Esto que les voy a contar sucedió ya hace algunos años, es una relato largo, pero trate de poner énfasis en cómo sucedieron las cosas fielmente, pues bien mi nombre es Alfredo, soy un hombre sencillo y normal como cualquier mexicano, moreno, chaparrito, cabello negro, 39 años, siempre me han gustado muchas las mujeres sobre todo sus culos, desde chico veía las novelas pornográficas de mi papa, ahí fue donde nació el amor por el culo de las mujeres, las leía una y otra vez, las escondía dentro de un libro grande y hacia como que leía el libro, yo en ese entonces soñaba con cogerme un culo, como lo hacían en esas fotonovelas, hasta ahora me gustan esas revistas más, incluso que la pornografía del internet, donde se coge por coger, en cambio en esas fotonovelas tienen historia, hablan obsceno y vulgar como cualquier mexicano cuando anda cogiendo.
En el 2016 me despidieron de la empresa donde trabajaba como soldador, era todavía soltero, así que busque un local donde rentar, para trabajar por mi cuenta, Encontré uno barato como a 15 minutos de donde vivía, esto en Neza al oriente de la CDMX, trabajaba de lunes a sábado, así empecé a hacerme de clientes, después de trabajar 2 años ya me conocían en la colonia, a veces iba a la casa de los clientes a hacer trabajos de herrería, una señora que se llama Karina me pidió que le pusiera una puerta en su casa, así que fui y ahí conocí a la protagonista de esta historia, su hija, Cinthya, una mujercita de 21 años en ese entonces, bonita la chamaca, blanca, una cabellera larga hasta la cintura, se peinaba de muchas formas, ese día se peinó de fleco lo recuerdo bien, media como 1.65 m, la canija tenía unas tetas de buen tamaño, tenía bonita cintura, su cola era generosa, nalga grande y paradita, esa clase de culo rico que se le antoja a cualquier hombre, esa vez ella vestía un pantalón de mezclilla azul y una blusa del mismo color, que dejaban ver el buen tamaño de sus tetas, me encanto la chamaca desde que la vi, ella en sí, era una niña sencilla, algo seria, pero linda y amistosa cuando hablabas con ella, como toda mujer cuando la tratas bien y eres atento con ella, cuando la vi por primera vez, ella me saludo cortésmente al igual que yo, como ya lo dije siempre he sentido pasión por las colas de las mujeres y pues en este caso la cola de ella era perfecta para mí, aparte de que ella era bonita, ese día mientras soldaba la puerta, ella estaba barriendo el patio, yo me daba mis tiempos para observar su cola, cada vez que se agachaba a recoger la basura la veía ese hermoso trasero, así estuve observando su belleza mientras hacia el trabajo.
En una de esas nuestras miradas se cruzaron, la verdad es que no soy para nada un galán, pero en su mirada sentí algo, no sé si curiosidad, pero supe que no le fui indiferente, termine el trabajo, su mama me pago y me despedí.
Paso como un mes, me encontré a su mama en el mercado, ella era una mujer muy sociable, me conto que su marido se había ido con otra, que ahora tendría que trabajar y que se le dificultaba con sus 3 hijos, Cinthya era la mayor de sus hijos, la señora Karina a sus 45 años todavía tenía lo suyo, pero desafortunadamente para ella, lo mío eran los culos de chavas y la cola de su hija cumplía con el requisito, poco después de esto, Cinthya empezó a vender gelatinas en la colonia para ayudar a su mama, empezaba temprano desde las 8 de la mañana, porque tenía que atender a sus hermanos por la tarde, la primera vez que fue al local a ofrecerme gelatinas lo recuerdo muy bien, llego linda con una diadema para su pelo largo, suéter blanco y unos jeans azul claro que dejaban ver lo deliciosas que eran sus nalgas, llego y me ofreció una gelatina, acepte y cuando ya se iba, la vi por atrás y me gusto como se movían sus nalgas, se veían paraditas y ricas, le dije oye Cinthya que bonitas las tienes, ella se volteo y me dijo “Ay Alfredo” y siguió su camino, yo solo veía como se iba caminando, imaginando como se vería ese culo desnudo, con el paso del tiempo las personas de la colonia, le pusieron de apodo a ella "la gelatinas”. Algunas veces oí hablar de ellas a varios hombres de la colonia, entre ellos a los que recolectaban basura, decían entre ellos “Esa vieja de las gelatinas tiene unas nalgas bien ricas, con ganas de encuerarla y cogerla”. Nunca le comente nada de esto a ella.
