Un viernes por la tarde, llegué a casa de sorpresa, desde la universidad. Dos semanas después que mi mamá me había visitado y se había convertido en mi amante. Al entrar a su dormitorio, donde ella reposaba, me dijo “amor, estoy sola en casa”. Mi papá aun en el trabajo. Mis dos hermanos habían salido con amigos.
Reposaba con un short corto, que me dejaba apreciar sus muy fuertes y contorneadas piernas y un polo sin nada debajo. Me senté a su lado y la besé. Le dije lo mucho que la había extrañado y ella me respondió “y yo a ti mi amor”. Nos besamos ansiosamente, como no queriendo perder tiempo. Ella me cogió la cabeza y sentí que la empujaba hacia abajo. Empezábamos a tener sincronía en nuestros movimientos en la cama. Supe que quería ella.
Le desabroché el short. Se lo bajé. Quedó en una linda tanga roja. Le besé el coño por encima y sentí algo de humedad. Se la bajé sin perder tiempo. Ella terminó de sacársela con sus pies. Separó sus piernas y me dejó su coño abierto y disponible. Comencé a lamérselo. Para mayor comodidad me acomodé y puse sus piernas sobre mis hombros y así la tenía muy abierta para mí.
Al lamerla descubrí semen dentro de ella, un poco empezó a salir, al excitarse con mi mamada de coño. Le pregunté ¿mamá quién te ha cogido? Me respondió “mi amor, tu papá me ha cogido luego del almuerzo”.
Eso me excitó mucho más, la lamí con todas mis fuerzas y cuando sentí que se venía, le metí dos dedos en el culo. Ella, con mi lengua en el coño y mis dedos en su culo, tuvo un orgasmo intenso y jugoso mientras me decía “mi amor, mi nene, mi hijo”.
Luego que llegó, le di vuelta. Me desabroché el pantalón, tenía la verga muy dura. Separé sus nalgas con mis manos. Metí mi lengua entre ellas, saboreé el sabor de su culo, sucio también, cogido unas horas antes por mi padre. Sentí como se volvía a calentar. Me subí sobre ella y la penetré analmente.
Estaba tan caliente que llegó en menos de 2 minutos, yo seguía a mil y dándole cuando sentimos que alguien entró a la casa. Mi padre había vuelto. Dijo “mi amor ya llegué”. Me levanté. Fui a mi cuarto y luego que mi padre entró a su recamara volví a entrar a saludarlo. Mi mamá ganó esa tarde 2 -0.