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Tras bambalinas (Capítulo 9)
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Tiempo de lectura: 17 minutos

Después de haber arribado a Ciudad Slateport para que Serena y Shauna pudieran participar en el Gran Festival, y un día antes del inicio del máximo Concurso de la región, fue cuando Anthony pudo conocer a la hermosa reportera Alexa y tras un breve combate logró ponerla bajo su control, lo cual le costó tener un pequeño altercado con el lado más sexy de la ley.

Sin embargo con un poco de esfuerzo Anthony no solo logro salir airoso de aquella inesperada y problemática situación, sino que logró convertir a esas dos preciosas mujeres en sus leales esclavas, además de obtener una valiosa mina de aterradora información, que posiblemente podría usar en contra de Palermo.

De forma que unos cuantos días después del incidente con Jenny, el Gran Festival finalmente había iniciado y tanto Serena como Shauna habían logrado pasar a través de las diferentes etapas del evento sin ninguna dificultad, por lo que en estos momentos ambas chicas se encontraban compitiendo en la ronda final para decidir quién sería la siguiente Maestra de Concursos de Hoenn.

Ambas chicas estaban demostrando todo su talento y su experiencia en sus actuaciones, lo cual sumado a que se veían aún más hermosas de lo habitual, hacía que todos los espectadores estuvieran totalmente absortos en el enfrentamiento de las féminas mientras apoyaban con intensidad a su favorita.

En resumen, aquel hermoso y emocionante despliegue de habilidad y talento era un verdadero deleite para los ojos, especialmente para el público masculino, ya que una gran mayoría de los asistentes veían con deseo a ambas participantes.

Por su parte Anthony se encontraba viendo el espectáculo atentamente, tomando nota del desempeño de sus esclavas, aunque eso no evitaba que se percatara del modo en que muchos hombres devoraban con la mirada a las hermosas coordinadoras. Sin embargo en lugar de ponerlo celoso esas reacciones lo hacían sonreír y alimentaban su ego, ya que disfrutar de los sensuales cuerpos de Serena y Shauna de la forma en que él quisiera era un privilegio que nadie más podía tener.

Una vez transcurridos los 5 minutos, y que la nube de polvo, producida por la colisión entre los ataques del Flabebé y el Ivysaur de Shauna con los de la Braixen y la Sylveon de Serena, se hubiera disipado, fue cuando se declaró a la joven de cabellera color miel como la vencedora del evento.

Así que después de una asombrosa ceremonia de premiación, en donde ambas participantes recibieron todos los aplausos y ovaciones del público, fue cuando ambas chicas volvieron al hotel en donde se hospedaban, pero aquello solo era una visita breve para recoger sus cosas y con mucho sigilo dirigirse hacia una casa en los límites de la ciudad y recibir sus verdaderos premios.

— ¡Muchas felicidades chicas! ¡Esa fue una extraordinaria batalla! Sean bienvenidas a casa, el Amo las esperaba con ansias —las saludó Alexa con alegría al abrirles la puerta e invitarlas a pasar, aunque al llegar a la sala ambas coordinadoras se sorprendieron demasiado al ver que Anthony estaba hablando con una Oficial Jenny, ellas asociaban la presencia de la oficial con algún problema para su adorado dueño hasta que…

—No hay nada de qué preocuparse, lindas. Al igual que ustedes Jenny es otra de mis fieles esclavas —aclaró el chico con una sonrisa al percatarse de la preocupación de las chicas antes de dirigirse hacia la oficial —Jenny, quiero presentarte a mi novia Serena y a su amiga Shauna —comentó Anthony con calma, y sin dudarlo la oficial de policía se acercó a ambas para darles un beso en la comisura de los labios.

—Es un placer, por fin conocerlas, chicas. El Amo me ha hablado bastante de ustedes —saludó la oficial de forma coqueta antes de darse la vuelta y volver hacia donde estaba Anthony, quien brevemente le explico a ambas chicas lo que había ocurrido en su ausencia, por lo que la desconfianza se evaporo en el aire y fue rápidamente sustituida por una agradable atmósfera de confianza y felicidad.

—Oye Serena, ¿Te parece si tú y yo salimos a pasear? —preguntó Anthony al acercarse por detrás hacia su novia.

—Por supuesto, mi amor. Eso me encantaría —contesto la chica de cabellos color miel con una linda sonrisa y poniéndose rápidamente de pie para tomar la mano de su novio.

