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Sacrificando mi culo por la mujer más hermosa (2)
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Tenía la cabeza hundida en el coño de Valeria cuando sentí que Arturo jalaba mis brazos a mi espalda, algo frío se posó en mis muñecas y escuché un clic que me resultó familiar, reconocí que era el juego de esposas que Arturo había comprado y que usábamos en nuestros juegos, no eran del tipo policial, sino que estaban afelpadas y eran ligeras, con una cadena delgada que las unía, suficiente para inmovilizar a cualquier persona, pero sin ser demasiado incómodas.

La fantasía de Valeria y Arturo había iniciado, tan pronto sentí las esposas en mis muñecas, empecé con mi papel, tratando de zafarme y haciendo esfuerzos por incorporarme, fingí sorpresa:

Suéltame, Arturo, ¿qué te pasa?, ¿Acaso es una broma?, Me lastimas, basta de juegos.

Arturo empujó mi espalda y caí de bruces boca abajo en la cama al no poder utilizar mis manos, se subió sobre mis piernas y Valeria sobre mi espalda para inmovilizarme, en cuclillas, sus rodillas quedaban en mi espalda y su culo sobre mi cabeza, apretándola contra el colchón.

No, no es broma, lo siento Ariel, la nena quiere ver cómo me cojo a un nene como tú y lo convierto en nena, pero no te preocupes, te prometo que te gustará y gozarás como nunca, te dolerá un poco, pero después será puro placer, te volverás loca de placer- Exclamó Arturo.

No, por favor, no me hagas esto, no soy puto, suéltame, por nuestra amistad -Gritaba, fingiendo desesperación, pataleando y retorciéndome, escuchaba las risas de Valeria y pronto Arturo se contagió de esas risas.

Si nena, quiero ver como Arturo te hace hembra, tranquila, gozarás mucho, duele, no te voy a mentir, pero te va a gustar mucho, relájate, es lo mejor, vamos papi, quiero ver cómo te lo coges, cógelo como me coges a mí, anda, esta nena quiere ver, quiere ver cómo le rompes la colita.

Forcejeé todo lo que pude, retorciéndome en la cama, pataleando y mientras más lo hacía más se excitaba Valeria.

Malditos, depravados, suéltenme, si me violan, juro que los acuso y los meto a la cárcel- Exclamé.

Las risas de Valeria cesaron, tal vez fui demasiado lejos al lanzar esa amenaza y dudó en continuar, pensé que la había regado y no debí amenazarlos así, pero Arturo arregló rápidamente la situación.

No nena, no nos vas a acusar, porque te va a gustar tanto que vas a querer más verga, serás una nena deseosa de verga, así dicen todas, pero cuando prueban mi verga, repiten, ja ja.

Si, es cierto, la tiene muy grande, duele, pero que rico coge, te va a gustar, te vas a sentir plena, anda nena, no te resistas, si no te va a doler más- afirmó Valeria, nuevamente excitada.

Pásame el lubricante amor, yo quiero ponérselo, agregó.

Seguí en mi papel, entendí la lección y ya no mencioné lo de la denuncia, sin embargo, continué resistiendo e insultándolos.

Están locos, malditos degenerados, pervertidos, suéltenme, no me hagan daño, se los suplico, no me gusta, si querían asustarme ya lo lograron, suéltenme,

No te haremos daño, nena, pero tienes que cooperar, si no te voy a lastimar- respondió Arturo.

Sentí que Arturo abría mis nalgas y mi parte más íntima quedó expuesta, realmente me sentí un poco avergonzado y humillado al sentirme tan expuesto ante ese monumento de mujer, a Valeria en cambio parece que le encantó verme así y exclamó.

Dios mío, que bonita cola, ningún pelito, creo que tienes mejor cola que yo, ja, ja, vas a disfrutar mucho, ya tienes colita de nena, mmm, bonito agujerito, ja ja, rosadito y arrugadito, cerradito, vas a disfrutar mucho cuando Arturo te lo abra.

