Describirme seria sencillo, soy una mujer totalmente corriente de 49 años, casada desde hace 20 y con un hijo de 16, trabajo como gerente de un centro comercial y para mi edad puedo decir modestamente que no estoy mal, conservo la línea que tenia antes de tener a mi hijo y mi larga melena negra siempre fue una de mis mejores bazas con los hombres hasta que me case con mi esposo, al que siempre he sido fiel sin ni tan siquiera plantearme lo contrario en ninguna ocasión, bueno, mas bien debería decir que lo era aunque será mejor no adelantar acontecimientos.
Esta historia comenzó cuando el esposo de mi vecina Rosa falleció, ella era nuestra vecina de enfrente desde hacia 18 años, el mismo tiempo que llevábamos en aquel bloque de pisos, el esposo de Rosa ya era un hombre bastante mayor así que tras su fallecimiento, Rosa decidió llevar a cabo el sueño que su pobre esposo no había podido llegar a cumplir, irse a vivir a las Islas Canarias, decidió no vender el piso ya que había vivido con su marido allí toda una vida así que prefirió alquilarlo.
Vivíamos en una zona bastante buena de la ciudad así que no tardo mas de 1 mes en alquilar el piso, aquel lunes volvía con mi hijo Manuel de hacer la compra cuando vi subir a un joven con varias cajas, llevaba el torso desnudo y estaba sudoroso, cuando nos vio dejo las cajas en la puerta de la casa de Rosa y nos saludo muy educadamente.
"Buenos días señora, soy Héctor, su nuevo vecino, es un placer"
Le salude y respondí del mismo modo, aquel muchacho que no debía tener mas de 25 años me comento que había alquilado junto con su hermano y que se alegraba mucho de que la vecina de enfrente fuera una mujer joven ya que pensaba que en aquella Urbanización solo encontrarían jubilados.
A mis 49 años ya tengo mucho mundo corrido y aquel comentario tan alegador haciéndome pensar que me veía mas joven de lo que era realmente me resulto encantador, además no pude dejar de fijarme en que aquel joven tenia unos abdominales perfectos y podía considerarse un autentico tío bueno.
A los 2 días siguientes me encontré al otro chico, el hermano de Héctor, que en ese momento salía a trabajar, también se mostró tan educado como su hermano, debía tener unos 20 años ya que a pesar de la barba de tres días que le daba un aire encantador se veía mas joven que su hermano, me dijo que se llamaba Julián y que trabajaba en un gimnasio muy cerca de allí.
No me extraño el que fuera monitor de gimnasio pues aunque Julián iba completamente vestido a diferencia de cuando conocí a su hermano, bajo su ajustada camiseta se intuía un cuerpo tan fibroso como el de su hermano Héctor.
Según pasaron los días nos fuimos conociendo mas, era verano y yo pasaba mucho tiempo sola en casa, por lo que me gustaba mucho pasar el tiempo en la terraza tomando el sol, vivíamos en la planta de arriba, en el ático y la terraza era inmensa, estaba pegada a la de Héctor y Julián y separadas únicamente por un pequeño muro de mas o menos medio metro, era tal la confianza con Rosa que nunca pensamos en hacer el muro mas alto y aunque mi esposo me había consultado la posibilidad de hacerlo ante la llegada de nuevos vecinos ,yo decidí que no era necesario.
Fue precisamente gracias a ese muro mediante el cual los hermanos y yo comenzamos a conocernos mas profundamente, habían montado un pequeño gimnasio en la terraza con varios aparatos y pasaban mucho tiempo allí por lo cual hablábamos mucho.
Me encantaba verles mientras practicaban deporte, por supuesto eran miradas esquivas pq no quería que pensaran mal, pero aquellos jóvenes provocaban en mi sensaciones nuevas y extrañas, me resultaba muy agradable verles con sus cuerpos semidesnudos y sudorosos practicando deporte, de igual manera en ocasiones me sorprendí al ver como me miraban tomando el sol y al cruzarse nuestras miradas ellos miraban rápidamente para otro lado.
La situación me excitaba sobremanera, yo lo consideraba un juego inocente, para que engañarnos, es una tontería pero me gustaba imaginar que aquellos jóvenes y atractivos muchachotes me podían encontrar atractiva e incluso deseable para alguien como ellos.
