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Todo tiempo pasó si fue mejor
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Todo el tiempo pasado NO fue mejor. Todo tiempo pasado, presente o futuro donde seas tú mismo, sin máscaras SI, ese es el mejor!!!

9 pm, era esa la hora que fue acordada para nuestra cita, donde no solo se trataba de nuestro encuentro sino que se trataba de quitarme toda máscara que tenía puesta, toda esa yo donde tenía que demostrar una mujer que no era.

Inicio por contarte que todo empieza por alguien en común que nos presenta, alguien que sabía que necesitaba escapar de casa, una casa de 500 mt2 para mi sola por que quien es mi esposo estaba ausente, (algo que amaba que sucediera porque así llevaba una doble vida, una que no pasa ningún examen de moralidad).

Entonces esa noche fui a su casa, más bien una finca, y empezamos a tomar tequila! Fue un click con solo vernos y a pesar que estaba acompañado me miraba mi cabello ya que era su obsesión y se fue a dormir sin más, dejándome con el resto de gente.

Pero al día siguiente no dudó en escribirme y decirme que si nos podíamos ver y tomarnos una botella de champaña y quizá entrar al jacuzzi, y yo sin pensarlo le dije que sí a las 9:00 pm.

Esa era la hora en que oficialmente estaba dormida, así que no utilizaba más mi teléfono, y me fui a ese encuentro. Llevaba un bikini debajo de mi ropa, porque sabía que iba en serio disfrutar de toda la invitación. Cuando llegué él (a quien llamaré en adelante Miami) estaba perfectamente vestido, el ambiente era delicioso, tenía música, tenía la champaña enfriando, tenía el jacuzzi con espuma, dije en mi mente, que noche!!!

Empezamos a hablar, a reírnos de la noche anterior y me confesó que se había ido a dormir porque no quería seguirme viendo ahí y no poder acercarse más. La conversación fluía a medida que la botella bajaba, entonces hablamos de quienes éramos, obviamente le dije de mi compromiso y que iba a estar sola por un tiempo 2 meses aproximadamente, y que ese mismo tiempo podríamos encontrarnos de manera casual si todo fluía bien.

Pues créeme que me quería tirar encima para darle un beso, siempre con un beso mido si habrá química entre ambos, pero me esperé un poco más y fui quien propuso que nos metiéramos al jacuzzi, (yo y mi manera sutil de romper el hielo), él aceptó y allí empezamos a acercarnos más, a tomar más y yo a desinhibirme aún más.

Cuando por fin ocurrió algo que para mi es perfecto, empezó a llover, la escena que viví en ese momento no se me va a borrar jamás de mi mente, él se lanzó a darme un beso y quedó encima de mí, entonces sentía la lluvia en mi cara, sentía sus labios deliciosos como se resbalaban en mi boca, y luego en mi cuello, su cuerpo me empezó a rozar con la sensación de la espuma entre los dos, y de ahí no pudimos parar.

No recuerdo cuanto tiempo fue que estuvimos en ese lugar, pero lo que si se, es que no me salí hasta que me penetró, y sentí su verga tan gruesa que me parecía un sueño lo que estaba viviendo.

Obviamente no me iba a quedar así, quería sentirlo más y nos fuimos a su habitación entonces hice un juego que alguien más me enseñó (que también te hablaré de él), y que es ganador a la hora de hacerlo por primera vez con alguien, el juego de los puntos.

Se trata de tener disponible el trago que más disfrutes, (te aconsejo que esté helado o frizado) y pedirle a tu pareja que se voltee boca abajo, entonces dejas que tu trago caiga por cada parte de su cuerpo y te lo vas chupando. Inicias en el cuello y tu pareja te va diciendo que tanto le gusta que la beses ahí de 1 a 10. Entonces tienes que estar muy atento porque en adelante antes de tener sexo lo primero que vas a hacer es besar todos esos lugares que tienen 10 puntos.

Y así empecé con Miami, le besé cada parte de su cuerpo con más champaña, estaba inmovilizado en la cama, no sabía que estaba haciendo pero lo disfrutaba, no sabía cómo era que movía mi lengua, pero le descubrí su punto número 1 y de qué manera lo disfrutamos. A medida que pasaba mi lengua por cada parte de su cuerpo, me aseguraba de tocarle su pene y lo tenía durísimo, así que por momentos le pasaba ahí mi lengua para saborear sus fluidos.

Luego fue mi turno y aprendió muy bien el juego, cuando estaba por mi espalda me quería morir, luego por mis nalgas y luego en mis pies, no pudimos aguantar más así que me volvió a penetrar pero en una posición que me encanta acostados de lado pero el detrás de mi, y con su mano iba tocando mi clítoris y pasó algo inesperado.

Finalmente él también me sorprendió, yo estaba como en una película así que quería experimentarlo todo y me dijo que inhalara un frasco con una sustancia (popper) yo alguna vez lo había escuchado, estaba muy de moda tener sexo con esa sustancia pero lo relacionaba con gente ordinaria.

Pero Miami no es para nada un hombre ordinario, si muy particular pero tiene todo el puto gusto del mundo en las mujeres con que andaba, en los lujos que se daba, carros, viajes, fiestas etc. Así que como él de ordinario no tenía un pelo, pues le di mi confianza y no dudé en inhalar… y… en mi vida había experimentado algo así. Poder sentir cada respiración de él, sentir como la boca se me llenaba de saliva, sentir como mi vagina se contraía y su pene palpitaba más fuerte dentro de mi ufff mi orgasmo se triplicó fue más largo y mas placentero que nunca, es literal que te quieres morir, es algo que quisiera repetir siempre.

Lo que más amé de ese y de cada uno de los encuentros es que se aseguraba de que yo me viniera primero, mientras me lo metía me tocaba durísimo mi clítoris y me penetraba mas duro cuando sentía que me estaba viniendo.

Una vez yo explotaba me volteaba para que lo besara en su punto más sensible que era su cuello pero solo con mi lengua, que mi boca se resbalara hasta su pecho y ahí encima de mi apoyado en mis tetas yo cruzaba mis piernas justo encima de su culo para que se viniera dentro de mi. No quería que se saliera de ahí nunca, no quería que se acabara esa noche, no quería irme a mi casa nuevamente y despertar sabiendo que había sido una de las noches más deliciosas de mi vida.

Lo fue porque si obviamente ya lo había hecho antes, pero no con una persona que me hiciera reír tanto, que fuera tan libre, que amara tanto la música, que viviera solo en una puta mansión (y ser totalmente legal, ya te contaré con qué personajes me metí), que disfrutara tanto la vida, que aparte tuviera ese acento paisa tan marcado, o sea el único requisito que no llenaba en mi lista es que yo estaba casada.

La del puto problema era yo siempre fui yo y no podía borrar esa realidad.

Pero después de ese primer encuentro dije ok, estuvo deli, no creo que nos volvamos a ver por lo menos no tan rápido, pero resulta que al siguiente día me volvió a escribir que nos volviéramos a ver y yo whaaat, este man que no tiene pues novia?, o alguien con quien sale y pues no, resulta que un rasgo de su personalidad bien particular es que el man tiene que estar acompañado siempre, y si no le copias esa noche pues sencillo llama a otra y así, nadie es importante e indispensable en su vida, si llega a enamorarse de ti esta solo contigo mientras dure, pero si estás vacilando y una noche no lo ves, pues llama a la siguiente en la lista, entonces muy seguramente lo que sucedió es que la noche en que lo conocí su acompañante era un vacile mas, igual como había empezado a serlo yo desde ese día.

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