Sentí un chorrito de lubricante caer entre mis nalgas abiertas seguido de los dedos de Valeria frotando con la yema de sus dedos la entrada de mi agujero, una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo, me estiré y mi cuerpo se tensó, apretando mi hoyito, era muy excitante sentir sus suaves dedos recorriendo los pliegues de la entrada, a Arturo le gustaba jugar con él, pero esta caricia era diferente a la de Arturo, mucho más suave, al contraer mi esfínter, Valeria lo interpretó como resistencia y me dio una sonora nalgada.

Tranquila nena, afloja, no te resistas, te tengo que lubricar bien para que goces y no te duela mucho, este lubricante es sensacional, relaja rico la colita y luego la deja calientita y sensible-. Ya lo sé, pensé en mi mente.

Otra nalgada y di un grito, exagerando el dolor en mi nalga, aunque la verdad, era excitante.

Ya suéltenme, anden, sean buenos, no les diré a nadie que quisieron violarme, por favor.

En respuesta sentí el dedo de Valeria empujando para abrirse paso en mi interior.

Aghhh, me tensé y apreté lo más que pude mi culo, ahorcando fuertemente la punta de su dedo, nuevamente pataleé y grité, la realidad es que me había encantado.

Ayyy, me lastimas, suéltenme, no me hagan daño, par de pervertidos, no soy putooo.

Como respuesta una nueva nalgada y Arturo abrió todavía más mis nalgas y las apretaba morbosamente, otro chorrito de lubricante y el dedo de Valeria se introdujo hasta el fondo.

Ayyy, lancé otro grito fingiendo dolor, pero era placer puro, el dedo de Valeria en mi interior se sentía delicioso, apretaba la colita para sentir más rico, estrangulando su dedo y al parecer a ella también le encantaba.

Ufff, que apretadito, pobre, Arturo te lo va a dejar bien abierto, pero no te preocupes, ya se va a volver a cerrar, así me deja a mí.

Así Valeria, lubrica bien a la nena, dilata bien, es una nena muy putita, pero todavía no lo sabe, ja ja.

Valeria aplicó más lubricante e insertó dos dedos, nuevamente me quejé y arqueé la espalda, apretando más la colita y las nalgas.

Lo siento nena, sé que duele un poco, pero te tengo que dilatar bien, si no te va a doler mucho cuando te desvirgue Arturo, anda, afloja la colita, ¿ya la sientes más flojita?, ¿más calientita?, ¿verdad que te está empezando a gustar?

Estaba disfrutando mucho y me relajé, los dedos de Valeria se movían a voluntad dentro de mis entrañas y me encantaba, apreté mis labios para no gemir de placer.

Creo que ya está lista la nena, amor- dijo Valeria y sacó sus dedos, me hubiera gustado que los dejara dentro un poco más, pero me hubiera delatado si se lo pedía, al sacar sus dedos sentí un vacío en mi interior, necesitaba sentir algo que llenara ese vacío, había usado mucho lubricante y sentía la cola extremadamente sensible y calientita, el lubricante escurría por el surco entre mis nalgas hasta mis huevos y los sentía más calientes y sensibles.

Arturo jaló mi cintura levantándome y Valeria acomodó un par de almohadas bajo mi cuerpo, me estaban preparando para el “desvirgue”, regresé a mi papel, retorciéndome y gritando en forma desesperada.

Por piedad, no, no me hagan esto, ya les dije que no soy puto, suéltenme, por favor.

La pobre de Valeria ante mis gritos desesperados trató de calmarme y se acercó a mi oído, al tiempo que mordisqueaba el lóbulo de mi oreja, para tranquilizarme.

