Este relato está basado en un hecho real que sucedió el verano pasado, a mí me lo conto la protagonista, yo lo he hecho en forma de relato, pero lo que sucedió fue así.
Mi nombre es Carmen tengo 57 años casada y con un hijo, físicamente soy bajita (tengo que reconocerlo) 155 cm rubia pelo corto, con formas, un pelín rellenita pero solo un pelín.
Tenemos un grupo de 5 matrimonios que solemos salir juntos, teatro, cine, restaurantes, excursiones. Prácticamente salimos casi todos los fines de semana. Las chicas nos conocemos desde el colegio y hemos seguido juntas, añadiéndose al grupo las parejas y maridos.
Siempre he sido más bien mandona, me gusta llevar la razón y he de reconocer que esta característica me ha hecho comportarme de forma borde en más de una ocasión, pero no soy mala persona… jajaja.
La relación entre nosotras ha sido y sigue siendo muy buena, y los maridos no han influido en ella, si exceptuamos al otro protagonista de esta historia.
Su nombre es Luis es el marido de Inés, alto, fuerte, seguro de sí mismo… pedante, muy pedante, es la típica persona que no soporta que le contradigan y ahí radica el problema.
Como he comentado yo soy contestona y con esas personalidades chocábamos en muchas ocasiones. Él se ponía a disertar sobre un tema y yo le contestaba quitándole la razón, esta situación a él le ponía frenético, no le gustaba, no soportaba mis interrupciones. Hasta ahí es una relación muy normal, pero unos meses antes del mes de julio pasado, ocurrió el primer hecho relevante para esta historia.
Estábamos tomando unas cañas en una cafetería, antes de cenar, la conversación estaba animada y como era casi costumbre él y yo polemizábamos en un tema, ese día le vi particularmente molesto por mis respuestas a sus argumentos, y sin venir a cuento y de una manera totalmente fuera de lugar, dijo
Luis: Carmen me pones de los nervios, no soporto cuando te pones en ese plan de niña repelente contestona.
Le conteste que a mí me ponía de los nervios su pedantería. María otra de mis amigas tercio, sois igual de cabezotas y queréis llevar la razón, es normal que discutáis. Pero el insistió.
Luis: Lo que dices es verdad María, pero el comportamiento de Carmen va más allá de esa discusión, siempre apostilla mis comentarios, lo que dije es como una niña sabelotodo. A ti Antonio (mi marido) no te pasa?
Antonio: Jajaja algunas veces pero ya me he acostumbrado a darle la razón.
Luis: Afortunado tú, yo no soy capaz, me pone.
Antonio: Es mejor asumir como es, que otra opción me queda.
Luis: Yo no sería capaz, cuando se comporta así… bufff la pondría bocabajo y le daría un buen par de azotes para que aprendiera a no ser contestona.
El comentario provoco una explosión de risas en el grupo, yo me puse roja como la grana y me descoloco tanto que esa vez sí que no fui capaz de contestarle.
La cosa quedo ahí, excepto por un comentario que me hizo en bajito mi amiga Susi
Susi: Carmen ten cuidado que un día te zurra… jajaja
Yo me volví a poner roja por el comentario y le dije que Luis era un imbécil, que no tenía huevos para eso y que si se atreviera solamente a volver a decirlo le cruzaría la cara. Susi se rio y me dijo que era broma, que no me enfadara.
La verdad es que esa situación me molesto bastante, me pareció totalmente fuera de lugar su comentario, además de machista, amenazarme a mi edad con un castigo infantil, me enfado bastante. Pero no se volvió a repetir y lo olvide rápidamente.
Llego el verano y como otros años fuimos al chalet que Laura y Jorge tienen en la sierra, hermoso chalet con gran jardín y piscina, domingo de barbacoa y bañitos, buen plan.
Hacía calor, yo lucia mi nuevo bikini blanco con flores, que dicho sea de paso me quedaba muy bien, bebíamos y lo pasábamos bien, en medio de la juerga a Inés se le ocurrió coger unas pistolas de agua que había tiradas en la piscina, son de esas modernas con gran chorro y mucho alcance, montamos el COMANDO ESPOSAS… jajaja.
