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Situación difícil para mi, en las duchas
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Hola. Mi nombre es Luis Alberto, tengo 18 años y he decidido darme de alta en este portal, para contar una historia real que estoy viviendo, en estos momentos de mi vida, para saber cual es vuestra opinión sobre este tema y que debería hacer.

Eso sí, recalco, que lo que quiero es saber vuestra opinión de mis actos, pero también espero que os guste, el morbo de las situaciones.

Como ya he dicho me llamo Luis Alberto y hace poco empecé el curso de segundo de bachillerato, del itinerario científico. No soy un estudiante ejemplar, pero tampoco se me dan mal los exámenes, en excepción de los de matemáticas, como a casi todos.

Respecto a mi soy un chico bastante tímido y sin muchos amigos, pero suelo caer bien, en general. Físicamente soy bajito y no tengo una cara atractiva, de hecho, sufro de una enfermedad visual, llamada glaucoma, que hace que mis ojos sean bastante repugnantes. Además de reducir considerablemente mi capacidad visual, ya que para ver bien un objeto tengo que mirarlo fijamente y con la cabeza recta.

El tema es el siguiente, en nuestro curso básicamente solo tengo un amigo con el que me hablo, puesto que solamente él y yo, fuimos los únicos chicos que pasamos primero de bachillerato, todos los demás o se fueron o repitieron. Así que, la situación es esta 2 chicos en una clase de 22 alumnos. Eso sí, la clase se puede llenar en según que asignaturas por repetidores de segundo de bachillerato del curso pasado. Sin embargo, esto no nos concierne.

Mi compañero y amigo, se llama Víctor y es un buen tío. Muy alto, al menos de 1,90 y se parece bastante en mi, en lo referente a la personalidad, es decir es algo tímido y poco sociable. Ahora bien, es bastante más inteligente y mucho más guapo que yo. Es un tipo que me cae bien y que a pesar sus virtudes, más cuantiosas que las mías, no hace ostentación de las mismas. Aunque, alguna vez no he podido evitar sentir algo de envidia, pero aun así me cae bien y le deseo lo mejor.

La situación es la siguiente, nuestro segundo de bachillerato tiene la asignatura de educación física como obligatoria, ya sé que hay muchos centros que en este curso no la imparten, pero en el que yo voy sí, lo cual me es molesto, porque a mí nunca me ha agradado esta asignatura. Siempre se me ha dado falta y sea cual sea la actividad a realizar, yo siempre quedo el ultimo o por allí. Y también otro inconveniente que tiene para mí y que por eso estoy escribiendo este relato, es que nos tengamos que cambiar de ropa en los vestuarios, después de la clase. Pues como ya he dicho. Soy bastante tímido y sobre todo muy pudoroso. De hecho, me da vergüenza hasta quedarme en calzoncillos en el vestuario. Por eso siempre que hago educación física, suelo llevar una sudadera bastante larga, para que cuando me quite los pantalones, nadie me vea los calzoncillos.

El tema está en que en primero de bachillerato, la profesora de educación física era muy buena, ya que su nivel de exigencia era mínimo y en sus clases apenas sudábamos, por no decir que no sudábamos ni una gota. Era una de esas profesoras con muy poca autoridad, y apenas sabia dirigir la clase. Y nunca se fijaba si nos cambiamos o no de ropa. Aunque yo, por respeto a la normativa, siempre lo hiciera.

Este segundo año el profesor es diferente, es buen tipo, pero te hace sudar la gota gorda. Y lo que más me molesto de él es que en el día de presentación, nos dijo que la higiene era un tema muy importante y que era completamente obligatorio: ducharse y cambiarse toda la ropa! Lo cual me dejo helado.

La situación fue que le dio por decir esta norma que, obviamente, era obligatorio tanto para chicas y para chicos. En este curso de educación física, solamente somos 2 chicos: yo y mi compañero Víctor. Respecto a Víctor decir que él también es un chico pudoroso, pues el año pasado no se cambio de ropa ni una sola vez en todo el curso. Yo al menos me cambiaba la sudadera y los pantalones. Y eso me tranquilizaba porque así sentía que no estaba solo. Él tampoco sabía que yo era tan pudoroso.

Al final de la clase de presentación, nos dirigimos él y yo a recoger las mochilas a los vestuarios y justo en ese momento, entro el profesor de educación física, que por cierto se llama Manuel.

