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Con un militar en Hawái
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Tiempo de lectura: 12 minutos

Luego de casi 11 horas de vuelo por fin llego a Honolulu. Hermoso aeropuerto lleno de alegría y turistas. Me vengo meando, no aguanto más. Vacío mi vejiga en uno de los urinarios mientras al lado mío un chico rubio con barbita y camiseta sin mangas, buenos músculos y tipo de surfista sacude su pinga y se la guarda en los shorts. Se le ve de buen tamaño cabeza rosadita, hermosa, brillante. Luego de guardarla disimuladamente se huele la mano. Yo lo veo todo de reojo para que no me pille.

Yo aunque no soy gay, tampoco soy hetero. Como dicen por ahí más bien curioso. Hace tiempo que no tengo relaciones con un hombre la última fue hace como 5 años en una convención, fue en Atlanta compartía habitación con un colega y los tragos nos hicieron hacer locuras.

El surfista no se lava las manos y agarra su mochila que estaba en una esquina y sigue su camino. Tiene una espalda musculosa y ancha, brazos fuertes y bastante marcados. Yo me quedo con una media erección que trato de disimular volviéndome a guardar mi miembro en los jeans. Hace una semana que no tengo sexo ni tan siquiera una paja preparando el viaje y los documentos de trabajo. Me lavo las manos y me dispongo a salir. Aunque es un vuelo local porque Hawái pertenece a USA siempre hay chequeos de rutina, es una isla separada del continente. Vengo por trabajo, no por placer pero siempre hay tiempo de darse una escapadita hay mucho que hacer en una semana pero si me programo bien. Al fin y al cabo no todos los días te mandan a trabajar solo a Hawái sin tu familia.

Me acomodo en un buen hotel pagado por la compañía para la que trabajo. La zona me resulta bonita. Se siente un calor agradable, muy similar a Miami pero con una vibra diferente como más relajada. Mi día continua de ajetreo y aunque dormir en un avión no es muy cómodo, me siento bastante descansado. No me ha dado tiempo ducharme, solo me cambio de ropa y salgo a hacer mis primeras diligencias y a asistir a las dos primeras reuniones de mi viaje.

Llego como aturdido al hotel, ¿me está venciendo el cansancio? Va cayendo la tarde y al salir al balcón noto la gente alegre disfrutando; Mi día ha sido fructífero y pienso que tambien podría celebrar un poco que mi semana ha comenzado bien. Entro me quito la camisa y me zafo el cinturón, los pelos de la barriguita se me ponen de punta al sentir el frio del aire acondicionado. Suelto los zapatos de un tirón y me acaricio mi miembro pensando nuevamente en el atractivo surfista, masculino como unos 30 años aproximadamente, buenas piernas y buen culito. Yo para ser curioso cómo les he contado los prefiero masculinos y con vello facial. Si quiero algo femenino en mi vida ya tengo a mi esposa. Me saco el pantalón de un tirón, mi pinga se quiere salir de mis apretados calzoncillos. Me recuesto en la cama y cierro los ojos, comienzo a visualizar aquel hermoso ejemplar de espaldas quitándose los shorts y dejándome ver unas imberbes y musculosas nalgas mientras abre sus piernas y puedo ver tambien sus hermosos y rosados testículos colgándole. Me acaricio una y otra vez, se siente delicioso y quedo exhausto me vence el sueño.

El frio del aire acondicionado me despierta y no solamente los pelos de la barriga se me erizan, ¡hasta los del culo! Me levanto de la cama, sigo aturdido. Son las once y cuarto de la noche. Me rasco los huevos, me quito los calzoncillos de una vez, estoy solo en la habitación de un hotel, ¿por qué no lo había hecho antes? La punta de mi prepucio aún sigue mojada con pre semen me quedé dormido masturbándome es totalmente normal. Recojo el calzoncillo y me lo llevo a la nariz, tiene olor a hombre y un poco a orín no es muy fuerte pero notable, aunque yo me sacudo bien después de orinar al siempre pasa cuando tienes toda la piel ahí, tambien tiene visibles manchas de pre semen seco al fin y al cabo me he pasado casi 24 horas con la misma ropa interior. Caminando, sudando el calor de Miami, el de Honolulu, los jeans rozando. Se me pone tiesa de una vez, la acaricio insistentemente meto mi dedo en el prepucio. Me lo llevo a la nariz, aspiro mis propias feromonas que ya me están excitando demasiado. Mejor me doy un baño y bajo a darme un trago, evito tocarme mucho debajo de la ducha, aun así se me vuelve a parar y juego con ella un poquito. Me paso la mano por el culo, cerrado, velludo limpio, enjabonado. Me meto ligeramente el dedo del medio. Se me sele la leche sola. He tenido un orgasmo, no es el mejor pero es el primero en varios días. Me siento liberado y con deseos de aventura ya ni me acuerdo la última vez que viajé solo, tampoco de la última vez que me la dejé mamar por un hombre, mucho menos el delicioso roce de los masculinos cuerpos, su barba rozando con la mía, una batalla de chupeteos entre de las dos bocas a ver quien besa a quien.

