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Un amigo me coge con mi esposa durmiendo en la recámara
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Antes que nada quiero decirles que este es un relato 100% verdadero que me ocurrió la semana pasada y que sigo recordando como si hubiera sido ayer.

Era un sábado normal cuando mi amigo Adrián me mandó un mensaje preguntándome si quería tomar unas cervezas en la noche, le dije que sí pero que no quería salir por lo que tendría que venir a mi casa para comer unas botanas, ver fútbol y tomar cervezas, me contestó que no había problema, que llegaba a las 8 de la noche.

Una vez hecho el plan le comenté a mi esposa que iba a llegar Adrián a la casa en la noche y que iba a salir a comprar unas cervezas, botanas y unas carnes asadas para cenar, a ella le caía muy bien mi amigo pues nos conocíamos desde la universidad así que aceptó gustosa.

Adrián es un tipo muy llevadero, nunca lo he visto de malas, es como de mi estatura 1.80, cabello negro, con barba y hasta esa noche pude comprobar que tenía el cuerpo muy marcado con vellos en el pecho, piernas, brazos y verga, la verdad mi amigo está muy bueno.

Nunca me había fijado en él como hombre solo como un muy buen amigo, ese día salí a comprar las cosas normalmente sin saber la ensartada que me iban a poner unas horas después, llevé unas cocas, cervezas, sabritas, carne, cebolla, tortillas, carbón y todo lo necesario para pasarla bien.

Llegó la hora y mi amigo llegó puntual, el partido empezaba a las 9 pm así que empezamos a preparar el carbón y la carne, mi esposa la había marinado antes y había servido botanas en la mesa mientras platicábamos.

Platicamos de todo como siempre, nos reíamos tanto que el partido empezó y ni le hicimos caso, pasó el tiempo y ya llevábamos unas cuantas cervezas adentro, no sé en qué momento ni por qué bajé la mirada hacia la entrepierna de Adrián y vi que se le marcaba un gran bulto, nunca me había pasado pero sentí un calentón en el cuerpo que me puso nervioso.

Continuamos platicando por horas pero de vez en cuando volteaba a ver el bulto de mi amigo y cada vez se me antojaba más, pensaba en como la tendría y si la tendría rasurada o con pelos, después de esa noche ahora sé que me encantan con pelos.

Eran como las 2 am cuando Adrián nos dijo que traía un poco de mariguana en su carro que sí queríamos probar, yo ya la había probado antes y nunca me había hecho nada pero mi esposa estaba curiosa y le dijo que sí, Adrián fue a su carro y sacó una bolsita y una pipa, la preparó y nos fuimos turnando en las fumadas, como en ocasiones anteriores a mí no me pegó nada pero a mi esposa le puso los ojos rojos y le dieron muchas ganas de vomitar, tuve que llevarla al baño para que lo hiciera, después de que vomitó le dije que se acostara y que mejor se durmiera para que se le pasara el efecto y así lo hizo.

Regresé con Adrián que estaba parado viendo la tele por lo cual pude apreciar su bulto por más tiempo, con la mariguana dentro de mí creo que me desinhibí un poco y no quité mi mirada de su verga hasta que él lo notó diciéndome en tono de broma que si la quería, le hubiera contestado que sí en ese momento pero nunca nos habíamos llevado de esa forma así que solo le respondí que se dejara de chingaderas y que siguiéramos tomando.

Seguimos bebiendo cervezas ya eran como las 3 am y me empezó a platicar que un día salió con un amigo en común y que fueron a un antro y que un puto intentó ligárselo, bromeando me dijo que tenía un culote pero que no cogía putos empezándose a reír, yo creo que por estar desinhibido me atreví a preguntarle que por qué no, me miró de una forma extraña y me dijo que porque eran puterías, siento que después de esa pregunta todo cambió, me miró de forma diferente y me preguntó que sí yo si me cogería a algún puto, a esas alturas ya andaba caliente y le contesté que dependía que tan bueno estaba, Adrián me quedó viendo y no dijo nada.

Se hizo un silencio mientras tomábamos de nuestras latas y después de un rato me dijo que había notado que le quedaba viendo mucho el bulto que si me gustaba, no sabía que responder nunca habíamos tenido ese tipo de conversación pero yo ya andaba a mil con la verga hinchada en el pantalón por lo que le contesté que se veía grande que si en verdad la tenía así a lo que me respondió que si la quería ver.

Le di un trago a mi cerveza y pensé dentro de mí que pasara lo que tenía que pasar, le contesté que sí. Ya me lo imaginaba dijo y haciendo para atrás la silla se desabrochó el pantalón sacando su verga delante de mí, estaba mejor que como me la había imaginado, gruesa, larga, con venas y con pelos, era como un muestrario de cómo debería de ser una verga de macho.

