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Mi nueva familia y mi prima tímida (7)
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Tiempo de lectura: 15 minutos

No tenía fuerzas para más, después que Flavia salió de mi habitación me quedé mirando el techo con el corazón aún agitado por la mamada que me acaba de dar mi prima, y en parte por sus palabras y su mirada antes de irse, no sé cuánto tiempo pasó, pero me quedé profundamente dormido.

Me desperté con el estruendoso sonido de mi alarma, miré la hora en mi celular y suspiré aliviado porque no me había quedado dormido como varias otras veces, aun cansado y con el cuerpo un poco adolorido me dirigí al baño para mi rutina de aseo matinal, tome mi celular y salí de mi cuarto rumbo al kitchenet, tome algunas frutas que tenía en la nevera las corte en trozos pequeños y le agregue un poco de yogurt, mientras comía mi desayuno revise mis mensajes, había uno muy largo de mi tío, en el que se disculpaba por básicamente botarme de su fiesta, le respondí que entendía totalmente la situación y me disculpe con él por mi comportamiento, había un par de mensajes en mis grupos de estudio quedando para en unos días reunirnos nuevamente y uno último de Glenda que me preguntaba por lo ocurrido la noche anterior, le conté maso menos lo que pasó sin dar muchos detalles, mientras me vestía recibí un mensaje de Flavia que decía que baje a tomar desayuno con mis tíos, me termine de arreglar y baje para agradecerles por la invitación pero ya debía de salir al trabajo.

-Hola Luis, siéntate por favor. -Me dijo mi tío mientras señala una silla al costado de Flavia.

– Gracias tío, pero ya desayuné y estoy algo tarde para el trabajo.

– Oh, vaya entiendo, bueno entonces seré breve con mis anuncios, como sabes en la oficina nos aprobaron un proyecto importante y como te comente ayer tengo que salir de viaje algunas semanas al año, el día de hoy por la tarde debo de salir de viaje al norte del país para reunirme con unos inversionistas y cómo no, descansar un poco antes de que comience el trabajo fuerte, tengo la opción de llevar a un acompañante, me gustaría llevar a tu tía, pero tus dos primas no se pueden quedar solas, así que Flavia me acompañara..- Voltee a ver a Flavia y era obvio que ella recién se enteraba de la noticia y cuando se preparaba para hablar mi tío volteo a verla con cara seria y dijo .- Creo que Flavia no tiene nada que decir, esto es un premio a su mal comportamiento, llevaría a Glenda pero ella tiene planes esta semana, lo que me lleva al otro anuncio, a mitad de esta semana tendremos más compañía en la casa, llegan de visita su tía Milagros y su prima Romina, Luis tu no las conoces Milagros es la hermana de tu tía Ángeles y Romina es su hija de 14 años…

Hubo un gran silencio y luego un ambiente de alegría en la casa, me imagino que estas personas eran muy queridas para la familia y esperaban con ansias sus visitas.

– Papá no nos habías dicho que mi tía Milagros vendría de visita.- Dijo Flavia.

– Si papá, ¿cuánto tiempo se quedarán aquí? -Dijo Glenda mientras intercambiaban miradas de alegría con su hermana.

– Era una sorpresa que estábamos guardando tu mama y yo, pero debido a los cambios de planes tuvimos que revelar la sorpresa antes, ellas llegan en 2 días y Flavia y yo regresaremos en 5, espero que sigan así de contentas porque cuando regresemos, Flavia y Glenda, compartirán habitaciones.

Las hermanas se miraron un segundo y casi al unísono gritaron:

– ¡Qué importa!

La verdad que esta reacción me dejó totalmente sorprendido, desde el momento que llegué a esa casa esas dos no habían podido ponerse de acuerdo en absolutamente nada, no me imaginaba cómo iba a hacer para vivir en la misma habitación, no tenía ni idea.

Me quedé mirando cómo continuaban con emoción la conversación y las buenas noticias de estos muy queridos familiares pero tuve que interrumpir para despedirme, me acerqué a mi tío le di un abrazo y le dije.

– Bueno tío felicitaciones nuevamente y éxitos en tu viaje, ya debo de salir o llegaré tarde al trabajo.

– Muchas gracias sobrino y cuento contigo por lo que conversamos anoche.