—Excelente —mencionó Anthony, pero antes de salir decidió voltearse hacia el resto de sus esclavas con la intención de darles algunas instrucciones —Mientras que Serena y yo volvemos Alexa y Jenny estarán a cargo, así que necesito que hagas todo lo que ellas te digan ¿De acuerdo, mi linda Shauna?

—Así lo haré, Amo. Yo escucho y obedezco —replicó la morena mientras la pareja salía por la puerta, antes de darse cuenta que ambas mujeres estaban detrás de ella y le sonreían.

—Shauna, ya escuchaste al Amo. Ahora síguenos y ponte esto —le indico Alexa de manera traviesa, mientras le entregaba una caja de color blanco, a lo que la morena asintió sumisamente antes de obedecer.

Mientras tanto la pareja caminaba tranquilamente por las calles de Ciudad Slateport, siempre tomados de la mano y platicando alegremente. Al pasar por un puesto de flores él no dudo en comprarle un hermoso ramo de rosas, lo cual hizo sonrojar a la joven por aquel lindo gesto, y tras caminar un poco más la pareja finalmente llego a las puertas de un lujoso restaurante, en donde Anthony había hecho una reservación con el único fin de celebrar la victoria de su novia.

— ¡Amor, esto es asombroso, pero no debiste! ¡Todo esto debió costarte una fortuna! —comentó una sorprendida y halagada Serena al ver todos los lujos con los que contaba el lugar, junto con los elevados precios que estaban escritos en el menú que les trajeron.

—Tú no te preocupes por eso, cariño. Tú te mereces esto y más, después de todo no todos los días mi hermosa novia se convierte en la Maestra de Concursos de Hoenn, así que sólo disfrútalo —respondió Anthony con una sonrisa antes de darle un breve beso en los labios.

— ¡Muchas gracias mi amor! ¡Sin duda eres el mejor! —exclamó ella con una radiante sonrisa antes de que un espectacular sonrojo cubriera su rostro, lo cual llamo la atención del pelinegro, quien se acercó a ella.

—Pero sabes una cosa… Yo creo que hubiera sido suficiente con hacerme el amor toda la noche, amor… No tienes idea de cuánto extrañe ser tuya —le susurró Serena con pena al oído, haciendo que el sonriera con dulzura.

—Me encanta que seas tan honesta conmigo, mi amor. Yo quiero que sepas que yo también te extrañe demasiado… Y aunque tener sexo con las demás chicas es fabuloso… Con ninguna es lo mismo a hacerlo contigo —mencionó Anthony un poco avergonzado antes de recibir un apasionado beso de la chica, el cual correspondió de inmediato.

Una vez que ambos amantes se vieron obligados a separarse para recuperar el aliento fue el turno del chico de cabello negro para acercarse a ella y susurrarle al oído —Además, no recuerdo haber mencionado que la cena fuera tu único premio, mi cielo. Aunque por ahora tendrás que esperar hasta que regresemos a casa ¿Estás de acuerdo?

— ¡Por supuesto Anthony! ¡Estaré ansiosa, mi amor! Pero por el momento disfrutemos de esta linda y romántica velada que me preparaste —contestó Serena con una sonrisa radiante y guiñándole un ojo para continuar con la cena.

Después de algunas horas fue cuando ambos enamorados volvieron a casa, aunque al abrir la puerta se encontraron con que todo estaba a oscuras. Al parecer las otras chicas ya se habían ido a dormir, y eso a Serena le pareció muy extraño, ya que ella imagino que Alexa y Jenny estarían divirtiéndose con Shauna, aprovechando que Anthony las había dejado a cargo.

—Serena. Antes de continuar quiero que te pongas esto y sólo te dejes tus medias puestas —le pidió Anthony mientras le entregaba una caja de cartón de color blanco.

—Por supuesto, mi amor. Haré con gusto todo lo que me digas —contestó la chica de forma alegre y sumisa abriendo la caja para encontrar un ajustado corsé de color negro, unas orejas de conejo del mismo color, junto con unas muñequeras blancas y una especie de gargantilla también blanca.

Sin dudarlo Serena puso su nuevo atuendo en la mesa y comenzó a bailar para su novio mientras se despojaba lentamente de su ropa, moviéndose de una forma muy sensual con la intención de provocar al chico. Y una vez que estuvo totalmente desnuda se agacho, dejando su coño y su ano a la vista, para tomar de su mochila un poco del listón que Anthony le dio.