Ningún marido se libraría de un buen remojón de nuestras armas, la verdad es que para unas señoras de nuestra edad era un poquito raro el comportamiento, pero creo que nos vinieron al unísono los recuerdos de nuestra infancia y los juegos que tanto nos divertían entonces. Nos reímos como hacía tiempo que no lo hacíamos, era muy divertido.
Aparecíamos de repente en la barbacoa y remojón para el parrillero… a los que hablaban de futbol… remojón… unos en bañador otros con ropa cómoda, todos acabaron bastante empapados.
Laura y yo nos dirigimos hacia donde estaba el pedante de Luis sentado en una silla leyendo el periódico (muy culto el…), nos acercamos con sigilo, pero el miro por encima del periódico y nos vio, sin cambiar su gesto adusto habitual dijo
Luis: No me gustan esos juegos, vais a mojar el periódico y no lo podré leer.
Laura: Que penita nos daría… jajaja reímos las dos.
Luis: Hablo en serio, no me gusta que me mojen estando vestido (el no llevaba bañador), no se os ocurra hacerlo.
Laura: Y si lo hacemos te enfadaras? preguntó con sorna.
Luis: Pues sí, así que avisadas estáis, si me mojáis cobráis.
Esto último lo dijo mirándome fijamente a mí, eso me molesto muchísimo, que se había creído el idiota para decirme eso.
Laura riendo me dijo
Laura: Dejemos al señor que se molesta y no quiero que me zurre… jajaja. Dijo empezando a retirarse.
Yo bastante mosqueada por su comentario le dije, pues si se molesta que se aguante, aquí mojamos a todos. Y le pegue tremendo remojón.
Las risas fueron muchas y más las mías, riéndome triunfante al verle hecho una sopa.
Él puso cara de mucho enfado, soltó el periódico e hizo ademan de levantarse, yo al verlo, salí corriendo riendo.
Porque corrí? Aun no lo entiendo, fue una más de las decisiones erróneas involuntarias que tome en ese momento y que lo único que sirvieron fue para hacer aún más ridícula la escena. Correr, resistirme, patalear esas son el tipo de decisiones a las que me refiero y por encima de todas la de mojarle, que error.
Como decía salí corriendo y el corrió detrás mío hasta la otra parte de la piscina, ya centrábamos toda la atención, y el resto de los amigos reían viendo la pintoresca escena, sin saber en que acabaría la disputa.
Miré hacia atrás y le vi ya encima de mí así que pare y me quede quieta riendo, según llego a mi altura me cogió de los brazos pegándomelos al cuerpo, yo me quedé sorprendida, fue todo tan rápido que no pude reaccionar. Me doblo por la cintura y rodeándola con su brazo me levanto en volandas metiéndome debajo de su brazo, culo para adelante cabeza para atrás.
Yo alucinaba y quería que me bajara de esa postura ridícula, así que me retorcía, pataleaba y golpeaba con mis puños sus piernas.
El caminaba despacio, sin importarle mi peso, sin esfuerzo y me dijo:
Luis: Te lo avise y no has hecho caso.
Yo le dije que me soltara.
Luis: Ni de coña, te dije que ibas a cobrar y vas a cobrar.
Cobrar? No podía creer lo que estaba oyendo, no pensaría en serio darme los azotes que había dicho esa vez en la cafetería, era imposible, pero adonde me llevaba?, me puse muy nerviosa…
Con mucha parsimonia, el cerdo seguro que estaba disfrutando del momento, me llevo hasta una tumbona que había al otro lado de la piscina enfrente de todos, nos separaba la piscina. Me bajo, sentándose y con celeridad tiro de mi brazo haciéndome caer bocabajo en su regazo, levanto la mano y…
Plas plas plas, fueron 6 o 7 azotes y me dejo caer en la hierba, yo me puse de pie, el ya caminaba triunfante hacia el grupo que no paraban de reír. Pensé en ir a por él y darle una bofetada, pero como para todos había sido una broma, con buen criterio, lo deje pasar para no darle aún más importancia y hacerlo más ridículo. Así que esboce una media sonrisa forzada y me fui hacia el interior de la casa.