Tranquila, no temas, todas pasamos por esto, el momento en que un macho nos hace hembras, será un momento inolvidable, lo recordarás por siempre, el momento que entregamos nuestra virginidad a nuestro macho, un momento especial también para él, relájate, disfruta, él se llevará tu virginidad, un regalo muy preciado y a cambio te recompensará con su tibio néctar bañando tus entrañas.

No, por favor, nooo, no me hagan esto- imploré, metido en mi papel, incluso un par de lágrimas escurrieron por mis mejillas.

Arturo apretaba mis nalgas, recorría con su verga el surco entre ellas, pero no la metía, esperaba a que Valeria se diera vuelta para presenciar la acción, Valeria dio vuelta, y se subió nuevamente sobre mi espalda, neutralizando cualquier intento de escape, ignorando que no era necesario, abrió mis nalgas y el enorme hongo de carne siguió recorriendo el canal, un roce que me enviaba al cielo, sentía la cabeza del miembro lisita, suavecita y ardiente, mi piel se erizó, lo que notaron al instante.

Ja ja, creo que a la nena le está gustando, siente como se eriza su piel- dijo Valeria.

Ves amor, te digo que nadie se resiste a mi verga, ja ja- replicó Arturo.

Posicionó la cabeza de su miembro, apoyándola justo en la entrada, sin empujar, solo para que sintiera el diámetro.

Ja ja, verdad que sientes riquísimo, nena, afloja, a mí me encanta sentirla así besando mi culito, me ayuda a relajarme, Arturo es un experto.

Lista nena, seré suave, el momento ha llegado, serás mi hembra, disfruta tu desvirgamiento – añadió Arturo.

Empezó a empujar, solamente la punta, le estaba dando un espectáculo a Valeria y me tenía loco por que me penetrara, ya no podía más, casi grito pidiendo su verga en mi interior, pero me contuve.

Arturo empezó a culear muy suavecito, empujaba un poco y lo retiraba, Valeria estaba excitadísima.

Así, ya métesela, hazla tu hembra- Gritaba

Empujó otro poco y mi esfínter se abrió entrando la cabeza y cerrándose sobre el tronco, abotonándome como una perra.

Ayyy, sácalaa, me dueleee, me revientas- Grité, exagerando y retorciéndome.

Tranquila, relájate, ya eres hembra, goza tu desvirgue, pronto sentirás placer, placer de hembra, aguanta, el dolor pasará y gozarás-añadió Valeria.

Sentí un par de nalgadas muy fuertes de Valeria, al tiempo que decía.

Las nalgadas son para que relajes la colita, si no Arturo te va a desgarrar, afloja, no te resistas, es lo mejor, o te romperá por dentro.

Arturo espero unos minutos con la cabeza de su verga dentro de mi culo, mientras yo seguía gritando y maldiciendo, la volvió a sacar.

Necesita más lubricante está muy apretadita la nena, se me dificulta avanzar- mintió Arturo y Valeria se apresuró a echar más lubricante, como me tenían con las nalgas abiertas y me la acababa de sacar, mi ojete quedó entreabierto y el lubricante resbaló al interior de mi culo, antes de que se cerrara.

Lo cierto era que Arturo estaba prolongando "mi desvirgamiento" para deleite de Valeria.

Volvió a meter la cabeza de su verga, seguido de un par de azotes en mi culo y la volvió a sacar, se sentía increíble como abría mi orificio cada vez que la metía, solo la cabeza, “dilatando” mi agujero, apretaba mis puños, mordía mis labios y me retorcía, puro placer.

Sentía la entrada de mi culo muy sensible, abierta, cada que entraba la cabeza, mi culo se contraía, apretándola hambriento.

Creo que ya estás lista nena, dilatas muy bien, relájate, te la voy a ir metiendo despacito- dijo Arturo, sujetando mi cintura y pensé que debía seguir con mi papel, se me había olvidado por un momento que me estaban “violando”.

Ayyy, me lastimas, para, para, siento que me partes en dos.

