Quienes hayan leído mis otras historias sabrán que el factor común es el morbo. Si bien he tenido una muy activa vida sexual, y tengo historias para compartir más normales, las que comparto acá son las que más me han excitado y “casualmente” son aquellas donde sucedieron cosas que para la mayoría de las personas no son tan agradables.
Yo tenía un amigo al que conocía desde mis 18 años. Con él nos compartíamos casi todo, incluyendo nuestras experiencias sexuales. Yo solía seducirlo jugando, me causaba gracia verlo excitarse, pero no avanzar por ser amigos. Me le sentaba arriba y me movía para hacer que se le pare, él me sacaba a veces porque se sentía como en falta y no quería aprovecharse, jajajaja. Debo confesar que cuando sentía que se le paraba yo también me mojaba, pero no era mi intención tener sexo con él, solo quería excitarlo.
La cuestión es que estando yo ya casada, mi marido, que como conté era muy tradicional, nada loco en lo sexual en absoluto, le tenía celos y me prohibió verlo. Eso hizo que pasaran unos 2 años sin que nos viéramos.
Teníamos amigos en común, por lo cual supe que se había mudado cerca de mi casa. Un día junté coraje y lo fui a visitar.
Su cara de sorpresa al salir por la puerta y verme!!!
Me hizo pasar y fue como si el tiempo no hubiera pasado. Conversamos por casi 2 horas, yo lo abrazaba, lo acariciaba y él me decía que pare, que hacía mucho no nos veíamos y que ya no éramos los mismos amigos que supimos ser. Yo no le hice caso y lo seguí provocando, lo cual tuvo su consecuencia.
Cuando me estaba yendo, antes de abrir la puerta, por supuesto nos abrazamos y como de costumbre me pegué bien a él y le di muchos besos mientras reía, no en la boca, pero cerca. El me giró, me tomó por detrás y me dio flor de apoyada mientras besaba apasionadamente mi cuello y con sus manos recorrió mi cuerpo, tocó mis tetas y terminó tocándome exquisitamente mi concha por sobre el pantalón. Lo hizo realmente muy bien.
Sentí como mis fluidos inundaban mi concha, los calores subieron a mi cara y unos gemidos salieron automáticamente de mi boca.
Ya no fue la misma sensación que antes sentir su pija parada apoyada en mi culo, antes era divertido (aunque me mojara también), ahora era tremendamente excitante y deseaba que me penetrara.
En ese momento me detuve y como recapacitando le dije “que haces? Estás loco?”, claramente un histeriqueo no? En fin, él se detuvo, me abrió la puerta y sin más explicaciones me dio un beso suave en la boca como saludo y me dijo, “podemos ser amigos con derechos no?”
A partir de ahí tuvimos una relación de amantes. El mejor amante que tuve en mi vida. Había amor, había amistad, confianza y un sexo perfecto, incluyendo las fantasías morbosas que yo tenía y él ya conocía y con las cuales jugábamos mientras cogíamos.
Luego de un año yo me separé de mi marido, yo quería estar con él, pero mi familia no me dejaba en paz presionando para que vuelva con mi marido. Mi marido a su vez, venía todos los días a mi casa para ver a nuestro hijo y siempre intentaba algo.
Yo tomaba pastillas recetadas por mi psiquiatra. A veces yo entraba en ataques de pánico muy fuertes, con temblores y no soportaba estar sola en esos momentos, sentía que me moría, necesitaba protección y siempre que eso ocurría yo recurría a mi amigo con quien ya éramos muchísimo más, teníamos una relación, yo lo amaba y él a mí. Éramos mucho más que amantes.
Una noche, estando yo con uno de esos ataques, tomé mi medicación, la cual me sedaba haciéndome estar casi como zombi, sin mucho control de lo que hacía, y justo viene mi marido en ese momento.
Me vio en muy mal estado, mi hijo dormía. Me levantó en brazos y me subió a la habitación. Cuando se estaba por ir le pedí que por favor se quede hasta que me durmiera. Se recostó a mi lado y me abrazó.
Yo ya estaba en ese estado semi-consciente y sentía que no era que solo me abrazaba, en la posición de cucharita me estaba apoyando. Sentí sus besos en mi cuello y honestamente les cuento, no recordaba nada más hasta que me desperté de madrugada ya sola.
Venían a mi mente recuerdos vagos de tipo sexual, pero no sabía si era que soñé o que. Tuve ganas de ir al baño urgentes, cuando fui, salió de mi ano algo viscoso que inmediatamente reconocí como semen.
Me limpié y llamé inmediatamente a mi marido (ex-marido para ser precisa) y lo increpé, “vos mi hiciste el culo anoche?!” El reaccionó violentamente, pensó que lo estaba boludeando, me increpó él a mí, diciendo que lo había seducido y que no podía preguntarle eso después de haber garchado como si no lo supiera.
