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¿Me das una mamada?
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Tiempo de lectura: 2 minutos

10:46 pm ya en mi cama y recibo tu acostumbrado mensaje de whatsapp.

“Una mamaita rica”

Poco después te siento llegar al cuarto, oliendo a agua fresca y jabón (sabes cuánto me gusta sentir la piel fresquecita). Entonces te acomodas acostado boca arriba con tus piernas abiertas para que yo quepa cómodamente entre ellas.

No hablas, no miras, no tocas… tu respiración comienza a agitarse.

Digo: “¿Todo bien?”

Ente abres un ojo y con tu sonrisa pícara dices: “Nada más pensar en el calentón de tu boca, jum”

Me alegra escuchar eso. También me alegra ver que como siempre estás poniendo música para pasarla rico.

Primero que todo te miro, te respiro y disfruto de lo que voy a degustar. Agarro tu miembro aún flácido y lo meto completamente en mi boca y la cierro, permitiendo a la cabeza reposar al final de mi lengua. Mis labios están arropando completamente la base de tu miembro. Entonces empiezo a sentir como comienzas a tener tu erección, con tu bicho metido completamente en mi boca y tocando mi garganta.

“Quédate ahí, sin moverte rico… ahhh”- sale de tu boca mientras tus ojos se ponen en blanco.

“Ahora traga… (trago lento, aguantando tu cabeza en mi garganta) que hijueputa puñeta, me encanta que tengas este bicho en la boca”- vas diciendo mientras siento tu miembro hincharse y llenarme la boca de tu pedazo de carne caliente.

“Ahhh” -escapa de mi sintiendo mi vulva caliente, ardiente, vibrante y deseosa. Cuánto disfruto comerte y provocarte.

Definitivamente respondes a mis estímulos, te provoca y te descontrola sentirte tan profundo en mi garganta.

Sientes mis labios rozar tus huevos, estás completamente dentro de mi boca caliente y sabes que es lo mejor de todo… que a mi me encanta mamarte el bicho.

Voy saliendo y sintiendo como mis glándulas salivares activan y comienza a mojarte el bicho, lubricando perfectamente para lo que sigue.

Te miro y tu expresión facial delata el goce que estás recibiendo; ojos en blanco, boca abierta, respiración agitada y “hijueputa mama, mama, mama rico puñeta mami”- dices.

Automáticamente comienzo a subir y a bajar alternando entre el ritmo, dirección, succión, roce con los dientes, lengüetazo y lo que me apetezca con la bellaquera que me provocas.

A estas alturas mi vagina está completamente lubricada, lista para ser penetrada por tus ricas embestidas. Pero en esta ocasión tienes otros planes, deseas acabar en mi boca, en el fondo de mi garganta como al principio.

Así que con calma, vuelvo a llevar tu bicho esta vez completamente erecto, hasta el fondo de mi garganta.

Una vez adentro, me acostumbro a tu grosor, al espacio que ocupas y tus gemidos me incitan a mantenerme.

“Si te quedas ahí me voy a venir”- dices y repites.

“Si te quedas ahí me voy a venir”- repites una y mil veces jadeando de excitación.

Trago un poco con tu bicho hasta el fondo, mis labios rozando tus huevos y mi lengua jugando más abajo de donde mis labios alcanzan. Mantengo la presión de tragar y comienzo a subir y a bajar. Lento, de espacio, rico y mira lo excitado que estás. Las venas de tu bicho me dicen que estás apunto de derramarme toda tu leche en mi garganta, eso me provoca no detenerme y llevarte al máximo placer. Estallas en mi garganta y yo saboreo hasta la última gota de tu leche rica.

¿Te gusta que te mame el bicho papi?

ME ENCANTA

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