Arturo empezó a empujar suavemente, entrando milímetro a milímetro, me retorcía y quejaba conforme avanzaba dentro de mí.

Ay, te suplico que pares, para cabrón, ahhh, me destrozas, me estás matando, ayyy, sácala, ten piedad, me revientas- gritaba y sollozaba.

Tranquila nena, aguanta, duele, pronto sentirás placer, verás que rico es sentir un macho que te llene por dentro y te haga gozar, que te haga sentir hembra, femenina, falta poco- me animaba Valeria.

Me siguió ensartando lentamente hasta que sus huevos tocaron mis nalgas, di un respingo y se me escapó un grito de placer, que interpretaron como de dolor.

Ay cabrona, te ha entrado toda, no lo puedo creer, a mí no me entra toda, has salido más puta que yo- expresó Valeria asombrada.

Ya viste mami, si esta nena puede, tú también puedes, solo te falta ser más puta, mira cómo se la traga completa- contestó Arturo.

Ay me duele, malditos, me han roto el culo, par de pervertidos, siento que me parten en dos, me arde demasiado, que dolor, siento que me va a salir por el ombligo – grité, no sé por qué, pero les causó mucha risa a ambos, al verlos reír, casi me contagian y tuve que hundir mi cabeza en la cama para evitar reír y se caiga el teatro, Valeria pensó que era de dolor.

Empezaron las embestidas, lentas y profundas, la sacaba casi completa para que Valeria mirara cómo me iba entrando y desaparecía totalmente dentro de mi culo, en cada embestida me causaba un gemido, muy fuerte, agudo, el cual fue notorio que era de placer.

Ves amor, ya le está gustando a la nena, oye como gime- exclamó Arturo.

Ufff, si, disfruta tu primera cogida, ¿verdad que Arturo es maravilloso? ¿sientes como te hace hembra?, disfruta, te aseguro que difícilmente encontrarás un macho como él, has sido privilegiada que un macho así te desvirgue.

Aghhh – eran mi respuesta, gemidos fuertes y sin cesar.

Mi verga estaba al tope, paradísima y Valeria buscó con su mano mi verga, al encontrarla la apretó con fuerza.

Amor, tiene la verga durísima, le está encantando la cogida, es más puta de lo que pensé. – exclamó Valeria.

Al oír esto le pidió a Valeria bajarse de mi espalda y me dieron vuelta, quedando boca arriba, Arturo abrió mis piernas y me volvió a ensartar.

¿Y qué esperas?, disfruta tú también de la puta, ensártate, jaja.

Arturo dejó de embestir, al tiempo que Valeria se acuclillaba entre mis piernas, como tenía las manos esposadas, Arturo me agarró la verga y me ayudó a posicionarla en la entrada de su coño, al sentirla empujó hacia atrás ensartándose mi verga hasta el fondo de su chorreante vagina.

Creía que moriría de placer, me estaba cogiendo a Valeria mientras Arturo me enterraba su mástil.

Tomó de la cintura a Valeria y empezó a embestir, era como si se estuviera cogiendo a Valeria, pero en cada embestida era mi culo quien recibía esa enorme verga y a su vez mi verga era la que se introducía dentro del coño ardiente de Valeria, era como si embistiera a Valeria a través de mi culo y me traspasara.

Era un sueño, me estaba cogiendo el mejor macho, mientras me cogía a la mejor hembra que jamás hubiera soñado, las sensaciones eran increíbles, cada vez que Arturo me embestía, mi verga perforaba el ardiente coño de Valeria, que a su vez empujaba su coño contra mi verga debido a los jalones de caderas que le daba Arturo, ya no pude aguantar más y sentí que empezaba a convulsionar y Valeria convulsionaba conmigo, al mismo ritmo, nuestros cuerpos se retorcían, estábamos llegando al clímax juntos, entre jadeos y aullidos, aullidos de puta, mi verga se expandió dentro de su coño y empezó a lanzar chorros de leche profundamente en las entrañas de Valeria, los espasmos recorriendo su cuerpo provocaban que las paredes internas de su vagina apretaran mi verga, masajeándola y extrayéndole hasta la última gota de leche de mis huevos, sentía que mis huevos dolían, se desplomó sobre mí y me dio un jugoso y profundo beso en mi boca, mordiendo mis labios, al tiempo que nos daba las Gracias.