Y aunque junto a lo que buscaba encontró un pequeño rollo de listón azul, el cual observó detenidamente por un momento antes de dejarlo y elegir el listón rojo, así que cortó un poco e hizo un moño que puso en la gargantilla del sexy disfraz antes de ponérselo.

—Amo Anthony ¿Te gusta cómo me veo? —preguntó la chica ligeramente sonrojada y con una sonrisa nerviosa, que junto con la forma en que aquel llamativo conjunto se amoldaba a sus deliciosas curvas y resaltaba aún más sus suculentos pechos, la hacían ver increíblemente adorable y sexy a la vez.

—Te ves preciosa, mi amor —contestó el pelinegro tras recuperar el aliento y antes de darle un apasionado beso que ella correspondió enseguida, así que cuando se detuvieron el tomo su mano y comenzó a dirigirla hacia la habitación principal, pero al abrir la puerta se encontraron con una hermosa sorpresa: Ya que Alexa, Jenny y Shauna se encontraban de pie junto a la cama usando provocadores disfraces de conejitas, iguales al de Serena, sólo que el Alexa era de color rojo, el de Jenny era azul y el de Shauna era rosa.

—Los esperábamos ansiosas, Amo Anthony y Ama Serena —saludaron las 3 mujeres a la vez, con una voz sumamente sumisa y con una evidente nota de deseo.

— ¿Ama? ¿Pero Anthony es nuestro único Amo? ¿Por qué me llaman así? —preguntó Serena bastante confundida por ser llamada de esa manera.

—Tranquila, mi amor, y déjame explicarte lo que pasa. Cuando tu aceptaste que tuviera más esclavas te dije que tú siempre serías la más importante En aquella ocasión también te dije que tu serias la única chica a quien amaría ¿Lo recuerdas? —dijo Anthony de forma dulce mientras ella asentía.

—También recuerdo que te prometí un regalo si ganabas el Gran Festival y es por eso que decidí que ellas serían tu regalo… Ya que este es el mejor momento para demostrarte lo importante que eres para mí y dejar en claro tu status dentro de nuestra nueva familia. A partir de hoy todas mis esclavas también serán tuyas, Serena. Podrás hacer todo lo que tú quieras con ellas, siempre y cuando tus deseos no se opongan a alguna orden que yo les haya dado —explicó el chico mirando fijamente los ojos azules de la joven, quien lo veía con incredulidad.

— ¿Hablas en serio, Anthony? —preguntó ella, recibiendo un asentimiento de parte de su Amo, antes de sonreír — ¡Eres el mejor novio del mundo, amor! —contestó la chica emocionada por ser alguien tan valiosa para el pelinegro, por lo que una vez más lo beso con lujuria hasta que la falta de aire los hizo detenerse —Pero Amo, aún hay un problema… Yo… Yo no sé cómo debo tratar a una esclava.

—Pensé que dirías algo así, cariño. Es por eso que voy a enseñarte a tomar el lugar que te corresponde como la Reina de mi harem. Lo primero que tienes que hacer es mostrar seguridad y confianza en ti misma, pero al mismo tiempo tienes que ser firme en tus órdenes, tus esclavas tienen que aceptar y entender que tú eres quién está al mando y que todas tus órdenes deben de ser obedecidas al momento y sin importar cuál sea la orden —explicó el joven con calma.

—Creo que lo entiendo, amor ¿Pero que podría ordenarles? —preguntó Serena aún bastante apenada y un poco abrumada, ya que era obvio que ella no sabía qué hacer y que ni en sus más remotos sueños se imaginó estar en una situación semejante.

Y Anthony lo notó, ya que se acercó por detrás a la chica apretando su cuerpo contra el suyo, sintiendo su bien formado trasero a través de la delicada y delgada tela del atuendo que usaba y sin previo aviso comenzó a besar su cuello, mientras que una de sus manos manoseaba sus pechos con descaro y con la otra se encargaba de masturbarla por encima de su disfraz, lo cual hacia a la chica temblar y soltar eróticos gemidos de placer que demostraban lo excitada y deseosa que estaba.

