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Fuimos a explorar y fuimos mucho mas allá
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Con esta pareja que tuve tendría mil relatos para compartir. Si algo nos unía era el sexo. Nos complementábamos tan perfectamente que cuando la dejé fue un día después de tener sexo y pensar inmediatamente luego de terminar “esto es todo lo que nos une, solo esto”.

Debo confesar que es el día de hoy que extraño nuestras jornadas de garchar como animales.

Ella delgada, muy muy bonita de cara, delicada, pelo largo castaño aunque a veces se lo teñía de negro, cintura de avispa, baja estatura, lindas tetas con pezones perfectos, piel muy blanca y suave, culito pequeño, redondo y parado.

Era de las que tienen aspecto angelical, pero muy sexy a la vez y en la cama se transformaba totalmente para ser la más puta del mundo y multi-orgásmica.

Más allá de todas las cosas que nos gustaba hacer, había algo en particular que ambos compartíamos de una forma que nunca pudimos compartir igual con otra persona. Teníamos los mismos pensamientos morbosos y nos calentaba mucho expresarlos mientras garchábamos.

A veces ella me llamaba papá y yo le tapaba la boca y le decía no le cuentes a mamá y ella enloquecía, otras veces cuando salíamos a bailar ella seducía a otro hombre que le gustara y después me pedía que la garche de atrás y ella se lo imaginaba al otro y me llamaba por su nombre, otras ella era mi esclava y obedecía a todo lo que le pedía hacer, otras veces yo la ensartaba por el culo la sacaba y volvía a meterla, pero usaba otro tono de voz para que ella imaginara que era una fila de tipos que le iban haciendo el orto, incluso exponerla en público como llevarla en tetas en el auto y dejar que otros la miran (casi provocamos un choque en una ocasión), en fin, podría seguir con la lista e incluso ser más detallista, pero el punto es que siempre era entre nosotros dos aunque ella tenía la fantasía de ser abusada por muchos hombres y yo de verla garchar con otro.

Así fue que un día dijimos de ir a ver, solo a ver, como era un club swinger. No teníamos idea de como era, así que fuimos bastante nerviosos ambos.

Llegamos al lugar, nos dieron toda la explicación de las reglas, dejamos los celulares dado que no están permitidos, nos hicieron un recorrido inicial explicando para que era cada sector, solo parejas, orgías, parejas que podían invitar a terceros a participar o solo ver, la disco donde se podía comer algo también y hacían shows eróticos y la piscina que ese día estaba inhabilitada. Nos explicaron que también se podían solicitar cuartos y comprar juguetes sexuales.

Luego de esa introducción nos dejaron solos y comenzamos a explorar el lugar.

Nos asomamos al lugar de orgía, muy oscuro, se escuchaban los gemidos y había un olor muy intenso a sexo. No nos animamos a ir mas adentro realmente, no se veía casi nada y nos pareció muy sin control aunque nos calentó a ambos, ya habíamos perdido los nervios.

Fuimos a la disco y nos quedamos viendo el show, lo cual también elevo nuestras temperaturas. Para colmo ya ahí se empezó a dar eso de que pasara una pareja y la mujer o el hombre hiciera una suave caricia en sus hombros o espalda o en mi mano. Es todo muy respetuoso, es el código, nadie viene a preguntar, sencillamente inician un sabré y breve contacto y si decís no gracias se van inmediatamente sin insistir en lo más mínimo. Recuerdo mi tentación de dejar seguir a una mujer que estaba en tetas y me acarició el hombro, pero hubiera sido aceptar intercambiar parejas y la que decide en esos lugares es la mujer, o en todo caso ambos en realidad, pero de ninguna manera el hombre solo.

Nos comentábamos nuestras sensaciones, ambos estábamos calientes ya. Pasamos por la zona de parejas que dejaban a otros ver o participar, nos gustó, ahí al ser nosotros una pareja lo que se daba era que venían hombres solos y la acariciaban a ella. Pudimos ver ahí mujeres siendo tocadas por muchos hombres mientras garcha con su pareja, otras parejas con una multitud mirando, otras donde la mujer era penetrada por mas de un hombre. Uno nos llamó la atención porque vimos como mientras la mujer chupaba la pija de un hombre con muy buen físico, otro que imaginamos el invitado le sostenía la cabeza y miraba de cerca. Resultó ser que cuando terminó, se limpió la boca ys e fue de la mano con quien le sostenía la cabeza. Eso encendió muchísimo a mi novia.

Luego de rechazar no menos de 10 invitaciones nos fuimos a la zona de parejas swinger. Allí también tuvimos muchas invitaciones pero como habíamos acordado ver para conocer, ninguno se atrevió a dejar avanzar a nadie. También se daba el caso de que a mi me gustara la mujer pero a ella no el hombre y viceversa.