– Nos vemos Flavia diviértete en el viaje y no seas una carga para tu papá.- Le dije mientras me despedía de ella con la mano levantada, no quería levantar sospechas ni nada por el estilo al alargar mi despedida con ella.

Salí apresurado de la casa, ya que si estaba algo tarde, me puse mis audífonos y empecé mi viaje hacia el café.

La mañana estuvo como cualquier otra, bueno con apenas clientes por que como ya había dicho en anterioridad la mayoría de clientes del café eran alumnos y profesores, y bueno, estábamos en vacaciones así que apenas si venían un par de cliente cada hora, llegó la hora de refrigerio y salí a comer a un restaurante que quedaba a unos pasos del café, no quise almorzar mucho ya que aún estaba algo lleno, no lo mencione pero comí demasiado la noche anterior, me pedí un filete de pollo a la plancha con ensalada y un vaso de limonada.

– Vaya, no pensé que eras de los que comían saludable.

Gire sobre mi cuello para encontrarme con los hermosos ojos verdes de Karla que al verme me dieron una hermosa sonrisa.

-Hola Karla, la verdad no lo hago seguido pero hoy no creo poder comer mucho más.

– ¿Tuvieron fiesta ayer verdad?, se oía desde mi casa, ¿te puedo acompañar?

– Si claro siéntate, y no no fue una fiesta, fue más bien una reunión para celebrar que le aprobaron un proyecto a mi tío, de hecho hoy salió de viaje a comenzar el proyecto.

– A que buena noticia, cuando lo vea lo felicitare entonces.

Desde que salude a Karla su sonrisa no se había quitado de su rostro, y es que no podía dejar de ver sus hermosos ojos verdes pero cuando por fin lo hice pude ver como estaba vestida, llevaba un vestido azul con pequeñas flores amarillas que le llegaba hasta sobre las rodillas, no tenía mangas y sus senos se veían libres de cualquier brasier debajo de la tela, estaba bellísima.

– Oye y dime, ¿a qué hora sales de trabajar, podemos hacer algo?

– Salgo a las 5.- Le dije casi al instante que Karla terminó de hablar.- Pero debo de ir a casa, Mi tía se quedará sola con Glenda y quiero saber si puedo ayudar en algo.

– ¿Flavia no está? .- Pregunto encogiendo las cejas en señal de pregunta.

– No, ella se fue de viaje hoy con mi tío…

– Chicos disculpen los inconvenientes pero se ha ido la luz en toda la cuadra, vamos a terminar sus pedidos pero debemos de cerrar.- Nos interrumpió un mesero del restaurante.- Mil disculpas en serio, les daremos unos cupones de descuento para su próxima compra.

– Bueno ni hablar, supongo que me iré a comer al café, ¿Quieres acompañarme? podemos almorzar allá.- Le pregunté a Karla mientras recibimos nuestra comida y los cupones prometidos.

– Si claro, vamos.

Tomamos los envases y caminamos unos cuantos metros hasta la entrada del café, en el mostrador encontré a mi Jefe cuadrando la caja de la mañana, me vio entrar y me dijo.

-Luis, creo que cerraremos por hoy, las máquinas no funcionan y el corte de luz puede durar varias horas.

– Wow, ¿Tanto así? – Le pregunté, ya que era común que hubiera cortes programados pero nunca duraban tanto como para cerrar el resto del día.

– Si, al parecer es una falla en el cableado subterráneo que alimenta de energía a toda la calle, me lo dijo un técnico de la empresa cuando llamé a quejarme, es más dijeron que lo más probable es que tengan que romper la pista y todo eso.

– Bueno si es que se tiene que hacer, se tiene que hacer, déjame poner esto por aquí y te ayudo.

– No Luis tranquilo toma tus cosas y ve a almorzar, yo termino aquí y cierro, te estaré avisando como siguen las cosas y el horario de atención de mañana.

– Muchas gracias Jefe, estamos hablando.

Mi jefe siempre fue bueno conmigo, y al ver que no estaba solo seguramente no quiso arruinar mis planes de almuerzo, tomé mis cosas rápidamente y fui al encuentro de Karla que me esperaba en la entrada del Café y empezamos a caminar sin rumbo fijo.

