Soy Patricia, Patty como me dicen todos mis amigos, una niña bien, hija de familia, fresita, con novio oficial pero también con muchísimos amigos, soy muy guapa, de piel blanca, mido 1.60, tengo unas pompis paraditas, abultadas y muy bien torneadas además de grandes, piernas muy bien formadas también, ya que hago bastante ejercicio, cintura de avispa y caderona, ojos grandes, verdes, boca pequeña roja y carnosa y unas bubis regulares de tamaño pero bien paraditas y duras.
Tengo un amigo desde la universidad llamado Ricardo, el cual era un auténtico energúmeno, muy poco cortes, por no decir nada y con un lenguaje muy soez, como 1:80, muy feo, con una nariz muy prominente, pelo chino y cuerpo muy robusto, de esos tipos que tienen unas manotas, unos dedotes etc. Lo mejor de él, un pene enorme, muy cabezón y anormalmente chueco cuando lo tiene erecto.
A pesar de que me desagradaba, tuve mucho sexo con él y es que me llevaba a tocar las estrellas cada vez que lo hacíamos, su forma de dominarme, de sobajarme y de forzarme a hacer cosas que ni en sueños imaginé me cautivaba, me hizo hacer de todo, me volvía loca de placer. Él era diferente a los demás, mis amigos en general hasta parecían tenerme miedo, me hacían caravanas y trataban de complacerme en lo más mínimo, Ricardo siempre me hizo lo que quiso tratándome como si fuera una puta, además la diferencia de estatura y peso le permitían manipularme como si fuera una muñeca. Cuando el termino la escuela, lo dejé de ver porque se fue a trabajar a otra parte, no lo extrañe como podría pensarse, era alguien poco grato para mí, de no ser por el sexo, además que por esos tiempos conocí un chico de Intercambio, por cierto de nombre Richard, que sin quererlo, paso a suplirlo, pero esa es otra historia.
Esta historia empieza después de recibir una llamada de Ricardo que regreso a la ciudad y me contacto invitándome a comer, al principio me puso un poco a la defensiva su llamada, ya no quería nada con él, pero bueno, se portó tan caballero y tan amable además de casi rogarme que finalmente acepte.
La cita fue en un restaurante en la calle Nuevo León, de esos que por la noche se convierten en antro, cuando llegue, él ya estaba esperándome en la entrada, al verlo me pregunte, como pude estar con alguien tan feo. Pensé entre mí “si se empieza a portar como patán lo mando a volar “, en fin, nos saludamos con un beso en la mejilla y subimos al segundo piso a comer, solo había una pareja más.
Mientras comíamos, charlamos y nos actualizamos, durante este tiempo se comportó atípicamente, como un caballero, al término de creo la tercera copa de vino tinto menciono:
Ricardo: ¿te acuerdas cuando íbamos a la escuela?, ¿lo que hacíamos?
Me quede helada, no sé realmente que cara podría yo, pero me puse nerviosa, no tuve tiempo de reaccionar, él se estiro sobre la silla se bajó el cierre y se la saco.
Patty: ¿Que te pasa, estás loco? Volteé a donde estaba la pareja, temerosa de que nos vieran, pero ya no estaban.
Debí levantarme e irme en ese momento, pero no lo hice.
Ricardo: Huy, ni que no la conocieras.
Dijo con desfachatez
Patty: Estás loco repetí, tuve el impulso de vaciarle la copa de vino sobre sus pantalones
Ricardo: Pues si me la mamabas todos los días, a poco ya se te olvido.
Patty: te van a oír.
Ricardo: Era bien rico cuando me mamabas la verga en el estacionamiento, acuérdate que nos metíamos a un salón me recargaba en la puerta y tú me la mamabas, siempre tenía los huevos bien cargados de leche y tú me los exprimías y te tragabas todo. Mamabas verga muy bien
Patty: te van a oír—repetí insistente y angustiada.
Ricardo: de que te preocupas, ya lo deben de saber, con verte la cara se te nota que te fascina mamar verga, con esa boquita de mamadora que tienes, que otra cosa podrías hacer.
Yo me puse aún más nerviosa porque vi como subía el mesero, Ricardo se cubrió, ordeno dos copas más, yo no sabía qué hacer, me moría de la vergüenza, la vista de su pene, sus palabrotas combinados con el vino trajeron vividos recuerdos que me pusieron muy caliente y mi vagina reacciono mojándose.
Ricardo: Porque no le das un besito?
Patty: Como crees -atine a decir
Patty: además ya sabes que tengo novio
Ricardo: Huy sigues con ese pendejo, y eso que, ándale putita nomas un besito, acuérdate que antes me la mamabas en donde fuera, tu solita te bajabas a mamarla sin pedírtelo y eso que andabas con ese guey. Después ibas y lo besabas y ni la boca te habías enjuagado.
Eso no era cierto, si se la había mamado en varios lados, el estacionamiento de la escuela, en varios salones, en el cine, en el carro, etc., pero de eso a que, en cualquier lado, pues no.
Ricardo: Mira está bien paradota, se acuerda de los mamelucos que le dabas.
Me dijo mientras la sacudía mostrándomela.
