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Soy la putita de mis dos pervertidos amigos
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Tiempo de lectura: 7 minutos

Relato anterior, “Mi roomie me rompe el culo vestida de nena con sorpresa”, dejo el enlace al final del relato. 

Me había convertido en la putita de mis dos roomies, ahora tenía dos machos que complacer, los cuales se turnaban para coger y dormir conmigo, aunque a veces me tocaba que llegaban ambos a mi cuarto, esa era mi rutina de Domingo a Jueves, los viernes no me dejaba coger ya que el fin de semana era de mi novia Adriana y necesitaba reposo para poderla complacer, Adriana era la otra parte de mi ser.

Dejé el equipo de futbol, ya me costaba jugar con la colita rozada, ahora las tardes las pasaba en el departamento ya que la mayoría de las clases eran en la mañana, solamente tenía una clase en la tarde y eran miércoles y viernes.

Pablo era mucho más cachondo que Luis, también tenía sus clases durante la mañana, así que coincidíamos en las tardes en el departamento, apenas llegaba se desnudaba y así andaba, desnudo, exhibiendo su cuerpo, sabía que me calentaba verlo, yo dejé también de preocuparme y me encantaba andar en bóxer, los cuales desaparecían siempre que estaba Pablo y en ocasiones Luis, que también llegaba en las tardes, aunque con menor frecuencia, Pablo llegaba de la escuela o de jugar basquet y así todo sudado se desnudaba, se quitaba el bóxer y me lo ponía en la nariz para que lo oliera, húmedo, oloroso, aspiraba profundamente, mi olfato se impregnaba de su aroma a macho, me embriagaba, incluso salivaba con mayor intensidad, sabía cómo prenderme el desgraciado, se sentaba en el sillón abierto de piernas y me hacía mamarle su verga y sus huevos, me encantaba el olor que desprendía su verga sudada, un olor a sudor y a macho penetrante, le mamaba la verga hasta que me dolían las quijadas, en ocasiones eran deliciosos 69 en lo que mientras mamaba su verga me dedeaba y chupaba el culo haciéndome gemir de placer, me la metía hasta la garganta y tenía arcadas que me dejaban sin respiración, pero con el tiempo me fui acostumbrando y logré meterme su verga sin problema, también me costaba tragarme su semen, era demasiado viscoso y me causaba náuseas en la garganta, pero poco a poco le fui hallando el gusto y después me excitaba mucho tragar el semen calientito recién salido de su verga, sentir como salen los chorros de leche e inundan mi boca era de lo más excitante, saborear su fuerte sabor saladito y dulzón y sentir como atraviesa mi garganta me encantaba, tragaba todo su semen con avidez hasta dejar su verga limpia y brillante, no sé de dónde sacaba tanta leche, pobres de sus huevos pensaba, trabajaban horas extras para generar ese rico néctar para mi deleite y todo esto solo era el preámbulo, no me dejaba coger, eso lo tenía reservado para la noche, después de ir a ver a mi novia, sólo era un entremés delicioso, después del cual me bañaba y me cambiaba para salir con Adriana, para que al regresar al departamento me dieran alguna cogida fenomenal Luis o Pablo, o ambos, generalmente ya estaban esperándome deseosos de descargar toda su fogosidad, éramos jóvenes y con las hormonas muy alborotadas, por lo que sólo pensábamos en coger, coger y coger.

Con Luis también llegaba a tener esas sesiones en la tarde previas a los encuentros nocturnos, pero eran más esporádicas, tenía clases en la tarde, pero no me perdonaba en las noches después que llegaba de mis citas con mi novia, pero cuando las llegaba a tener en la tarde también eran excelentes, y con frecuencia también estaba Pablo, su verga era más dulzona que la de Pablo y al ser más delgada me cabía mejor en la boca, cuando hacíamos el 69 además de chuparme el culo y dedearme me llegaba a chupar los huevos y el perineo y en ocasiones la verga, y no lo hacía mal, me hacía gozar mucho, así también, como tenía un culito chiquito, pero redondito, lampiño y apetecible me encantaba morderle suavemente las nalgas y chuparle tanto las nalgas como su culito y no tenía ningún reparo, al contrario, le gustaba que lo hiciera, lo disfrutaba mucho.

