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Infidelidad en el baño de un tren
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Tiempo de lectura: 5 minutos

La vi en el restaurante de un tren, al parecer viajaba sola al igual que yo, una hermosa mujer que destilaba sensualidad, de cabello negro azabache, ojos grandes oscuros de mirada intensa con un toque infantil que hacía una combinación peligrosa, labios gruesos adornados con un rojo carmín que la hacía lucir irresistible, su sonrisa franca y amplia dejaba ver unos dientes blancos, el tono de su piel morena clara combinaba perfecto con su cabello, vestía una blusa de tirantes sin mangas con escote amplio que permitía admirar parte de sus grandes y redondos senos, un short tipo cargo ajustado que dejaba ver sus hermosas y torneadas piernas así como sus exquisitas nalgas de cadera amplia.

Durante el almuerzo intercambiamos algunas miradas, ella se percató de que la observaba y sonrió coqueta, sabía el efecto que causaba en el sexo opuesto y seguramente entre algunas mujeres también, dueña de una belleza natural y excitante, su coquetería era espontánea, lo que la hacía aún más excitante.

En cierto momento del almuerzo ella se levantó de su lugar, yo hice lo mismo para seguirla y ubicar en dónde estaba sentada, caminaba de una forma sensual y elegante, las curvas de su cuerpo se movían de forma hipnotizante, al pasar por su lugar me percaté de que su comida estaba a medias, pensé que habría ido al sanitario, así que caminé con mas calma y a mayor distancia, efectivamente así fue, entonces me ubiqué en un punto que pudiera ver cuando saliera y hacia dónde dirigiera sus pasos, esperé unos minutos, escuche cuando abría la puerta y me hice aún más invisible para que no notara mi presencia, como lo había pensado ella regresó a su lugar, yo esperé un poco para darle tiempo a sentarse y poder verla mejor cuando pasara por su lugar, al regresar a mi mesa, pasé más cerca de ella logrando observar mejor sus curvas, su sonrisa, su escote, era una verdadera belleza, ella me miró con esa expresión infantil y seductora al mismo tiempo, me enloquecía, llegué a mi asiento, tomé mi plato para regresar a dónde ella estaba sentada, al cercarme directamente hacía su mesa ella se sorprendió un poco, cuando la tuve frente a mí, le pregunté si podía ocupar un lugar en su mesa, sonriendo me contestó que sí, iniciamos una amena conversación, en la cual supe que ella vivía en ese Estado, que estaba pasando por una crisis matrimonial, y tomó unos días de descanso mismos que aprovechó para hacer ese viaje en tren y reflexionar, yo le comenté que mi viaje se debía una parte por paseo y otra por asuntos laborales.

La vista panorámica que ofrecía el recorrido era espectacular, yo estaba encantado de tener ante mí las maravillas naturales de la tierra al mismo tiempo que esa hermosa y exuberante mujer, al hacerle saber el impacto de su belleza física en mi persona ella sonreía con un brillo especial en sus ojos, un brillo indescriptible pero invitante a la vez, había un poco de tristeza y melancolía en su mirada, pero no quise indagar sobre el tema.

Después de unos minutos el tren hizo una parada en un poblado turístico, le pregunté si podía acompañarla en el recorrido, a lo que contestó afirmativamente, durante el paseo fuimos tomando confianza, en algunos momentos la tomé de la mano, en otros rosaba la piel tersa y caliente de sus piernas, al regresar al tren la ayudé a subir tomándola de un brazo y también de la cintura, cosa que pareció agradarle, en el interior le propuse beber un trago en el bar, durante el trayecto a la siguiente estación bebimos un poco, continuamos la charla, tocando diversos temas, admirando el increíble paisaje por las ventanas panorámicas, después de unos tragos la confianza aumentaba, en relación proporcional los prejuicios y el recato desaparecían, mis manos cada vez se aventuraban más veces y más arriba sobre sus muslos, ella correspondía sobre mis brazos y también en mis piernas, por un momento nuestras manos se quedaron entrelazadas, nuestras miradas fijas y nuestros rostros acercándose, sus labios eran deliciosos nuestras lenguas se enredaron en excitante juego, una de mis manos bajó a sus piernas, recorriendo cada vez arriba, el anuncio de llegada a la siguiente estación nos hizo recuperar la cordura, por un momento olvidamos que había personas cerca de nosotros.