– Bueno Luis, que te parece si vamos a almorzar al parque que está a la vuelta de tu casa.- Ese era el parque donde Karla salía a correr en las mañanas, yo no sabía la hora de salida de mi tío y Flavia, así que no podría estar seguro que no nos vieran almorzando en el parque.

– ¿Por qué no vamos a almorzar a tu casa mejor? – Flavia me miró fijamente mientras en su rostro se dibujaba una pícara sonrisa de travesura, siendo totalmente sincero yo había hecho la pregunta sin una pizca de malicia.

– Si claro, vamos.

Continuamos caminando y no dijimos prácticamente nada más hasta llegar a su casa, mire al frente a la casa de mis Tíos tratando de ver si Flavia y mi tío aún se encontraban ahí, pero fue en vano, no pude ver absolutamente nada. La casa de Karla era como el resto de las que estaban ahí, casa grandes y bien arregladas, era una zona de clase media alta y la mayoría de familias tenían un poder adquisitivo alto, la familia de Karla no era la excepción.

-Ven puedes poner tu mochila en el sofá, y sígueme a la cocina.- Decía Karla mientras me quitaba los paquetes con comida de las manos y se adelantaba a la cocina.

Su sala me pareció increíble, más adelante yo buscaría imitar el estilo de esa sala en mi propio departamento. Los muebles eran grandes de cuero marrón oscuro, tenían una alfombra persa que combinaba a la perfección, una mesa de centro de madera tallada con unos detalles increíbles al frente del sofá más grande había una chimenea, que claro solo era decorativa, con unas cabezas de taxidermia de venados, luego descubrí que fueron cazados por el papá de Karla en su juventud. Mientras trataba de asimilar todos los detalles de su sala escuche la voz de Karla que me llamaba.

– ¡Por aquí Luis!!

– Disculpa me distraje con tu sala, tiene una decoración increíble.

– Que bueno que te guste, cuando conozcas a mi mamá no olvides mencionarlo, la decoración la hizo ella y le encanta que le digan lo increíble que es.

– ¿Tus papás están en casa?

– Mi mamá debe de estar en su oficina, ella trabaja desde aquí, pero almuerza más tarde.

Seguimos conversando de varias cosas, como que ella fue criada por una nana prácticamente toda su vida, sus papás se la pasan trabajando y es algo común de las personas de este estatus social que pongan a criar a sus hijos con nanas mientras ellos trabajan o simplemente viven su vida aparte, no pude evitar sentir un poco de lastima por ella, sus papás la querían mucho pero no lo demostraban con la naturalidad que ella quería, creo que es diferente con mis Tíos y mis primas, ya que por su lado mi Tía no trabajaba a full time por así decirlo y se dedicaba mucho a las labores de su casa, o sea siempre estuvo ahí para sus hijas y no necesitaba ayuda de alguien más para criarlas.

Terminamos de comer y seguimos conversando por bastante rato, hablamos de mi familia y el por qué estaban lejos, mis aspiraciones profesionales y mis metas, las de ella también, y cuando ya estábamos más a gusto el uno con el otro, empezamos a hablar de Glenda y su pelea con Flavia.

– Es que Glenda tiene razón, Flavia no sabe lo que vio.- Me dijo Karla en contexto yo le había dicho lo poco que sabía del tema, esto lo sabía por Glenda, Flavia nunca menciono el motivo.- Mira era de noche, Flavia y yo regresábamos de una fiesta en la casa de unos amigos en común, las dos veníamos algo pasadas de copas y ya acostadas a mi me dieron ganas de tomar de agua, baje las escaleras y me encontré a Glenda tomando un jugo de naranja en la cocina, ella no era como la ves ahora, esto fue hace un par de años y Glenda era incluso mas introvertida, siempre a la sombra de Flavia, me puse a hablar con ella y rápidamente entramos en confianza, después de algunos minutos la abrace, su comportamiento me parecía muy tierno y estaba tratando de reconfortarla, una cosa llevo a la otra y mientras la abrazaba sentí sus brazos alrededor de mi cuello, ella buscaba mis labios y yo algo tomada como venía no me resistí y bueno nos besamos.- Si esto les parece conocido, es porque lo mío con Glenda comenzó de una forma muy parecida, no creería que Glenda lo hizo a propósito pero si me dejo pensando si en realidad lo mío con ella fue algo del momento o fue todo planeado por Glenda .