En cualquier momento podía llegar Pablo y meterme mano, incluso si me estaba bañando, entraba Pablo y me enjabonaba en forma muy cachonda, y yo también disfrutaba enjabonando su cuerpo y su verga, se repegaba a mi cuerpo y me encantaba sentir el contacto de su piel húmeda y caliente sobre la mía, su verga jugando con mis nalgas, quería penetrarme pero no me dejaba, si lo dejaba masturbarse con mis nalgas, me las enjabonaba y cerraba mis piernas envolviendo con mis nalgas su verga y así se masturbaba hasta que descargaba su leche en medio de ellas, era un roce muy erótico y en ocasiones venció mi resistencia y lograba penetrarme, lo hacía muy suave, sabía que esa era la forma de conquistar mi culo, usando el jabón o shampoo como lubricante, gemía de placer y acababa con su verga dentro de mi culo, llenándome las tripas de su tibia leche, era muy imaginativo, y en una ocasión después que acabó siguió moviéndose por un largo rato, sentí que su verga ya no estaba tan firme, pero seguía moviéndose, hasta que me penetró profundo y sentí un chorro ardiente dentro de mis entrañas, pensé que se había corrido nuevamente, pero la sensación era diferente, el chorro era menos espeso, abundante y más caliente y me causaba un leve ardor en lo más profundo de mi culo, sentía que me llenaba por dentro e incluso que mi abdomen se abultaba de tanto líquido, se estaba orinando el cabrón, sentir su ardiente líquido en mis entrañas fue una sensación muy extraña, pero lo disfruté, cuando terminó de descargar su orina dentro de mi cuerpo, sacó su verga y torrentes de orina y esperma salieron de mi culo, literalmente estaba orinando por el culo, mi cuerpo se estremeció, fue una sensación de placer enorme y diferente, jamás experimentado.

Era el colmo, me había usado para descargar sus orines como un retrete humano, como la más puta de las putas, le recriminé que me hubiera usado como depósito de sus orines y sonriendo solamente expresó:

– ¿Pero te gusto?, ¿Sí o no?

No me quedó más remedio que aceptarlo, fue algo diferente, tal vez sucio, pero me encantó.

Los desayunos también se convirtieron en algo muy erótico, Pablo se bañaba y se sentaba a desayunar completamente desnudo, con frecuencia con la verga parada y me hacía hincar bajo la mesa para mamarle la verga, habitualmente se unía Luis, que no desperdiciaba la ocasión, así que me convertí en una experta mamadora de vergas y sabía cómo hacerlos gozar al máximo y acabar en mi boca, disfrutando mi ración diaria de leche como desayuno.

Recuerdo que en una ocasión Pablo sacó un yogurt de fresa del refrigerador y me preguntó:

– ¿Quieres?

Le contesté afirmativamente y lo que hizo fue meter su verga en el recipiente y llenar la cabeza de su verga de yogurt, la acercó a mi boca y en forma golosa empecé a mamársela saboreando el delicioso sabor del yogurt combinado con el sabor de verga de macho, era riquísimo, metía mi lengua entre su prepucio y la cabeza de su verga para extraer el yogurt, así me estuvo alimentando por un rato, hasta que me prendí como becerro a su verga y no se la solté hasta que le saqué su deliciosa leche, la saboreé en mi lengua, junto con los restos de yogurt.

– mmmm, que glotona eres princesa, te encanta el yogurt así, pero sabes, yo también quiero yogurt, ven levántate y recárgate en la mesa.- Dijo

Obedecí y abrí las piernas mientras mi pecho se posó sobre la fría mesa de madera del comedor, quedando con el culito levantadito y expuesto, sentí que me quitaba el bóxer y abría mis nalgas, un líquido frío y viscoso cayó en medio de ellas, Pablo hundió su cara y empezó a succionar, su lengua daba vueltas por mi esfínter y me hacía gemir con cada lengüetazo, puso otro chorro de Yogurt en mi culo y ahora empujó sus dedos en mi interior para meterme el yogurt dentro, siguió succionando el yogurt de mis nalgas y culo en forma divina y cuando terminó abrió bien mis nalgas y metió la punta de su lengua en mi interior, extrayendo con su lengua el yogurt dentro de mi colita, me abandoné al placer, mil sensaciones recorrían mi cuerpo, me relajé y aflojé la colita gimiendo como puta, me retorcía en la mesa y jadeaba sin parar cuando llega Luis y dice.

– Mmmm, que rico desayuno, ¿me invitan?

