Había comprado comida rápida e iba con mi hijo de 7 años. Bastante normal solo que era algo tarde y estaba lloviendo así que tenía como algo de prisa, pues no fue hasta que llegué a mi casa que me di cuenta que no tenía mi monedero, sentí un hueco en el estómago porque ahí tenía todas mis tarjetas, mis identificaciones y tarjetas de mis clientes y tenía miedo de hicieran mal uso de eso así que me apresuré a entrar a la casa para empezar a cancelar todo.
Y justo cuanto tome el teléfono para llamar al banco me marcaron en mi celular, contesté.
-Buenas noches, Señora Cecilia Harms?
-Si ella habla.
-Si lo pronuncie bien? —vaya pregunta pensé pero la voz de un joven soñaba cordial.
-Disculpe, es que encontré un monedero me parece es de usted.
-Oh si claro es mío! Que gusto que lo encontraras… pero como obtuviste mi numero.
-Ah es que trae su identificación con su nombre y también trae una tarjeta de presentación deduje que es de usted.
-No lo había pensado es que tengo muchas cosas ahí.
-Entonces lo revisaste todo.
-Si para saber a quién tenía que entregarlo.
-Gracias gracias donde puedo recogerlo?
-Pues, es que vivo algo lejos me parece de su dirección, si no me lo toma a mal puede recogerlo en esta dirección…
-Oh si se dónde es, a qué hora puedo pasar?
-A las 9 por favor, empiezo mi turno así que estaré disponible.
-Perfecto oye muchas gracias significa mucho.
-No hay de que hasta luego
Me sentí mucho más tranquila y el chico me dio mucha confianza. Al día siguiente fui al lugar y llamé al mismo teléfono.
-hola, habla la señora Cecilia, la señora del monedero
-Ah si claro deme un segundo.
En ese momento salió un joven bien parecido, ni guapo ni feo, de tez morena, delgado ejercitado, bien vestido pero con un mandil como de cocina.
-Señora Cecilia?
-Si soy yo
-Pase pase, me perdonara que no lo tenga conmigo es que tengo en mi locker y ando trabajando un poco
-No te preocupes entiendo
Pase al local, un pequeño restaurante bien cuidado, lleno de muchos detalles, comida mediterránea me parece.
-le puedo ofrecer algo? Agua mineral, cerveza, soda?
-No te preocupes.
-Ya vengo no tardo
A los pocos minutos regresó con mi monedero en perfectas condiciones.
-por favor lo puede revisar?
-No te preocupes confío en ti
-No, insistió señora —revise y todo estaba en orden, saqué un billete para ofrecerlo.
-No señora cómo cree no lo hice con esa intención al contrario es usted muy guapa con eso me doy por bien servido
-No de verdad acéptalo en estos días ya nadie regresa nada y aquí hay cosas importantes para mi
-No señora, si no me lo toma a mal y quiere agradecerme le acepto una cena esta noche.
Me quede pensando unos segundos y como no lo vi mal decidí aceptar.
-A qué hora sales?
-Ah como a las 7 le parece bien?
-Si claro
-No tendrás problemas?
-No no se preocupe
Esa tarde pase pensando en ello y estaba a punto de arrepentirme, pero cuando mi marido me llamó que llegaría tarde, me moleste y decidí ir con el chico y le deje a Delfi a mi hijo, ella es la nana de mi hijo. Mi marido no sabría nada y seguro estaría ocupado para preguntarme.
Llegué y vi al chico dentro del local despidiéndose y dando algunas instrucciones o eso me pareció.
-Señora Cecilia! Le agradezco aceptar mi invitación. —me dijo al subir a mi coche.
-Pensé que era yo quien te invitaba
-Bueno primero la invite a invitarme
-Jajaja es cierto
-Y dime cómo encontraste mis cosas?
-Ah es que fui a comprar algo de cenar rápido y ahí vi su monedero cuando iba entrando y noté que el chico de la caja lo tomo y se lo guardo
-Y como lo recuperaste?
-Pues le dije que si no había visto una cartera negra, me dijo que no y le dije que yo vi que la tomó. Él me dijo que no era cierto y que además quien era yo, y pues lo único que se me ocurrió fue decirle que era su marido.
-Jajaja en serio?
-Si bueno es que no podía ser su hermano ni nada así
-Bueno podrías ser mi hijo.
-No no creo señora jaja
-No me digas señora, dime Ceci o te parezco muy grande? — me sonroje al escucharme
-No para nada es muy guapa… y joven
-Bueno y después?
-Pues me dijo que me veía muy joven para eso. Y saqué mi teléfono fingiendo marcar y le dije, creo que esto es algo que un policía puede arreglar más fácil. Y entonces me miro el chico pero me quede serio esperando unos segundos, hasta eso aguanto y tuve que fingir que me respondían jajaja y solo en ese momento el chico sacó la cartera y me la dio.
-Estabas blofeando
-Si jajaja pero bueno cuando salí para buscar a alguien no encontré a nadie y espere un poco y ahí revisé la cartera. Me fui a casa y bueno el resto ya lo sabe.