-Mientras nos besábamos ya te imaginaras, nuestras manos se fueron por todos lados y para mi fue muy fácil levantar a Glenda y ponerla sobre el mesón de su cocina, ella solo tenía puesto una polera súper larga, la levanté y besé su rajita sobre sus pantis, tenía un olor divino, no me resistí, se las baje y las puse a un lado del mesón, ver su rajita húmeda y esa pequeña mata de vellos fue suficiente para hundir mi rostro entre sus piernas y empezar a comerla desesperada, Glenda mordía las mangas de su polera para no dejar oír sus gemidos, no pasó mucho tiempo y Glenda se vino mientras hundía mi cara contra su rajita, le di un beso largo mientras la hacía bajar del mesón, le dije que era mi turno, yo venía con un vestido negro que me llegaba hasta los muslos me baje las pantis y estaba lista para enseñarle a Glenda a como comer una cuca correctamente, me subí al mesón abrí mis piernas y la tome por su bella carita y la guie directo a mi clítoris, ella entendió a la perfección que hacer, saco su lengua y empezó a lamer tímidamente mi botoncito, yo estaba fascinada y empecé a frotar mis tetas con ambas manos, no me demore mucho y llegue a un delicioso orgasmo mientras movía mis caderas al ritmo de sus lamidas, tuve que detenerla porque ya empezaba a sentir un leve fastidio, la tome por su mano e hice que se ponga de pie, me miro con su cara aun mojada por la humedad de mi conchita y no pude evitar nuevamente darle un largo beso, luego de despegarnos ella se volteó a tomar sus pantys del mesón y fue cuando le agarre las nalgas con ambas manos, ella se puso a reír en susurros y fue cuando la voz de Claudia nos sorprendió, tengo que aclararte que ella estaba muy borracha incluso más que yo y estoy casi segura que ella apenas llegaba, ya puedes imaginar el escándalo que armo, me dijo de todo desde que era una perra lesbiana incluso me acuso de abusar de su hermanita, tus tíos se despertaron con el escándalo y antes de que la cosa pasara a mayores, tome mis cosas y fui a mi casa, desde ese momento Flavia y yo no hemos vuelto a ser amigas, y Glenda y yo… bueno nosotras si somos amigas pero con discreción… jajaja.

Yo estaba totalmente metido en su relato, no podía creer que lo de Glenda y Karla se diera de esa forma, de una manera tan similar a lo mío con ella, definitivamente Glenda no era para nada inocente todo lo contrario sabía muy bien como manipular a las personas, sobre todo cuando están un poco fueras de si, en mi caso estaba muy preocupado por mi situación familiar, en el caso de Karla estaba ebria.

– Así que así pasaron las cosas, pero estas segura que no vio nada más, porque déjame decirte que una agarrada de nalgas no es suficiente para armar tanto escándalo.

– Según Glenda ella vio varias veces a la puerta mientras yo la comía y no vio a nadie, ella dice que fue su instinto de hermana mayor que salió a flote en ese instante, y según ella fue la última vez que la vio así.

– Vaya, de verdad si fue un malentendido, no me imagino qué hubiera pasado si llegaba a la cocina unos minutos antes.- Esto me hizo pensar en mi situación con Glenda y Flavia, si Flavia nos llega a ver sería un desastre, tengo que ser mucho más cuidadoso.

– Seguro no hubiera parado hasta verme en la cárcel jajajaja.- Se puso a reír Karla burlándose de la sobre reacción de Flavia.

– jajajaja si seguramente.

– Me pregunto qué diría si se entera lo que los dos le hicimos a su hermanita el otro día.- Me dijo mirándome con su sonrisa pícara y sus hermosos ojos verdes mientras yo guardaba silencio.- Peor aún imagínate que se entere que le quitaste la virginidad a la pequeña Glenda, yo creo que se volvería loca.

– No deberías de hablar de eso, alguien nos podría escuchar. -Yo decía esto porque estaba muy nervioso, no sabía si lo que decía Karla era una amenaza o que, y no quería que nadie más se entere.