Gracias amores, fue maravilloso, ha sido lo más intenso que he vivido en mi vida.

Pensé que allí acabaría todo, pero estaba equivocado, Arturo no se había corrido todavía, cuando sintió que nos estábamos corriendo, sacó su verga de mi interior para no acabar, no quería correrse aún, nos había hecho gozar, pero todavía faltaba más, pensé que su fantasía se había cumplido, pero no era así.

Permitió que Valeria y yo recobráramos el aliento y posteriormente me volteó nuevamente boca abajo exclamando:

Lo prometido amor, venga para acá ese culito-

Le pidió a Valeria subirse a lo largo de mi espalda, todo su cuerpo sobre el mío, su coño entre mis nalgas.

Lo prometido amor, venga para acá ese culito- exclamó.

Ay Arturo, eres insaciable, pero has cumplido, no puedo negarme.

Acomodó a Valeria sobre mi espalda con las piernas muy abiertas, y abrió más las mías, quedamos Valeria y yo con los culos expuestos a merced de ese macho tan guapo y a la vez tan depravado. Hasta ese instante entendí exactamente lo que había querido decir con que quería coger dos culitos al mismo tiempo y era literalmente eso, dos culitos a su disposición, uno sobre el otro, cogerse ambos en forma alternada.

Me abrió las nalgas y me ensartó profundo haciéndome lanzar un fuerte gemido, respingar y arquear mi espalda aún con Valeria sobre mi cuerpo, abrió las nalgas de Valeria, le puso un chorrito de lubricante y empezó a jugar con su esfínter, dilatándolo, Valeria se retorcía y frotaba su coño chorreante contra mis nalgas, una caricia excitante, esa caricia y el continuo golpeteo de la verga de Arturo contra mi próstata ocasionó que nuevamente se me pusiera dura, que rico sentía, era como si ambos me penetraran, Arturo con su verga enorme y Valeria con su clítoris, estaba durísimo, como si de un micropene se tratara, frotándose entre mis nalgas, lubricadas con los flujos que escurrían de su coño ardiente, sus tetas se bamboleaban sobre mi espalda al compás de los embistes de Arturo en mi culo, una vez que sintió el culo de Valeria lo suficientemente dilatado, sacó la verga de mi culo, abrió las nalgas de Valeria al máximo y la fue ensartando lentamente, escuché sobre mi nuca el grito de dolor de Valeria.

Ayyy, cabrón, que verga, me rompes, sácala, no puedo, ay, no puedo, es demasiado gruesa.

Valeria gritaba de dolor y tensaba su cuerpo, temblaba, me transmitía las sensaciones que sentía y casi podía sentir su angustia y dolor.

Claro que puedes mami, si la nena pudo, tú puedes, tú puedes ser tan puta como ella, anda relájate, afloja la colita.

Siguió penetrándola hasta que ella ya no podía más:

No, lo siento Arturo, no puedo, ayyy, sácala, hijo de puta, ay cabrón sácala, ya no entra.

Falta poquito nena, casi entra toda, aguanta, siguió empujando, haciendo caso omiso a las quejas, un último embiste profundo y oí el grito desgarrador de Valeria sobre mi nuca, apretaba los puños en la cama, arañando las sábanas y su cuerpo se tensaba sobre el mío.

Ya entró toda, ¿viste que si podías?

Ay Arturo, ufff, eres un cabrón e hijo de puta, creo que me has atravesado hasta los intestinos, agh, que ardor, pero que morbo, cabrón.