Y no era para menos, ya que verse obligada a estar lejos del chico durante el Gran Festival fue una autentica tortura para ella, debido a que desde que acepto ser la novia y la esclava de Anthony la compañía del chico y el tener sexo con él se habían vuelto indispensables en su vida, al punto de que ella ya no podía concebir la idea de vivir sin ellos.

Cada noche desde el inicio del Gran Festival, al entrar a su habitación, Serena no hacia otra cosa más que desnudarse y comenzar a masturbarse al recordar con alegría cada una de sus experiencias sexuales con el chico que tanto amaba. Y todos sus sueños estaban relacionados con la incesante idea de ser tocada y follada por Anthony, de demostrarle todo el amor que sentía por el y complacerlo de cualquier forma posible, como la buena y enamorada esclava que era.

En otras palabras, la hermosa joven de cabellos miel estaba tan necesitada de tener sexo con su dueño, que las caricias de su amado Anthony en ese momento eran el mejor afrodisiaco que ella podía tener. Por lo que Serena no puso ninguna resistencia cuando este comenzó a dirigirla hacia la cama y una vez ahí él se colocó sobre ella, sin embargo para desgracia de Serena las lascivas caricias del chico se detuvieron tan repentinamente como comenzaron.

— ¿Que… sucede, Amo? Continué, por… favor ¡Mi cuerpo lo necesita! —imploró la chica de la cabellera color miel de forma increíblemente erótica, sin embargo el chico lentamente aparto sus manos de sus respectivas posiciones para tomar suavemente los brazos de la chica y comenzar a abrirlos mientras que su lengua recorría el fino cuello de la joven hasta llegar a su oído.

— ¿Quieres placer, verdad mi hermosa Serena? —le susurro Anthony al oído de forma lenta y seductora, lo cual hizo a la chica estremecer y asentir frenéticamente

—Sí, Amo Anthony… quiero placer… mucho placer… Haré lo… que sea… pero deme… placer… por favor… ¡Tócame! ¡Bésame! ¡Fóllame! —suplicó la excitada chica con auténtica desesperación, como si su vida dependiera de ello, sin embargo el chico continuaba manteniendo una actitud impasible.

—Y lo tendrás, mi amada Serena —dijo el antes de darle un corto beso en los labios y levantarse de la cama —Escucharon la orden de su Ama ¿Verdad, esclavas? —ahora el chico se dirigía hacia las demás chicas, quiénes se habían quedado inmóviles a la espera de las ordenes de cualquiera de sus Amos.

—A la perfección Amo Anthony. Nuestro deber es el de darle mucho placer a nuestra Ama Serena —contestaron las 3 mujeres a la vez, antes de abandonar sus posiciones firmes, y dirigirse hacia la performer de cabellos color miel. Jenny y Alexa se situaron a los lados de la cama y aprovechando que la chica de Pueblo Boceto se había quedado con los brazos levantados empezaron a bajar la parte superior de su disfraz para dejar libres sus magníficas tetas.

Y sin perder tiempo, la oficial empezó a lamer uno de esos hermosos pechos, como si de una bebé se tratara. Mientras que una de sus manos impedía que Serena moviera sus brazos y con la otra recorría el abdomen de la chica aun cubierto por la prenda; Alexa por su parte se encontraba del lado opuesto de la cama y al igual que Jenny usaba una de sus manos para impedir que la joven cambiará de posición y con la otra recorría muy suavemente el otro pecho de la joven, pero la cabeza de reportera se encontraba en la axila de la chica oliendo con devoción el excitante aroma de su sudor y pasando de manera muy dulce su lengua para saborearlo bien.

Mientras que Shauna estaba sentada en la base de la cama, la morena había conseguido desabrochar la parte interior del disfraz dejando ver la concha de su amiga, y sin perder tiempo comenzó a masturbarla con delicadeza usando los dedos de su mano derecha, y con su otra mano levantó su pierna para besar y lamer los pies de la joven. De forma que la combinación de esos tratamientos de ensueño por parte de las chicas hicieron que Serena rápidamente soltara eróticos gemidos de placer, mientras que Anthony observaba la sensual escena que protagonizaban sus esclavas sin perderse del mas mínimo detalle.

