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Mi sobrino me hace su puta (3)
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Ya eran las últimas horas de David, mi sobrino político, en mi casa. Al siguiente día mi esposo lo llevaría de nuevo con su familia, terminando sus vacaciones acá. Sentía entre nostalgia y alivio pues me daba siempre miedo que en algún momento Fabián, mi maridito, pudiese percatarse de que algo ocurría entre el chico y yo. Pero por otro lado, esa forma de tratarme tan berraca y sus cogidas habían sido maravillosas, haha. Me gustaba y excitaba ser usada como perra esclava en mi propio lar… Lo cierto es que esa mañana, previa a su partida, David se acercó a mi habitación donde yo leía revistas:

-¡Buenos días putita! ¿Cómo está la más rica de todas las mujeres?

-Hola David, aquí, leyendo.

-Ya te veo. Mira, ¿qué tal si vamos al parque a trotar un rato?

-Mmmm, bueno, es excelente idea. ¡Me cambio y vamos!

-Ok, vístete aquí frente a mí, quiero verte desnuda para que se me empiece a alborotar todo, haha.

-¡Gafo! haha, veme entonces pues…

Me desnudé mientras me veía David, se sacó el pene y se lo tocaba suavemente como para no acabar. Yo me hacía la loca para no brincar a mamárselo, supongo tendría otras ideas en mente pues me hubiese exigido que se lo chupara, así que me vestí con mis atuendos deportivos y nos fuimos al parque. Ya teníamos rato trotando y observamos a dos negros, pero bien negros, sin franelas y haciendo ejercicios a un costado de la pista de trote, no pude evitar quedarme viendo los cuerpazos de los tipos, ¡y sus abdominales que eran regios! David se percató y me dijo con sonrisa maliciosa:

-Qué, ¿Te gustaría que te follaran esos dos? Casi se te sale la baba al verlos, haha.

-Ay chico, te pareces a mí con el sexo todo el tiempo en la cabeza, hahaha ¡Pues están para chuparse los dedos te diré!

-¿Ah sí? Vaya que eres puta tía Veronica, seguro te imaginaste pegada en sus vergas como una becerrita. Uff, acabo de imaginar que te veo penetrada por esos dos, ¡me da calentura eso!

Volteo y lo veo asombrada.

-¡Caramba! ¿Te excitaría verme cogida por otros? Mmmm, qué bien, hehehe.

-Uff sí -Y se tocaba el miembro por encima del pantalón -Te debes ver esplendorosa gozando con esos negros dándote duro. Luego yo te cogería también y ah, ahhh, ¡estoy por acabar!

Y el muy cínico acabó, noté como embadurnó el short que traía puesto, ¡estaba de a toque el carajito!

-¡Qué desperdicio! Botar esa leche frente a mí. -Y lo miré despectivamente.

-Bueno, ¿y qué hacía? Había guardado mucho semen para dártelo y ves lo que pasó, en gran parte por tus puterías.

-Hahaha, eso te pasa por ahorrador, habiendo tanto donde obsequiármelo.

De repente, David enfiló hacia los negros. Se puso a hablar con ellos, noté que me miraron los tres al mismo tiempo y seguían charlando. Yo continué la marcha lentamente, a la expectativa. Luego, el chico y los dos tipazos se aproximaron hasta mí, David me los presentó y me dijeron ser unos dominicanos que estaban acá en mi país en unas competencias de atletismo, las cuales habían concluido pero decidieron quedarse unos días adicionales para disfrutar de un buen descanso y conocer. Mi sobrinillo les dice entonces:

-Miren, ¿qué tal si vamos para la casa? Allá mi tía les puede brindar un jugo natural de fruta que lo hace muy rico, ¿qué les parece?

-Si si, cómo no, vamos gustosamente -Dijeron muy entusiasmados los hombres.

Quedé un rato impávida, sin hallar qué decir. Por ello, uno de los negros comentó:

-Parece que a tu tía no le gusta mucho la idea, eh?

-No, no eso. Realmente pensaba si tenía frutas allá en casa o tendría que comprar algunas, pero nada que ver, ¡soy anfitriona aquí en mi país y no les voy a hacer un desplante! -Solté esa para no quedar mal, y ya de todas formas imaginaba hacia dónde soplaba el viento.

Nos dirigimos a mi casita, allí busqué entre las frutas e hice un batido de lechosa. Les llevé los vasos a los tres varones, yo tomé otro y nos pusimos a conversar en la sala. No dejaba de admirar esos cuerpazos fibrosos de los negros, mmmm, me encantan músculos no tan grandes pero sí bien definidos. Y ellos me veían sin recato, ¡cosa que me agradaba de más! Entonces les ofrecí que se dieran un baño, les traje toallas limpias y fueron a ducharse. Mientras, David y yo quedamos a solas.

-Vaya tiíta, creo que te gustan mucho los negros esos, ah? ¡Veo que te los comes con la mirada!

-Eeehh, esteee. Están como te dije muy buenos, ¡tienen unos cuerpos de infarto!

-Haha, entonces si tanto te gustan, deberías insinuárteles para que te cojan. ¡Anda!, ponte bien putaza con ellos que quiero ver que te les entregas.

-¡David! Quédate quieto.

-¡Sssh! Lo tengo como una roca. ¡Te vas a dejar coger por los dominicanos y me voy a gozar una porno real, en vivo y directo! Haha.

-Ahí vienen, calla, calla.