Empezó a cogerla, embistiéndola lento y profundo, sus gritos eran desgarradores, pero definitivamente una combinación de placer y dolor, se retorcía y convulsionaba sobre mi cuerpo, su cuerpo entero empezó a vibrar y temblar y lanzando fuertes gemidos se corrió sobre mis nalgas.

Me corroo, me corroo, ah, me corroo, ay Arturo, que cabrón, que macho, ahhh

Cayó desfallecida sobre mi cuerpo, sus flujos escurrían por mis nalgas, todavía con la verga de Arturo en su interior.

Ufff, ha sido el orgasmo más intenso de mi vida, Ay, nena, uf, no puedo creer que se la hayas aguantado toda, pero ya te igualé, ya soy igual de puta- Susurró Valeria a mi oído.

Arturo no se había corrido y así lo anunció.

Nenas quien quiere recibir mi leche, estoy a punto-

Dásela a la nena, quiero ver como la preñas, y mi culo ya no aguanta, ufff, me has reventado, sácala- Exclamó Valeria

Sacó la verga del culo de Valeria y la dirigió al mío, Valeria se bajó de mi cuerpo y se puso a presenciar el espectáculo, a un lado de nosotros, mientras se empezaba a masturbar.

Arturo acomodó su verga en la entrada de mi culo y me penetró de una sola estocada hasta el fondo haciéndome retorcerme y gemir.

Me empezó a embestir con fuerza, taladrando mi culo sin piedad, sus huevos chocaban contra los míos. mi cuerpo se bamboleaba y ambos gritábamos en forma sincronizada, era tanto placer que me quedaba sin aliento, me costaba respirar, exhalando y gimiendo sin parar.

Así cógelo, córrete dentro de la nena, préñala- Gritaba Valeria con una mirada perversa.

El fuerte golpeteo de su verga contra mi próstata era incesante y delicioso, ya no pude soportar más y me corrí nuevamente, no lo podía correr, me acababa de correr hace pocos minutos, mi verga empezó a escupir chorros de semen ardiente, Valeria se acercó a tomar mi semen en sus manos y me lo untó en mis nalgas y espalda.

Ufff, amor, estás acabando como nena, tu primer orgasmo como hembra, con sólo la verga de un macho en tu interior, que suerte que te haya desvirgado, yo hubiera deseado un macho así.

Ya viene, ya viene- Ayyy – exhaló Arturo y pensé que me la enterraría hasta las entrañas y se descargaría dentro de mis intestinos, pero a pesar de lo caliente quiso darle un último espectáculo a Valeria y la sacó hasta sólo dejar la cabeza de su verga dentro de mi culo, y ahí sentí que se ensanchó y empezó a lanzar su esencia dentro de mi cuerpo, chorros y chorros de leche ardiente, a pesar de que era su segunda corrida de la noche fue tan abundante como la anterior, sentía sus chorros de semen bañando mis entrañas, la entrada del culo es más sensible y sentía más intenso que en otras ocasiones, su semen más caliente, más ardiente, no pude evitar retorcerme y gemir al sentir como se estrellaban sus chorros de leche contra mis paredes internas, mi culo se contraía involuntariamente apretando más la verga de Arturo, extrayéndole hasta la última gota de sus pesados huevos.

Caímos exhaustos, con su verga en mi interior y en ese instante escuchamos que Valeria estaba gimiendo también, se estaba corriendo nuevamente masturbándose y viendo cómo me preñaban.

Arturo sacó su verga de mi culo y un chorro de leche empezó a escurrir al sacarla, el cual me llegó hasta los huevos, con la punta de su verga, tomó el semen que escurría y me volvió a empalar, y así quedamos rendidos, exhaustos, sudorosos, su cuerpo sobre el mío, poco a poco sentí que su verga perdía dureza, palpitando con menor intensidad, hasta que la sacó y se desplomó a un lado mío.

