Él tenía el mismo comportamiento todo los días, siempre venía y se sentaba en frente mío a observar como amamantaba a su hermano y luego se iba y se encerraba en el baño. Ingenua yo, no me daba cuenta que él se excitaba viendo mis tetas repletas de leche pero un día se me dio por observarle el bulto y vi con el correr de los minutos como una cosa grande y hermosa se le formaba entre sus piernas. En ese momento llevaba casi ya 40 días sin tener sexo así que me empecé a excitar y eso me llevó a imaginarme cosas, y justo en el momento culmine de mi excitación se levantó y se volvió a meter en el baño. Yo sospechando de lo que debía estar haciendo fui y deje a mi bebé durmiendo en la cuna para luego dirigirme al baño. Entonces estando detrás de la puerta miré a través de la cerradura y vi lo que me había imaginado que estaría haciendo.
El se estaba pajeando como un desquiciado como si fuese la última vez qué lo hacía y ver eso me hizo sentir cierto calorcito interno lo cual me llevó a tocarme las tetas por arriba del vestido. Eran tan rápido sus movimientos que en cualquier momento acababa pero yo no quería que eso suceda, quería seguir viendo esa poronga muy similar en tamaño y en grosor a la de su padre así que tomé la decisión de entrar para evitar eso. Entonces abrí la puerta de tal forma que no le di tiempo para que pudiera guardarla dentro de su pantalón así que lo sorprendí en pleno acto.
Es como si se hubiera detenido el tiempo justo al entrar ya que el quedó como congelado al verme e no hizo nada para ocultar su tremenda poronga. El se ruborizo todo y quedó perplejo ante la situación, no sabía que debía hacer, si subirse el pantalón o decirme que me vaya pero nada de eso ocurrió, solo se quedó parado ahi con su mano sobre su miembro viril. Entonces viendo que no se movía, que no podía hacer nada tuve que acercarme hasta el y sin pedirle permiso alguno empece a tocarle con la punta de mis dedos la cabeza de su pene.
– Me dejas tocarte? – le pregunte.
– Si si si si – dijo el muy nervioso.
Yo se la agarre por completo envolviendola con toda mi mano e hice lo que el se estaba haciendo antes de que yo entrará pero a un ritmo más bajo para que no acabe tan rápido. El cerro sus ojos al sentir como yo lo pajeaba y de su boca se empezó a escuchar unos pequeños gemidos.
– ah ahh ahhh – decía el.
Senti en ese momento como mis pezones empezaron a liberar gotitas de leche debido a que ya me encontraba muy excitada por la situación que estaba viviendo con mi hijo y para evitar que el se pierda semejante espectáculo decidí bajarme un poco el vestido para que el pueda ver como brotaba la leche. Entonces el abrió los ojos y se encontró con dos tetas enormes con sus aureolas todas blancas por estar bañadas en leche materna y supongo que les parecieron deliciosas porque lo primero que hizo sin que pasase mucho tiempo fue llevarse a su boca unos de mis pezones.
Ahora era yo quien gemia, la que lo gozaba y la que sentía más placer ya que no solo me succionaba los pezones sino que también me los mordía y se bebía la leche que sacaba de ellos. Además tenía mis tetas agarradas fuertemente de sus manos y mientras todo esto ocurría y sin darse cuenta expulsó cierto líquido preseminal con el cual entre contacto ya que seguía pajeandolo. El estaba enamorado de mis pechos y parecía que no iba a querer soltarlos en ningún momento y me encantaba que eso suceda pero yo tenía otros planes.
Sabía que en cualquier momento su pene iba a decir basta así que antes de que siga expulsando una mayor cantidad de líquido espeso decidí que era hora de mamarsela. Entonces primero tuve que separarlo de mis tetas con mis manos porqué iba ser imposible hacerlo si se lo decía y en segundo lugar me tuve que agachar para indicarle que quería chuparsela y a diferencia de su padre no me hizo falta agarrarla ya que la de el no se puso erecta hacia arriba sino que se puso a 90 grados así que coloque mis manos sobre mi rodillas y entré a cabecear sin ayuda de ellas.
Con mi hijo sentí cierta conexión mientras se la chupaba ya que yo no tenía mis ojos puesto sobre su pene sino que tenia mi mirada fija en él y el hacía lo mismo conmigo. Fue un momento hermoso en el cual ambos nos sentimos conectados a través del placer y ambos los disfrutamos. Verlo gozarlo de la manera que lo hacía era tan gratificante como hacérselo a su padre.
Además de chuparsela también coloque su pene entre mis tetas y le hice la famosa turca con ellas y aunque llego a expulsar algo de semen no expulsó todo lo que tenia almacenado así que finalice esa faena sexual con mi hijo masturbandolo para que me eyacule lo que le faltaba en todo mi rostro. Se puede decir que también bebí leche ya que use mis dedos para limpiarme y lo que recolectaba iba a parar a mi boca.