Y fue allí cuando nos recalcó que la higiene era un tema delicado y que de ninguna forma iba a permitir que algún alumno la burlase. Ya que otro profesor, compañero de él. Ya le aviso que alguna vez tuvo quejas de otros profesores de otras asignaturas de que los chicos no se duchaban y que eso a la hora de la clase se notaba. Y que por tanto no iba a permitir que se reputación quedase manchada. Entonces, nos dijo claramente que notaba alguna sospecha de que no nos duchábamos, seria capaz de entrar en el vestuario para comprobarlo. Lo cual me dejo petrificado. Él no paraba de decir que le prometiéramos que: por favor, haced el favor de ducharos. Y creo que a la tercera vez que nos lo dijo, Víctor dijo:- Vale, sí nos ducharemos. A lo que él contesto:-entendido, espero no encontrarme con sorpresas.

Nos fuimos a la siguiente clase, la cual era la última del día y era la de tutoría. Yo solamente pensaba en la clase de educación física, Víctor es muy pudoroso así que supuse que cuando dijo que no había ningún problema en ducharnos, lo dijo para hacer callar la profe. Porque yo lo tenía clarísimo, ni él ni yo nos íbamos a duchar. Cada uno tiene sus cosas y las nuestras son que somos muy vergonzosos. Lástima que esta razón no sea suficiente para impedir hacer educación física o para no obligar a los alumnos a cambiarse y ducharse, ya que como ya sabéis y más de uno lo entenderá, si dices que no me cambio a educación física por vergüenza, lo más probable es que no te tomen en serio y que aun estén más pendientes de ti, para vigilar que te cambies, en vez de aceptar tu problema.

Sin más dilación, paso la semana y llego el día. (solamente hacemos gimnasia una vez por semana, durante 2 horas). Yo ese día lleve todo el materia necesario, para darme una ducha y pensé que como mucho, fingiría dármela, es decir si la situación era irremediable por lo que fuese, iría en calzoncillos a la ducha y me mojaría el pelo y ya esta. No le había dicho nada a Víctor de estos temores y yo suponía en todo momento que haría lo mismo que yo. Ahora bien yo tenia pensado una estrategia. Cuando finalizase la clase y fuéramos a los vestuarios, entonces yo iria rápido en quitarme la sudadera, el pantalón y de ponerme la toalla. Y sería justo en ese momento que le diría a Víctor:- te importa que sea yo el que vaya primero a la ducha? Esa era la frase clave y esperaba que contestase que sí. Cualquier otra respuesta podía ponerme la piel de gallina.

Y entonces llego el momento, después de una intensa clase de gimnasia y de haber quedado sudados completamente sudados. Víctor y yo fuimos a los vestuarios y seguí mí estrategia. Rápidamente me quite la sudadera y los pantalones y seguidamente cogí la toalla. Y le pregunte a Víctor:- Te importa que vaya la ducha primero? Ël se quedo parado y tardo 1 segundo a contestar:- a vale, sí. Ufff, esa es la expresión que paso por mi mente en ese momento, fue el gran alivio que tanto llevaba esperando.

Me fui a la ducha, con la toalla puesta y los calzoncillos también. Y logre ducharme sin quitarme los gayumbos y con la mirada puesta en la entrada de las duchas, por si a Víctor le daba por aparecer, que yo en todo momento, pensaba que no lo haría ya que es un tipo de lo más respetuoso.

Me duche, me enrolle la toalla y me dirigí a los bancos. Allí Víctor estaba sentado y con en toalla, cuando llegue a mi mochila, que estaba justo a lado de la suya y que él a la vez estaba al lado de la misma. Se puso de pie y se fue a las duchas.

Mientras Víctor estaba en la ducha, aproveche para cambiarme el calzoncillo y ponerme la ropa limpia. Y es que ese era la mejor parte del plan. Ducharme yo primero para que cuando fuese Víctor, poder cambiarme sin la presencia de nadie en la sala de los bancos. Y así paso, estaba muy aliviado por haberme cambiado sin haber tenido que sufrir ninguna mirada. Y también, estaba muy contento con Víctor, porque ahora ya había visto que él también esta en la misma situación que yo. Cuando le pedido que me dejase ir primero y me lo ha permitido, es porque él sabe que somos muy pudorosos y que por tanto tendremos un respecto mutuo de ambos. Ahora cuando el volviese de la ducha, me pedirá que me gire o que me ponga en una posición para que no le pueda ver. Mientas tanto, yo me entretenía viendo el Twitter.