Metió su mano por entre mi pelo y mi cuello, ya estando su mano en mi nuca hizo un rápido y casi imperceptible movimiento con los dedos en mi nuca que mi cuerpo conocía bien, era la señal para tomarla con la boca, mi cuerpo reacciono sin voluntad, me incline y mi boca tomo su verga, pensé en solo darle un beso, pero su mano sobre mi nuca hizo que entrara casi la mitad, sentí su glande en el fondo de mi garganta y ahí me mantuvo unos instantes.
Me soltó y me hizo enderezar justo a tiempo antes de que llegara el mesero con las 2 copas, no sé si alcanzo a ver algo o yo misma me delataba con mi nerviosismo, debo haberme puesto de mil colores. En cuanto se fue el mesero repitió la operación de su mano en mi nuca y su movimiento de dedos, volví a engullirla y el me manipulaba desde mi nuca para llevar el ritmo de la mamada. Su otra mano busco mis senos y los masajeo, deben haber sido unos minutos, pero a mí me pareció eterno pensando en que alguien nos vería.
Nuevamente me enderezo por la presencia del mesero que subía por la escalera, espero a que se fuera y dijo.
Ricardo: que rico mamas verga putita, mi verga ya te extrañaba, nada más de oír tu voz cuando te hable se me paro, eres muy buena mamando verga, tienes una boca muy caliente.
Mientras decía esto metía su mano entre mis piernas para sobarme la vagina sobre el pantalón de mezclilla.
Patty: ahh ya, nos van a ver
Ricardo: Verdad que si te acordabas puta, nomás te gusta hacerte del rogar.
Patty: hay como eres.
Ricardo: traes coche.
Patty: pues si, ¿por qué?
Ricardo: para que me hagas una chaqueta con la boca en el carro.
No sé de dónde saco eso de una chaqueta, yo nunca había oído esa expresión, hasta que lo conocí a él y supe que se refería a una masturbación o felación con la mano o la boca, pero no sé si él invento la palabra, deduje que era eso con el tiempo.
Patty: otra vez, te acabo de hacer una.
Ricardo: Pero para que me la hagas bien, bien echa puta, mis huevos están cargados de leche y necesitan vaciarse, que mejor lugar que tu boquita calientita.
Patty: Hay ya, como crees.
No me dijo más, llamo el mesero, pago y nos encaminamos a buscar mi coche, mientras caminábamos aprovecho para meterme mano entre las pompas un par de veces en plena calle.
Ricardo: Ya extrañaba tu culote, que ricas nalgas tienes, bien duras y paraditas. Estas muy nalgona.
Patty: Hay ya, nos van a ver. Estamos en la calle
Ricardo: Me encanta tu culote
Ya en el auto me dijo, busca un lugar más escondido, al cabo de unos minutos volvimos a estacionarnos y él se la saco de nuevo, la sacudió mostrándomela, la contemple como una boba, no podía quitarle los ojos de encima era tan grande, la tenía tan hinchada, negra , muy larga, gruesototota y las venas hinchadas iban por todo el tronco de su verga , en la punta una cabezota roja y babeante, repitió la operación de su mano en mi nuca y su movimiento de dedos que enviaba la señal a mi subconsciente de mamar, así lo hice por unos 15 minutos, al principio tímidamente le pasaba la lengua por todo el tronco, por la cabeza, la dejaba entra hasta el fondo, la liberaba, la succionaba levemente a veces toda dentro, a veces solo la cabeza, yo sentía un sabor salado en la boca junto con algo viscoso y sentía como esa verga vibraba dentro de mi boca, poco a poco me hizo subir de intensidad hasta que literalmente me estaba cogiendo por la boca, ya me dolían las mejillas cuando empecé a sentir sus contracciones, trate de engullirla completamente mientras el empujaba mi cabeza con el mismo propósito, sentí un chorro de líquido caliente y viscoso inundando mi garganta, él ordenaba trágatelo putita trágatelo todo, no era necesario que lo ordenara, su verga estaba tan adentro de mi garganta que tuve que tragar toda su leche, soltó unos 5 chorros de leche espesa, los primeros muy abundantes.
Como siempre ocurría con él, me mantuvo pegada a su entrepierna con su verga en mi boca hasta que empezó a bajársele, después se la lamí hasta dejársela bien limpia, como a él le gusta y pensé bueno ya lo hice nuevamente.
Ricardo: No manches Patty sigues siendo bien puta y cada vez mamas verga más rico, se ve que has practicado mucho, ya te cabe completa sin que te vomites.
Patty: Hay como crees. —dije un tanto ofendida, la verdad es que tenía razón, había practicado mucho
Ricardo: Si quieres vamos a un hotel para que te la meta por el culo, pero tú lo pagas porque yo pague la comida y ya no traigo lana. Aquí hay uno cerca, no le conteste, pero mi mente recreo los momentos del pasado cuando me sodomizaba y como prácticamente me hacía aullar como perra, arranque y el me indico por donde, en minutos estábamos en el hotel.
El hotel se llama el Castro, tal vez alguien lo conozca, el pidió la habitación y me pidió el dinero, le dijo al dependiente, sabes que, mejor dámela con potro y me pidió más dinero.
Nos dieron la llave y al darnos la vuelta para el elevador ya me iba metiendo la mano en medio de las nalgas, no le importo que el dependiente nos pudiera ver y francamente a mí tampoco, estaba luchando por evitar que se me notaran las ansias locas que ya tenía de ser sodomizada…