—Ahhh… que rico… Ahhh… no… se… Ahhh… de-detengan… sigan… Ahhh… mis es-esclavas… Ahhh —exclamó la excitada chica causando una gran sonrisa en las mujeres que la atendían, haciendo que continuarán su tarea, ahora con más confianza y velocidad. Al notar que su novia estaba muy cerca del orgasmo el pelinegro comenzó a desabrocharse sus pantalones para darle el premio final a su amada. Ya que después de tanta espera el estrecho ano de Serena por fin sería suyo, cuando…

Un inesperado y molesto sonido devolvió al quinteto a la realidad: Alguien estaba tocando la puerta.

Por lo que de mala gana Anthony volvió a vestirse y se dirigió a abrir, causando que las chicas de inmediato detuvieron su hermoso espectáculo a pesar de que él no se los ordenó. No cabía duda de que el chico estaba bastante molesto por ser interrumpido en el momento más inoportuno posible, pero al abrir la puerta su molestia fue sustituida de inmediato por sorpresa.

Ya que frente a Anthony se encontraba una alta y hermosa mujer de larga cabellera rosa que vestía una llamativa vestimenta de color rojo con negro y cuyos ojos estaban cubiertos por unas gafas de cristal rojizo. Al verla en persona por primera vez el chico confirmó los rumores de que la belleza de aquella mujer sólo era comparable con la enorme autoconfianza que ella desbordaba y al miedo que inspiraba, ya que para cualquiera que hubiera vivido en Kalos era imposible no reconocer a la presentadora más famosa de la Liga Pokémon y una miembro del Alto Mando: Malva.

—Señorita Malva ¿A que le debo el placer de que una miembro del Alto Mando de Kalos me realicé esta tardía visita? —contestó el chico, un poco receloso, tras recuperarse de la impresión, y nadie podía culparlo, ya que la última vez que llamaron a su puerta de esa manera fue Jenny y en aquella ocasión tuvo un serio problema que resolver.

—Veo que me reconociste de inmediato. Entonces no hay duda de que eres a quien he estado buscando, joven Anthony —respondió ella mientras que su enigmática y hermosa mirada traspasaba al muchacho, como si fuera una depredadora avistando a su presa, y sin pensarlo 2 veces el la invitó a pasar a la sala, aunque no reparo en el hecho de que la ropa de Serena estaba tirada en el suelo, cosa de la que Malva se dio cuenta de inmediato.

—Vaya al parecer tenemos compañía. Bueno no me sorprende que un joven tan apuesto como tú tenga a alguien con quién pasar la noche. Y de antemano discúlpeme si mi visita interrumpió algo —mencionó la mujer con una abrumadora calma, como si ella supiera a la perfección que era lo que Anthony estaba haciendo y con quién.

—Es todo un honor recibir ese halago de parte de usted, señorita Malva —respondió el chico con calma mientras besaba su mano —Pero admito que me interesa bastante saber cuál es el motivo por el cuál una integrante del Alto Mando en persona venga a verme a esta hora en una región ajena.

—Veo que le gusta ir directamente al punto, eso nos evitará tanta formalidad. La razón por la que vine aquí es porque me parece que los dos tenemos a un conocido en común —escuchar esas palabras saco de balance a Anthony y al parecer era la reacción que Malva esperaba ya que sonrió complacida.

— ¿A qué se refiere, señorita Malva? —preguntó Anthony cada vez más receloso de las intenciones de la integrante del Alto Mando.

—En Kalos existe una organización muy exclusiva y secreta conocida como las “Siervas de Xerneas”, la cual se dedica a la captura de chicas a las que luego vende como sumisas y obedientes esclavas sexuales a precios muy elevados. Pero curiosamente todas las víctimas tienen en común el hecho de que querían pertenecer al mundo del Performance —comentó la mujer con una calma aterradora, como si estuviera hablando del clima que habría por la mañana.

— ¿Cómo es que sabes eso? —inquirió Anthony con curiosidad, pero aun manteniendo una actitud de alarma y cautela.

—Un poderoso amigo, que falleció hace poco, conocía bastante sobre aquella organización. Solo te aclaro que él no era parte de ella, sino todo lo contrario, ya que él deseaba destruirla y conocía a la perfección que la verdadera identidad de su líder, la misteriosa Condesa de Xerneas, era nada más y nada menos que la principal y más famosa productora del Performance: tu tía Palermo —al decir eso la Alto Mando lo miro cuidadosamente, en la espera de su reacción, obteniendo una cara pensativa de parte del chico.

—Tu falta de reacción me indica que ya sabias esta información o que al menos lo sospechabas ¿No es así, Anthony? —dijo ella con la misma calma de antes, aunque sin apartar su mirada de él.