-Te agradezco en verdad pues mira ya llegamos
-Se ve muy bien
El resto de la noche no me sentí que estuviera con chico, él debía tener unos 27 años, pero tuvimos una plática muy amena, inteligente y llena de bromas astutas, hace tiempo que no tenía una conversación como esas, fuera de lo común pero sin ser absurda. Hablamos de algunos libros en común y de películas, de temas sociales a nuestro nivel claro y el chico hablaba con soltura con las cosas en claro, pensando lo necesario me explicaba algunas cosas sin soñar con presunción como muchos hombres y aceptaba mis opiniones con humildad, la verdad es que me agrado muchísimo su compañía.
Al terminar la noche le dije que si lo dejaba en su casa y me dijo que no era necesario que pediría Uber y me insistió ya que yo había pagado la cena. Decidí aceptar y me supo algo mal lo que yo interpreté como rechazo, pero de inmediato me dijo que si podía volver a verme pero que esta vez si me invitaba él a su lugar favorito para comer. Decidí aceptar.
Cuando me iba al estacionamiento sentí su mirada y volteé y ahí estaba él sonriendo y diciendo adiós con su mano y se giró y se fue.
Era obvio que me miraba, yo llevaba un pantalón holgado que la verdad se metía entre mis nalgas y ajustado a mi cadera que aunque ya estoy pues grande, 45 años siempre he comido bien y sin necesidad de ejercicio me mantengo en forma. Mis glúteos son grandes pero la verdad un poco caídos al igual que mis senos que esos si son más grandes de lo normal y naturales.
Pues toda la noche no dejaba de pensar en el chico, repasaba la conversación, sus gestos todo, su aroma, su sonrisa, me sentía rara como si me estuviera enamorando, en ese momento me dije que tonta y caí en que tanta desatención por mi marido me había acostumbrado a no tenerla y pensaba que era normal.
Al día siguiente cuando mi marido ya se había muy temprano por mensaje de whatsapp.
-Cecilia buenos días! Cómo amaneció aparte de guapa?
-Hola Au (nombre acortado) bien y tu?
-Todo bien, esperando la tarde. Quiero pedirle si no es molestia si pasa por mi
-No te preocupes Au. Pero si podrás salir más tiempo a comer?
-Si no se preocupe me las arreglo
-O no me gustaría que te regañaran
-No hay quien me regañe no te preocupes Ceci
-Perfecto nos vemos al rato.
Todo sucedió lento hasta esa hora donde vi de nuevo que se despedía y platicaba con algunos chicos.
-Cecilia que hermosa, como supiste que mi color favorito es el verde?
-Ya ves te tuve que investigar
-Jajaja ojalá no le hayan dicho mis cosas malas
-Tienes cosas malas?
-Y quién no?
Solo nos reímos y me dijo por donde ir. Llegamos aún edificio totalmente normal.
-Seguro que es aquí?
-Si señora no se preocupe no es un restaurante
-No me digas señora eh muchachito o tendré que castigarte
-Jajaj depende del castigo ya veré
Me puse algo colorada y ya no dije nada. Subimos a un departamento había mesas, todo muy bien cuidado.
-Le presentó a Carlos Bho es un amigo y es el chef del lugar, me hizo favor de darnos mesa en su evento
-Un placer Cecilia, hace tiempo que Au no me visitaba y me da gusto verlo con buena compañía
-Gracias Carlos, el placer es mío.
Pasamos a tomar asiento y poco a poco las mesas se fueron llenando. Varios platillos muy ricos fueron llegando y la música era bastante agradable, la luz cálida todos los sabores iban hermanados y de nuevo platicamos muy tranquilo, bromas sutiles y en doble sentido empezaron a surgir pero sin ser molestas.
Le confesé que era casada, que tenía un hijo, que casi no veía a mi marido que era muy ocupado, que no compartíamos mucho tiempo la clásica historia y el me escuchó atento y no me sentí juzgada ni intento darme ningún concejo nada de si todo normal solo escucho, me sentí muy bien tranquila. Quizá le dije todo eso por el vino que ya habíamos bebido mucho.
Al final se acercó Carlos, lo felicité por la experiencia y nos despedimos.
Nos subimos al auto y ahí solo nos miramos y nos empezamos a besar y tocar, todo muy a su tiempo, sin prisas, me perdí en los besos en las caricias, y cuando me di cuenta mi mano ya estaba en su entrepierna y sentí su miembro grande como ningún otro que había tocado, me mojé al instante y debí de detener los besos porque me pregunto si todo estaba bien, yo reaccioné y le dije que si, pero no había soltado su pene y cuando mire hacia abajo pude ver que encima de su pantalón aún sobraba una parte considerable , de nuevo reaccione quitando la mano y me disculpé el asintió me beso delicioso se despidió y se fue.
Me quede unos segundos ahí pensando en lo qué pasó.
Al llegar a casa estaba confundida no sabía que pasaba ni que sentía además hace tiempo que no tenía una experiencia así y mucho menos sexo nada de nada.
-Buenas noches Cecilia, si te incomode una disculpa
-No no para nada, más bien me sorprendiste
-Fue una comida muy rica no? —pensé este se está haciendo el loco.
-Más bien rico lo que había agarrado al final.
Cuando lo escribí era demasiado tarde para borrarlo ya lo había visto y yo no sé cómo llegué a escribir eso.