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La gran noche
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Tiempo de lectura: 7 minutos

Llegamos al el salón de fiestas a celebrar la graduación de mi prima, estuvimos en familia varias horas conviviendo, en nuestra mesa yo tomaba tequila desde mi silla de ruedas y bailaban a los que les gustaba bailar, ya era algo tarde y mi mama, mi hermana y yo decidimos que era suficiente porque el camino de regreso era largo.

Al llegar a nuestra casa y donde yo vivía en el segundo piso, mi hermana me ayudo a subir las escaleras para llegar hacia mi recamara, yo tenía ganas de seguir bebiendo así que la invite a que me hiciera compañía y acepto la invitación, elegimos que fuera en mi recamara que además era bastante grande, ahí yo tenía mi computadora y así podríamos escuchar música para ambientar el momento, siendo así entramos con botellas y vasos y al estar ambos dentro de la recamara detrás de nosotros la puerta se cerró para ocultar eternamente lo que estaba por suceder y que ninguno de nosotros dos hasta ese momento se imaginaría, ya estando dentro nos acomodamos y ella se sentó en la cama mientras servía los tragos, yo pregunte que música quería escuchar, hablábamos de cualquier cosa.

De repente mi hermana se ponía de pie y bailaba y cantaba al ritmo de la música que escuchábamos, ella era alegre y además se sentía a gusto y lo manifestaba, al paso de las horas y cada vez más tomados pero sin dejar de beber botella tras botella tanto alcohol nos desinhibió un poco, yo jamás planee lo que sucedió, pero debo reconocer que fue la consecuencia de pequeños sucesos y circunstancias ocurridas con anterioridad, a partir de ese momento la velada tomo otro rumbo y lo que sucedió a continuación fue el resultado de la complicidad entre dos personas que disfrutaban de la vida dejándose llevar, ella esa noche lucia particularmente encantadora, enfundada en un vestido negro de noche, era corto y de tela muy ligera con olanes transparentes en la parte baja a la altura de sus muslos y que mostraba las perfectas formas de su cuerpo, esa noche no llevaba medias por lo que sobresalían sus torneadas piernas desnudas, era el cuerpo de una mujer de treinta años en todo su esplendor, ese día en la fiesta mi hermana atrajo todas las miradas de los ahí presentes porque nadie absolutamente nadie lucía como ella se veía, una mujer de ensueño.

En algún momento de la noche active la cámara web que también servía para tomar fotos y video, entre platicas y risas, le dije debo tomarte unas fotografías para inmortalizar este momento y ella accedió gustosa, se puso de pie y se alejó de mí y de la cámara a un lugar donde pudiera enfocarse mejor y la lente pudiera captar la belleza y lo escultural de su cuerpo, se colocó en diferentes poses pues ella era toda sensualidad y erotismo bajo los influjos del alcohol, siendo así capture docenas de imágenes, ella con los tragos que tomaba se atrevía a manifestar su soltura y alegría, y a que mujer no le gusta sentirse bella y que le tomen fotos llenándola de halagos, verdaderamente lucia muy sexy y tenerla a pocos metros de mí y verla posar estaba provocando sensaciones extrañas en mi cuerpo y en mi mente, porque si somos hermanos pero en ese momento también éramos hombre y mujer.

Todo se reducía a tener tan de cerca a una mujer hermosa y estar ambos bajo los influjos del alcohol puede ser una combinación muy riesgosa no importando que esa mujer sea tu hermana, me estaba excitando y se lo que es la excitación pero esto tenía un plus, era un extra que solo da lo prohibido, mi mente comenzó a trazar un plan para disfrutar más de la noche y solo pensarlo elevo mi excitación al máximo y el nerviosismo se apodero de mí y una descarga de electricidad recorrió mi cuerpo entero, para tranquilizarme un poco puse una canción y ella se puso de pie para bailarla haciéndolo de manera muy sensual, movía sus caderas de un lado a otro balanceando su cuerpo con un erotismo total, esto hacía que mis pulsaciones y los latidos de mi corazón se aceleraran.

