Parte 1
Él:
Regresamos de cenar esas alitas que te encantan, cerveza, reímos, jugamos, perdimos el estilo. Una de las meseras te trató de ligar mientras fui al baño, creía que venías sola. Cuando llegué se fue, tenías esa cara de travesura, la que me gusta.
Subimos al ascensor y de la nada brotó el puchero.
El: “¿Todo bien?”
Ella: “Sí, no te preocupes.”
Me abrazas y te guardas en mis brazos, abro la puerta del departamento y te vas directo al baño, me quedé desconcertado, al salir me cachas en el sillón.
Ella: “Amor, te estás rascando los huevos”. Ríes de nervios de complicidad.
Volteo a verte con cara de niño que lo cacharon haciendo una travesura.
El: “Ven te explico, no es rascarme, es como “rascariciar”, me ves con cara de no mames…
Te muestro cómo es y cuando lo haces y mi escroto siente tu mano fría me generas de inmediato una erección. Ríes pero sigues, ves mi cara y estoy perdido. De la punta de mi pene asoma una lágrima la cual tomas con la punta de tu lengua e inmediatamente después me besas. Te subes en mi para seguir besándome, te quito los shorts pero me subes las mano, te giro y caemos al piso. Tú sobre mi y ríes, otra vez un moretón.
Me sigues besando y mordiendo pones mis manos en tus senos para que las acaricie, las bese y las muerda. Hago círculos en tus pezones, te arqueas, tratas de venir a mi cuello y te jalo del pelo hacia arriba. Aúllas, “cabrón me excitas, trata otra vez”, jalo otra vez y gritas, lo que no me di cuenta es que te acomodaste para penetrarte y de una siento como entra mi pene, aulló y te escucho gritar groserías. Te mueves suave unos segundos, mis manos en tus senos. Otra vez juego con tus pezones, pierdes el control y te trato de girar, te das cuenta y me aprietas fuerte con tu vagina. Grito “Cabroncita no mames”, subes el ritmo, caes en mi sin dejar de mover la cadera. Te siento cerca del orgasmo, sigues moviéndote, grito y siento como te vienes fuerte. Gritas duro y sientes mi chorro por dentro, pierdo el control y tú también, jadeando me dices al oído “no te puedes salir”.
Minutos después estamos semidormidos en el piso. Ella: “amor, nos tenemos que bañar”. Abro los ojos y te digo “no amor ya mañana”.
Ella: “No amor ahorita” Me bajo y estamos todos rojos, te miro a los ojos con complicidad, te levanto y te cargo como bebé a la regadera. Sin decir nada ambos sabemos todo, nos amamos y no hay que dar explicaciones.
Me pides quedarte un momento más en la regadera, salgo y limpio el piso. Me siento a esperar, sales brillando como siempre, hermosa como siempre.
Ella: “Otra vez los estás haciendo sin mi, no se vale” y ríes.
Parte 2
Él:
Te comienzo a besar los hombros, la clavícula, los brazos, el pecho, el cuello. Abres los ojos y me miras con cara de ¿de verdad?
No te dejo ir al baño y te beso. Finalmente cedes con ojos para arriba, ella: “amor vamos a manchar las sábanas” No me importa y nuevamente me tiras de la cama caes sobre mí y me comienzas a chupar. Con mi mano libre te toco el ano en círculos, protestas, como puedo llego a la crema y sigo manipulando, cuando sientes esto gritas y me dices, ¿es en serio?
“Si, ponte en 4”. Haces caso a mi orden, estás ardiendo y con cuidado te penetro. Gritas de dolor y placer, te mueves lento, no te quiero lastimar, sientes que te parto en dos. Escucho tu grito “cabrón, métela toda”. Te doy una nalgada fuerte y empujo, “hijo de la chingada” gritas y vuelvo a empujar ahora lento, gritas, estás apretada rico, aúllas.
“Cabroncita, me voy a venir, no aguanto más”. Y me aprietas, sabes que no puedo aguantar más y al momento te contorsionas y gritas más fuerte. Lo saco con cuidado y caigo al suelo junto a ti.
Me abrazas y me dices riendo, “nos tenemos que bañar otra vez”. Río y te cargo otra vez. Me dices al oído, “aún no se acaba cabrón, nos vamos a volver a bañar antes de que amanezca”.
Parte 3
Ella:
Todavía me duele el ano post penetración, pero duele… rico!