Me pongo unos shorts azul marino y un polo blanco voy de tenis blancos tambien. Tomo el ascensor y bajo al lobby.

La calle está llena de gente pasando de un lado a otro, son cinco para las doce. Este lugar es mejor que el Miami de finales de los años noventa o dos mil. Una pareja joven ambos muy atractivos me pasa por el lado lucen intoxicados de alcohol, ella me mira y sonríe. Él me saluda efusivamente, se les ve que están a tono. Les pregunto dónde están los bares mientras caminamos hacia la esquina, el chico me pregunta mi nombre y cuando he llegado. Me dicen que son de Australia y han llegado hace tres días. La chica me mira de arriba abajo y se arregla el pelo está obviamente checándome. Aunque estoy en mis cuarenta luzco bien, barba corta y arreglada, músculos a tono, barriguita de papá que está muy de moda y mi cabeza rapada estilo malote de película policiaca. El chico me pasa un brazo por encima de mi hombro y me invita al bar de karaoke que queda literalmente a cuadra y media de la esquina donde estamos parados.

-Aquí en frente tienes un bar gay mira la bandera no se si te interese. Mi chica y yo acabamos de salir de un bar mixto que queda justamente a dos cuadras hacia atrás, y vamos hacia “In Between” otro bar mixto, el de karaoke que te he mencionado. Ella voltea y lo besa, me mira de reojo, me piden una foto con ellos la noche promete, se me ha quedado el móvil en la habitación. Benjamín, el chico saca el suyo y toma la selfi. Yo les prometo que los alcanzo en el bar donde van.

Me regreso a mi habitación y pienso en todas las opciones que tengo. ¡Esto es mejor que lo que yo esperaba! Necesito hacer buen trabajo para que me vuelvan a mandar aquí.

Regreso nuevamente y cruzo la calle voy obviamente al bar gay porque creo que tengo más posibilidades el lugar aunque medio vacío tiene gente. Un grupito se reúne contra la pared. Dos parejas contra las ventanas. Las mesas del centro obviamente vacías. Me paro en la barra, ahí tambien hay varios chicos sentados. La última banqueta está ocupada y me dirijo al bar tender sin acomodarme aun en ningún puesto. El chico que la ocupa me saluda con la mano. Lleva gafas de ver, se ve joven ¿Sera que todos son así tan amistosos? No me he sentado aun, necesito aclimatarme, es solo un bar un bar gay. Mientras pruebo mi trago oigo risas detrás de mí. El grupo la está pasando muy bien. Hablan de regimiento, maniobras y cosas militares y de un sargento super pesado y arrogante ¡Volteo, son ocho! ¿Son militares? Se nota asombro en mi rostro. El chico de la última banqueta sonríe y me invita al espacio vacío que está a su lado. No parece gay, los militares… un poco.

– Hola me llamo Will. He visto el asombro en tu cara, sí son todos militares, yo tambien (sonrisa de oreja a oreja) Es muy normal aquí en Hawái.

-Javier mucho gusto.

-¿Como la estas pasando?

-Acabo de llegar hoy, vine por trabajo es mi primer trago.

-¡Pues salud!

Chocamos los vasos, su cerveza estaba por la mitad y se la bajó de un tirón.

-Yo estoy en una base aquí, soy de la Infantería esos de atrás son de la marina, ¿no ves la cara de maricas que tiene todos?

Su comentario ofensivo me hace reír, esa rivalidad es muy típica entre esas dos divisiones.

Él tambien se ríe y pone cara de pícaro al hacer esto.

-Entonces aunque esto es un bar gay tu vienes como yo por conveniencia.

-Bueno, yo soy bisexual. Tengo novia pero tambien necesidades y me encantan los tipos maduros, latinos y masculinos como tú.

Me quedé mudo. Nunca me habían tirado los perros tan rápido y directo en mi vida.

-Will tu no pierdes tiempo. Pero yo soy casado con dos hijos, le muestro mi anillo.

