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Alexia, mi compañera de trabajo
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Alexia, de 22 años. 

Hace poco más de dos años en el lugar donde trabajo entró una chica a trabajar. Recuerdo haberla visto por primera vez en la escuela un par de años antes de esto, es una chica que no puedes ignorar. Un amigo en común me platicó que un cantante de talla internacional (cantante de reggaetón que no canta tan bien) le pidió su número en Miami y ella lo ignoró.

Cuando entró a la oficina de la jefa, en ese instante pensé que era una de las mujeres más atractivas que he visto y no fui el único. Todavía no quitaba la mirada de su sexy cuerpo y su cuidado cabello, antes de que se perdiera al entrar a la oficina, cuando uno de mis compañeros dice, discretamente, "apartada". Lo cual me hizo gracia y yo no contesté nada de vuelta, pues eran de esas bromas que a veces hacemos los hombres pero siendo realistas pensé que si ella ignoró a un artista por qué a nosotros no pero no le conté nunca a ninguno de ellos esa historia. Ella al salir de la oficina dio media vuelta y con una grata sonrisa dirigió algunas palabras a nuestra jefa para posteriormente marcharse.

El próximo lunes ella se presentó al trabajo, llegó con la jefa y posteriormente, juntas, llegaron a mi área de trabajo.

-¡Buenos días, Jesús! -Me saludó mi jefa

-¡Buenos días! -Le contesté sin interrumpir mi trabajo

-Ella es Alexia y va a estar con nosotros trabajando, te la encargo para que le enseñes los que hacemos y después trabaje de lleno con nosotros ella solita.

-Muy bien, aquí le enseño lo básico.

-Con permiso.

-Adelante.

Al quedarnos solos pause por un momento mi trabajo y le comenté:

-Hola, yo me acuerdo de ti en la universidad.

-Sí, yo también de ti. Me comentó Alexia con una sonrisa en su rostro.

Nuestra plática continuó muy bien mientras yo le enseñaba el trabajo. Terminamos nuestro primer día y yo estaba emocionado y desesperado por empezar el segundo. Cada día que pasaba nuestras pláticas eran más intensas, al grado de que me llamaron la atención un par de veces por estar distraído. Pasaron las dos semanas y no insinué nada, sabía que no estaba en su liga pero tenía su whatsapp y Facebook. En su tercera semana ella se daba una vuelta a mi área a saludar y se me hacía raro y por las tardes seguíamos platicando mucho por whatsapp.

Un día me decidí invitarla a salir a cenar por vía whatsapp.

Voy a editar mi nombre en la conversación y borrar la fecha para hacer más práctica la lectura.

yo: Vamos por unos boneless hoy en la noche

Yo: Yo invito

Yo: Y si quieres, unas cervezas

Alexa: Te tengo que decir una cosa que no te dije y creo que ya sabes pero de todos modos te lo quiero decir tengo novio y si estaría muy bien ir a cenar pero me da miedo que se dé cuenta.

Yo: Mmmm entiendo, podemos mañana saliendo del trabajo ir a comer cerca y también cuenta jajaja

Alexa: Súper yes!

Alexa: Jajaja

Yo: Ya quedamos pues. Y cómo le hiciste con la engrapadora?

Terminamos comiendo hamburguesas a unas cuantas cuadras de nuestro trabajo, platicamos como adolescentes. Cabe aclarar en este punto que ambos teníamos pareja en ese momento y nuestras pláticas por whatsapp eran algo intensas. Mientras comíamos fue cuando de frente le propuse que quería sentirla y que no me refería a abrazarla y me dijo que ella también. Entonces le dije que una tarde que ella tuviera libre fuéramos a un motel y accedió.

Me voy a ahorrar de cómo y hora a la que pasé por ella. Llegamos al cuarto del motel y como es costumbre en mí, nomás de abrazarla yo estaba listo con la verga bien parada, mojando mi pantalón a través del bóxer. Lo mojaba todavía más al besarle sus labios y cuello, le comencé a quitarle la ropa comenzando por su blusa, continué con sus zapatos y pantalones. Estando ambos de pie le quité el bra con mi mano izquierda y bajé su ropa interior mientras besaba su pancita y piernas, inmediatamente me quité todo y la acosté en la cama, solamente quedando sus pies volando, me puse de rodillas frente a ella. Pude sentir las intensas pulsaciones en mi verga mientras me dejé excitar por la idea de que le estábamos siendo infieles a nuestras parejas, sentía que cada pulsación sacaba una gota de mi líquido preseminal, olí su perfume y aún más se me endureció, besé sus piernas hasta llegar a sus pies y sin pedir permiso le chupé sus pies y riendo los quitó al principio pero sin decir nada ella los volvió a poner en mi boca, debo admitir que me excitan a morir unos pies lindos y más con su pulsera en tobillo. Luego la puse acostada en medio de la cama de tal manera que mi cuerpo, hincado poniendo mis rodillas a la altura de sus pechos y mis manos sobre la pared sosteniendo mi cuerpo. Yo sin usar mis manos jugaba con mi verga sobre su cara, la paseaba por sus boca, labios, nariz, ojos, mejillas, le daba "dick slap" mientras ella tomaba mi culo con sus manos, podía sentir sus uñas en mis glúteos y espalda.

Le dije que pasáramos al sillón enseguida de la cama porque yo quería que ella se sentara en mi verga, mientras nos veíamos de frente. Ella me dijo que estaba bien pero que pusiera primero una sábana sobre el sillón porque no le gustaba la idea de que su piel tocara el sillón y yo lo hice así, tapé el sillón con una sábana blanca. Le dije que primero se recostara boca arriba y que me dejara tomarle un video a sus piernas y a su vagina toda mojada. Terminando de tomarle un pequeño video me quedé lamiendo su vagina y su ano un buen rato y en esa postura me la jalé sin llegar a correrme, me los estaba guardando para venirme cuando estuviera dentro de ella. La puse en el sillón porque ya no quiso ir a la cama. Le abrí las piernas y se la dejé ir toda, ella gemía con pena y le pregunté:

-¿Te da pena gemir con ganas?

-La verdad sí, siento que me van a oir aunque ya sé que nadie lo hará.

-Pues gime rico con ganas, me excita mucho más escucharte.

-Está bien. Me contesto apenada

-A ver, ¿te gusta está adentro?

-ah, ah, ay, mmmm. Gemía con ganas.

Todo estaba prohibido, todo me calentaba a mil. Yo siendo infiel y ella también, me la estaba tirando de misionero súper rico y solté tanto preseminal que tuve que ponerme un segundo condón no sin antes secarme bien la verga con papel. Sé que a algunos lectores les ha pasado lo mismo. Seguí dándole en esa misma posición hasta depositar toda la leche en el condón porque ella me pidió que así me quedara. Curiosamente nos quedamos besándonos buen rato y me dijo que no se arrepentía de nada.

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