Una tarde decidí pasar a mayores, no me pare a pensar en ello, seguramente de haberlo pensado no lo hubiera hecho, pero un día me quite la parte de arriba del bikini y deje mis tetas desnudas ante el astro rey y ante mis vecinos, incluso me atreví a preguntarles
"Chicos, ¿Espero que no os importune el que tome el sol sin la parte de arriba?"
Aquella pregunta buscaba mas el hecho de que se percataran de que mis pechos estaban libres para ser vistos que una respuesta que fue la que yo imaginaba.
"No te preocupes Maribel, estas en tu casa y puedes hacer lo que quieras, además es normal que una mujer tan atractiva no quiera tener marcas en su cuerpo"
Había pasado mas de un mes desde que los hermanos habían llegado al edificio y ya nos tratábamos con familiaridad, en otra ocasión volví a ser presa de la excitación y di un paso mas, decidí quedarme completamente desnuda, así que me quite la parte de abajo del bikini y me quede totalmente desnuda ante aquellos chicos.
No dijeron nada pero pude comprobar a través de mis gafas de sol el como no quitaban ojo de mis pechos y de mi coño totalmente depilado, estaba tan caliente que no lo pensé y le dije a Héctor.
"Vecino, ¿te importaría echarme crema en la espalda?, es que no hay nadie en casa y no me gustaría quemarme, que hoy apreta fuerte el sol.
Por supuesto que no había nadie en casa, jamás se me había ocurrido desnudarme ante aquellos chicos con mi hijo o mi esposo en casa, Héctor no lo dudo, salto el muro que separaba nuestras casas y cogiendo el bote de crema solar se echo un buen chorro en la mano y comenzó a restregarme la espalda.
Poco a poco fue bajando tímidamente y viendo que yo no ponía ningún inconveniente llego hasta mis muslos, la situación estaba llegando a unos límites insospechados, estaba tan caliente que iba a darme la vuelta y pedirle a Héctor que me diera crema solar también por delante cuando escuche la cerradura de casa.
Me sobresalte:
"Creo que he oído ruidos en casa, muchas gracias Héctor"
Me vestí y entre en casa, en el pasillo estaba mi esposo, había salido antes de trabajar ya que al parecer habían alertado sobre una bomba situada en la oficina, de un modo extraño me alegre de que mi esposo estuviera en casa, de no haber llegado el no soy capaz de decir como habría terminado aquella situación con mis vecinos.
No se como explicar la sensación que me producían aquellos jóvenes hermanos, jamás había sentido algo así, como dije al comienzo de mi relato jamás había estado con otro hombre desde que comencé la relación con mi esposo y tampoco había tenido nunca deseos de ello.
A sus 54 años mi esposo no era ningún adonis, pero era un hombre cariñoso que siempre me había tratado bien y con respeto y aunque en la cama no era muy dado a innovar, tampoco podía quejarme.
El caso es que la semana siguiente decidí no salir a tomar el sol, pero aquel domingo por la mañana el cual mi esposo seguía en la cama y mi hijo estaba durmiendo pues había llegado hacia apenas una hora de fiesta, Salí a la terraza a tender la ropa y allí me encontré a mis vecinos haciendo ejercicio.
"Buenos días Maribel, cuantos días sin vernos"
Les mentí diciéndolos que había estado muy ocupada cuando en realidad pretendía alejar la tentación y el deseo que ellos representaban.
"Perdona Maribel, te importaría dejarnos algo de café, me temo que no tenemos"
No me importaba en absoluto así que entre en la cocina y Salí con una jarra de café recién hecho, les iba a dar la jarra cuando me dijeron que saltara el muro y me tomara un café con ellos, decidí hacerlo.
"Esperar que tengo que ir a por la leche"
"No te preocupes Maribel, la leche la ponemos nosotros" respondió Héctor
La mirada que Héctor le lanzo a su hermano después de aquella frase no me gusto nada pero no le di mas vueltas, pase el muro y ya en su terraza Julián saco 3 tazas para echar el café, los 2 entraron nuevamente en la casa para buscar la leche.
Cuando salieron de la cocina me quede atónita
"Me temo que no tenemos leche Maribel, pero seguro que tu puedes conseguir algo"
Aquella frase no era lo extraño sino que tras ella había una sonrisa por parte de los 2 hermanos que habían vuelto a la cocina sin sus pantalones de deporte, completamente desnudos.
Sus pollas estaban duras como barras de acero apuntando al cielo, eran grandes, yo no había visto muchas a lo largo de mi vida pero si que eran mas grandes que la de mi esposo y además tenían la zona pubica completamente depilada.