Para esos momentos considere oportuno arriesgar un poco y al momento de que ella servía otro trago se me ocurrió proponerle que hiciera un striptease, le hice saber lo hermosa que lucía con aquel vestido negro y además quería conocer sus prendas íntimas, esquivo mi pregunta que al parecer le tomó por sorpresa pero entre ella y yo antes había más confianza, hacer un striptease reafirmaría esa noche su belleza y elevaría su ego cómo mujer de cuerpo divino, entonces era su oportunidad de dejarlo todo eso muy en claro, tomando el vaso entre sus manos y bebiendo un poco, así sin recibir respuesta debí actuar pronto porque nuestra convivencia ya había tomado otro rumbo y no podía permitirle regresar, la llene de halagos, alabe sus caderas cómo lo mejor de ella, insinué que su ropa interior debía lucir hermosa enmarcando sus glúteos.

Insistiendo le pedí que me la mostrara, ya daría cualquier cosa en ese momento por verla, en el fondo a pesar de que estaba bastante alegre supuse que nunca lo haría, pero en ese momento entendiendo que quería entrar al juego, se puso de pie y comenzó a subir lentamente su vestido hasta la altura de los muslos, en ese momento por un instante mi corazón se detuvo, eso era verdaderamente excitante, el saber que tenía unas bien torneadas piernas pero verlas frente a ti desnudas no tenía comparación, suponiendo que venía algo mejor no deje de disparar fotografías.

Debí tomar mil en esos segundos capturando todo como si se tratara de una película de cine, cuadro por cuadro y acto seguido bajo el vestido, así perturbado, sabiendo que ya no podía echar marcha atrás le dije, anda atrevete, muéstrame tu ropa interior por favor te lo ruego, sabía que se trataba de una tanga porque era su ropa interior favorita y porque la delgadez de la tela de su vestido lo evidenciaba, después de mis ruegos y ya entrada en aquel juego erótico una vez más volvió a tomar la parte baja de su vestido y muy lentamente volvió a subirlo, tan sensual, poco a poco, primero descubrió sus rodillas y en seguida los muslos de sus moldeadas piernas, ahí al desnudo sin medias de por medio tal y como a mí me encanta.

Casi paralizado otra vez desee que ahora si se consumara y lo hizo, subió el vestido hasta sus caderas y se giró dando la espalda, ahí se detuvo el tiempo, era un acto sublime, por vez primera en toda mi vida pude ver ese hermoso par de nalgas enmarcadas por una linda tanga negra era como un sueño hecho realidad y yo no pude dejar de inmortalizar ese momento con la camarita web, al volver en mis cinco sentidos el ambiente de mi recamara se había erotizado, la adrenalina se elevó de ambos lados, entonces sin yo pedirlo ella tomo otra vez aquel vestido con sus manos, subiéndolo poco a poco pero ahora rebaso su cintura, siguió su vientre y después sus senos protegidos por el sujetador, llego a los hombros y cruzando los brazos saco el vestido de su cuerpo, yo llevaba un minuto sin parpadear, completamente hipnotizado no perdí detalle alguno.

Aquel cuerpo era el más perfecto que había visto en toda mi vida, cada centímetro cada curva resaltada por su piel morena, mi hermana era verdaderamente hermosa y yo nunca lo note hasta aquel día, era la segunda vez que volví en mí y sin recuperarme aun por completo, se giró nuevamente dándome la espalda mostrándome por segunda vez sus monumentales caderas pero ya no estaba el vestido de por medio, mi corazón latía a gran velocidad y sin quererlo ese día nació en mí el deseo prohibido, desee vehementemente a mi hermanita, desee cada parte de su cuerpo, justo en ese momento pude controlar mi cuerpo pero no mis pensamientos, mi mente deseaba tocarla y mi cuerpo no lo permitía, mi mente deseaba besar sus senos, su cuello y subir hasta su boca y mi cuerpo se resistía, mi mente deseo poseerla de espaldas para sentir sobre mi sus caderas y mi cuerpo resistió la tentación, pero nunca pude tener el control sobre mi pene, es como si él tuviera vida propia desobedecía todas mis órdenes siendo así debo decir que mi hermana provoco la mejor erección que tuve en años.

Regresando nuevamente a la realidad, tuve el tiempo suficiente para tomar fotografías que aún conservo como un tesoro, ver sus hermosas nalgas delineadas por su ropa interior, al instante pude darme cuenta que el sujetador negro hacia juego con lo que quedo de su ropa, mi mirada entonces se centró en sus senos que si bien es cierto no son enormes pero para mí son perfectos, tienen el tamaño y la figura ideal porque junto con su culo fueron esculpidos por el mejor de los artistas.