Estaba exhausto y fingí quedarme dormido, escuché que hablaban entre ellos de lo maravilloso que había sido todo, Arturo abrió las esposas y tomó mis manos para acomodarlas a los lados de mi cuerpo, cuidando no despertarme.

Poco después Valeria se levantó y escuché que empezó a vestirse, Arturo se levantó y se ofreció a llevarla a su departamento, pero Valeria no aceptó.

No, mejor quédate con Ariel, pobre, creo que te necesitará más, si despierta puede sentirse mal, humillado o con algún sentimiento de culpa, mejor quédate cuidándolo y habla con él, sólo fue sexo, que recuerde como lo hicimos gozar, cómo le abrimos una nueva dimensión de placer, y que no piense que se va a volver puto, sólo le mostramos como puede gozar con otra parte de su cuerpo, yo pediré un taxi abajo.

OK, como quieras Valeria, espero que hayas disfrutado tu fantasía y que haya cumplido tus expectativas.

Ja, ja, no te imaginas cuanto amor, fue la noche más intensa de mi vida, me corrí como cinco veces, ja, ja, muy superior a lo que hubiera imaginado, eres un macho increíble, Gracias.

Tenía los ojos entrecerrados, fingiendo dormir y vi que se despidieron con un cachondo beso, Arturo desnudo, y al retirarse Valeria le dio un apretón a la verga de Arturo, ahora flácida, pero aun así de un tamaño considerable.

Extrañaré tu verga, Arturo, eres el mejor amante que pudiera haber soñado, hoy me voy con la colita maltrecha, me duele hasta para respirar, pero muy satisfecha, fue absolutamente increíble- dijo al momento de marcharse.

Después que se retiró Valeria, regresó Arturo a la cama, muy feliz, con una cara radiante, y me dio un cachondo beso en la boca, abrí mis ojos, para que notara que estaba despierto.

Gracias Ariel, estuvo fabuloso, Gracias por cumplir mi mayor fantasía, eres única amor, te extrañaré tanto cuando tenga que partir.

Si Arturo, lo sé, no te imaginas cuanto me duele que te vayas a ir, te voy a extrañar tanto- me sinceré.

Esa noche me quedé en su departamento, y a manera de despedida me cogió otras tres veces, una antes de dormir, después de bañarnos, ya que seguía caliente recordando lo vivido, otra en la madrugada, en la cual me abrazó y se repegó a mí y me fue ensartando lentamente medio dormido, me cogió muy lento, suave, mi cuerpo en sus brazos, abrazándome, hasta que se corrió, llenándome nuevamente y así nos fuimos quedando nuevamente dormidos con su verga dentro de mí, fundidos en un solo ser, unidos a través de su trozo de carne, el cual fue perdiendo dureza, pero sin abandonar mi cuerpo y la última después de despertar, la clásica mañanera, donde estaba indeciso de darle la colita, ya que la sentía muy rozada y me ardía después de tanto uso, pero quise complacer a mi macho y solamente le pedí que no fuera demasiado intenso y así lo hizo, en lo que cabe Arturo era gentil y se preocupaba por no hacerme daño, aunque con esa verga era difícil, me cogió por un largo rato, con mucha pasión, cuidando no lastimarme, haciéndome gozar, a pesar de lo maltratada que estaba mi colita.

En la noche partió a Monterrey y regresó 4 semanas después, apenas una semana antes de su graduación, semana que no tendría clases, después de ese mes fuera había planeado a modo de despedida que me cogiera todos los días, sin importar como me dejara la colita, pero al regresar me llevé la sorpresa de que su familia había ido para la graduación, sus padres, su hermana, tíos y primos, a los cuales se encargó de pasearlos por la ciudad en los siguientes días y dos de sus primos se quedaron en su departamento para no pagar hotel.