Susi corrió detrás de mí aun riéndose y me dijo:
Susi: Joder tía al final te ha zurrado jajaja como dijo que haría. Te ha dado fuerte? A ver y me bajo la braguita del bikini… jajaja un poquito rojito si te ha puesto el culete jajaja.
La mande a la mierda y me fui al baño en donde me mire en el espejo y vi que era verdad, que tenía el culo ligeramente enrojecido. Sentía un leve picor, pero lo que más me dolía era mi orgullo, el haber sido tratada así delante de todos, que humillación.
El domingo siguió sin más incidentes, quitando algún chiste estúpido por parte de algún marido recordándome la azotaina, chistes del tipo… pórtate bien Carmen o se lo decimos a Luis, yo me ponía roja de vergüenza y le mandaba a la mierda, aparte de eso el domingo acabo con normalidad.
En el coche de vuelta, le monte un pedazo de bronca a mi marido, me parecía impensable que no hubiera hecho o dicho algo, vale que Luis le saca cabeza y media pero me pareció un cobarde con su actitud.
Él me decía que había sido una broma, pesada, pero una broma que todos lo habían visto así, que no me lo tomara de esa forma. Yo seguía sin entenderlo, otra vez que no entendía a los hombres. Ve que otro hombre le toca el culo a su mujer y se ríe, alucinante.
Afortunadamente nunca más se ha hablado en el grupo del incidente, con la única excepción de Susi (creo que ella lo vio como algo erótico) que en un par de ocasiones me lo recordó, diciéndome que ya no discutía con Luis pero que no le extrañaba después de la azotaina. La asquerosita me la recordaba con detalle y yo la mande a la mierda en ambas ocasiones.
Esto fue lo que sucedió, para ellos una broma para mí la mayor vergüenza de mi vida, jamás había sido tratada así, ni de niña, y ese desgraciado día de verano el imbécil de Luis me dio los primeros azotes de mi vida… a los 56 años!!! Como le odio!!
El epilogo de este relato es aún más extraño que el relato en sí, pasados los días me descubrí a mí misma recordando lo que paso y note como mi sexo se humedecía, me humilla reconocerlo pero me he masturbado en más de una ocasión con ese recuerdo consiguiendo unos orgasmos increíbles, que raros son los morbos.
Fin de la historia real, ahora un par de fantasías que me relato la protagonista:
Habían pasado unos días del episodio de la piscina, cada vez que veía a Luis no podía evitar ponerme nerviosa, recordaba lo que me había hecho y una mezcla de humillación y furia me recorría el cuerpo, en alguna ocasión se lo comenté a mi marido, expresándole mi intención de decirle cuatro cosas bien dichas al estúpido, pero él siempre me repetía que solo había sido una broma, que todos lo olvidarían en poco tiempo y que esas cosa eran mejor dejarlas pasar, que podían empeorar, esto último me dejo pensativa, a que se refería con empeorar?
Una tarde fui a casa de Inés, a buscarla para ir al centro a realizar unas compras, cuando llegué me abrió Luis y me dijo que Inés había tenido que salir a ver a su anciana madre, que me pedía disculpas y que la esperara ya que creía que no tardaría mucho en volver.
Luis me invito a pasar y esperarla, acepte y pase al salón, de reojo me pareció ver que Luis se fijaba en lo bien que me sentaban las mallas y la blusa de manga corta que llevaba.
Luis: te apetece un café?
Lo acepte con gusto. Trajo los cafés y se sentó enfrente de mí en un sofá de orejas. Al verle ahí delante me volvió a suceder lo del nerviosismo y decidí que era la ocasión perfecta para sacarme la rabia que tenía dentro desde el día de la piscina, así que sin más preámbulos le espeté. Sabes que eres un cobarde?
