Soy un chico de 28 años y lo que os voy a contar ocurrió hace 4 años. Mis amigos y yo fuimos a Mallorca a pasar unos días de vacaciones y alquilamos una casa con piscina. Por las mañanas solíamos ir a alguna playa o cala y por las noches salíamos de fiesta. La mayoría estábamos solteros así que teníamos ganas de ligar y algo más. Los primeros días no tuvimos mucho éxito, pero la suerte estaba a punto de cambiar.
Un día cualquiera, fuimos a una pequeña cala y después de bañarnos estábamos tranquilamente tomando el sol. De repente, apareció un grupo de chicas a lo lejos, pasaron delante de nosotros y se sentaron bastante cerca. Tendrían unos 30 años y estaban bastante bien, disimuladamente algunos ya las estábamos analizando, pero sin prestarles mucha atención. Se empezaron a quitar la ropa y se quedaron en bikini. La mayoría estaban bien y se notaba que se cuidaban. Sin embargo, me llamó muchísimo la atención una de ellas. No destacaba por su belleza, pero tenía un culazo tremendo. Era bajita y de caderas anchas y tenía un bikini rojo bastante grande, no dejaba ver mucho. Le comenté a mi mejor amigo y me dijo que él también se había fijado en ella.
Después de un rato, uno de nuestros amigos, que no se corta ni un pelo, empezó a hablar con ellas y les preguntó si tenían algún plan para la noche. Que nosotros teníamos una casa alquilada y que estaban invitadas para cenar. Al principio dudaron, pero luego ya aceptaron.
Mi amigo nos comentó que habían aceptado su propuesta y todos nos pusimos muy nerviosos. Por un lado, porque teníamos muchas ganas de tener algo con ellas, pero por otro lado, porque eran mayores y nos daban respeto.
Hablé con mi mejor amigo y preparamos un plan para poder tener algo con la culona, ya que no la podíamos quitar de la cabeza y nos daba muchísimo morbo.
El plan era bastante complicado. Ellas vendrían con ropa de calle y en un bolso traerían los bikinis por si luego nos bañábamos en la piscina. Nuestro plan era coger el bolso de la culona y romperle el bikini a escondidas. Entonces, no podría bañarse, pero le diríamos que en nuestra casa había algún bikini y que le podríamos dejar. Evidentemente, en nuestra casa no había ningún bikini. El plan era comprar un minibikini para poder ver su culazo mejor. Fuimos a una tienda de bikinis y compramos el que más nos gustaba. Era un bikini color naranja, cubría bien los pechos, pero la parte de abajo era un pequeño tanga que viendo su culazo no le cubriría casi nada.
Al final, llegaron a nuestra casa y empezamos a cenar con algunas copas. Aprovechamos ese momento para coger su bolso y romperle un poco el bikini con unas tijeras. Después de cenar pusimos algo de música y empezamos a jugar a unos juegos de beber en 3 equipos mezclados. Nosotros nos pusimos con la culona. Para aumentar la emoción dijimos que el equipo que perdía se tenía que tirar a la piscina y todos aceptaron. Como es obvio, nosotros estuvimos fallando a propósito sin que se notase y quedamos últimos.
Llegó el momento de la verdad y nos preparamos para saltar a la piscina. Al poco rato la culona apareció y nos dijo que no se podía tirar, ya que el bikini se le había roto. En ese momento todos empezamos a abuchearla, diciéndole que eso no era una excusa y que las promesas había que cumplirlas. Algunos le decían que se tirase desnuda, otros en ropa interior… y se puso rojísima, pero dijo que en ropa interior no se iba a tirar porque luego tenía que volver con esa ropa y no la quería mojar y desnuda mucho menos.
Le miré a mi amigo y pusimos el plan en marcha. Le dijimos que en casa igual había algún bikini y fuimos con ella a mirar en los diferentes armarios. Le dijimos que solo habíamos encontrado uno y se lo dimos. Al principio se puso muy contenta, pero al ver el tamaño del bikini nos dijo que eso no le iba a entrar. Nosotros le dijimos que seguro que sí, y que era su única oportunidad. Se fue al baño a cambiarse y en un rato salió. No podíamos creer lo que estábamos viendo, no tenía unos pechos muy grandes, pero con ese bikini tan prieto se le marcaban muchísimo y se podía ver todo su culazo, ya que el tanga era enano y lo tenía muy muy prieto. Nos dijo que no podía salir así que se le marcaba todo y que no le cubría nada el culo. Le dijimos que no pasaba nada, que en el agua ni se notaría. Y eso es lo que hizo, salió disparada para que nadie la viese y saltó a la piscina. Mi amigo y yo nos quedamos en slips y también saltamos a la piscina que ya se nos estaba poniendo morcillona.
