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La historia de un chileno
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Seducirla llamar su atención no tenía que esperar ni un segundo, no fuera a llegar alguien más a invitarla a bailar, me dirigí hacia ella le hice la invitación para que me acompañara al centro de la pista y aceptó gustosa, a las vueltas en el baile su falda se subía un poco más sus piernas preciosas y en una que otra vuelta rápida enseñaba un bonito calzón corte francés, no le importaba ella seguía en lo suyo divirtiéndose.

Al término de la canción la llevé a mi mesa y le invité una bebida, “tequila está bien“.

Contesto doble si se puede, claro por supuesto aprobé, dos tequilas más Columba estaba un poco ebria, desinhibida estaba feliz, acerque mi boca a la suya y me respondió con un beso apasionado al cobijo de la semioscuridad puse mi mano en una de sus piernas y empecé a sobarla, todo se volvió intenso mi mano llegó a su pantaleta y ella abrió ligeramente las piernas su vagina empezaba a mojarse la humedad traspasaba la tela de la prenda y un grato olor salía de abajo era increíble el momento, como pude hice a un lado su pantaleta he introduje un dedo en su vagina era grandioso sentir esa humedad en un movimiento brusco retiró mi mano, creí que era todo pero no fue así levanto sus caderas y se quitó la pantaleta la cual me la dio a guardar enseguida volví a colocar mi mano pero esta vez le hundí dos dedos y empecé a masturbarla cinco u ocho minutos bastaron para que llegara al clímax, su orgasmo fue grande y ruidoso algunas personas voltearon hacia nosotros sabían perfectamente lo que había pasado y también los de seguridad los cuales nos invitaron a retirarnos del salón.

Ya afuera Columba me agradecía a su manera con unos ricos besos su mano derecha se deslizó hacia abajo llegando a mis testículos y mi miembro que tenía una erección al máximo, hay que aliviar esto me sugirió “conoces algún hotel cercano o quieres que te ayude en el coche“. Fuimos al primer hotel que encontré, apenas entramos a la habitación Columba se arrodilló me bajo el pantalón y empezó a chuparme la verga era grandiosa sabía muy bien lo que hacía aunque trate de contenerme terminé eyaculando en su boca, trago todo semen que deposite en su boquita sin dejar salir una sola gota más aún me limpio todo el miembro con su lengua recorrió toda mi verga era una cosa fabulosa su lengua desde los huevos hasta el glande, succionaba mi cabeza suavemente que me empezó a parar el miembro nuevamente, la empecé a desnudar de la cintura hacia abajo la coloqué sobre la cama y empecé a penetrarla, sus piernas estaban sobre mis hombros había un detalle no me puse un condón y sus movimientos de cintura y pelvis estaban por sacar mis mocos e inundar su vagina, no quería correr el riesgo de un embarazo así que me retire suavemente ella en su sorpresa me pregunto que pasaba le expliqué, no hay problema penétrame por detrás contesto, queee imagínense me estaba ofreciendo su pequeño, su ano le iba a romper su culito, llame a recepción pidiendo un lubricante pero no lo hubo, ella se puso en cuatro patas de perrito como se dice penetra mi vagina mi conchita esta empapada y sin explotar cuando tu verga esté bien mojada con mis jugos me rompes el culo, y así fue se dificultó mucho pero logré penetrarla por el pequeño una vez pasado el dolor empecé a bombear con fuerza puse mi mano en su vagina y alcance su clítoris nuevamente la masturbe mientras la bombeaba por su culito, fue súper cuando llego al orgasmo me dio un apretón con sus nalgas que hizo que me derramara dentro de su chiquito su esfínter se fue aflojando poco a poco cuando termine de salirme un poco de mi semen salió de su trasero.

Ahora veinte años después sigo disfrutando del culito de la que ahora es mi esposa no ha bajado la intensidad, se me olvidó comentarles que Columba es una escandalosa cuando cogemos y ahora con dos hijas adolescentes tenemos que esperar a que salgan de chopin o al cine para reventarle el culo a mi mujer o en ocasiones algún hotel lejano donde no nos conozcan para que mi esposa pueda gritar a gusto sus orgasmos.

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