-Te vi llegar y me gustaste, aquí todas las que vienen son unas locas afeminadas. De que alguien se te acerque primero, mejor soy directo.

-Bueno, gracias, no sé qué decirte la noche es joven aun y mi primera reunión mañana no comienza hasta las diez. Esto no es un sí pero tampoco es un no.

-¿Entonces eres bisexual?

-Mas bien curioso, hace como 5 años que no tengo sexo con un hombre. Es algo que no busco muy frecuente.

Se quitó sus gafas de ver para limpiarlas, tenía el rostro joven. Labios gruesos, tez morena obviamente del medio oriente barbita bien arreglada, cuerpo delgado pero musculoso. Aunque estaba sentado, no se le veía nada de barriga y una cinturita hermosa.

-Me encantaría recordarte lo que se siente Javier, 5 años es mucho tiempo.

Bajé mi trago de sopetón

-No te pongas nervioso. Estas muy lejos de tu casa y me gustaría hacerte pasar una noche inolvidable.

-¡Bar tender otro trago y una cerveza para mi amigo!

-Gracias no es necesario.

-No es nada yo insisto, esto no me había pasado en mi vida.

-¿Está bien si te beso?

-A esta hora me da lo mismo.

El ayudante del bar se nos ha quedado mirando mientras nos comemos la boca delante de todos como confundido o deseoso de unirse, me mira y me sonríe. El beso de Will sabe a nicotina pero no me importa tambien sabe a hombre, entre el beso y el morbo de imaginármelo vestido de militar me ha hecho tener una erección. El chico se da cuenta, me la agarra, yo sonrío pícaramente. El mozo no nos quita la vista de encima, es obviamente hawaiano, no pasa los 26 de estatura pequeña, piel tostada y músculos envidiables. Lleno de hermosos tatuajes estilo maorí estoy sintiendo sensaciones raras, nunca me había sentido tan atractivo y confidente en mi vida, la poca comida en el estómago y un trago y medio bien servidos son suficientes para perder la vergüenza y abalanzarme sobre Will. Le como los labios con deseo, le beso el cuello y le susurro a la oreja:

-Vamos a ver quién le hace pasar una noche inolvidable a quien.

Me vuelve a besar mientras me dice: Nos vamos cuando quieras, ¿te importa si vamos a tu habitación? Es que yo me quedo con amigos y tu estas esta al cruzar la calle.

Pagamos, el ayudante parece decepcionado, me guiña un ojo y me hace señas de que regrese otra noche. Le muestro mi dedo pulgar hacia arriba indicándole que le he entendido y mi próximo encuentro será con él.

Mientras caminábamos los escasos metros me comenta que es de Irak y tiene 24 años solamente. Yo me siento agasajado y confidente que a mis 40 todavía me puedo levantar a un niñato en un bar y es él quien se fije en mí.

Ya en mi habitación solo cerrar la puerta y Will está encima de mi besándome y jugando con mi pinga que no baja. Me saca el polo y se saca su camiseta, me dirijo al baño a orinar, él me sigue nos damos cuenta que la erección no nos deja, yo uso el viejo truco de apuntar directo a la bañera y él me sigue entre risas y besos. Trucos de lobo viejo, le digo. Por eso me gustan maduros comenta él. Se desnuda tan rápido que no me doy cuenta que ya está encima de la cama con su erección apuntando al techo. Su pinga mediana pequeña se ve linda y derecha, circuncidada oscura como sus recogidos testículos y el resto de su hermoso cuerpo delgado sin un pelito. Su pubis rebajado graciosamente. Me subo por la pielera de la cama y me arrastro a gatas hacia mi hermoso militar que no deja de masturbarse ni un segundo. Comienzo chupándole delicadamente sus graciosos huevos y me meto su pinga en la boca de una vez. No tardé ni cinco minutos cuando me retiró la boca y me trajo hacia si, haciéndome que me posicione completamente encima de él y besándome insistentemente mientras me abraza y acaricia mi espalda.

-Ahora me toca a mí.

