Un día de tantos, en mi consultorio, mientras descansaba entre paciente y paciente, miraba algunos videos sobre sexualidad y estimulación de parejas, de repente suena mi celular y era nada más y nada menos que una pareja de años atrás, con la cual teníamos sexo en noches interminables y llenas de juegos y fantasías.
Resulta ser que André, este francés de uno noventa, con un miembro inolvidable como sus lamidas de clítoris, estaba en pareja y a ella no le agradaba el sexo oral, el decide consultarme, ya que a mí, si hay algo que me gusta en este mundo, es la oralidad en el sexo; André estaba consternado, necesitaba darle una salida casi urgente a esta problemática, lo convoco a una sesión y el me propone venir con ella.
André y Nuria, llegan al consultorio dos semanas después de mi charla con André, al verlo debo confesar que sentí atracción casi inmediatamente, creo que el morbo de verlo con ella me despertaba la idea de ser yo quien le muestre a ella como una mujer se siente cuando una lengua la penetra y es lamida con pasión, Nuria es alta y de piernas interminables, traía un vestido de algodón ceñido y se percibía a simple vista que llevaba bragas muy diminutas, el pelo le llegaba a la cintura y su escote no hablaba de una mujer que no comprenda la lujuria. Yo sabía que ese día tenía que ser la escucha de la situación y que André jugaría a seducirme de alguna u otra manera.
Los haga pasar al salón sensorial, un espacio donde todo invitaba a sentirse erótica, desde el perfume a la decoración, una fusión de estilos vintage y romántico, como algún disparatado cuadro de sexo colectivo donde se percibía el ardor de mis ideas.
Nuria empieza a conversar conmigo sin entrar en un encuadre de charla terapéutica, estaba ansiosa y tensa, le digo mientras le tomo las manos, ¿Nuria sabes a qué viniste hoy?, ella me contesta, SI!, y me dice, André no comprende que no le veo la gracia al sexo oral, entonces le contesto yo, Bueno, vamos a empezar una terapia donde podamos llegar a una conclusión que los satisfaga a los dos, ella responde, a los tres, porque para André eres como una musa del sexo y yo al amarlo decido entender porque te tiene en ese lugar.
André se acerca, estaba mirando los libros y los cuadros pintados por mi marido, y los invitó a sentarse frente a mí. Comienza la sesión y André me pide que le explique a Nuria porque él me había llamado dos semanas atrás, les comento a la pareja que este era un espacio donde ellos podían explayarse y que me interesaba saber qué buscaban ambos y que necesitaban los dos por separado.
Nuria vuelve a repetir que deseaba entender porque el, su pareja había elegido contarme y traer a mi consultorio, y directamente le pide a el que me bese y le demuestre que ya no sentía cosas por mí, yo quedo atónita, sonrió amablemente y le digo Nuria, yo soy una mujer muy sexual, cualquier hombre me recuerda por mi desenfado y mi libertar en el sexo, no es algo nuevo en mi vida que un ex, me llame y me diga que recuerda mis cogidas de horas y mi mamadas interminables, que el sexo oral para mí es como agua o aire al respirar y que me especializo en sentir goces de todo tipo, yo notaba al hablar que Nuria dejaba ver claramente alguna excitación con esta situación, sus pezones se ponían duros y su vestido se acortaba sobre sus piernas a los efectos de sus manos que acariciaban muy lentamente sus piernas, André la miraba como aturdido y le dice, Nuria que quieres en verdad, en casa hablamos otra cosa, que te pasa, ella lo mira y le dice quiero y deseo verte chuparle la concha a ella, con énfasis y señalándome con las dos manos, me mira y me dice, que hace rato tiene la fantasía de vernos porque el solo habla de cómo yo gimo y acabo mientras él me daba sexo oral, me suplica y me pide por favor mientras abre las piernas y me muestra su vulva debajo de esas bragas color tiza, con una mano le toca la pija a André y la otra la usa para abrirse el vestido y mostrarles las tetas, unas tetas hermosas y puntiagudas, esas con formas de peritas dulces que invitan a chupar y lamer mientras la masturbas.
Entonces los miró y les digo bueno, está bien, André cambia la cara y besa a Nuria, me paro me acerco y me desnudo por completo, ella acerca su nariz a mi vagina y huele, me mira y me acerca las manos me abre los labios y le dice a el que me bese el clítoris, él se arrodilla y sube una de mis piernas al sillón y comienza a lamerme la concha de una forma suave y muy muy agradable, ella me sostiene de los glúteos y mira atentamente como el me la chupa y la saborea, se pone de pie y me besa los pezones, yo la acaricio y le beso los de ella, me calienta mucho Nuria, y la beso como si fuéramos las amantes perfectas, André chupa mi concha y yo masturbo a Nuria, la siento a Nuria en el sillón y le abro las piernas, André por detrás de mi gran culo lame y pajea mi concha y se comienza a sacar la ropa, desvisto a Nuria y me hinco a sus pies, André comienza a cogerme el culo y Nuria toca mi concha y me dice, nunca se me puso así de húmeda, la miro y le digo déjame que te muestre como, y soy yo la que se la comienza a chupar mientras André me sigue cogiendo, como puedo explicar de qué forma Nuria abría las piernas, deseaba literalmente que yo entrara toda en esa concha hermosa, empieza a eyacular sobre mi lengua y voy metiendo de a dos dedos, la dilato y sigo, me acerco para que los tres cuerpos formen uno solo, y le digo a el que siga chupándole la concha mientas yo por debajo acostada se la chupo a él, ella lo deja y él estaba extasiado de placer con esa conchita dulce de Nuria, me trago esa pija dura por minutos, ella grita, gime, pide, patalea, los huevos de André eran grandes como los de un toro, de a uno los voy metiendo en mi boca, y con las dos manos lo todo y pajeo, hasta chuparle el culo y generarle una erección superlativa, en eso abro un cajón y saco un cinturón con un pene prominente y de color rosa, me lo pongo y le pido que le haga el orto a Nuria, yo la cojo por la concha y le chupo fuertemente los pezones, se los muerdo y juego, la beso y la cojo con pasión y mucha calentura, le agarro las piernas y me la subo encima, la coge por el culo y nos besamos los tres, las tres lenguas eran inseparables, el me mete los dedos en el culo y con la otra mano la masturba a ella, logramos una cogida a compasada y Nuria acababa sin dejar de agradecer, mientras acababa ella lo miro a él y le digo ahora Nuria va a aprender a chupar conchas ella, me siento sola en un sillón él se masturba adelante de las dos y Nuria comienza a besarme el clítoris y lamer la concha de forma exquisita, me mira y me dice, esto quería cogerte y verlos coger, él me cuenta todo lo que sos y eso me tenía frenada, ahora si ahora si quiero coge así de libre, yo la acaricio y la levanto la pongo sobre mí y nos besamos profundamente, las dos seguimos cogiendo y André nos esparce leche por los cuerpos.
Fue una de las sesiones más hermosas, tres veces al año hacemos un encuentro sensorial y Nuria es un excelente aprendiz de Maga del sexo…