—Sí, ya lo suponía. Pero si tú ya tienes esa información ¿No entiendo que es lo que necesitas de mí? —preguntó el chico con seriedad, aunque no podía evitar que en su mirada se mostrara una furia contenida, ya que finalmente conocía cual era la magnitud de los crímenes y la ambición de su tia.

—Primero quería ver cuál sería tu reacción. Los pocos cazadores a los que he buscado han intentado eliminarme de inmediato en cuanto menciono a Palermo, olvidando por completo que soy una miembro del Alto Mando y que un entrenador promedio no es rival para mi —respondió la mujer de forma segura aunque un poco altiva, señal de que estaba bastante consiente de su poder —En otras palabras, ellos son totalmente leales a Palermo, pero tú eres diferente, ya que no estas tratando de defender a tu señora ¿Y me pregunto porqué?

—En primer lugar Palermo no es mi señora. Podré trabajar para ella, pero yo no soy de su propiedad… La única razón por la que ella me contrató es porque en su lecho de muerte mi madre le hizo prometer que no me dejaría a mi suerte; En segundo lugar, ella no necesita que la protejan, sino que la detengan —exclamó el chico seriamente mientras que Malva lo miraba con aún más atención que antes.

—Veo que compartes mi opinión respecto a ese tema, y al parecer eres justo lo que necesito: Alguien dentro de la empresa de Palermo que no sea un perrito faldero a sus órdenes. Alguien que esté dispuesto a traicionarla —comentó la hermosa miembro del Alto Mando de Kalos sonriéndole por primera vez en toda la velada.

—Entonces… ¿Lo que tú quieres es destruir a Palermo y que yo te ayude a hacerlo? ¿No es así, Malva? —inquirió el chico, ya que deseaba dejar claras las intenciones de Malva.

—Eso es exactamente lo que quiero, Anthony. Gracias a una fuente bastante confiable me enteré de cuál es el siguiente gran objetivo de Palermo. Y con toda certeza puedo decirte que si dejamos que esa persona caiga en sus manos, entonces será imposible detenerla; El problema radica en que yo no puedo hacerlo sola —admitió la mujer.

“¿Acaso se referirá a Serena?” pensó Anthony con intriga, antes de preguntar — ¿De quién estás hablando, Malva?

—De una persona tras la cual Palermo ha ido desde hace años, la mismísima Campeona de Kalos, Diantha —contestó la mujer con calma.

— ¡¿Diantha?! ¿Pero cómo es posible que Palermo intente atrapar a la Campeona? —preguntó Anthony con sorpresa, ya que no era un secreto para nadie que Diantha era una de las únicas personas en Kalos que tenían una influencia igual e incluso mayor a la de su tía.

—Me alegra saber que comprendes la magnitud de la situación, Anthony. Así que te explicaré mejor lo que sucede. Al parecer la prestigiosa marca de ropa interior “Angel Secrets” quiere que Diantha sea su nueva modelo, sin embargo ella se negó de inmediato. Pero como los directivos de esa marca no están dispuestos a aceptar un no por respuesta, decidieron que la única forma de persuadirla es usando métodos menos ortodoxos y es justo ahí en donde la “Condesa de Xerneas” entra escena.

—Hasta donde yo estoy enterada esa arpía tiene a la actual Reina de Kalos totalmente bajo su control, y se rumora que en su tiempo hizo lo mismo con la antecesora de Aria, por lo que no es exagerado afirmar que tu tía tiene el mundo del Performance totalmente en sus manos —dijo Malva mientras Anthony asentía.

—Y tampoco es un secreto para nadie que Palermo siempre ha buscado la manera de extender su influencia hacia la Liga Pokémon, por lo que si ella logra atrapar a Diantha no solo la usará para modelar lencería, sino que se aprovechara de su influencia en la Liga y ante las autoridades de Kalos. Y si Palermo tiene éxito en su plan, entonces tendrá a la Reina de Kalos en una mano y a la Campeona en la otra, en otras palabras, prácticamente tendrá el control total de Kalos —terminó Malva con seriedad.

—Conozco a mi tía y se perfectamente que es capaz de llegar a ese punto, ¿Pero porque va precisamente por Diantha? Si lo que quiere es tener influencia en la Liga creo que sería mucho más sencillo ir detrás de los líderes de gimnasio y luego tratar de dominar a los integrantes del Alto Mando —comentó el chico tras pensarlo con cuidado un momento.