Aquellas pollas me impresionaron y no pude evitarlo, la contemplación de aquellos maravillosos rabos que estaban duros y preparados para el ataque contra mi, me halagaron y excitaron de una forma que me seria imposible de explicar con palabras.
No dije absolutamente nada, simplemente me acerque a ellos, me quite la bata que llevaba puesta, quedando yo también completamente desnuda ante aquellos jóvenes y ante aquellos 2 erguidos mástiles y después me arrodille ante aquellas pollas como adorándolas.
Las agarre con mis manos fuertemente, contemplando aquellas 2 maravillosas tuberías de carne y tras mirar a los ojos a los 2 hermanos me lleve a la boca la polla de Héctor, primero lamí su glande para después engullir al menos 3 cuartas partes de aquella polla, mientras masturbaba la de Julián la cual me trague al cabo de 3 segundos, alternaba aquellas pollas en mi boca ante la atenta mirada de los 2 hermanos.
Hilillos de saliva iban de aquellas pollas hasta mi boca, tragaba aquellas deliciosas pollas casi con gula, con un placer infinito, me sentía sucia, pero al mismo tiempo me encantaba aquello.
Las pelotas de los 2 hermanos eran también un dulce para mi boca, me encantaba lamer aquellos cojones sin un solo pelo, sorberles los huevos como si se tratara de unas bolas de delicioso helado, y mientras me comía aquellas pollas no dejaba ni por un solo instante de mirarles a la cara.
Me encantaba ver la cara de placer y disfrute de aquellos 2 jóvenes, sentirme deseada por aquellos 2 macizos yogurines cuyas duras pollas entraban y salían de mi boca una y otra vez.
Héctor me agarro de la cabeza con las dos manos y dirigía el ritmo de mi mamada como si fuera un reloj, dentro fuera, dentro fuera, sentía como follaba mi boca con fuerza y me corri con aquella sensación, tuve un maravilloso orgasmo cuando Héctor trataba de hacerme tragar su polla por completo, cosa que aunque no sin esfuerzo, conseguí hacer, sintiendo como mi barbilla chocaba con sus cojones y como la punta de aquel rabo rozaba mi campanilla.
"Joder, como la chupas, es increíble"
"Ya te digo, mírala, se la traga entera, es la hostia"
Julián parecía envidioso así que le ofrecí el mismo tratamiento y también me trague su polla por completo aunque con menos esfuerzo pues aunque grande, era de menor tamaño que la de su hermano Héctor.
"Me encantan vuestras pollas, están cada vez mas duras y tenéis unos cojones como los de un toro cabrones"
Debí de estar unos 10 minutos mamando aquellas pollas, como si se tratara de un biberón lleno de leche del que quería obtener hasta la ultima gota de esencia y habría seguido chupando de no ser porque ya no podían mas.
"Para cariño, para, que no podemos mas, espera que mi hermano vaya a por unos condones"
"Nada de eso, follarme a pelo, quiero sentir vuestras pollas dentro de mi, quiero notar cada centímetro de estas barras de carne entrando en mi, vamos a vuestro dormitorio"
Aquellas palabras que acaban de salir de mi boca me dejaron sorprendida, jamás había pensado llegar a estar en esa situación, pero es que como si tuviera una puta dentro de mi, esta parecía estar cada vez mas suelta.
"Esta bien, Mari, pero nada de habitaciones, aquí, vamos a follarte aquí, mientras nos da el sol"
Pensé en que alguien podía vernos desde los edificios vecinos pero de alguna forma eso también me excitaba.
Héctor me subió sobre la mesa de la terraza, yo abrí mis piernas invitándole a entrar dentro de mi, el no se hizo de rogar, apunto su lanza y situó la punta a la entrada de mi cueva, de una sola estocada entro a matar clavándome hasta el ultimo centímetro de su polla dentro de mi, no me esperaba que toda esa carne en barra me penetrara de golpe y emití un grito bastante audible que pronto fue ahogado al sentir la lengua de Héctor dentro de mi boca, aquel muchacho comenzó a follarme con un ímpetu propio de su edad y que yo jamás había conocido ni siquiera cuando mi marido tenia la misma edad de aquel joven, su polla entraba y salía de mi coño a toda velocidad y a cada embestida podía oír los cojones de Héctor chocando contra mi.