Luis: Cobarde yo? Por qué? Respondió con cara de incredulidad
Como que porque? Por lo que me hiciste en la piscina. Ahhh por eso, dijo Luis sonriendo, cobardía porque?, solo corregí a una niña contestona y desobediente. Sus palabras y esa sonrisa me acabaron de encender. Un verdadero hombre no pega a una mujer! El respondió riendo, como te acabo de decir, tú no te comportabas como una mujer sino como una niña maleducada y así te trate…
Mi rabia iba en aumento, como se atrevía a seguir tratándome como una cría. Eres un imbécil y debería haberte cruzado la cara delante de todos!… la sonrisa de Luis ya se convirtió en risa, estaba claro que la situación le divertía. Lástima que no lo hayas hecho, eso me hubiera dado motivos para darte una azotaina de verdad que es lo que necesitas, lo del otro día fueron unos cachetes sin importancia y cada vez tengo más claro que lo que tu estas pidiendo a gritos es una buena zurra bocabajo con el culo al aire…
Como un relámpago me levante y le solté un bofetón que resonó en todo el salón, me gire cogí el bolso y me dirigí a la puerta, tire del picaporte pero no se abrió, tire nuevamente y nada… volví la vista hacia donde estaba Luis y le vi, seguía sentado en su sillón jugando con las llaves de la casa en una mano, mientras con la otra se frotaba la mejilla. Ábreme la puerta, quiero irme a mi casa!
Luis: Carmencita como comprenderás no vas a irte sin castigo después del tortazo que me has dado.
Déjate de bobadas y abre la puerta! Le dije con un ligero temblor de la voz, acababa de darme cuenta de lo que mi furia me había hecho hacer y sentía algo de miedo de lo que podría suceder.
Luis: Quieres las llaves? Ven a por ellas… dijo con un tonito que a mí me sonó amenazante. Hoy te vas a ir de aquí con el culo caliente y no sé porque, me da la impresión de que lo venias buscando…
Los dos permanecimos en nuestros lugares, mirándonos, el dominaba la situación claramente, mi cara de susto y su cara de satisfacción así lo atestiguaban. Había cometido un tremendo error y no sabía cómo podía salir de él.
Luis: Acabemos con esto, tienes dos opciones, venir por las buenas a recibir tu merecido castigo o tendré que ir a por ti y traerte de una oreja, el castigo será aún mayor, decide rápido, me estoy cansando y me duele la mejilla, lo que hace que mi enfado aumente.
Ya no me quedaba ninguna duda, el ser al que más odiaba iba a darme una azotaina, como jamás me la habían dado, el huir no me era posible y ya había visto en la piscina lo poco que le costó dominarme, así que tome la decisión de aceptar el castigo, no sin notar que en contra de mi voluntad, sentía que mi sexo estaba humedeciéndose.
Me acerque al sillón con pasitos cortos, suplicándole que me perdonara, que no debía haberle abofeteado, que por favor me dejara irme, que ya no lo haría más, vamos comportándome como la cría que él decía que era.
Has tomado una buena decisión Carmencita, tu culito lo agradecerá, jajaja, vamos ocupa tu lugar! dijo palmeándose los muslos. Yo seguía rogándole que no lo hiciera, el cansado de esperar tiro de mi brazo haciéndome caer bocabajo en su regazo, me coloco de forma que mis pies no tocaban el suelo… levanto la mano y… plas, plas, plas los azotes iban cayendo lenta pero firmemente en mi pobre trasero, lo hacía con parsimonia, deteniéndose entre cada serie para acariciar y apretar mis nalgas.
Luis: La verdad es que tienes un buen culo Carmencita, firme y rotundo, no te quejes que mi mano también va a acabar dolorida jajaja.
Yo apretaba los dientes para no darle el gusto de oírme gritar, pero notaba el culo cada vez más caliente. Ponte de pie. Me baje como pude de sus rodillas, Bájate las mallas!… no por favor, ya me has azotado, por favor no quiero que me veas el culo desnudo… por favor, el me miro y sin mediar palabra tiro de las mallas con brusquedad, bajándolas hasta los tobillos dejándome solo cubierta por un tanguita negro que no tapaba nada, tiro de mi brazo y volví a su regazo. Sentí como su mano acariciaba mi culo desnudo. Si señor un pedazo de culo tienes Carmen, y siguió azotándome cada vez más fuerte, ahora sí que sentía la dureza de su mano en la fina piel de mis nalguitas, me dolía cada vez más y ya no pude aguantar, chille, patalee, lloriquee, le suplique que parara, pero su manaza seguía dándome la primera zurra de mi vida, a mis 56 años!!! Que humillación!!