Los condenados llegaron cubiertos sólo por las toallas, explicaron que lavaron sus ropas sudadas y esperaban que se les secase tendidas en el baño, que si no habría problema con ello. Yo, impactada por esos dos y la situación que empezaba a subirse de tono, les dije que no se preocuparan, que estaba bien. Así se sentaron en el sofá de tres puestos y el loco de David lanzó una de las suyas:

-Tía Veronica, tomándote la palabra de que eres excelente anfitriona, los muchachos me dijeron en el parque que no habían tenido el placer de acostarse con una Argentina, y que las mujeres de acá les parecían hermosísimas y sensuales. Así que mi idea fue presentártelos y convidarlos para que tú te encargues de darles atención VIP, ¡de esa que conoces y manejas a la perfección! Me preguntaron si estrías realmente dispuesta y les aclaré que sí, que mueres porque te cojan y bien cogida, haha ¿Verdad putaza que te portarás bien con los extranjeros?

Miré fijamente a David unos segundos, luego fui y me senté entre los dos tipos, ellos empezaron a alabarme, decirme primero palabras hermosas en cuanto a mi belleza, para luego tornarse más primitivos e iniciar, entre palabrotas y groserías, a tocarme, besarme. Me desvistieron quedando como Dios me trajo al mundo a disposición de aquellos leones hambrientos que no dudaron en lamerme, acariciarme, mordisquearme. Se quitaron las toallas que cubrían apenas sus sólidos y tallados organismos atléticos para restregarme sus falos que sentía durísimos y de buen grosor, circuncidados dejando ver sus cabezotas moradas que me hacía la boca agua. Yo me gozaba aquello, les rozaba los abdominales a cada uno suspirando al percibir esas escaleras, ummmm. No dejaba de disfrutar cada toqueteo que con cualquier parte de sus figuras de campeones me proporcionaban. Uno de ellos se introdujo de lleno a chuparme la vulva mientras el otro succionaba de forma candente mis preciados pechos. A tres metros, David nos observaba extasiado, ¡como en trance! Al poco tiempo tuve mis orgasmos simultáneos usuales de cuando mi excitación está en punto máximo, separé al negro que me dio ese gustazo de comerse mi vagina y clítoris para besarlo absorbiendo mis jugos. El otro negrazo se entretuvo con mi espalda, hasta tomarme por las piernas y colocarme de rodillas sobre el mueble, para lamer mi culo con euforia, pasando luego e meterme un dedo en la cuca y otro por el culo. El tipo que le acompañaba me puso el miembro divino en la puerta de mi boca, que se abrió golosa para recibirlo y engullirlo, dándole mis mejores mamadas mientras los dedos del otro dominicano me provocaban otro orgasmo:

-Aaaahhh, negro divino, méteme tu polla por favor, cógeme sin piedad te lo ruego.

El bicho enfiló su machete afilado hacia mi cueva que lo esperaba anhelante, lo metió y me empezó a dar durísimo mientras yo seguía mamando y manando el palote de su compañero. En eso estuvimos gozando hasta que el negrote que me cogía acabó inundándome con su leche tibia; al otro le provoqué su acabada con pasaditas rápidas de lengua sobre su glande, tragándome su simiente con todo placer para luego limpiárselo y restregarlo sobre mis tetas.

-Guau, esta chica es dinamita pura. ¡Mira que puta es mi hermano! Como mama y se traga la esperma, eh? Hahaha.

-Es que me encanta la leche de macho, haha –Dije toda zorra.

David, que estaba como loquito, se aproximó pidiendo que se la chupara a él. Me la metí en la boquita pero quizás dos o tres chupaditas le di para que el carajito me regalara sus fluidos ricos. Los negros se reían, decían que era una tragona de lefa bestial, la reina de la lefa. Cuando traté de sentarme, a quien se la había mamado me tomó, nos pusimos de pie y me ensartó así, luego me encaramé en sus caderas rodeándolo con mis piernas para recibir sus fustigadas hasta que el otro gladiador de color se aproximó, buscó mi ano y me la logró meter. Ambos me vapuleaban de lo más sensacional, aquello era el clímax, dos vergotas hinchadas dándome simultáneamente sus rigideces tan ricas. ¡Diosss, que ultra cogidas más calientes recibía! Llenaban mis dos agujeros y me daban y daban, yo tenía orgasmo tras orgasmo delirantes. De allí decidieron intercambiar, pero esta vez uno se sentó clavándomela en el ano, yo de espaldas a él. El otro, me la metió por la vagina mientras magreaba mis senos, no había experimentado la doble penetración en esa posición lo cual me hizo explotar en llegadas sublimes. Me dieron con todo, yo gritaba como poseída, David como pudo, se paró en el sofá de un lado y me hizo chupársela, tenía tres vergas en mí ser, ahora eran mis tres cuevitas las rellenas de carne de macho. Así me tuvieron hasta que los negros acabaron, se separaron y mi sobrino político quiso darme por el culo el cual tenía ensanchado de tanta vergota recibida, pero igual mi sensibilidad estaba casi intacta. Por tanto, el guevo de David lo pude percibir taladrándome hasta llenarme también los intestinos con su simiente. Caí derrotada, casi sin aliento, los tres machos también sudaban y tan sólo les oía bufear. Pues de allí, nos duchamos para iniciar otro festín de sexo en el cual los tres se turnaban para cogerme por todas mis entradas húmedas, yo daba alaridos, me ardía deliciosamente todo. Ellos me insultaban, me mordían, me chupaban, Volvió a poseerme el trío por todas mis cavidades ¡uff vaya bestialidad sexual aquella! Yo pedía verga y ellos me complacían encantados. Cuando por fin todo concluyó, los negros se vistieron y se fueron, David me habló sobre la experiencia alucinante que había vivido por primera vez en su vida y que esperaba que a partir de esas vacaciones, yo siguiera siendo su mujer mientras pudiéramos, que él me quería seguir dominando como mi dueño y señor, lo cual acepté dándole un besito sobre su pene.

(FIN)

Comentarios a [email protected], espero tengas buen día, besos.

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