"Chop, chop, chop"
Aquel sonido de los huevos de Héctor chocando contra mi húmedo coño me volvía loca, Julián mientras estaba sentado en una silla masturbándose, no quería dejarle fuera del juego, deseaba que el también me poseyera así que saque a Héctor como pude de dentro de mi y levante a Julián de la silla, senté a Héctor y me puse a 4 patas delante suya, me comí su polla nuevamente pero esta vez invitando a su hermano a que al tiempo me follara desde atrás.
La invitación fue rápidamente aceptada y al igual que su hermano y de una sola estocada sentí como toda la polla de aquel jovencito entraba en mi, a cada potente embestida de Julián, la polla de Héctor se clavaba mas y mas en mi garganta, la cara de Héctor era todo un poema y se entretenía magreando mis tetas como con la intención de distraerse de la mamada que le estaba propinando, con la idea de no correrse todavía.
Luego decidí cabalgarlos, tumbe a Héctor en el suelo y me puse encima de el, fui bajando poco a poco sobre su polla, quería jugar con el, fui bajando poco a poco, sintiendo como cada centímetro de su polla se enterraba dentro de mi, poco a poco, muy poco a poco, harto del juego, su hermano Julián se situó delante mía, me empujo hacia abajo dejando completamente empalada por la polla de su hermano al tiempo que aprovechaba para coger mi cabeza y meterme la polla dentro de la boca, subía y bajaba sobre la polla de Héctor como una amazona mientras mi boca estaba ocupada por la polla de Julián, luego intercambiaron posiciones.
Cuando me incorpore sacándome la polla de Julián estaba agotada, ya había tenido otro nuevo orgasmo pero aquellos jóvenes tenían mucha energía, Héctor me dio la vuelta y me hizo apoyar mis manos en el muro de separación de las 2 casas, mirando hacia mi terraza, en aquel instante fui plenamente de lo que estaba haciendo por primera vez y no solo eso, también fui consciente de que en aquel mismo lugar y a escasos metros estaban mi hijo y mi esposo.
"No, para, no puedo seguir, mi familia esta en casa"
"Esta bien Mari, dinos que quieres que paremos y lo haremos, ahora pensábamos hacerte disfrutar de los placeres del sexo anal, seguro que nunca has gozado de una polla en tu culo, te aseguro que te encantaría pero solo tienes que decirlo y esto acabara"
Aquel muchacho me tenia en sus manos y lo sabia, al igual que su hermano, el sexo anal había sido siempre una de mis fantasías, jamás lo había practicado con mi marido, ni tan siquiera me había atrevido a proponérselo alguna vez, como ya he dicho el era algo conservador en la cama, la idea de que mi esposo estuviera a escasos metros de donde aquellos jóvenes me estaban follando, el saber que mi hijo en caso de levantarse encontraría a su madre empalada hasta el fondo por la polla de los vecinos era algo que me daba un morbo increíble.
Si, si, ya lo se, soy una zorra y tengo que daros la razón pero en aquel momento no pude evitarlo, el deseo era mucho mayor que los remordimientos.
Así que me di la vuelta, puse mis manos sobre el muro y arqueé mi espalda dándole a los 2 hermanos una estupenda visión de mi parte trasera.
"Vamos allá cabrones, darme por el culo hasta que os canséis, sabéis que estoy deseando que me rompáis el culo y que me lo folleis aquí mismo, a escasos metros de mi casa con mi esposo y mi hijo durmiendo".
Héctor sonrió, me dio una fuerte nalgada y agarrando mi larga melena negra que siempre había sido parte primordial de mis virtudes para con los hombres me puso la punta de su polla en el culo y comenzó a apretar.
Poco a poco, su polla fue entrando en mi culo centímetro a centímetro, cada vez que empujaba mi polla contra su culo, tiraba hacia tras de mi melena con fuerza para que yo misma ayudara a ser penetrada, con algo de esfuerzo al final me sentí completamente rellena por su polla, el rabo de Héctor estaba dentro de mi culo totalmente y una vez así comenzó un frenético mete y saca al mismo tiempo que tiraba de mi melena con una mano mientras azotaba mi culo con la otra.
"Vamos, yegua, al galope, cabalga, cabalga, se que puedes sentirla y que te encanta, se que te encanta mi polla y la de mi hermano, que te encanta sentirla dentro de ti."
En efecto aquel muchacho me conocía bien, dejo el puesto a su hermano y nuevamente con el trabajo ya allanado por su hermano, Julián comenzó a taladrarme el culo como un ariete que con fuerza e insistencia trata de derribar un muro, me sentía rellena de carne como un pavo en nochebuena, sentía como aquella polla entraba y salía de mi culo cada vez mas rápido y al igual que su hermano, Julián también tiraba de mi melena y me azotaba.