– Tranquilo Luis, es verdad que no estamos solos en mi casa, pero así es mejor no crees?, sentir la adrenalina de que alguien nos podría estar viendo.- se levantó de su silla, tomó su vestido se quitó las mangas y lo dejó deslizarse sobre su bello cuerpo.

Me quede viendo sin decir una palabra más como daba un paso hacia mí antes de darme la espalda, inclinarse hacia adelante y bajar sus braguitas con sus manos, por mi parte yo alternaba mi visión entre su perfecto culo sus hermosas y tonificadas piernas y las puertas que daban a la sala y al patio.

– ¿Te gusta lo que ves? – Me pregunto girando solo su cabeza y tomando una de sus nalgas para apretarla hacia arriba dejándome ver su delicado anito por un instante.

– Me encanta Karla, eres bellísima.

– Tener mi cuerpo así es muy trabajoso, espero que sepas apreciarlo.- Se giró hacia mí y dio el último paso que le quedaba para tocar mis piernas con las suyas.- Relájate estas muy tenso, así no vas a disfrutar tu postre como se debe.- Me dijo al oído mientras ponía sus manos sobre mis hombros y empezó un suave masaje.

– Perdóname por no estar muy relajado sabiendo que en cualquier momento puede llegar tu mamá o alguien más.- Le dije aun con cara de preocupación y virando a las puertas que mencioné anteriormente.

– Tranquilo, solo concéntrate en mí.

Bajo sus manos hasta mis pantalones y rápidamente liberó mi verga que estaba a punto de reventar, se arrodillo acomodo su rizado cabello y se devoró mi verga hasta la base para sacarla de la boca darle dos movimientos de arriba abajo con su mano derecha mientras se relamía los labios como saboreando mi líquido preseminal, nuevamente se engullo toda mi verga y empezó un movimiento de cabeza brutal, por mi parte solo opte por tomar su cabeza con una mano y acompañar sus movimientos mientras veía como hacía desaparecer mi verga dentro de su boca, Karla no era como Glenda o Flavia, se notaba que tenía mucha experiencia en usar su boca para dar placer, Karla por su lado se frotaba el clítoris con 3 dedos de su mano acelerando cada vez más su movimiento, yo estaba fascinado y sentía que estaba a punto de estallar en lo más profundo de su garganta.

– Perdóname Luis pero ya no me aguanto.- Me dijo Karla mientras se sacaba mi verga de la boca y se acomodaba para sentarse sobre mi verga, la tomo con su mano derecha y la guio a la entrada de su ya empapada rajita.- Ohh sii que ricoo… – Susurro Karla mientras sentía como mi verga se deslizaba dentro de su vagina.

La tomé por sus nalgas y empecé a taladrarla lo más fuerte posible mientras veía su hermoso rostro agonizar por el placer, su barbilla estaba llena de saliva por la felación que me estaba dando, solo verla de esa manera me tenía a punto de venirme.

– Karla estás ahí? – Se escuchó que gritaban desde el piso de arriba, pare mis movimientos y levante de un empujón a Karla de mis piernas.

– Si mamá aquí estoy.

– Puedes subir a ayudarme con un tema en la pc.

– Si claro mama dame un momento que término "algo"

– Ok, pero no te demores.

Mientras Karla tenía esta conversación a gritos con su mamá, yo estaba acomodando mis pantalones.

– No señor, le dije a mi mamá que iba a terminar y eso es lo que pienso hacer.- Me dijo mientras me detenía las manos, se dio la vuelta dejándome ver de nuevo ese glorioso culo, abrió sus piernas tomó mi verga con su mano y se la metió en la raja.

La tomé por sus caderas y empecé a bombearla lo más fuerte posible, ella se apoyaba de la mesa con una mano mientras se frotaba el clítoris con la otra, no dure ni unas 10 embestidas con tremenda visión y me vine a chorros dentro de su panochita que sentía se apretaba a mi verga como impidiendo que se la saque, tiro su cabeza para atrás así que la tome por el cabello y la jale hacia mí.

– Así que te gusta que te vean no?, eso explica por qué te encontré con Glenda en la azotea teniendo la casa sola .- La escuchaba jadear exhausta y complacida.

– Me descubriste. -Me respondió mientras movía su culo para sacar mi verga de dentro de ella, se dio media vuelta y me dio un beso en los labios.- Espero que te haya gustado tu postre.