Con lentitud me bajo el tanguita que fue a juntarse con mis mallas en los tobillos, siguió azotándome, cada palmada hacia que mi culito saltara, estaba rojísimo tanto como mi cara por la vergüenza y yo solo podía gemir de humillación. Has aprendido la lección Carmencita? Yo le dije que sí, que ya no volvería a desobedecerle, que sería una niña buena, esto último no sé porque lo dije, creo que finalmente me había metido en el papel que me tocaba.
Venias buscando esto verdad? me dijo. Yo le dije que no. Él me dijo, me da que sí, pero es fácil de comprobar. Comprobar? De que estaba hablando? Cómo iba a comprobarlo? Y entonces sentí como su mano me separaba los muslos, y se metía entre ellos. Dios no!!! Sentí sus dedos acariciando mi sexo y notando lo húmedo que estaba. Ves, lo sabía, te gusta y estas cachonda como una perra, pero como parte del castigo hoy te vas a ir calentorra a tu casa, otro día jugaremos a ser castigada y follada jajaja.
Me hizo levantarme y fue a la puerta abriéndola, márchate, Inés no volverá hasta la noche jajaja.
Desde hoy serás mi sumisa, cuando llegues a casa cuéntale a Antonio lo que ha pasado aquí, a ver si ese flojo aprende a darte lo que te gusta.
Yo me subí el tanga y las mallas como pude, cogí mi bolso y salí corriendo totalmente humillada.
Al cerrar la puerta de casa sentí una fuerte relajación, había hecho el camino de vuelta apresurada, con la cabeza baja, mirando de reojo a la gente sintiendo que podían imaginar lo que me había pasado, era tanta mi humillación que sentía que era visible.
Por fin pude frotarme las nalgas con ambas manos, estaban ardiendo, maldito Luis, esta noche no podría sentarme, como le odio!!
Mi marido desde el salón se extrañó de mi vuelta. No ibas de compras con Inés? Le dije que había tenido que ir a cuidar a su madre y que lo habíamos suspendido. En donde has estado entonces, para ir y volver de su casa has tardado mucho. Yo no sabía qué hacer, no era capaz de contarle mi castigo, pero al mismo tiempo sentía en mi interior que debía obedecer a mi Amo, no logro entender porque, pero así me sentía…
Fui al salón, Antonio vio mi aspecto desarreglado, impropio de mí, y se extrañó. Te ha ocurrido algo? No sé de donde saque el valor para empezar a hablar pero lo hice.
En casa de Inés estaba Luis y me invito a un café, y yo a pesar de tus avisos, no te hice caso y le recrimine lo de la piscina, Antonio puso cara de contrariado. Como se te ha ocurrido? Que ha pasado? Le di una bofetada, dije casi llorando por la humillación de saber que tendría que seguir con el relato.
Le pegaste? Antonio alucinaba, y el que hizo? Me pego a mí. Te pego? Si mira, dije bajándome las mallas y girándome, la visión de mi culo enrojecido lo dejo alucinado. Te azoto como en la piscina? Mucho peor, esta vez lo ha hecho con el culo al aire. Te puso en sus rodillas y te azoto con el culo desnudo? Siii, por favor no me hagas contar más detalles, dije sollozando.
Antonio con cara de estar muy cabreado fue al armario y cogió una camisa, yo le dije, que vas a hacer? Lo que tendría que haber hecho el otro día, no puede azotar a mi mujer y quedarse tan tranquilo. Voy a partirle la cara!! Y salió por la puerta muy cabreado. Yo me quede asustada en casa, esto se nos había ido de las manos.
Pasada una hora, Antonio volvió a casa, según entro, se fue al baño y cerró la puerta, yo nerviosísima golpee la puerta. Antonio que ha pasado? Déjame en paz! fue su respuesta, yo insistí. Por favor Antonio dime que ha ocurrido? Todo ha sido culpa tuya por no hacerme caso, déjame en paz!!! Antonio abre dime que ha pasado. Antonio abrió la puerta, pude ver que tenía los pantalones bajados. Que qué ha pasado? Esto ha pasado! Y se giró. No pude evitar dar un gritito ante lo que veía, el culo de mi marido estaba aún más rojo que el mío, no podía creerlo, Luis lo había castigado a él también. Y ahora como ya sabes el Amo me ha dicho que te cuente los detalles de mi castigo y debo cumplirlo.