"Quiero oírte decírmelo, quiero oír como me pides que te folle"
Después de decir esto, se detuvo y dejo su polla enterrada por completo en mi culo, me tenían totalmente entregada y eran conscientes de ello, fui yo misma la que comenzó a moverse de adelante a atrás para que la polla de Julián entrara y saliera de mi culo.
"Venga cabron, rómpeme el culo"
"Ahora viene lo mejor, somos 2 así que ya sabes lo que toca".
Julián se tiro en el suelo de la terraza y su hermano Héctor me situó encima de el y me sentó sobre la polla de su hermano dejándome completamente ensartada, luego el se situó detrás de mi y como había hecho con anterioridad cuando me follo sobre la mesa, de una sola estocada me penetro por el culo de un solo golpe.
Volví a correrme justo en el preciso instante en que sentí aquellas 2 pollas dentro de mi al mismo tiempo, casi me atrevería a decir que aquellas pollas se unieron dentro de mi, una penetrando mi culo y otra mi coño, los 2 hermanos comenzaron a moverse rítmicamente, ajustados y al compás, sin duda aquello me hizo dar cuenta de que no debía ser la única mujer que se habían follado juntos.
La sensación era maravillosa, me sentía completamente rellena de polla, la polla de aquellos jóvenes, era una puta, una guarra y me gustaba, mientras me follaban al compás pude ver desde la terraza como mi esposo salía a la calle a comprar el pan, por suerte no había decidido buscarme por la casa al despertarse ya que de ser así y de haber salido a la terraza me habría encontrada ensartada por las pollas de los vecinos tanto en mi coño como en mi culo.
"Ya viene, ya viene"
"Yo también hermano, joder se nota que somos hermanos hasta a la hora de corrernos, jaja"
Les pedí que se corrieran dentro de mi, quería sentir su leche en mis entrañas, quería notar como su semen me rellenaba por dentro, pero aquellos 2 cabrones tenían otros planes.
"De eso nada Maribel, tu has venido a tomar café y al final no te lo has tomado, que menos que al menos tomes leche para desayunar".
Salieron de mis agujeros y me dejaron de rodillas ante sus pollas a escasos centímetros de mi cara, comenzaron a frotárselas a toda velocidad, yo sabia lo que estaba por venir, jamás ningún hombre se había corrido en mi cara, pero tampoco me habían dado por el culo y aquellos dos hermanos me habían follado el culo todo lo que habían querido y además, para que negarlo, estaba deseosa de que se corrieran en mi cara, en mi boca, de sentirme sucia y humillada con el semen de aquellos chicos resbalando por mi cara.
No me hicieron esperar, casi al mismo tiempo, de los cojones de mis vecinos salieron 4 o 5 chorros de cada polla, de una leche blanca y densa que primero golpeo con fuerza en mi cara, luego en mi frente pero por fin pude acertar y abriendo la boca el resto de semen cayó dentro de mi boca.
Cuando terminaron de correrse les mire y me trague aquellas corridas, el semen sabia amargo pero en ese momento me supo delicioso, limpie sus pollas con mi boca y les di un beso en la punta a cada uno a base de despedida.
Me levante, me puse la bata y me despedí.
"Ha sido un desayuno delicioso, uno de los mejores de mi vida, creo que habrá que repetirlo mas veces"
Pase a mi casa justo cuando mi esposo volvía de la calle
"Vaya cariño, pensaba que no estabas en casa, no te vi al levantarme".
"Si, cielo, estaba en casa de los vecinos desayunando"
"Parece que te llevas muy bien con los chicos esos, me alegro, se les ve muy simpáticos, creo que te has manchado con el desayuno"
Me mire en el espejo del pasillo y en efecto, un pequeño chorro de semen había acertado en la punta de mi nariz, como una niña glotona lo recogí con mi dedo y me lo lleve a la boca.
"Ummm, si, era un poco de leche merengada, los chicos tienen un modelo que sabe deliciosa".
Desde aquel día y al menos una vez por semana, desayuno en casa de mis vecinos, no se como terminara esto, muchas veces me siento fatal por engañar a mi esposo, pero no puedo evitarlo, es pensar en las pollas de mis vecinos y olvidarme por completo de todo lo demás
Comentarios a [email protected], espero tengas un buen dia besos