Esa fue mi primera e inicio en este increíble mundo, les prometo que sentía una carga a la cual no sabía cómo enfrentarla, cuando uno está excitado y sumergido en la lujuria, tienes dos opciones, te detienes de inmediato y te retiras o te entregas hasta el final, si que eso ya lo he aprendido.
Donde trabajo comparto con un gran equipo, hoy, en algunos momentos me quedaba pegado, recordando que dentro de mi había nacido Cami, miraba a los hombres y trataba de imaginarme situaciones, pero me llamaba más la atención los cuerpos curvilíneos de mis compañeras, como algunos de ellos las miraban, envidiaba como ellas destacaban sus traseros y sentí como percibían y sonreían internamente el acoso permitido de sus compañeros.
Me encantaba verlas con sus vestidos ceñidos, que muchas veces marcaban sus formas y líneas de ropa interior que usaban, esas piernas con tacos hacían que sus figuras fueran insinuantes, envidiaba el sentirme así y que alguien me deseara como yo lo hacía por ellas, era extraño, me identificaba con sus cuerpos, con sus ropas y me excitaba el pensar que me observaran.
Esa tarde fui a la mismas tiendas donde le compraba prendas a Carolina, pero ahora sentía una doble sensación, la primera era la búsqueda de modelos que ella y Cami compartieran, la otra una extraña, pareciera que la vendedora que ya más de alguna vez me había atendido, hoy pareciera que sospechaba que las compras ya no eran solo para una chica, sino también mías.
Devuelta en el apartamento me encontré solo, yo con regalos para Carolina, aunque en realidad los había escogido para Cami.
Cuando llegó Carolina todo fue natural, como si nada hubiera pasado, eso me angustió, esperaba algún comentario, pero decidí ofrecerle un trago, somos fanáticos de los espumantes, luego del primer “Chinchín” ella como siempre me sorprendió.
Carolina: Como dormiste mi amor?
Me preguntó, advertí como ella manejaba la situación, increíblemente mis latidos aumentaron, me sentí incómodo y confundido, era una situación rara, creo que había llegado el momento de enfrentarlo, pensaba si acaso lo de anoche había sido solo una locura y que lo ocurrido solo se sumaba a muchas de nuestros juegos y fantasías, yo no quería perder a Cami.
Jorge: Dormí increíble, lo de anoche fue sensacional, no sé qué opinas, pero espero que también lo hayas disfrutado.
Carolina: Lo pasé muy bien, pero sospecho que a ti te gusto aún más
Jorge: Si, fue extraño, pero debo confidenciarte que me gustó
Ambos: Chinchín!!
Jorge: Carolina, te traje unos regalos, ojalá te gusten?
Carolina: Me encantan las sorpresas, dame, deja abrirlos
En ese momento le entregué los paquetes a Carolina, quién ya por el envoltorio sabía de dónde venían, los abrió muy lento, me sentía totalmente distinto a las veces anteriores cuando le llegaba con estos presentes, hoy era más que un regalo para nosotros, hoy era una invitación a alguien más y esa era obviamente Cami.
Carolina: Lindas las bragas, sabes que me encantan transparentes y estas medías con ligas harán un conjunto muy hermoso
Mi corazón latía fuerte, mi erección hace rato que ya había comenzado, era distinto, ahora era doblemente participe de la situación, me imaginaba con esas bragas metidas en mi cola y mi pene presionando la transparencia, ya estaba muy excitado.
Jorge: Que bueno que te gustan, te quedarán perfectas, seguro la suavidad de tu cuerpo hará un complemento ideal y erótico.
Carolina: Creo que a Cami también se le verían muy bien, de hecho quiero hacer un brindis por ella.
Mi pulso estaba al máximo, mis sensaciones eran extremas, ahora sabía que tenía más que una esposa, tenía una cómplice y amiga.
Jorge: Salud por Cami, me encantaría que pronto nos acompañara
Ambos: Chinchín.