—Eso es justo lo que cualquiera haría, en su lugar —comentó la mujer complacida por la respuesta del chico antes de añadir —Sin embargo lo que no muchos saben es que los miembros restantes del Alto Mando, al igual que los líderes de gimnasio Ramos, Olympia y Wulp, nunca han confiado mucho en Palermo —comentó Malva ante la incredulidad del chico.

—Al parecer todos ellos conocieron a Palermo cuando era más joven, y había algo en ella que siempre les generó desconfianza, por lo que nunca interactuaron demasiado con ella; Y en lo que respecta a mí, al parecer lo intento en cuanto llegue a mi puesto, pero fue Lysson quien se lo impidió —explicó distraídamente la Alto Mando y volteo a ver al chico al darse cuenta de lo que dijo.

—Vaya, eso es interesante ¿Así que tu poderoso amigo era el líder del difunto Team Flare, no? ¿El hombre que intentó matarnos a todos? Imagino entonces que los rumores que circulan sobre que en algún momento perteneciste al Team Flare son ciertos —mencionó Anthony con severidad, ya que gracias a Serena y a Shauna, conocía muchos detalles de la catástrofe que casi destruye su región natal y al mundo entero.

—Veo que me atrapaste muchacho —comentó ella con un tono derrotado —Pero también estaba convencida de que no lo entenderías. Lysson tuvo muchos defectos y por ello optó por un método demasiado drástico, pero su sueño de crear un mundo más hermoso era puro y honesto, y yo continuare ese sueño. Creare un mundo mejor y es por eso que destruiré a una organización tan repugnante como las “Siervas de Xerneas” para siempre.

—Tranquilízate Malva. Yo no estoy juzgándote y sé que no soy nadie para hacerlo —comentó el chico para calmar a la mujer —Después de todo yo termine ayudando a Palermo, y por lo tanto soy uno de los causantes de esta situación, además de que yo no soy ningún santo.

—Yo soy del tipo de personas que hacen las cosas de acuerdo a su propio interés y su propia justicia, y por lo que puedo ver tú y yo somos bastante parecidos en eso. Pero al menos tú y Lysson tienen un bonito objetivo que los impulsa —comentó Anthony haciendo sonreír a la mujer.

—Vaya, no creí que un niño lo entendería, pero hay algo que aun no entiendo y hasta que no lo averigüe no podré confiar en ti —mencionó la mujer con calma, pero al mismo tiempo saco una pokébola de su cinturón.

—Como tú lo has dicho eres el único familiar de Palermo y es muy lógico pensar que a pesar de sus diferencias, en cuanto ella muera tú serás quién se convierta en su heredero ¿Entonces dime que es lo que te motiva para vencer a Palermo? ¿Qué es lo que te hace renunciar a ese patrimonio, Anthony? ¿A una vida rodeada de todas las mujeres y los lujos que tu desees? — le cuestionó la presentadora con seriedad viéndolo a los ojos, cuando…

—Amor ¿Todo está bien? —preguntó Serena, quien tímidamente salió de la habitación para ver lo que sucedía, la chica se había puesto nuevamente el disfraz de conejita ya que toda su ropa estaba tirada alrededor de la sala.

—Claro que sí, mi amor. Ella solo es una amiga que vino a contarme algo, pero en cuanto se vaya volveré a la habitación —contestó el chico dándole una sonrisa con la intención de tranquilizarla.

—Claro, cielo. Te estaremos esperando —respondió la chica un poco más segura y entro de nuevo a la habitación.

—Vaya, vaya. De todas las razones que se me ocurrieron para decidieras ir en contra de tu tía, debo admitir que esta fue la última que consideré. ¿Quién iba a pensar que el chico sin moral que es capaz de cazar chicas para convertirlas en esclavas, sería capaz de sucumbir ante el pinchazo del amor? —preguntó la miembro del Alto Mando de forma burlona, recibiendo un sonrojo de Anthony como respuesta y de inmediato guardo su pokébola, como si ya no considerará al chico como alguien peligroso.