– Claro Luis, acércate sabe delicioso.

Pablo depositó más yogurt en medio de mis nalgas y me metió otro poco con sus dedos, empezaron a succionar el yogurt en forma alternada, mil calambres recorrían mi cuerpo en cada succión, me volvía loco de placer, un poco del yogurt resbaló a mis huevos y Luis se encargó de succionarlo son su lengua, la sensación de la lengua y labios de Luis en mis huevos me causó otro calambre.

Pablo embadurnó sus dedos con yogurt y me metió dos dedos, pero ahora me llegaron muy profundo, di un respingo, apreté las nalgas y un gemido de placer salió de mi boca, en cambio Luis se embadurnó de Yogurt la verga y la dirigió a mi boquita, abrí la boca y me la metió, profundo, fue el desayuno más rico de mi vida, me encantaba que fueran tan fogosos y cachondos, pronto sentí la punta del nabo de Pablo llena de yogurt resbalando por mi rayita y presionar en la entrada de mi culo, abrió más mis nalgas y me fue enterrando su garrote usando el yogurt como lubricante, hasta que sentí sus huevos golpear los míos, se recostó sobre mi cuerpo y me comenzó besar mi cuello y nuca, su lengua recorría mi piel lascivamente, mientras seguía metiendo y sacando su verga con fuerza, mis gemidos se ahogaban con la verga de Luis que me tomó del pelo y empezó a cogerme por la boca, me la enterraba profundo hasta sentir la pelambre de su ingle en mi nariz, y me llegó el olor de sus huevos, estaba como ensartado con una verga larga que me entraba por el culo y me salía por la boca.

Así estuvieron dándome duro, Pablo me enterraba la verga hasta los huevos y la movía en círculos, deliraba de placer, mi saliva chorreaba por la verga de Luis, continuaron embistiéndome duro y arreciando sus embestidas cada vez más rápido y con fuerza hasta que ambos se corrieron intensamente en mi interior, la leche de Pablo inundando mis entrañas y chorreando por mis nalgas y piernas y la deliciosa y calientita leche de Luis depositada en mi boca y chorreando por la comisura de mis labios.

Cabe señalar que ese día no llegué a la primera clase, ni a la segunda y estoy seguro que Pablo y Luis tampoco llegaron, esos deliciosos desayunos se siguieron repitiendo, y a pesar de mis negativas no fueron pocas la veces que lograron vencer mis defensas y cogerme, en forma alternada por mi boca y culo y como imaginativos y cachondos que eran, siempre había algunas variantes, en ocasiones, sobre todo Pablo, me hacía mamar su verga y cuando estaba a punto de venirse lo hacía sobre un tazón lleno de cereal, grandes cantidades de semen salían disparados de su roja cabeza hacia el tazón con una puntería asombrosa, a veces Luis se unía a este juego y era el semen de ambos el que se depositaba en el tazón y posteriormente se llenaba de leche y lo ponían en la mesa, ante la mirada divertida de ambos, ya me había acostumbrado a al sabor de su semen y me comía el cereal con glotonería, el cereal tenía un sabor diferente, pero rico, algo dulzón y un toque amargo, conforme me iba comiendo el cereal y absorbía la leche el sabor se iba haciendo más intenso, si, la mayor cantidad de semen quedaba al fondo, así que después de terminar el cereal y dar los últimos sorbos de leche, lamía el fondo del tazón, tomaba su semen con mi lengua y lo saboreaba, abriendo la boca para que vieran el viscoso líquido, eso los prendía mucho también, perdí muchas clases gracias a estos dos calenturientos, sobre todo en las mañanas, eran incansables, incluso cuando estudiaban para preparar sus exámenes, me tenían bajo el escritorio, hincado, mamándoles sus vergas, o bien cuando veían televisión ahí estaba yo, con alguna verga dentro de mi boca, hasta que mis mandíbulas dolían, solamente respetándome los días Viernes, ya que les supliqué me dejaran descansar o no podría cumplirle a mi novia, me dejaban exhausto pero feliz.

Esa rutina se repitió por algunos meses, hasta que todo cambió, pero eso se los cuento en el siguiente relato.

Espero sus comentarios al correo [email protected].

Relato anterior:

Mi roomie me rompe el culo vestida de nena con sorpresa

Mi roomie me rompe el culo vestida de nena con sorpresa (2)

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