En el recorrido por el poblado, estuvimos más tiempo tomados de la mano, abrazados, en los rincones que podíamos perdernos un poco de la vista del resto del grupo, lo hacíamos con gusto para besarnos, las caricias subían de intensidad, nuestros cuerpos se pegaban para sentirse mutuamente, en mi pecho sentía esos ricos senos, mis manos bajaron de su cintura a sus nalgas, mis labios recorrían su cuello y las partes desnudas de su espalda y brazos, ella correspondía con sus manos en mi espalda y pecho, pegaba su cuerpo al mío para sentir mi erección, su entrepierna se sentía caliente, más que el resto de su cuerpo.

Al regresar de nuevo al tren la excitación había aumentado, el calor también, tanto ambiental como corporal, el aire acondicionado y otros tragos refrescaron un poco, pero nuestra temperatura seguía en aumento, los hermosos paisajes ya habían quedado olvidados, estábamos concentrados en nosotros, en un momento le pedí que fuéramos a la terraza para respirar un poco de aire fresco, ella accedió, salimos a la terraza, pero no estábamos solos, aunque había poca gente, ocupamos una esquina de las más alejadas de la puerta, se recargó sobre el barandal, yo tomé su cintura y la abracé por atrás, besaba su cuello, frente a ella sólo estaban montañas y barrancas así que una de mis manos subió a sus grandes tetas sintiendo sus pezones duros y crecidos, mientras la otra bajó a su entrepierna, ella frotaba sus nalgas en mi polla erecta, una de sus manos también la empezó a sobar por encima del pantalón, mi mano deslizó el cierre de su short, su respiración se agitaba, cuando mis dedos estaban a la entrada de su vagina pude sentir la deliciosa humedad resultado de la excitación, mis dedos empezaron a entrar y salir, sus nalgas y manos frotaban cada vez más intensamente mi erección, pero un aviso nos interrumpió de nuevo, recuperado el control nos dirigimos a la salida, pero al pasar por el baño una idea vino a mi mente así que rápidamente abrí la puerta la empuje, entré tras ella cerrando la puerta a mis espaldas.

Ella se sorprendió, pero no le di tiempo de nada la besé intensamente nuestras lenguas nuevamente se enredaron en un erótico juego, nuestras manos recorrían nuestros cuerpos, su short cayó su blusa subió, mi boca recorría esos espectaculares pechos, mordía sus pezones, con un movimiento subí una de sus piernas y mi boca se dirigió a su depilada y hermosa vagina que goteaba un poco, mi lengua recorría toda esa rica área, entraba, salía, ella gemía y se retorcía al tiempo que con una mano mis dedos también entraban y salían, mi lengua de detuvo en su clítoris dando un masaje frenético, más fuerte, más rápido, más intenso hasta que sentí un chorro de su fluido caliente en mi lengua y mano.

Se recuperó del temblor de sus piernas para acomodarse frente a mí y poner su boca sobre mi falo erecto, primero besó, siguió con su lengua y terminó tragándola toda, succionaba de una manera fantástica, cuando sentí que iba a explotar en su boca, se separó, me besó, me dijo al oído "te quiero dentro de mí, cógeme", así que nos acomodamos para poder meter mi hinchada verga en su vagina, recargó sus manos en la pared, dándome la espalda, la vista de sus nalgas, sus piernas abiertas y la vagina escurriendo era todo un espectáculo, de una fuerte embestida introduje mi miembro a su vagina, empecé a bombear, por el espejo podía ver sus tetas moviéndose rítmicamente al compás de nuestros cuerpos, ella también se movía al contrario que yo para meter toda mi verga dentro de su hoyo, con un dedo iba a explorar su culo, pero me detuvo, me dijo que por ahí no, seguimos moviéndonos cada vez con mayor velocidad e intensidad, di unas nalgadas hasta enrojecer la zona, ella se tapó la boca con una mano, ahogo un grito, en el momento que sentí una contracción de sus paredes vaginales y un chorro de líquido caliente en mi verga, no pude aguantar más dejando escapar mi leche dentro de ella.

Después de un momento nos vestimos justo antes de que la gente regresará para continuar el viaje!!!

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