando las piernas y tomándome de la cabeza para empujar más; junto a nosotros ella gemía fuertemente, levantando las piernas y presionándolas en la cabeza de él, estiraba las manos para tomarle los senos.

Me tenía completamente loca la imagen de el con otra, no podía soportarlo quería que me penetraran ya, cada tanto sentía la mano de mi esposo en mi clítoris metiéndome el dedo y sintiendo lo mojada que estaba.

Los dos decidieron ponernos de perrito una frente a otra, y nos penetraron de la misma manera, tan rico, que sí, comenzamos a besarnos, y por supuesto eso les gustó mucho, ya que sentí que arremetió mas contra mi trasero, y ella más ruidosamente gemía pidiendo más, sabía muy bien lo que estaba sintiendo, lo he sentido miles de veces.

Era tan fuerte los empujones que poco a poco, nos fuimos levantando, que las dos quedamos pegadas por nuestros pechos, alcance a besar a mi esposo mientras seguía en su jornada, dándome una mirada de gusto y agradecimiento.

Le pedí a Fer que se sentara, quería sentarme yo en él, pero tenía otros planes, si se sentó, pero a mí me paro en su cara para mamarme la cuca, así que levante una pierna en el respaldo para darle más libertad, mientras me metía los dedos en la vagina, en algún momento mi esposo me metió un dedo en el culo, cosa que me hizo dar un alarido de placer, y Fer se dio cuenta, así que aprovecho y continuo, algo más que le voló lo sesos, creo que quería meterme toda la mano, se apasiono demasiado.

La visita se le monto a mi esposo y se dedicó a dar de gritos, me sentía un poco apenada por los que pudieran estar escuchando detrás de la puerta de entrada, pero pensé, tendrán que entender que lo que pasa aquí es muy especial. Si quieren ya tendrán su turno.

Ya no podía mas, con la mamada que me estaba dando y los dedos en mi culo, simplemente me vine como loca, lo ayude a frotarme con mi mano y casi me orino en su boca de tan increíble orgasmo que tuve.

No me podía dejar con las ganas de montármelo, me senté en el, y continúe con los sentones, quería exprimirlo hasta la última gota, pero sé muy bien la afición de mi esposo, penetrarme por el ano, y la oportunidad estaba frente a él, dejo a su compañera y me la clavo toda de un solo golpe, ahora era yo la que daba de gritos, suplicando que me llenaran de leche, que se descargaran completamente en mis orificios.

Así lo hicieron, me llenaron de leche y me botaron, para continuar con la invitada, me dejaron maltrecha, y para que no se les bajara la erección se ensañaron con ella, creo que no es tan master con el culo, porque si quejo, pero después de un rato, ya tenía sus ojos en blanco.

Pasamos la noche sin parar, les encanto cogernos los dos al mismo tiempo, no nos dejaban limpiarnos para que escurriéramos y usarlo de ultra lubricante, no sé si lo habían planeado y tomaron viagra porque ya no podíamos más, pero ellos aun así continuaban dándonos por todos lados.

Descubrimos que nos encanta vernos con otros y cada que lo recordamos lo volvemos a vivir. Planeamos muchos más encuentros similares.

Fer vive agradecido por tan excelente reencuentro, esa chica ya pasó a la historia, pero ya vendrán más.

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