– Me encanto Karla, espero que lo podamos repetir otro día.

– Claro que sí, pero por hoy es suficiente, a menos que quieras quedarte a conocer a mi mama.  Me dijo mientras se limpiaba el sudor y otros fluidos con un poco de papel toalla y empezaba a colocarse su ropa, todo con la sonrisa pícara que siempre tenía en su rostro.

– Si tienes razón, para otro día será.- Le dije mientras acomodaba mi verga dentro de mis pantalones y recogía mis cosas.

– Voy a lavarme bien antes de ir con mi mamá, simplemente sal por donde entraste si?, ahhh y se me olvidada. – Tomo mi celular de mi mano y anoto su número y al devolverlo me guiño un ojo diciéndome.- Espero verte para almorzar juntos de nuevo.

Se fue por la puerta que daba a la sala, por mi parte termine de agarrar mis cosas y salí no sin antes darle otra mirada a esa hermosa casa. Salí por la puerta principal y cruce la calle hasta la casa de mis tío, al entrar me encontré con mi tía Ángeles en la sala.

– Luis, hijo, y ese milagro que estas aquí tan temprano.

– Es que se fue la luz en toda la calle, tuvimos que cerrar antes.

– Oh bueno, ni modo, ya almorzaste o quieres comer algo.

– Gracias tía ya almorcé, mi tío y Flavia ya se fueron.

– Sí hijo, se fueron hace unos minutos, tu tío es muy especial con el tema de los vuelos y siempre está 3 horas antes en el aeropuerto.

– Claro, nunca está de más estar precavidos, voy a descansar un rato nos vemos.

-Sigue hijo, te espero a las 7 para cenar.

– Gracias tía, nos vemos.

Subí las escaleras hasta llegar a mi mini departamento, deje mi mochila en el sofá de la sala tome un poco de agua de una botella a medio terminar y me puse a repasar algunos apuntes que tenía del grupo de estudios del otro día, pase un rato estudiando metí a dar un baño, mientras me bañaba iba recordando lo que acababa de pasar con Karla, lo hermosa que era esa mujer y bueno lo fácil que sería enamorarme de alguien como ella, pero rápidamente mi cabeza volvió al presente al escuchar pasos en mi cuarto y solo podían ser de una persona, salí del baño con mi toalla envuelta alrededor de mi cintura y me encontré a Glenda sentada en la silla del escritorio donde apenas anoche estaba cogiéndome a su hermana.

– Hola Glenda, perdón pero me tengo que cambiar.- Le dije haciéndole señas con la cabeza y manos que su mama podría venir en cualquier momento.

– No te preocupes Luis, mi mama acaba de salir a comprar unas cosas para tener lista la llegada de mi tía y prima… ¿Qué te parece si aprovechamos el tiempo? -Glenda mientras decía esto se quitó la polera gris una de las que siempre tenía puesta y dejó al aire sus pequeñas tetas.

– Glenda mira, no creo que sea buena idea, tu mama puede regresar en cualquier momento, además estoy algo cansado, que te parece si mejor lo dejamos para después de la cena, tu papá no está y será más fácil para ti escabullirte en la noche.

– Pero yo te quiero ahora.- Me dijo haciendo un puchero de lo más tierno intentando convencerme.

– ¿Mejor lo dejamos para esta noche si?

– Está bien primo, está bien. ¿Me puedo quedar aquí a hacerte compañía?, me siento un poco sola abajo.

– Glenda, ¿te sientes sola?, si pasas prácticamente todo el día encerrada en tu cuarto.- Le dije levantando una ceja.

– jajaja está bien, es solo una excusa para ver como te vistes.- Me dijo riendo y mordiéndose el labio inferior, era muy difícil no tomarla en ese momento pero debía guardar la calma.

– Este bien puedes quedarte un momento.

– Siiii. – Dijo mientras me sonreía y daba pequeños aplausos con sus manos.

Me dirigí hacia mi ropero, tome una camisa y unos shorts para estar en casa junto a unos boxers, me quite la toalla y sentí la suave mano de Glenda dándome una nalgada.

– Heeey, le reclamé mientras giraba para tenerla de frente.