El juego debía continuar y yo estaba listo para apostarlo todo, pero dentro de mi pensaba que hacer y no había mucho tiempo para actuar porque la noche avanzaba y yo debía mantener el erotismo y el calor del ambiente y si era posible elevarlo, en total estado de excitación pero disimulando le dije deseo ver tus senos desnudos continua que el striptease no termina con un vestido, lo desee más que nada, se buena, continua, desnuda tus senos, no puedo afirmarlo pero puedo decir que mi hermana entro en lo que inicio cómo un juego y paso a ser algo más, si accedía seria mi cómplice para toda la vida porque estábamos haciendo algo que debería ser un eterno secreto guardado entre ella y yo para la eternidad, ante mi insistencia se levantó de su silla, camino tres pasos hacia atrás, y hábilmente se llevó ambas manos a su espalda, desee que fuera para desabrocharse el sujetador, mi corazón elevo sus pulsaciones y aunque mis manos temblaban trate de controlarme pues debía conservar ese grandioso momento y tome fotografías una y otra vez, lentamente llevo sus manos hacia el frente sin soltar el brasier, por la fuerza que ejerció fue como si sus senos se desprendieran de la prenda, como si esta se hubiera adherido succionando sus pezones y ahí estaba yo, embelesado, hipnotizado, por instinto al dejar caer el sujetador con sus manos cubrió sus desnudos pechos, ya solo era cuestión de tiempo y cuando bajo sus manos conocí el paraíso, pude ver los senos más hermosos coronados por dos delicados pezones, mi hermana era una Diosa, era la gloria.

Mi pene respondió tuve otra gran erección o quizá nunca deje de tenerla, desee tener esos pezones entre mis labios y acariciarlos suavemente con mi lengua y con ella también recorrerlos todos, besarlos con delicadeza adentrándome en un viaje de donde no se regresa, una vez más pude controlar el deseo y a mi cuerpo, ya solo quedaba una cosa y sabía yo que era el acto final, me preguntaba de manera fugaz si se atrevería a hacerlo, mostrarme su cuerpo totalmente desnudo, sin nada de por medio, sin nada entre su cuerpo y mis ojos, el problema era que se cumpliera mí deseo, ahí si tuve que poner empeño, mucho trabajo y usar todas mis habilidades, esto era ir más allá, estar a unos centímetros de su hermano y decidir si quería mostrarle ese lugar verdaderamente prohibido y atesorado por cada mujer, debía ser un arte intentarlo, ¡un striptease no termina ahí le dije!

Esto ya era una locura así que tomo las cintas de su prenda interior entre sus dedos y la bajo un centímetro llegando a esa zona donde se asomaron los finos vellos que cubrían su monte de venus, monumento a la sensualidad, yo esperaba sin parpadear, estar a punto de contemplar algo tan íntimo, tan suyo, que estaba dispuesta a compartir conmigo, su hermano y el gran momento se acercaba, la parte baja de la prenda íntima comenzaba a aparecer, estaba dentro, estaba prisionera de sus labios vaginales, esos delicados labios decidieron por fin que era momento de liberar esa tela que los asfixiaba, y entonces lejos de suceder lo mejor, sucedió lo peor.

Para ella el erotismo que nos cubrió aquella noche había terminado con el sol de la mañana, regresándole la cordura solo dijo ya va a amanecer y despertaran todos, tomo el sujetador y se lo coloco rápidamente al igual que su vestido, tomando los zapatos abrió aquella puerta que fue testigo de lo que sucedió aquella noche, camino descalza y bajo las escaleras sin voltear a verme y sin decirme nada, todo lo que vivimos aquella noche se convertiría en el mejor de mis recuerdos de una noche llena de erotismo, amor, deseo prohibido y complicidad, nunca más volvimos a hablar de lo que paso aquel día, ella jamás lo mencionaría y para mí se convirtió en el más grande secreto.

Aquella noche sin tu saberlo, cumpliste uno de mis más grandes sueños “poder ver al desnudo tus hermosas caderas”

Aquella noche sin tu quererlo rompiste con tabúes de parentesco que solo te limitan y no permiten disfrutar de la vida.

Aquella noche sin tu pensarlo me entregaste inimaginables noches de deseo y de fantasía eterna.

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