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La nueva profesora de inglés
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Tiempo de lectura: 6 minutos

1

Me llamo Ernesto, tengo 32 años y estoy casado desde hace 5 años con Sandra, fuimos novios durante 3 años, siempre fuimos una pareja feliz, desde el primer momento supe que Ella sería mi futuro esposa. Soy ingeniero graduado con honores en la universidad central, ella en el área de las ciencias sociales, licenciada en idiomas, mención inglés, nunca tuvo la necesidad de trabajar gracias a mi, sin embargo la crisi en Venezuela la llevo a tener que buscar empleo a finales de 2018, en octubre que es cuando comienza el año escolar en mi país

Sandra es una mujer de 1,68 cm de piel blanca y ojos negros, cabellera negra y larga, por la cintura, contextura delgada pero con un trasero y senos bien tonificados por las horas en gimnasio, su culo era mi punto débil, me volvía loco y siempre que podía se lo agarraba. Su día a día transcurría en el apartamento, salir al gimnasio, visitar a sus padres y tener todo listo para cuando yo llegara en la tarde. Un día a mediados de junio de 2018 llegue temprano a casa, ella aun veía su novela de la tarde, llegue abatido, triste, me habían despedido del trabajo, por la crisis del país la empresa había sido cerrada por rumores de expropiación a lo que los dueños prefirieron cerrarla antes de perderla.

Al principio fueron días difíciles, me deprimía a medida que pasaban los días y no conseguía un nuevo empleo. Sin embargo dos meses después en agosto por fin me llamaron para comenzar a trabajar, cuando regrese de la inducción iba serio, muy molesto, el sueldo no era lo que esperaba, era menos de la mitad de mi empleo anterior y la empresa tenía inclinación política gobiernera, lo cual me desmotivo, además mi jefe era todo un patán, mal hablado, indudablemente colocado en ese puesto por ser amigo de alguien del partido de gobierno, lo pensamos y discutimos durante la tarde pero lo mejor en ese momento era que aceptara el puesto, ya nuestros ahorros comenzaba a disminuir y nos preocupaba.

Esa noche Sandra me quiso contentar, se colocó una lencería que ella sabe que me gustaba, un panti tipo hilo que se le ajustaba bastante bien, y un baby doll transparente, se montó gateando en la cama moviendo el culo de lado a lado, pasando su nariz por todo mi cuerpo, buscando alegrarme y hacerme excitar, yo aún estaba molesto, acababa de hablar por teléfono con un antiguo compañero de trabajo que no estuvo de acuerdo con mi decisión de aceptar el empleo y terminamos discutiendo llamándome enchufado.

Cuando la vi mis ojos se agrandaron pero aun mi mirada era de rabia, poco a poco llego a mi pene, comenzó a rozarlo con su nariz y su cara, y lentamente me bajo el bóxer con los dientes. Sandra no acostumbraba a hacerme sexo oral a pesar que a mí me encantaba, ella solo lo hacía en ocasiones especiales, sin embargo esta vez ella tomo la iniciativa, seguramente queriendo mejorar el humor, sin embargo mi rabia no paraba y a mitad de la mamada que me estaba dando la agarre por la cabeza y comencé a marcar el ritmo, a hacer que se lo comiera todo, ella trato de quitarse y me miro, debió notar mi furia porque su miraba se tornó de miedo pero seguí hundiéndole todo mi pene en su boca una y otra vez y comencé a decirle que lo mamara todo, “mámamelo todo perra” fue lo primero que le dije, era la primera vez que me dirigía así hacia ella y me pareció escuchar que emitía un pequeño gemido, me la estuve cogiendo por la boca unos minutos más hasta que la quite y le dije que se coloca en cuatro que me la iba a coger como una perra, me sorprendió cuando le quite el hilo que tenía y lo note empapado, estaba mojadisimo como nunca antes lo había notado, sin duda estaba gozando. Se colocó en cuatro y la agarre de la cintura y de una sola embestida de cadera se lo clave hasta el fondo, emitió un gemido que se escuchó en todo el apartamento, comencé a cogerla a lo bruto, se lo metía y se lo sacaba de golpe, y ella cada vez gemía mas, me di cuenta que lo estaba gozando y entonces comencé a jalarle el pelo, la traje hacia mí y comencé a hablarle al oído como nunca lo había echo

– Te gusta perra, te gusta cómo te estoy cogiendo, era la primera vez que le hablaba a Sandra de esa manera, ella no contesto y seguidamente le solté una nalgada, volví a acercarme su oído y le dije “para ese culo perra y tu macho te está cogiendo”, inmediatamente soltó un gemido y sentí como levantaba más aun el culo, voltio a mirarme, su cara se había transformado, no la reconocía, sus ojos brillaban, su boca estaba más roja y sus mejillas ruborizadas, solo me dijo “cógeme duro que soy tu perra”

Inmediatamente aumente las embestidas, se lo metía y se lo sacaba todo en cada golpe, la tenía agarrada de los cabellos y con una mano hacia que arquera la espalda

– Lo estas gozando perra, le volví a preguntar, pero esta vez sí contesto

– Me encanta papi, me estas matando de placer

– Quien es tu macho, perra. Le pregunte

– Tu eres mi macho, yo soy tu perra, fueron sus palabras

Nuestros cuerpos sonaban, sus nalgas chocando con mi vientre, fue corto pero intenso, al minuto después no aguante más y termine llenándola leche. Me caí y me derrumbe en la cama su lado, aun no me podía creer lo que había pasado, no había hecho el amor con mi esposa, me la había cogido como a una puta y ella lo había gozado. Seguidamente ella se levantó y se ducho y ambos nos dormimos cuando regreso a la cama, aunque algo me preocupaba, ella no había llegado al orgasmo.