Víctor salió de la ducha y vi que se dirigía hacia su mochila, la cual estaba justo un metro a la izquierda de mí. Espere que me dijera que quería sobreguardar su intimidad, mientras yo seguía mirando el móvil.

Y es aquí cuando llega el momento cumbre, cuando Víctor llego a su mochila, se quito la toalla y empezó a secarse con la misma… Se me corto la respiración, porque la situación ya no era la esperada. He de decir que yo no tenia a la vista el cuerpo de Víctor. Hubiese tenido que mover la cabeza hacia la derecha para verlo, pero evidentemente no lo hice. No quería tener problemas con él y no quería que viese que yo le miraba mientras se secaba. Pero la situación fue agónica.

Entonces por un momento se me llego a pasar por la cabeza que Víctor, estaba en calzoncillos, como yo al llegar. Pero no, porque recordaba haber mirado la ropa sucia de Víctor mientras él se duchaba, y me fije que había sus calzoncillos usados por allí.

Vaya situación se me había presentado, Víctor secándose desnudo a mi derecha! No daba crédito. Y la verdad, es que quería mirar, quería girar la cabeza y mirar como era su cuerpo. Antes, cuando salí de la ducha, había podido apreciarlo en toalla y sinceramente a mi me impresiono. Sobre todo por su altura, ya que yo soy muy bajito, y al ver lo grande que era, ese cuerpo me dejo sorprendido. Pero no mire, no soy descarado y decidí mantener mi mirada al móvil.

Víctor acabo de secarse, se puso los calzoncillos y seguidamente el resto de la ropa. Mientras se vestía fue cuando pude apreciar que efectivamente Víctor se estaba secando sin calzoncillos que cubriesen su desnudez. No le vi nada de sus partes intimas, pero por los gestos que realizo, pude apreciar que efectivamente no se quito ningún calzoncillo después de secarse.

Salimos del vestuario y allí nos encontramos a Manuel, el cual hizo su chequeo de si nos habíamos duchado y cambiado. Simplemente miro nuestro pelo y nuestra ropa y nos dijo que Ok.

Yo ese día estuve muy pensativo sobre lo que había sucedido. Víctor en bolas a mi derecha y yo pudiendo verle el pene en cualquier momento. ¿Y si hubiese levantado la mirada y hubiese mirado? ¿Se habría enfadado? ¿Se hubiese cubierto las partes? ¿Me hubiese pedido que yo le enseñase mi pene para estar en paz? ¿Cómo pudo hacer con esa naturalidad? Es un chico tímido como yo ¿A lo mejor no es pudoroso? o ¿a lo mejor piensa que hay confianza? O como sabe que no veo bien de la vista, ¿Piensa que no podría verle sus partes con nitidez?… Al fin un millón de preguntas relacionadas con este tema. No obstante, mientras pensaba en todo ello, yo no podía contener algo de excitación, así que hubo momentos en que se me puso dura. ¿Sere gay? Pero no puede ser a mi las tías me parecen atractivas. ¿Seré bisexual? Todo un galimatías…

Ahora es cuando voy a la siguiente semana y precisamente es esta donde se produce lo que más me llamo la atención y por la cual estoy escribiendo este relato.

Vamos directamente a clase de educación física. Concretamente una vez finaliza esta. Una vez hemos acabado los ejercicios de ese día. Nos vamos al vestuario y a las duchas. Debo decir que no siempre tenemos los mismos vestuarios en educación física. Tenemos tres, y los vamos cambiando según la disponibilidad que tangamos, con otros grupos de formación profesional. Nosotros ya nos conocemos los tres, por la educación física del año pasado.

En el de esta semana, hay primero una zona de bancos que tiene forma rectangular, donde los bancos están pegados en la pared y luego hay un pasillo que va a una sala rectangular como la de los bancos, donde hay las duchas acopladas en las paredes, y dos muros de un metro de altura que sirve como protector de miradas, cada uno en un lado.

El tema esta en que los bancos estaban ocupados por cajas de cartón y solamente una renglera estaba disponible, que era la del fondo. Que es donde nos situamos para dejar las mochilas y las bolsas de gimnasio.