Dicho esto se metió mi pinga en la boca y comenzó a mamar, como hacia tiempo que no me daban una buena mamada, como hacia tiempo que un hombre no me tocaba, me acariciaba los huevos mientras chupaba mi cabeza y me masturbaba al mismo tiempo. Así estuvo cerca de unos diez minutos mientras yo me retorcía de placer. Se la saqué de la boca cuando creí que era suficiente y volví a comerle sus nicotínicos labios. Nos posicionamos en 69, yo debajo le abrí sus musculosas nalgas mientras taladraba su boca con mi pinga que le llegaba a lo mas profundo. Movía la cintura y se notaba que disfrutaba de lo lindo. Su culito respingado y sus deliciosas nalgas me provocaban gran excitación, no recordaba haber estado tan excitado con un hombre aunque no habían sido tantos en mi vida. Ahora lo puse en cuatro puntos estilo perrito, le separé bien sus cachetes con mis dos manos y busqué aquel cerrado y oscuro botón, se notaba que no habían andado mucho ahí aunque el chico no se quejó solo comenzó a gemir disfrutando del momento. Yo estaba extasiado con ese hermoso culito, ese cerrado ojete que no ponía objeción en que yo lo disfrutara con mi lengua. Comenzó a moverse hacia arriba, abajo los lados haciendo círculos guiando literalmente la comida de culo tan sabrosa que yo le daba, pasó su pinga por entre las piernas para que yo tambien me metiera su cabeza en la boca y jugara con ella un rato. Ahí pues me lucí chupando su agujero y alternando con huevos y glande una y otra vez.

Se bajó de la cama y fue al baño, yo me dediqué a tomar un respiro masturbándome boca arriba. Regresó con el pote de crema corporal ese que te dan en los hoteles y buscó en su pantalón, me colocó un condón azul que me imagino salió de donde buscaba segundos antes y me lubricó el miembro, se puso a horcajadas y se fue clavando poco a poco, primero mi cabeza, luego lentamente el tronco, subía y bajaba como con un poco de inexperiencia. En su rostro se notaba un rictus de dolor mezclado con placer y unos gemidos típicos de quien obviamente esta disfrutando pero con un poco de dolor. Yo comencé a masturbarlo para facilitar la operación.

-¿Quieres que paremos por un minuto?

Lo tenia agarrado por su estrecha cintura, su hermosa pinga bombeaba tanta sangre que repicaba como un resorte en mi ombligo. Se la había metido hasta los cojones pero aunque no se movía tampoco protestaba.

-Espera un momento a que pase el dolor.

Su masculina cara y su condición de soldado me estaba provocando la calentura del año. Lo atraje hacia mi como para aliviar su molestia, quería besarle sus labios, esa tierna cara y esa barbita que me tenia en la nube nueve o en el paraíso terrenal, no se. Sus pezones oscuros y sus ojitos almendrados. Ya que estaba inclinado hacia adelante, pude meter y sacar un poco. Se quejó de molestia y se la sacó. Lo acosté tiernamente y acomodé una almohada en su cabeza, puse la otra estratégicamente debajo de su cintura. Tome más loción del pote, le puse bastante en el ojete; Metí suavemente un dedo y me abrazó fuerte, me comió los labios, los mordió un poco me recosté a su cuello y comencé nuevamente a apuntar su culo mordiendo sutilmente el lóbulo de su oreja derecha, sentí como se le erizaba la piel y movía su cintura aun sin tener el valor de pedirme que lo penetrara de nuevo.

Alcé sus dos brazos y los puse detrás de su cuello, al inmovilizarlo comenzó a gemir solo con el roce de los dos cuerpos y la sensación del ambiente. Acomodó su ojete para la ensartada. Quise bajar hacia uno de sus pezones preparándolo para la estocada final. Al pasar cerca de su axila, noté que el ambiente cálido de la noche lo había hecho sudar un poco, al parecer el chico iba al natural porque lejos de sentir olor a desodorante, me dio un tufo propio de la zona. Aspiré sin vergüenza alguna, perece que le ha gustado yo no sabía que a mi tambien. Will me ha agarrado fuertemente la cabeza y me la ha enterrado en su axila. Le paso la lengua una y otra vez, el olor de sus feromonas me hacen botar un manantial de pre semen, que no sirve de mucho porque tengo el condón puesto aun. Mi pinga quiere estallar, siento las venas hinchadas. Vuelvo a aplicar lo que queda de crema en el pote, Will vuelve a llevarme la cabeza esta vez a la axila contraria y se abre mientras mi cabeza lentamente vuelve a pasar su cerrado esfínter ahora más cómodamente, suavemente siento sus entrañas.

-Ya no hay vuelta atrás, eres mío Will.

-Esto es una fantasía hecha realidad dame todo lo que tengas esta noche. Me quiero venir dos veces contigo.

Yo en mi pensamiento dije: Mierda me tocan tres ya me vine una vez bajo la ducha.

