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Al cine porno mi esposa, mi suegra y yo
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Después del rico trío que tuvimos con mi suegra en la cabaña que rentamos, procurábamos hacer el amor en cada oportunidad que teníamos y para ello mi cuarto fue el lugar de nuestros encuentros, nunca lo hicimos en casa de mi suegra por temor a que nos descubrieran su marido o mi cuñada. Tanto Yesica cómo yo disfrutamos del maravilloso cuerpo de Melinda, tocarnos, besarnos, probar nuestros orgasmos se volvió práctica en cada sesión de sexo que tuvimos y fue delicioso.

En una ocasión que fuimos al cine los tres, nos quedamos a ver las dos funciones que pasaban en aquellos años y salimos alrededor de las 9 de la noche. El cine que había en nuestra ciudad tenía sólo una sala grande y a un costado tenía una puerta pequeña con luces neón, todos sabíamos que era una sala porno. Ese día que salimos tarde, Melinda propuso que entráramos pues ella tenía curiosidad y la verdad nosotros también, así que aceptamos su propuesta. Para esa hora de la noche ya había poca gente en la calle, así que nos apresuramos a entrar para que nadie nos fuera a reconocer. Pagó las entradas y un señor nos abrió una cortina y tomados de la mano entramos los tres yo al frente, Yesica en medio y mi suegra atrás, subimos para sentarnos en las últimas butacas pero en esa parte ya había muchas personas así que buscamos en medio ya que de ahí para abajo estaba vacío. En la pantalla había escenas de sexo, era una película de una mujer hermosa que muchos de nuestra edad han de recordar, Sylvia Saint que en aquel entonces se volvió el amor platónico de mi novia y mío por allá en el año 2000. Yesica se sentó entre Melinda y yo, veíamos como Sylvia tenía sexo anal, quienes la recuerden reconocerán lo buena actriz que era y hermosa también, para los más jóvenes les recomendamos que busquen sus videos. Yesica y yo aún vemos sus escenas y conservamos algunas de sus películas. Bueno resulta que los tres estábamos muy calientes y nerviosos pues era nuestra primera vez en un cine porno, metí mi mano entre las piernas de mi novia y ahí ya estaba la mano de su mamá, frotábamos su panocha sobre el pantalón, tanto Melinda cómo yo hacíamos lo mismo con nuestros sexos, Yesica realmente estaba metida en la película, no apartaba la vista de la pantalla, disfrutaba de nuestras caricias en su entrepierna, ella solo se abría y se dejaba acariciar, hasta que tuvo un orgasmo y ni así dejó de ver la película, la cual no tardó mucho en terminar pues entramos ya casi al final, la repitieron y nos quedamos a verla y así fue que supimos el nombre de la actriz de la que Yesica se enamoró, tanto que ni caso nos hizo. Entonces Melinda cambio lugar con ella y quedamos juntos mi suegra y yo, estuvimos cachondeando y besándonos mientras Yesica se tocaba viendo la película. Hasta que un hombre de los que estaban hasta arriba se vino a sentar a un lado de mi novia, vimos que se sacó la verga y se la empezó a jalar, Yesica se puso de pie y nos jaló para que nos fuéramos, los tres estábamos sacados de onda, ya que estábamos fuera del cine nos reíamos, pero estábamos entre asustados y nerviosos. Tomamos un taxi y nos fuimos a su casa, ahí estaba mi cuñada Luisa, le avisamos que saldríamos a cenar y ella no nos quiso acompañar, la verdad es que nos fuimos a mi cuarto, a los tres nos urgía cogernos.

Entrando Yesica se dirigió al baño, Melinda y yo nos empezamos a besar y a quitarnos la ropa sobre la cama, estaba yo sobre mi suegra chupando sus hermosas tetas, cuando Yesica ya desnuda, me acarició las nalgas y se puso a un costado mío tomando la teta que yo no chupaba de su mamá y me fue apartando hasta quedar ella sobre mi suegra, comiéndose los labios y juntando sus vaginas me atrajo tras de ella colocando mi tronco entre sus nalgas y así empezó a darme apretones mientras yo hacía movimientos como de querer entrar en su ano, pero sin hacerlo pues no sabía aún cómo sería, así que mientras ellas frotaban sus panochas mi Yesica sentía mi tronco entre su culo y sin metérsela se vino en la panocha de mi suegra. Entonces le metí la verga en su panocha tan húmeda y caliente, lo cual solo alargó su orgasmo, se movía delicioso. Se retiró de mi pito y me dijo "métesela a mi mamá", diciendo esto se recostó a un lado de Melinda, a quien le levanté las piernas y se la metí de un solo empujón, pues de ya varias veces que lo hacíamos, su panocha se había amoldado a mi tamaño, mi suegra me recibió y se abrazó a mi cuello, nos movíamos de manera que los dos lo disfrutábamos mientras Yesica nos veía y se masturbaba. Mi suegra sabía moverse muy bien, aunque me resistía, sabía hacerme venir cuando ella se venía y sentir me leche caliente la hacía tener orgasmos más intensos. Yesica igual apresuró su orgasmo y se vino poco después que nosotros. Mi novia me besó y luego hizo lo mismo con su mamá.