– Lo siento, no lo resistí, como tu amigo creo que tampoco se está resistiendo jajaja. -rio mi primita mientras me señala la verga y la creciente erección que tenía, por más que tenía la convicción de no tener nada con ella, que en realidad tenía miedo que descubriera que había estado con alguien más, mi verga me traicionaba delatando mis verdaderos deseos.

– Jajaja tú hazle caso a lo que te dice la cabeza de arriba no a la de abajo, le dije mientras le sonreía.

– Pero mira tu amigo ya está listo. -se arrodillo al frente mío y tomo mi verga con una mano, era muy difícil resistirse a mi primita si lo único que llevaba puesto eran unos shorts de pijama.- Tomo mi verga con una mano y se la llevó a la boca.

Glenda saboreaba mi verga, era como si le hubieran dado el chupete más delicioso del mundo y yo lo estaba disfrutando demasiado, lentamente empecé a acariciar su cabeza y sus mejillas como agradecimiento del placer que me estaba dando.

– Bueno primito, sé que quieres descansar, hagamos esto rápido y más tarde me recompensas.- Glenda se puso de pie y se bajó el short y sus bragas con ambas manos para luego subirse a la cama y ponerse en cuadro dejándome ver su hermoso culito.

Suspire al ver esa rajita rosada y como en anteriores oportunidades no me aguante y le di una lamida comenzando en su botoncito y terminando en su anito, dio un pequeño salto al sentir mi accionar y luego enterró la cara en mi colchón levantando todo lo que pudo su culito.

– Bueno Glenda, aunque quisiera no creo poder aguantar mucho.- Tome mi verga con la mano derecha y mientras la masajeaba dejándola lista para entrar oí a Glenda decir.

– Rápido primito. – Tomó sus nalgas con ambas manos y las abrió todo lo que pudo.

Me volví loco, no me espere mas y de un solo empujón le ensarte toda mi verga hasta el fondo.

– Ahhh sii asiii.

Escuche gritar a Glenda mientras yo la bombeaba lo más fuerte que podía, estaba totalmente fuera de mi, y como acababa de decir hace un momento, no dure mucho más, tome con mi mano un poco de su cabello y tiré de él mientras descargaba toda mi semilla en el interior de su rajita.

– Esto es lo que querías no? que te llene la conchita de leche.- Le dije mientras la jalaba hacia mi.

– Si primito, eso quería que rico… – Me respondió mientras movía su culo de un lado hacia el otro en modo de celebración por lograr su cometido.

La solté del cabello y ella se dio vuelta para besarme mientras de su rajita goteaba una mezcla de mi leche y su flujo manchando sus piernas y mis sábanas.

– Bueno, creo que ahora sí te dejo descansar.

– Creo que me tengo que dar otro baño antes de eso, ¿me acompañas?

– Si claro.- Me dijo Glenda con una sonrisa en su rostro.

Entramos en mi baño y nos bañamos entre besos y caricias, no evite darle una que otra chupada a sus tetitas y ella no perdió la oportunidad de enjabonar y lavar amorosamente mi verga, pero no nos daba tiempo para más, su mama podría regresar en cualquier momento.

– Supongo que te veo en la cena.

– Si claro primita, nos vemos en la cena.

Nos despedimos con un largo beso en el cual aproveche para apretar sus nalgas nuevamente, se fue prácticamente corriendo hacia el piso de abajo, mientras yo escuchaba como entraba un carro a la cochera, su mamá justo estaba regresando de hacer sus compras, definitivamente debía de tener más cuidado en adelante, Glenda cada vez se ponía más atrevida y eso me puede ocasionar muchos problemas, debía de hacer un plan para que la situación no se me salgan de las manos. Tomé una novela gráfica que tenía a medio leer y me tiré a mi cama a descansar un rato hasta la cena.

Eso es todo por este capítulo, muchas gracias a todas las personas que me escribieron en este periodo en el cual no subí mas capítulos, se juntaron varios temas laborales y para rematar caí enfermo con esta terrible pandemia, a todos los que se enteraron de mi situación gracias por el apoyo y preocupación, dice mucho de ustedes que les importe la salud de un completo extraño, nuevamente muchas gracias, recuerden que si tienen alguna duda comentario o critica me la pueden hacer llegar a este correo [email protected], leo y respondo a todos por igual, sin nada más que decir me despido hasta la siguiente oportunidad.

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