2

Ernesto tenía un mes trabajando ya era septiembre y el dinero no alcanzaba, había pasado un mes desde el día en que habían cogido y saco la perra interior que llevaba Sandra por dentro, este viernes cuando llego Ernesto de trabajar lo estaba esperando Sandra con una propuesta, le comento a Ernesto que estaba decidida a buscar empleo, primero él no estaba de acuerdo, una de las razones para el aceptar el empleo donde estaba era que ella no tuviera que trabajar sin embargo no era suficiente y los gastos aumentaban, después de mucho discutirlo el termino aceptando y ese mismo lunes Sandra iría a buscar trabajo.

Esa noche hicieron el amor, Ernesto se montó sobre Sandra, al estilo misionero y le estuvo dando caña por un buen rato hasta que acabo, en todo momento la miraba a los ojos, le daba besos y le decía que la amaba, ella le respondía que también lo amaba sin embargo algo era diferente, esta vez no se había excitado como la anterior vez, esta vez sus flujos no la habían empapado como cuando la llamo perra, esta vez no se sentía mujer como la vez anterior

El lunes se arregló para ir a buscar trabajo, estuvo casi toda la mañana y parte de la tarde recorriendo colegios, escuelas, institutos, entregando su hoja de vida. Finalmente decidió que era hora ya de volver a casa, pero cuando ya se iba a montar en su carro vio una pequeña escuela y se quiso acercar, toco la puerta y nadie respondió, vio la puerta entre abierta y la empujo, entro y vio que era una escuela pequeña y se encontró con un señor, por la apariencia pensó que era el encargado de limpieza, era más o menos de su mismo tamaño, flaco, más bien parecía que pasaba hambre, despeinado y con un bigote largo que le tapaba parte de la boca.

Sandra se presentó y pregunto por el director, seguidamente el señor estiro la mano y le dijo, soy Ernesto Barceló directo del jardín infantil, a su orden guapa. A Sandra le pareció cómico que se llamará igual a su esposo, aunque físicamente no tenían comparación, su Ernesto era más alto que ella, media 1,75, de pelo corto pero bien peinado, moreno claro, de contextura fuerte, brazos y piernas fuertes por los años de practicar futbol en la universidad. Sin embargo estaba pensando en esto cuando la interrumpió el director, preguntándole que deseaba. Sandra se disculpó y le dijo que era un error que ella era profesora de inglés en busca de trabajo y veía que este era un jardín de infancia donde difícilmente ella podría trabajar, sin embargo el viejo Ernesto se le iluminaron los ojos, y rápidamente le dijo que justo necesitaban una profesora de inglés porque a partir de este año iban a comenzar a impartir esa materia en los niños del tercer nivel, esto no era cierto pero el viejo Ernesto no podía dejar escapar esta oportunidad de hablar con la mujer más buena que había visto. Sandra le comento que ella esperaba enseñar en un nivel más alto de la educación pero el viejo le pidió que la siguiera a la oficina solo como cortesía para explicarle como sería el trabajo, Sandra dudo pero termino dirigiéndose a una pequeña oficina al fondo del patio.

El viejo Barceló entro la oficina y le ofreció una silla frente al escritorio, al momento de pasar ella frente al viejo noto un pequeño roce en sus nalgas y enseguida una descarga que sintió en su vagina pero pensó que era algo sin intención, sin embargo esa idea la descarto cuando comenzó a hablar con el viejo, noto como la miraba con lujuria el viejo, como se quedaba mirándole las tetas sin reparo mientras le explicaba de que se trataría el trabajo, algo que iba inventando a medida que hablaba porque era algo que no estaba en los planes del curso del tercer nivel. En cierto momento ya Sandra estaba cansada e incómoda y estaba decidida a irse, se levantó de la silla y se dirigió a la puerta donde el viejo la alcanzo justo al momento en que ella pensaba abrir, se le acercó por detrás hasta que ella lo sintió bien pegado a ella, totalmente arre costándose en su trasero mientras le dije en voz bajita, aun no te he dicho como es el pago, mientras la punteaba en las nalgas con su pene, Sandra sintió nuevamente una descarga y sin quererlo soltó un muy pequeño gemido pero que el viejo Barceló reconoció al instante y no perdió tiempo para darle otro puntazo en las nalgas mientras le decía cuanto le podía pagar, Sandra trato de recobrar la cordura cuando le dijo que no era lo que buscaba pero el viejo zorro se le acercó al oído y le dijo:

– Seguro que esto no es lo que estás buscando perrita, y acto seguido paso una mano por delante de ella y le agarro una teta, a Sandra su cuerpo la traiciono y sin darse cuenta arqueo la espalda y levando más el culo, ofreciéndoselo más si se podía al viejo Barceló, Sandra sintió una lengua en su oreja y seguidamente se hizo a un lado, abrió la puerta y salió de prisa, al momento de salir Barceló le grito, el trabajo es tuyo si lo quieres, comenzamos el próximo lunes

Sandra llego corriendo a casa, aun su esposo no llegaba, corrió al baño y se comenzó a tocar, a tratar de calmar la fogata que llevaba por dentro, se tocaba las tetas, las nalgas, la vagina, comenzó a masturbarse y a repetir un solo nombre, Ernesto, Ernesto, Ernesto repetía una y otra vez, cuando finalmente pudo acabar casi se desmaya de placer, sus flujos caían por sus piernas y apretaba sus manos entre ellas. Luego finalmente se recompuso y trataba de entender lo que había pasado, se decía a si misma que era el calor del día que la había hecho acalorar pero se sentía segura porque mientras se tocaba repitió una y otra vez el nombre de su esposo o amenos eso quería creer…

Continuará

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