Fui invitado a su graduación junto con Adriana, y conocí a toda su familia. Todos muy agradables y bien parecidos, al otro día después de la fiesta de graduación recibí un mensaje de Arturo pidiendo que fuera a su departamento, rápidamente me aseé y me vestí, albergaba la esperanza de un último encuentro, en menos de una hora ya estaba en su departamento tocando y al abrir estaba con sus primos, ya había empacado todo e iba a entregar el departamento. Me pidió quedarme con su cama, su escritorio, silla ejecutiva y la pequeña sala que tenía, me daba pena aceptarlo y le pregunté porque no contrataba una mudanza.

No Ariel, me sale carísimo la mudanza hasta Sonora, y además son muebles que no necesito allá.

¿Y porque no se los vendes al dueño del departamento? – pregunté.

Si, ya se los ofrecí, pero me quiere dar una miseria por todo, valen mucho más, prefiero regalártelos a ti, que mal venderlos, no serán los más caros, pero son de muy buena calidad.

La verdad me da pena- le dije, – que pensarán tus primos.

Ja ja, no te preocupes, saben que no me hacen falta y les voy a decir que me los compraste, anda acéptalos, de esta forma te acordarás de mí.

Tenía razón, el tener sus muebles y sobre todo su cama, seguramente me harían recordar todas las noches de pasión que vivimos, así que acepté.

Rápidamente fuimos por el rumbo de la central de abastos y contratamos un camión y un par de ayudantes para hacer la mudanza, pero había una sorpresa más:

Ariel, quiero regalarte mi pantalla de TV también, todos mis familiares llegaron en vehículos cerrados y no puedo llevármela

Era una pantalla de TV muy grande para esa época, de 50 pulgadas creo, sé que ahora hay mucho más grandes, pero en esa época era lo máximo.

No puedo aceptarlo, debe ser muy cara, creo que deberías enviarla por mensajería.

No, quiero dártela y no acepto negativas, en Sonora no me hace falta.

Así que acepté, sabía de antemano que no importara cuanto me negara, acabaría cediendo a la insistencia de Arturo.

Entre todos me ayudaron a llevar las cosas, saqué mi vieja cama y la puse en la sala, teníamos solo un viejo sofá, así que el juego de sala quedó perfecto, la cama King Size, apenas cupo en mi cuarto, pero no me importó, estaba feliz de tenerla, saqué mi vieja tele del cuarto y se convirtió en la TV de la sala, para poder poner la pantalla, ya no cupieron en mi cuarto el escritorio y la silla ejecutiva, así que tuvieron que quedarse en la sala.

Una vez que terminamos de acomodar los muebles empezó la despedida.

Me dio un fuerte abrazo y yo lo abracé con la misma fuerza, sintiendo por última vez el calor de su cuerpo, disimuladamente me dio un beso en el cuello y susurró en mi oído.

Adiós Ariel, nunca te olvidaré.

Y así lo vi alejarse en su coche, junto con sus primos, me quedé estático, congelado, sentí un nudo en la garganta, y una opresión en mi pecho, viendo como el coche se alejaba y desaparecía de mi vista. Me daban ganas de correr tras él, gritarle que no se fuera, pero sabía que no era posible, todo había terminado y sólo me quedarían los recuerdos de esa relación grabados en mi mente y en mi corazón por siempre, sus besos y caricias, su pasión al hacerme suyo y sentirme como una verdadera hembra en sus brazos, sus fantasías y sus perversiones también, mis ojos se nublaron y una lágrima rodo por mi mejilla.

Y esa última cogida de despedida tuvo que esperar mucho tiempo, la vida nos alejó en rumbos muy distintos, volví a ver a Arturo años después, justamente para su boda, yo estaba casado con un hijo y mi esposa embarazada del segundo y dos días antes de su boda por fin pudimos tener ese último encuentro tan esperado, dónde volvimos a vivir esa pasión, entregándonos en cuerpo y alma por última vez, posiblemente lo cuente más adelante.

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