—Así que detrás de toda tu fachada de frialdad y misterio en realidad resultaste ser solo un chico enamorado. Entonces lo que te impulsa para detener a tu tía es tu linda novia ¿Verdad? Porque corrígeme si me equivoco ¿Pero que no ella es la chica que perdió contra Aria en la final de la Clase Maestra y que acompaño al subcampeón de Kalos en su viaje? Serena creo que se llama —preguntó Malva con genuina curiosidad.

—Sí, Palermo quiere convertirla en la sucesora de Aria —contestó un resignado Anthony, al verse descubierto.

—Muy bien, entonces te diré lo que haremos, chico enamorado. Necesito que te asegures de ser tú el enviado para capturar a Diantha y una vez que la hayas hipnotizado le haremos creer a esa bruja que ha ganado, será ese momento donde sin duda ella bajara la guardia y podremos atacarla.

—Sin embargo la Campeona siempre estará bajo nuestra influencia y en ese momento acabaremos con Palermo de una vez con todas. De esa forma yo salvare a Kalos de esa mujer y de su denigrante organización mientras que tú mantienes a salvo a tu linda novia ¿Así que tenemos un acuerdo?

—Aceptó —contestó el chico con decisión, tras pensarlo algunos momentos, y le tendió la mano —Pero debes de saber que es muy complicado que eso ocurra. La captura de Diantha debe ser una misión del más alto nivel y para ese tipo de trabajos es que ella dispone de un grupo especial que está directamente a sus órdenes y a los que nosotros conocemos con el nombre de los “Royal Knights”.

— ¿Entonces lo primero que debemos hacer es eliminar a los Royal Knights? —preguntó la mujer recibiendo una cabezada de asentimiento del muchacho

—Bueno esa es una información bastante interesante, de la que yo no tenía conocimiento. Y aunque me gustaría oír mucho más acerca de ese escuadrón de élite, creo que ya es suficiente información por una noche. Además aún tengo varias cosas que hacer y por la vestimenta de tu chica parece que tú también —respondió Malva mientras estrechaba su mano y con la otra buscaba algo dentro de su bolsa.

—Nos mantendremos en contacto con esto —dijo ella mientras le entregaba un Holomisor de color negro y levantándose del sillón, sin embargo también hizo algo que el chico jamás espero: Ya que Malva lo beso en los labios, fue un beso bastante corto pero no fue frío.

— ¿Eso porque fue? —preguntó el chico muy sorprendido, pero sin duda satisfecho.

—Porque de esa manera cerramos nuestro acuerdo, y también por qué sé que lo deseabas —contestó la mujer tranquilamente guiñándole uno de sus hermosos y enigmáticos ojos café rojizo.

—Ahora te diré las condiciones de nuestro acuerdo. A cambio de destruir a tu tía y a su red de tráfico de esclavas, te dejaré en paz a ti y a tu pequeño harem, si lo deseas incluso te dejaré disponer de Diantha como tu juguete sexual en cuando lo desees. Pero la que controlara sus decisiones en el Alto Mando y frente a las autoridades seré únicamente yo ¿Te quedo claro?

—Por supuesto. Veo que a pesar de todo somos mucho más parecidos de lo que creí —comentó el pelinegro sonriendo al comprender lo que Malva pretendía en realidad. Cuál era el motivo de no avisarle a Diantha y que ella tomara las medidas que considerará sensatas.

—Tal vez sí, guapo. De hecho si no fueras tan joven y yo no estuviera tan ocupada no dudaría mucho en entrar a ese cuarto contigo y tu preciosa novia. Lo cual me lleva a darte una advertencia y que por tu bien y el de ella espero tomes en serio, porque en verdad me agradas.

— ¿Y cuál es esa advertencia, Malva? —preguntó Anthony bastante curioso al notar el ligero tono de amenaza que empleo su nueva socia.

—Si intentas pasarte de listo conmigo de cualquier modo, no sólo se anula nuestro acuerdo, sino que tampoco te alcanzará la vida para lamentarlo ¿Entendiste?

—Por supuesto —contestó Anthony lacónicamente, aunque eso no evito que se imaginará por un momento a la bella integrante del Alto Mando como una miembro más de su harem.

—Sabía que eras un chico listo. Espero recibir noticias de ti pronto —se despidió la mujer para salir de la casa, dejando al chico observando la puerta mientras pensaba en el interesante giro que los acontecimientos habían dado en tan solo unos días. Sin duda el que haya creado el proverbio de “El enemigo de mi enemigo es mi amigo” nunca tuvo tanta razón.

Continuará…

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