Por supuesto le dije de todo, él nunca me había hecho el culo y no porque yo no lo dejara. Por qué justo esa vez? Por qué conmigo en ese estado? Él sabía lo que esas pastillas me generaban!!! Me había abusado.
Me invadió la culpa para con mi amigo/amante/novio. No lo quería ver, no sabía que decirle, nunca nos habíamos mentido, nos contábamos todo.
Finalmente nos vimos, le dije que me llevara a pasear lejos que necesitaba contarle algo. Nos fuimos a una laguna (Chascomús) y nos estacionamos en un lugar bien apartado mirando la laguna y le conté lo que había pasado.
Como les vengo contando, mi sexualidad está marcada por el morbo. Mientras le contaba, casi llorando, él también lloró, pero a la vez yo me excité. Le contaba y me excitaba, los recuerdos borrosos venían a mi mente, los besos, las manos tocándome, la pija penetrándome duramente por mi culo.
Con él llorando le pedí, por favor garchame, garchame ahora, ya, necesito sentirte a vos. Me saqué la remera quedando en tetas, tomé su mano y lo hice que me toque. Agarré su pija por sobre el pantalón y ya estaba dura.
Nos fuimos al asiento trasero, yo por dentro del auto, él tuvo que bajar y subir porque es muy alto y grandote.
Nos besamos apasionadamente, me desnudé completamente y él se sacó sus pantalones y bóxer. Tomé su pija y la comencé a chupar desesperadamente, necesitaba limpiar mi culpa. Nos pusimos en posición 69. Es increíble el placer que sentía, él lamía mi concha con maestría, sentía su lengua recorrer mis labios vaginales, sus labios succionando mi clítoris, su cara hundirse en mi culo, sus dedos penetrando y dilatando mi ano, cada vez más hasta llegar a introducir los 5 dedos completamente, suave al principio y fuerte luego.
Yo estaba en llamas, mientras él me daba placer oral, yo disfrutaba de su gruesa y venosa pija, la sentía mía, la pasaba por mi cara casi desesperada, recorría su glande con mi lengua y saboreaba su liquido preseminal y lo pasaba por mi nariz para que quede en mi el olor a sexo. Pajeaba su pija en mis labios y la olía, chupaba, la introducía lo más que podía para sentirme inundaba en mi boca anhelando sentir la leche caliente salir dentro mío.
Él me conocía tan bien, que supo que yo estaba recordando al mismo tiempo como mi ex-marido me había garchado analmente y me lo dijo y agregó “chupala bien mientras te abro el culo para garcharte como lo hizo tu marido”. En ese instante exploté en un tremendo orgasmo en su boca mientras su mano taladraba mi culo y su pija inundaba de semen mi boca.
Tragué hasta la última gota y seguí pajeándolo y chupándola frenéticamente. Seguía dura, ambos sabíamos lo que seguía.
Se colocó detrás de mí mi cabeza aplastada contra el asiento del auto y me penetró con fuerza.
Sentía cada centímetro de su pija entrar y salir de mi muy dilatado ano y tirando sobre mí, casi aplastándome, mientras me penetraba me chupaba el cuello y me decía “Ahora recordas mejor? Así te metió la pija tu marido mientras estabas semi-consciente? Recordá como sentiste su pija cogerte el culo y llenártelo de leche. Estoy seguro que no pudiste evitar oler el semen que salió de tu culo a la mañana”.
No podía creer que me dijera eso, es como que leyera mi mente, mi mente que sentía culpa, pero el tremendo morbo de sentirlo a él, pero recordar el abuso me hacía explotar de placer. Otro tremendo orgasmo, seguido de otro casi inmediatamente y el seguía taladrándome.
Mi ano ardía y estaba súper sensible ya, yo temblaba y daba gemidos que eran casi gritos. El me tapó la boca, con voz ronca me dijo que no haga ruido, el recuerdo de mi padre vino a mí, él lo hizo adrede, lo sabía, el recuerdo de mi ex-marido abusando de mí y mi novio rompiéndome el culo en forma magistral. Otro orgasmo a la par de mis pensamientos y sentí su pija hincharse más y más caliente dentro mío y llenándome de semen al momento que el daba un último gruñido de placer y me decía lo puta que soy y lo mucho que me gusta la pija.
Dejó hasta su última gota dentro de mi culo, la sacó, la limpio con su mano y me la paso por la cara dejando en mi el exquisito olor a sexo anal y semen.
Me vestí y emprendimos el regreso. En la ruta, mientras volvíamos el olor en mi me mantuvo excitada, por lo que, a mitad de camino, no pude evitar a chupársela mientras manejaba y tomar nuevamente de su semen.
Mi relación con él duro casi 2 años, se arruinó por la permanente presencia de mi ex y mi incapacidad para superar la presión familiar.