Salimos de esa zona, fuimos a tomar unos tragos y comer algo a la disco mientras nos tocábamos y besábamos. Estábamos muy calientes y no había problemas en ser bien exhibicionistas, yo le chupaba las tetas por momento en público y ella me sacaba la pija y me la chupaba también sin tabúes.

De pronto Ella no aguantó más y me dice “vení”, me tomó de la mano y así en tetas me guio hasta la zona de parejas que invitan a terceros. Yo imaginé que quería garchar con público. Error.

Una vez ahí seguimos con lo nuestro, estábamos besándonos cuando el primero de los machos se acercó, le acarició su espalda y ella no dijo nada. La mire a los ojos para corroborar que estaba consciente de lo que hacía y ella aún sin mirar al tipo que la acariciaba me sonrió.

El hombre, como es la costumbre del lugar fue avanzando, poco a poco tocando mas y mas, pasando a sus tetas. Ella bajó mi pantalón y comenzó a disfrutar de mi pija como ella siempre lo hacía. Lamía mi glande y me pajeaba contra su boca mientras otros hombres también comenzaban a unirse.

El primero de los machos bajó su pantalón y ella tomó su pija con su mano izquierda. Luego otro lo imitó del otro lado y ella también agarró su pija ahora con su mano derecha.

Yo no podía creer ver a mi novia pajeando a 2 tipos mientras me la chupaba, yo le pasaba la pija por toda su cara y le daba golpecitos en su boca y mejillas con ella. Yo estaba súper excitado.

Mas hombres se unían y ella seguía sin rechazar a ninguno. De pronto podía ver como le tocaban las tetas, otro arrodillado chupándole su teta derecha y otro detrás tocándole el culo (o eso creía yo).

Los hombres ya se habían desnudado, yo seguía con mi camisa puesta.

Por momentos ella dejaba de chupármela y siguiendo con la paja a los otros 2 se acercaba sus pijas a milímetros de su boca pero no se las chupaba. Yo le dije, “hacé todo lo que quieras, sentirte libre”. Ella no contestó, siguió haciendo lo mismo. Cada vez que se acercaba la pija de otro a su boca pajeándolo me miraba a los ojos. Yo estaba que explotaba de calentura.

Cuando fui a tocarle la concha me encontré con otra sorpresa, me encontré con su bombacha ya baja (no lo había visto desde mi posición) y dos manos ahí, no una, dos, con sus dedos metiéndose en su concha totalmente empapada.

La levanté y la recosté en uno de los camastros que había en el lugar. La desnudé completamente, yo igual y la penetré por su concha, todos podían participar pero yo era su dueño y ella mi ama a la vez.

Mientras la garchaba los otros machos se fueron comprando a su alrededor. La tocaban por todos lados, miraban de cerca como yo se la metía, le pasaban sus pijas por el cuerpo, ella los iba pajeando por turnos y con la pija mas grande se la llevo a la boca y la empezó a chupar. De pronto ella tenía una pija en su boca que entraba y salía y otra pija que un macho que se estaba pajeando en su cara y otros en sus tetas. En total conté, entre los que acababan y se iban y los que seguían, 8 tipos, mientras yo la sentía tener un orgasmo tras otro.

A pesar de mi calentura yo no acababa, estaba obnubilado viendo semejante espectáculo.

Subí sus piernas llevando sus rodillas a su panza y la penetré por su culo. Mi pija a esa altura explotaba, las venas se veían aun en la penumbra, la tenía mas dura que nunca y dado que era habitual que tuviéramos sexo anal y yo sabía que ella lo disfrutaba tremendamente por sentirse sometida, ahora, con machos pajeándose y llenándole las tetas de semen y uno taladrándole la boca con una pija enorme, sabía que era aún mas intenso.

Cuando el que la tenía en su boca la sacó chorreando leche y viendo que ella me miró dejando caer un poco desde dentro de su boca por sus labios, no aguanté mas y largué chorros de semen dentro de su culo con una intensidad que pocas veces recuerdo haber tenido.

Ella inmediatamente retiro a los hombres con un gesto, tragó lo que tenía de semen en la boca y se limpió el sobrante con la mano, se agachó y limpió mi pija con una suave mamada.

Subí mis pantalones, me puse la camisa, ella tomo su minifalda y bombacha, se las colocó, tomo su remera y fuimos a pedir un cuarto, donde ella pudo bañarse y donde volvimos a tener sexo con ella contándome cada sensación de lo que acabábamos de hacer. Esa noche en casa no dormimos, amanecimos teniendo sexo.

Esa fue la primera y única vez que hicimos eso, pero el recuerdo lo usamos muchas veces durante nuestras maratones sexuales.

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