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Paja en las piernas de una amigo
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Hola, este relato que voy a contarles ocurrió hace unos 15 años atrás, pero aún lo recuerdo como si fuera ayer. En ese entonces estudiaba en el terciario y nos reuníamos en casa de unos amigos que eran de la Provincia de Jujuy, Argentina para estudiar y preparar los prácticos, charla va charla viene se hablaba de sexo, mujeres y de vez en cuando salían los comentarios de los atributos sexuales de cada uno, ejemplo: cuanto polvo al día uno podía dar, cuántas mujeres uno había tenido en su cama, el tamaño del miembro, especialmente ese tema me llamaba la atención ya que siempre el que se llevaba el mayor galardón era Matías el amigo de un amigo del terciario, Matías estudiaba otra carrera, pero alquilaba ahí también.

Bueno al parecer era muy bien dotado eso se decía. Esa idea me volvía un poco loco, ya que en ese entonces yo ya había empezado hace digamos como unos años atrás a experimentar la masturbación anal, momentos que voy a contarles luego de que rico lo pasaba cada vez que hacía eso. Sentir esa nueva experiencia en mi cuerpo me abrió un poco la cabeza y no podía dejar de pensar de cómo sería tener un pene de verdad y grande como me lo imaginaba de este chico y encima que juegue en mi virgen colita, más con tantos estímulos que tenía, no dejaba de ver videos de chicos gozando lindo, tavestis, sexo anal y todo lo que se refiera al tema. Bueno de más está decir las masturbaciones que tenía en casa cuando pensaba todo eso.

Bueno una tarde surgió la idea de ir a un pub a bailar y escuchar buena música, nos preparamos en el departamento y salimos todos juntos, la pasamos genial. Ya de madrugada decidimos volver a casa, pero era tal la borrachera que tenían todos que yo al estar más consciente decido pedir un taxi para volver, una vez convencido el chófer en llevarnos ya que éramos varios nos acomodamos como pudimos, pero he aquí la sorpresa que sin querer y sin darme cuenta quede para el último y no tuve otra opción de sentarme en las rodillas de Matías, no bien apoye mi trasero ahí me llego a los recuerdos todas las cosas que se decía de él, todas las noches que gemía despacito en mi cuarto para que mis padres no me oyeran cuando jugaba con mis manos en mi hoyito y pensaba que eran sus dedos lo que entraban para dilatar mi recto y dejarlo preparado para la envestida de su poderoso y superdotado miembro viril.

Eso me puso muy caliente y comencé a contraer mi recto y a moverme despacito en su rodilla, Matías estaba desmayado por la borrachera, eso me dejaba un poco tranquilo pero igual tenía unos nervios y un deseo de llegar más lejos, se me ocurrió una cosa, pedí al chófer que se detenga en la ruta un ratito ya que le mentí que tenía ganas de orinar, baje a un costado de la ruta y me saque el bóxer que tenía puesto para quedar solo con el pantalón, por suerte era uno liviano creía que de esa forma podría sentir mejor la sensación de ser rosado por su rodilla o mejor aún si podía bajar más por su deseado falo.

Me acomode nuevamente pero esta vez de un solo tirón me tire en el centro de su pubis, sabía que ahí abajo mismo estaba su amiguito que tan loquito me ponía. Bueno de más está decir que ya en la primera sensación ya sentía algo que molestaba ahí o sea ya se sentía un bulto y cerré los ojos y me dije a mis adentro si esto está dormido y se siente así como será si se le para?!

Bueno me puse en la tarea de que se despertara y me movía despacito de arriba abajo a ver qué pasaba, grande fue la sorpresa cuando sentí sus manos que me agarro la cintura y me apretó fuerte a su cuerpo, en ese momento me deje caer hacia su cuello y girando mi cara para poder sentir su olor comencé a moverme un poco más frenéticamente ya sin importar quien estaba a mi lado, ahí fue cuando empecé a sentir algo que me levantaba un poco más arriba de lo que antes estaba, ahí me di cuenta que lo que había abajo era algo magnifico, cerrando los ojos me imaginaba su textura, su color, la cabeza de su glande, alguna vena que podría surcar esa hermosura, y comencé a sentir como mis nalgas refregaban esa preciosa cosa que estaba ahí agarrada en sus pantalones.

Fue un momento más que entre medio de estos lujuriosos pensamientos, su olor a borrachera, mi jadeo y respiración acelerada, sus manos que me tenían prisionero en que sentí una explosión en mi miembro que recorrió todas mis bolas y empezó a bajar por mis piernas ese líquido que tantas veces mientras me corría analmente lo llevaba y lo saboreaba en mi boquita imaginando una descarga de verdad, no sé si Matías también se corrió pero yo quede inmóvil, agitado, tembloroso, entrando en conciencia de que a la par estaban amontonados los otros amigos y el chófer manejando, cuando recupere el aliento y abrí los ojos, nadie creó se dio cuenta bueno por el lado de mis amigos seguro que no, el chófer vaya uno a saber, si algo vio quedara en sus recuerdos.

Bueno todo terminó al llegar a destino, ellos se bajaron para entrar en su departamento y yo seguí rumbo a mi casa todo mojado por mis espesos fluidos, no quería saber nada más, me moría de la vergüenza, pero a la vez no veía la hora de llegar a casa para ponerme en cuatro patas y meterme todos los dedos hasta correrme de nuevo ahora si iba a gritar como una loca en celo y sin miedo a ser escuchado ya que en mi casa esa madrugada no habría nadie.

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