El tema estaba en que esa renglera de bancos estaba cubierta por una estantería que iba de un extremo hacia el otro. Y esa estantería estaba a 1,70 metros de altura (aproximadamente). Yo mido 1,60 metros, así que las estanterías quedan por encima de mi, pero Víctor mide 1,90 metros y por tanto su cabeza queda por encima de la estantería. Entonces, cuando yo me siento en el banco para dejar el equipaje, a Víctor le da por decir:-yo lo dejo aquí arriba que me queda más cerca. Lo cual es lógico.

Sin embargo, vi en seguida donde estaba el problema. Si volviéramos a repetir lo mismo que lo de la semana anterior, la cabeza de Víctor estaría por encima de la estantería y yo estaría debajo de la misma. Con lo cual, no habría contacto visual en ningún momento entre yo y él. Y por tanto en caso de mover la cabeza hacia la izquierda, entonces yo podría ver a Víctor tal y como él saliera de la ducha! Aunque, estaba convencido que esta vez, dada esta situación, Víctor me pediría que no mirara o algo así. Yo, en mi mente, solo pedía que me dejase duchar primero como la ultima vez.

Llegamos al vestuario y yo hice como el anterior día. Me quite la sudadera y luego el pantalón chandal, me puse la toalla, cogí el jabón y le pregunte a Víctor si le parecía bien que yo fuese primero y luego él. Y me volvió a contestar que sí. Respuesta que me puso contento. Mientras me duche, lo hice como la ultima vez, me duche en calzoncillos y mirando en todo momento el acceso a las duchas por si a Víctor le daba por aparecer. Pero no apareció, como ya suponía es un tipo de lo más respetuoso.

Me acabe de duchar y fui a la sala de los bancos, donde Víctor se encontraba de pie frente la estantería y en toalla. Ese momento puede contemplar su espalda al completo y me fije que tenia algunos granos en la parte superior. Me oyó, se giro, me pregunto si ya estaba, lo cual era evidente y se fue a la ducha. Una vez desapareció de mi campo visual, me quite los calzoncillos que llevaba, me puse los limpios y el resto de la ropa. Esta vez yo no podía ver el equipaje de Víctor, ya que lo tenía encima de la estantería de 1,70 metros de altura. Me senté en el banco y empecé a ver el Twitter en el móvil, como la última vez.

Ante todo yo, ya estaba aliviado, por como habían ido las cosas. Pues mi intimidad sigue entera por segunda semana y eso a mi me alivia mucho. Estaba respaldado en la pared, viendo el móvil y esperando que Víctor volviese de la ducha. Esta vez, dada la situación estoy seguro que Víctor me iba a pedir que me levantara y girase la cabeza para que no tuviese contacto visual de él, mientras se vestía.

Y Llego el momento, oí como Víctor salía de la ducha y lo vi con la toalla cubriéndolo de cintura hacia abajo y con un neceser en la mano izquierda. Se estaba aproximando, hasta que llego a su sitio en la estantería. Esta vez lo volvía a tener a mi izquierda como la anterior vez, pero algo más cerca, solamente a medio metro de mi.

Yo estaba esperando que me dijese algo y entonces. Tachan, tanchan. Se quito la toalla. Y empezó a secarse la barriga y luego el pecho. Yo ya tenia la respiración cortada en ese momento. Aun no le había visto nada, porque la toalla que llevaba era muy extensa y le cubra sobradamente hasta la mitad de las piernas. Pero justo en ese instante, empieza a secarse la espalda.

Es en ese momento, cuando tengo su pene a menos de un metro de mis ojos. Y dios mío, vaya pedazo de polla tiene. Grande no, gigantesca tal vez, pero desde mi punto de vista, yo la categorizaría de monstruosa. Mi mirada se quedo pegada ante tal asombroso miembro, que entre otras cosas a destacar era muy muy peludo. Tan peludo que me atrevería decir que hay más pelo entre las piernas de Víctor que en toda mi cabeza. De vez en cuando mi mirada se dirigía un instante hacia arriba para comprobar que Víctor no me miraba, pero al cabo de un nanosegundo volvía a bajarla para seguir contemplando tal prodigio. Santo dios creo que solo tres centímetros de distancia había entre las rodillas de Víctor y él capullo de su miembro, el cual no estaba operado de fimosis. Era bastante grueso y tenía un pequeño granito en el medio.