Comencé a bombear aquel culo y aquella reducida cintura, él se movió varias veces en circulo y comenzó a disfrutar, creo que más que yo así pasamos como 20 minutos. Le puse las dos piernas encima de mis hombros, la metí bien dentro. Sus ojos se abrieron como dos lámparas. Comencé a taladrar sin piedad aquel hueco casi virgen. Su cara era un poema, se notaba que le dolía pero aguantaba como un verdadero hombrecito. Pasaron como 25 minutos más. Por fin me dijo:

-Me estas matando para.

-Ahora te aguantas, ¿esto es lo que tu querías no?

Y mientras le decía esto le metía mi miembro hasta lo mas profundo y le chupaba aquel delicioso cuello.

¡Yes Sr! Me dijo en tono militar y comenzó a moverse en círculos.

Me vine sin avisarle, se dio cuenta porque mis espasmos eran obvios. Mi cerebro no pudo controlar aquella simple respuesta de aquel hermoso soldado Iraquí que tenía ensartado en mi cama de hotel.

Se la sacó delante de mis narices mientras yo veía aquel hueco abierto, se veía delicioso y rosado, metió dos dedos para conseguir el placer, me quité el condón lleno de leche, mi pinga seguía bombeando, mis venas seguían hinchadas. Me cohibí de seguir la faena a pelo, entonces comencé a masturbarlo efusivamente; Se posicionó encima de mí y comenzó a pajear las dos pingas al unísono. Se me vino como un semental encima y se me desplomó de una. Me besó tiernamente, yo jugaba con su pelo y su cuello mientras su cabeza descansaba en el mío. Su respiración seguía agitada, la mía más. Levantó su cabeza y me miró a los ojos, me aguantó la mía inmovilizándola y comenzó literalmente a comerme los labios, besarlos morderlos. Como con furia, rabia, deseo, pasión. Comenzó a restregarse contra mi y de repente sentí algo punzándome insistentemente los testículos. Su erección era notable, entonces me acordé que Will solo tiene 24 años y está en plena juventud y cima sexual.

Yo aunque en mis 40 le seguí el juego, cerré mis piernas y lo miré serio como diciéndole ni se te ocurra. Increíblemente mi miembro comenzó a pararse nuevamente al son de sus caricias y besos. Me la agarró con su mano derecha con ritmo de sube y baja mientras con la izquierda cerraba un círculo en la base y apretaba para bombear toda la sangre nuevamente y lograr una nueva erección. Ahí me pasó una pierna por encima de la cintura y continuó acariciándome el pecho y besándome los labios mientras me masturbaba.

Yo me sentía en la gloria, creo que ni una mujer me había hecho sentir tan bien nunca, mucho menos mi esposa.

-¿Continuamos?

-Mejor descansamos un poco, vamos a la ducha. Dije esto mientras me acercaba nuevamente a él y le besaba intensamente.

-Esta bien. Ya no tengo mas condones pero nos podemos venir de otra forma. Te dije que quería venirme dos veces contigo.

-Yo no traigo, si mi mujer me agarra en eso me mata. Yo iba solo por una mamada.

Comenzó a reír.

-Yo te lo noté en la cara, llegaste curioso. Me alegra mucho que hayas aceptado mi invitación. La estoy pasando bien.

Yo tambien Will, gracias. Mi pre seminal comenzaba a salir nuevamente, estábamos pegajosos y a mi amante no le importó mucho y continuó así mismo, a mí tampoco me importaba tanto. Olíamos a sexo y sudor eso me ponía más excitado. Me volvió a poner su axila en mi nariz y me comenzó a masturbar intensamente. Yo me le abalancé encima y le agarré sus dos muñecas con mis manos, le puse los brazos detrás de su cabeza y comencé a lamer su sobaco. Quien me iba a decir que luego de tantos años de sexo y experiencia me gustara esa fantasía. Metió mi pinga entre sus dos piernas y comenzó a moverse, masturbándome con sus muslos haciendo que mi pinga estuviera a punto de estallar. De pronto abrió sus piernas sin esperarlo y la punta chocó con su hueco, él se acomodó y siguió moviéndose al punto que mi cabeza entró de una vez creo que por accidente, aquello fue suficiente para que tambien por accidente me volviera a venir como si fuera la primera vez. La saqué rápido y me separé justo cuando se masturbaba intensamente y se venia encima de su abdomen.

Me ha gustado mucho Javier, decía esto mientras me besaba ligeramente en la mejilla y aunque desnudos, pegajosos y sudados seguía abrazado a mí. A mi tambien Will.

-¿Nos volveremos a ver?

-Eso depende de ti soldado. A mí no me importaría otra noche como esta.

-¡Yes Sr!

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Siempre Tuyo

ThWarlock

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