Sigo ardiendo como siempre que ando roja, pero ahora mucho más por todo el sexo de anoche. Quiero más. Ardo. Me quedé dormida solo con mi tanga y tú estás profundamente dormido a mi lado con tu mano en mi seno como te gusta.
Me levanto con mucho cuidado al baño para no despertarte. Llego al baño y en el cajón veo los tampones. Me brillan los ojos. Me limpio bien la zona y me pongo uno. Me urge que me pruebes. Regreso a la cama. Siento duros los pezones y decido aprovecharlo. Me pongo a tu lado y empiezo a pasarlos por todo tu cuerpo. Primero no pareces inmutarte, pero después vas despertando y cuando entiendes lo que está pasando sonríes y niegas con la cabeza. No puedes ni hablar, estás agotado. Veo tu verga dormida y muero por tenerla en mi boca. Comienzo a besarla, primero la punta, luego la meto completa a mi boca. Cuando está así me cabe completa. Le paso la lengua de arriba a abajo y te oigo gemir. Te mueves un poco pero sigues con los ojos cerrados. Siento tu verga crecer en mi boca. Bajo a tu escroto y llego a tu ano en donde meto la lengua. Ahí te mueves más. “¿Qué pedo cabroncita? Invítame a cenar primero no”. Río pero sigo. Regreso al escroto. Te quejas ¿en serio amor? ¿el tercero? ¡Eres una caliente cabroncita, me encantas!
Después de chupar otro rato tu verga, la siento enorme. “No pares, sigue”. Hago caso con gusto mientras meto el dedo poco a poco en tu ano. Cada empujón de mi dedo gritas y te mueves. Shhh “quieto cabrón, no te quiero lastimar”. “No mames, no mames” Sigo chupando. Agarro ritmo y succiono fuerte al mismo tiempo que doy un último empujón a mi dedo y lo giro rápido. Es suficiente. Gritas. “ Perdón me vengo!!!” Jalo aire y recibo el chorro en el fondo de mi garganta, mientras sigo moviendo mi dedo en tu ano. Gritas, te sacudes y me dices “ya ya ya”. Pero sabes que no voy a parar, tu verga ya quiere descansar pero yo la sigo chupando. Aúllas, “ya amor ya”. No hago caso, viene una segunda sacudida. Gritas “te amooo cabroncita, eres una… (nunca terminas la frase)” Echas la cabeza para atrás y cierras los ojos. Volteo y sonrio al ver tu cara de post orgasmo, esa que amo. Tengo que besarte la boca, casi no me regresas el beso por el cansancio. Sigo en tu cuello, pecho y mis besos empiezan a ser más atascados. Muerdo un poco.
Volteo a verte y hago mi cara de travesura máxima. Me paro en la cama y haciendo como si fuera bailarina exótica me quito la tanga. Te ríes y pones cara de… ¿Qué pretendes?
Sonrío y me acerco a tu oído y te digo. "Mira cabron estoy ardiendo más que nunca porque ando roja. Ya me limpié bien y traigo un tampón nuevo. Me voy a sentar en tu cara y quiero que me hagas ver estrellas y al final me voy a probar en tu lengua. ¿Quedó claro?"
Te ríes… "jajaja estás loca, te amo. Siéntate ya que vas a ver estrellas y todo el sistema solar"
Me siento y empiezas de inmediato a lamer el clítoris en círculos. Desde el primer contacto de tu lengua sé que no voy a durar mucho. Estoy ardiendo. Sigues lamiendo, succionas, soplas, siento que voy a enloquecer. Me dices: "¡a ver a qué letra llegas!" ¿Letra? ¿Qué? Sí… letra. “Empecemos por la A”. Dibujas una A con la lengua y cada vez llegas más adentro. Grito. Para la E ya estoy aullando y antes de la L me sacudo y exploto. Grito “¡No mames cabron, ¿quién eres?!
No puedo hablar más. Caigo encima de ti. Trato de no tirarte, uff que pena los moretones. “Abrázame por favor.”
“Ven, te abrazo completita, ya sé que estos días andas extra sensible, ven. No llores, todo está bien.”
"Ya sé amor, es de alegría".
“No cabroncita, mejor bésame.”
“Eres el amor de mi vida.”
Cierro los ojos, lo último que oigo es un "te amo" y empiezo a arrullarme con tus latidos… no sé más del mundo por horas.