Era una situación altamente excitante para mí y según podía comprobar Víctor no paraba de secarse con la toalla, había pasado un minuto ya desde su exhibición, Y él no me veía a mi.

Hubo un momento en que se me paso por la cabeza la espeluznante idea de hacerle una fotografía con el móvil. Así podría contemplar el pene de Víctor, cuando quisiese. Pero la verdad, me parecía una idea muy injusta y que no tenía ningún tipo perdón. Es decir, Víctor me permite salvaguardar mi intimidad hasta el punto en que ni siquiera tengo que mostrarme en calzoncillos en su presencia, y yo voy y le hago una foto de sus partes. Era una acción demasiada impura para mi conciencia. Aunque la verdad tenía ganas de hacérsela.

Víctor paro de secarse y luego empezó a ponerse el desodorante, mientras seguía con la polla al aire. Me parecía una situación de lo más anormal. ¿Cómo podía Víctor estar tan tranquilo con su monstruosa tranca al aire? Además el había visto mientras regresaba de la ducha que yo tenía el móvil en mi mano, ¿Cómo podía estar seguro de que no le fotografiaría? ¿A lo mejor la idea de fotografiarlo? ¿Era una locura que solo a mí se me pasaba por cabeza? ¿Estoy mal de la cabeza?…

Finalmente Víctor se puso el calzoncillo y acabo de vestirse. Recogió sus cosas de encima la estantería y nos fuimos. Manuel, el profe, volvió a chequearnos, para comprobar que habíamos seguido las medidas de higiene y nos fuimos a la siguiente clase. Tutoría. Mientras fuimos yo no me atreví a decirle nada a Víctor. No veía ningún tema de conversación para romper el hielo. En mi mente, cuando cerraba los ojos, seguí viendo la polla de Víctor. Sinceramente, no me reconocía, no asimilaba lo que había pasado. ¿Un tipo tan pudoroso como Víctor en bolas a medio metro a la izquierda de mi cara? Aquí había algo que no cuadraba.

Antes de empezar la clase de tutoría, Víctor empezó a dar conversación sobre una serie que emitían en la tele ese día. Y yo también entre en la conversación, para romper el hielo que yo tenía en mi mente.

El día acabo y nos fuimos a casa. Esa noche le conté a mi hermano, todo lo que había pasado, detalle a detalle, tal y como lo he explicado en el relato. Solamente, omití la parte del deseo de hacerle una fotografía con el móvil, pero todo lo demás fue contado con pelos y señales. Mi hermano no es un tipo pudoroso como yo y ya sabía de días atrás de la situación en que me encontraba. Siempre me decía que no tenía que preocuparme por estas situaciones, que lo mejor que podía hacer, era despelotarme en el vestuario e ir a la ducha en bolas y volver de la ducha en bolas mojadas. Lo que más me llamo la situación es que cuando le dije que Víctor se había quedado casi frente a mí con la polla al aire durante 2 minutos, mi hermano me dijo:-Luis, hermano, pero por qué no le hiciste una fotografía a esa polla que tan monstruosa afirmas que es, yo también quiero ver esa polla tan monstruosa.

-A lo que conteste:- Pero no quiero meter a Víctor en un tormento, y ni yo quiero meterme en un marrón- Mi hermano me dijo entonces:- ¿Marrón? Por favor Luis, mientras no publiques ni difundas la imagen, nunca te pasara nada ni a ti, ni a Víctor. ¿Crees que serias el primero en hacerlo?, Vamos vamos Luis, con lo que gusta mirar, dudo que haya un solo vestuario en el mundo, donde al menos, un individuo, saque imágenes de la gente en bolas del mismo-. Esta ultima frase me dejo petrificado. Yo nunca lo haría, la verdad me parece algo muy fuerte.

Y es aquí donde termino este relato. Ya hace algún tiempo que empezó el curso y ha habido más situaciones desde entonces. Si les interesa este primer relato, a lo mejor cuento alguna que otras más. Pero lo que realmente quisiera son vuestras opiniones sobre todo esto.

¿Creéis que debería tomar una fotografía del pene de Víctor?

¿Cómo puedo quitarme el pudor de encima?

¿Es normal que un tipo como Víctor se despelote en el vestuario?

… Muchas gracias

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