Me quedó viendo y me dijo que ahí estaba lo que me saboreé toda la noche, que la disfrutara, no lo dudé y me hinqué a mamarle la verga, solo de recordarla me pongo caliente, estaba muy rica, sentir el grueso miembro de mi amigo me paró los pezones al instante y me puse a chupar su verga como desesperado mientras mi esposa sin sospechar que su marido se había convertido en un gran puto dormía en la recámara a un lado de donde estábamos.

Adrián gemía con fuerza, no le importaba que no estuviéramos solos y la verdad en ese momento a mí tampoco, solo quería saborear el gran trozo de carne que me había imaginado durante toda la noche y que la tenía en ese momento entre mi boca, su glande y su tronco, me lo comía toda hasta llegar a sus masculinos pelos que me ponía cada vez más puta, en cada mamada yo también gemía como perra en celo sin importar nada.

Adrián liberó al macho que llevaba dentro y me empezó a follar la boca con fuerza diciéndome lo puta que me veía, estaba fuera de sí tanto que me pidió algo que no esperaba, me dijo que fuera al cuarto donde estaba durmiendo mi esposa, que sacara una tanguita de ella y que me la pusiera, que me quería follar así, yo no sabía que hacer pero mi calentura era demasiada, estaba hecha una zorra a merced de lo que me pidiera mi macho así que le hice caso, fui al cuarto, con cuidado abrí la puerta me dirigí al clóset donde mi esposa guardaba sus braguitas y saqué una de lencería roja que me ponía muy caliente, me quería ver muy zorra para Adrián, me metí en el baño, me desnudé y me la puse, ahí estaba yo frente al espejo desnudo solo con una braga que no me alcanzaba a cubrir bien mi verga empalmada y con el hilo metido en el culo.

Les he de decir que yo también tengo buen cuerpo, trabajado de gimnasio con un buen culo redondo que se veía muy rico comiendo las braguitas de mi esposa, salí del baño y vi a Adrián parado y pude observar lo que una mujer observa antes de ser cogida sin piedad, un macho enfrente de ella, estaba buenísimo, sus pectorales duros de ejercicio sus piernas marcadas, pelos en el pecho hasta formar un camino por su abdomen y llegar a su verga totalmente empalmada, comprendí lo que siente una mujer antes de entregar su cuerpo, me excitó demasiado, tenía frente a mí a un hombre caliente dispuesto a hacerme gemir y eso me mojó mucho.

No pude más y me lancé a sus labios comiéndolos y gimiendo como la puta en la que me convertí, hace unos minutos era machín y después era un sumiso rogando por verga no importándome nada, mientras lo besaba le masturbaba la verga que estaba muy mojada, el solo me decía lo rico que me veía y eso me ponía si aún se podía más en un puto en toda la extensión de la palabra.

Nos tocábamos todo, el agarraba las braguitas de mi mujer y me las alzaba metiéndomelas aún más en mi rajita, yo gemía como una perra sin razón, el cabrón me apartó de su boca y me volteó poniéndome en 4 diciéndome que sería su perra desde ahorita yo solo le decía que sí, que me hiciera lo que quisiera.

El muy cabrón me dijo que me veía muy sexy y sin quitarme las bragas hizo a un lado el hilo y me empezó a meter su verga de 19 cm por el hoyo, centímetro a centímetro sentí por primera vez lo que mi esposa sentía cuando la cogía, un palo duro y caliente penetrándome lentamente haciéndome ir al cielo de putos sin boleto de regreso, estaba en la gloria, gemía duro como puta, estaba fuera de mi le decía que me hiciera suya, que lo deseaba, que quería que me hiciera su mujer.

Al escuchar eso al hijo de puta lo excitó más haciendo que su verga se pusiera aún más dura dejándomela ir sin piedad, me estaba cogiendo como poseído, dándome unas nalgadas muy sonoras y diciéndome lo rica que me veía, estaba en una película porno gay en vivo y yo era el protagonista, la escena era una gloria, mi esposa durmiendo en el cuarto de un lado, yo en cuatro apoyado en un sillón con una de sus tangas y mi amigo peludo follándome muy duro el culo, los dos gemíamos, estábamos pedos así que no medíamos el ruido.

La cogida continuó por unos 40 minutos mis nalgas rebotaban en su pubis, nalgadas, mordidas, besos, chupadas, jalones de pelo, hubo de todo, estábamos muy cerdos hasta que mi compa no pudo más, empezó a bombear semen dentro de mí, uno a uno de sus lechazos se introducían en mi cuerpo señal de que ya era de su propiedad, me había preñado y no había marcha atrás, mi culo era suyo y lo sabía, yo ya no tenía el control cada trallazo era un momento de sumisión para mí, me había hecho suya y yo lo había disfrutado, había disfrutado a mi amigo de años en mi sala con mi esposa durmiendo a un lado sin sospechar que me había convertido en una puta, y que de ahora en adelante Adrián era mi hombre y no podíamos hacer nada para evitarlo.

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