Ya más tranquilos los tres, mi suegra le preguntó a Yesica si la película la había puesto así de caliente, a lo que mi novia decía: "Sylvia la que salió en la película está hermosa y se movía delicioso disfrutando las cogidas y la manera en la que se metía la verga por el ano me encantó, me gustaría verte a tí haciéndolo". Mi suegra soltó una carcajada y dijo que eso dolía, que ni lo pensara pues con su ex Miguel ya lo había intentado y le había dolido mucho. Pero Yesica siguió insistiéndole y la empezó a besar haciéndole pucheros y acariciándola "ándale mamita, deja que Gery te meta le verga y si te duele ya no lo intentamos si?"- le decía tratándola de convencer y le metía la lengua en la boca mientras estiraba sus pezones y luego dirigió su mano a la panocha de mi suegra quien abría y cerraba las piernas, yo me uní chupando el dedo de mi novia y la panocha de mi suegra a quien le levanté las piernas y dirigí mi lengua a su ano y Yesica también empezó a sobar con su dedo ese hermoso agujero de mi suegra y así de cerca cómo estaba vi cómo poco a poco usando mi saliva cómo lubricante iba entrando el dedo de mi novia en el culo de su mamá, quien solo gemía y se dejaba hacer. Yesica empezó a meter y sacar su dedo y el culo de mi suegra al poco rato ya no ofrecía resistencia mientras yo contribuía con mi saliva, así Yesica acercó un segundo dedo y aunque mi suegra reparó un poco y se resistió terminó por recibir ese segundo dedo. Yesica intentó meter un tercer dedo pero ahí empezó el dolor de mi suegra y comenzó a retirar la mano de mi novia, yo lamí los dedos de Yesica y el ano de Melinda para calmar un poco su dolor y así siguió caliente, entonces volvimos yo con mi lengua a su panocha y los dedos de Yesica a masturbarla mientras se besaban. Al poco rato sentí el delicioso orgasmo de Melinda en mi boca y en los dedos de Yesica, los cuales chupé para dejarlos limpios. Mientras se recuperaba Melinda, mi novia le decía que poco a poco lograría un anal y que se vería hermosa, a lo que yo le dije lo mismo a mi suegra. En cuestión de anal por el momento nos quedamos hasta ahí con mi suegra.

Cogimos por varios meses y cada cogida fue deliciosa, nos disfrutamos los tres todo lo que podíamos. Pero a mi suegra aunque en el sexo estaba todo bien, le faltaba el amor y así Miguel poco a poco la fue buscando y aunque mi suegra se resistió un buen tiempo, terminó por caer de nuevo con él y dio por terminada nuestra relación de tres. Yesica se molestó al principio y no aceptaba la decisión de mi suegra pero poco a poco lo asimiló y pues todo volvió a la normalidad. Yesica y yo seguíamos igual de calientes y buscamos películas de Sylvia Saint con las cuales disfrutábamos de nuestro cine porno en el cuarto, mi novia se metía en la película mientras yo me la cogía, realmente disfrutaba ver sus escenas, tanto que en ocasiones comprábamos pizza y llevábamos palomitas para ver películas completas de Sylvia cómo cualquier otra película, con la diferencia de que terminábamos en una rica sesión de sexo. En ese tiempo no me dejó meterle mi verga por el culo, solo la ponía entre sus nalgas y se movía como su actriz favorita o como ella le decía, su amor platónico.

En el siguiente relato les cuento del castigo que me puso mi novia en aquel entonces por no haber sido ella mi primera experiencia sexual, me hizo contarle que fue con mi tía Rosario y el castigo lo disfrutamos los dos. Saludos a todos los que nos leen y les deseamos un feliz año 2022. Bendiciones, salud, trabajo y amor.

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