Llegue a casa de Luis muy cabreado, llame a la puerta y me abrió con una sonrisa… esperaba tu visita pasa, entré, él se puso delante de mí, yo tenía que levantar la cabeza para poder mirarle a la cara, eres un cabrón de mierda. Uy empezamos mal Antoñito, no me gusta que me insulten, lo que le has hecho a mi mujer, dije con rabia, él no me dejo acabar, a tu mujercita solo le he dado lo que merecía desde hace mucho tiempo y tú eres tan poco hombre que no has sabido dárselo, ya no me pude contener, cerré el puño y lo lance a su cara, pero él con un rápido movimiento lo esquivo cogiéndome el brazo y doblándomelo a la espalda, sujetándome, haciéndome daño. Así que ahora vienes de machito ofendido jajaja, pues eso no está nada bien o a lo mejor es que te ha dado envidia y vienes a por tu castigo jajaja, lo mereces por poco hombre, solo un cobarde como tú no habría hecho nada en la piscina viendo a su mujer castigada en las rodillas de otro hombre, eres una mariconcilla y vas a recibir tu castigo.
Tu no hiciste nada Antonio? Dijo Carmen.
No podía, me tenía totalmente inmovilizado con el brazo retorcido, así que me llevo al sofá, se sentó, me hizo caer en sus rodillas y me azoto. Me dolía mucho, patalee, me retorcí, llore, si llore no pude evitarlo.
Luis: Vaya Antoñito definitivamente eres más nenaza que tu mujer, ella aguanto al principio, tu ni siquiera eso, ponte de pie y quítate la ropa.
Yo le suplique no me obligara a desnudarme, el sin mediar palabra empezó a desabrocharme el pantalón, me lo bajo, también el calzoncillo y volvió a tumbarme, esta vez los azotes fueron más fuertes, yo chillaba y pataleaba pidiéndole que parara, pero él siguió azotándome largo rato, hasta que mi culo se puso rojo casi amoratado y ardiendo. Finalmente me soltó y me dijo, ahora se obediente y desnúdate! Yo obedecí quedándome completamente desnudo, él se rio de mí, me agarro la polla y me dijo, jajaja esto es una polla? Jajaja si es una pollita enana jajaja, ponte de rodillas, lo hice, se puso delante de mí y dijo, ahora vas a ver lo que es una verdadera polla, se bajó el pantalón y saco una polla enorme, un pollón!! Tu mujer me ha dejado muy caliente, suerte que ha venido su maridito a bajarme la calentura. Yo rompí a llorar nuevamente, estaba claro lo que quería que yo hiciera, así que temblando por los nervios, acerque mi mano a su miembro y se lo cogí, luego acerque mi boca y empecé a hacerle una mamada, fue lo más humillante de mi vida, yo, un maduro hetero chupándole la polla un tío. Luis disfrutaba y reía, sigue Antoñito lo haces muy bien, a mí me costaba meterme ese pollón en la boca, dado su tamaño, pero se la chupaba y chupaba, entonces vino lo peor.
Luis: Muy bien putita, ya está bien lubricada, levántate y reclínate en el brazo del sofá.
Yo le dije que no, que por favor no me follara, él se rio, me dio la vuelta y me soltó dos azotes muy fuertes, que me hicieron saltar del dolor, obedece!! Yo lo hice, me recline en el brazo del sofá con mi culo en pompa y totalmente expuesto, sentí como se ponía detrás mío, como separaba mis nalgas, abriéndose paso con su enorme ariete, casi me desmayo del dolor, sentía como el agujero de mi culo casi se desgarraba para poder dejar entrar semejante polla. Me follo con violencia haciéndome dar grititos, hasta que se corrió dentro de mí.
Sabes lo peor Carmen? Que yo también me corrí.
Nuestro Amo quiere que vayamos mañana a un piso picadero que tiene, vamos a tener una sesión juntos, dijo Antonio besándome.
FIN