En la piscina nos pusimos cerca de ella y estuvimos bromeando todo el rato, diciéndole que habíamos perdido por su culpa etc. Ella estaba bastante incómoda y nos comentó que ese tanga le apretaba mucho. Nosotros le dijimos que era normal, que tenía un culo muy grande, pero que a nosotros nos encantaba. Después de unas copas ya todos estábamos algo salidos y ella nos dijo que su culo era demasiado grande, que tendría que adelgazar algo.
Nosotros le dijimos que era la chica que más nos gustaba de todas y que a todos los hombres nos gustan chicas culonas como ella. Disimuladamente empezamos a tocarle un poco el culo debajo del agua y al no decirnos nada nos dimos cuenta que no le incomodaba, en algún momento incluso le agarramos el trasero. Nosotros ya teníamos la polla durísima, era el mejor culo que habíamos tenido en nuestras manos con diferencia. Eso sí, lo teníamos que hacer todo con mucho disimulo, ya que no queríamos que los demás se enterasen.
Después de un rato, dijeron que era muy tarde para seguir con la música en la piscina y empezaron a ir dentro de la casa para seguir con la fiesta. Cuando se fueron todos, la culona nos dijo a ver porque no íbamos nosotros también, pero le dijimos que no podíamos salir de la piscina con esa erección y para nuestra sorpresa nos agarró las pollas con las manos para comprobarlo. Ya las teníamos durísimas y en esos slips mojados se marcaba todo. Ella se empezó a reír y nos dijo que teníamos razón, que así no podíamos ir donde los demás.
Los tres ya estábamos muy muy calientes y le dijimos si quería venir a nuestra habitación a pasarlo bien. Ella accedió sin dudarlo y entramos en la casa por otra puerta para que los demás no nos vieran.
Nada más entrar en la habitación se quitó el top de arriba y nos dijo que ya no podía aguantar más, que le apretaba muchísimo. Cuando se lo soltó salieron sus tetas botando de lo prietas que estaban. Nos miró y nos dijo que nosotros también nos podíamos quitar el slip, que total de lo mojados que estaban se notaba todo y era como no llevar nada. Yo llevaba unos slips color azul claro y los de mi amigo eran blancos, por lo que al estar mojador y con las pollas tan duras se transparentaba todo.
Nosotros ya no podíamos aguantar más y le dijimos si podía quitarnos ella los slips. Agarró los dos slips a la vez y nos los bajó hasta las rodillas. Nuestras pollas salieron totalmente disparadas. No tenemos pollas gigantes, pero tienen buen tamaño y son bastante gruesas. Era la primera vez que estaba con mi amigo en una situación así, pero a los dos nos daba muchísimo morbo. Le dijimos a la chica que las teníamos tan duras por su culpa y que no nos podía dejar así. Primero las agarró con las manos y empezó a pajearnos poco a poco. Luego nos preguntó si podía comerlas y le dijimos que por supuesto. Primero empezó por los huevos y fue subiendo poco a poco hasta meterlas en la boca. Tenía pinta de haber comido bastantes pollas, ya que lo hacía muy bien y se le veía muy segura.
Al final ya no podíamos más y le dijimos que se pusiese a cuatro patas en la cama. Estaba sin el top de arriba, pero todavía tenía el tanga puesto. Puso su culo en pompa y era realmente increíble. Tenía unos muslos bien desarrollados y un culazo redondo y moreno que ya les gustaría a muchas pornstars. Teníamos que aprovechar bien esa situación ya que seguramente no veríamos un culo así en nuestras vidas. Intentamos bajarle el tanga, pero de lo prieto que lo tenía y en la posición en la estaba era imposible. Tuvimos que coger unas tijeras y cortarlo por un lado. De lo prieto que estaba las tiras del tanga salieron disparadas y pudimos contemplar su enorme culazo. No podíamos aguantar más y empezamos a follarla poco a poco, incrementando la intensidad con el paso del tiempo. Nos íbamos turnando y cada vez lo hacíamos más fuerte. Al rebotar contra su culo el sonido que hacía nos ponía todavía más y al final nos corrimos en poco tiempo.
Luego nos duchamos y seguimos con la fiesta como si no hubiese pasado nada, pero sin lugar a dudas fue el día que mejor me lo pasé. Todavía sueño con ese culazo.