Siempre que Cynthia pasaba a mi local, le compraba y me ponía a platicar con ella. En una de esas me comento que se salió de la escuela por lo de su papa y que a pesar de qué tenía en pausa la relación con su novio, todavía lo quería, así pasaron varias semanas y nos hicimos buenos amigos, siempre la andaba chuleando y a veces le hablaba en doble sentido sobre su culo, siempre no cayendo en lo vulgar, pero diciéndole de alguna manera que me encantaba su trasero, a pesar de eso. Algo que no había hecho era insinuarle directamente el tener sexo, como me había dicho lo de su novio y pues yo pensaba que ella tal vez no quería algo con un hombre mayor, además me agradaba su amistad y no quería perderla, todo eso me llevo a esperar para ver qué pasaba.
Un día viernes, abrí temprano, porque tenía que entregar una chamba. Ese día ella llego como a las nueve y media, se pasó al local. Nos saludamos y le compre una gelatina, yo no pensaba en algo más, solo en apurarme, ese día ella vestía una blusa larga café y un mallon negro que dejaba ver lo sabroso de su trasero, con su peinado de cola de caballo que la hacía verse muy guapa, me empezó a contar sobre cómo era la gente de la colonia y sobre los hombres que le decían cosas, le dije a ella “que cosas te dicen Cinthya”, ella me contesto que había veces que pasaba por un taller mecánico y le gritaban “quiero checarte el aceite” y otros el clásico de “que rico culo”, pensé dentro de mi “es lo más normal que te digan eso, con el culo que tienes” pero le conteste “No hagas caso a eso, los hombres solo quieren molestarte”, en eso estábamos cuando entro una señora para pedirme que si podía ir a ver un detalle de soldadura, le iba a decir que no podía, pero ella insistió, entonces le dije a Cinthya, que si me cuidaba el local un ratito, ella me dijo que si, realmente no quería ir a ver, pero pues fui, vi rápido lo que era y le dije a la señora que lo podía hacer el próximo lunes, aun así perdí 30 minutos, llegue a mi local y Cynthia estaba con su cara colorada, me dejo un poco intrigado del porqué, le pregunte que le pasaba, me dijo “nada”, así que iba a continuar con el trabajo, entonces vi de reojo la revista pornográfica que compraba cada semana en el puesto de periódico, se me había olvidado entre las cotizaciones que hacía a mis clientes, seguramente estaba ella de curiosa revisando entre esos papeles, así que entendí por qué Cinthya estaba así, ella agarro su vitrina y me dijo “ya me voy Sr. Alfredo”, nos despedimos, sin hacer más comentarios, ese día me quede tarde para acabar mi chamba.
Al siguiente día era sábado, solo abrí para entregar el trabajo al cliente, que paso por el temprano, ya como las 10 de la mañana. Salí a buscar una torta a un puesto cercano, mientras estaba ahí, paso Cinthya y empezamos a platicar, Ese día recuerdo muy bien lo que ella vestía, una falda blanca larga de esas que son delgadas algo transparentes, con un chalequito de mezclilla azul, blusa de botones blanca, zapatos de tacón bajo, entonces compre 2 tortas y la invite a comer una a mi local, se hizo un poco del rogar pero acepto.
En ese entonces ya nos teníamos confianza y mientras comíamos, ella me volvió a comentar “usted cree que hoy un señor de una combi me volvió a gritar que rica cola tienes nena“ y continuo “No entiendo porque los hombres les gusta gritar cosas a las mujeres”, me quede callado y le dije “si caray” pues ella sabía que yo le decía los mismos piropos a su cola aunque un poco más ligero, no sé si porque nos conocíamos hacia la diferencia, además de que se los decía solo a ella, entonces ella me pregunto “Alfredo usted es casado”, le conteste que no, sin extenderme mucho del porqué, entonces con la confianza que había le pregunte “ y tú no extrañas a tu novio” me respondió “algo, a veces se necesita a alguien” y me pregunto “¿A poco no?
Y dirigió su mirada al escritorio, supe de inmediato que me lo estaba diciendo por la revista porno, le dije “si así es”, cambiamos la conversación a cosas sin importancia, terminamos de comer y me dijo “Gracias Sr. Alfredo” y me pregunto “ya va a cerrar”, le dije “pues sí, ayer me quede tarde, ando algo cansado”, entonces ella me dijo “Pues bueno, ya me voy” en un tono como de no tener muchas ganas de querer irse, se enfilaba a la calle, cuando la vi por atrás sus nalgas moviéndose de un lado para otro, tuve un gran deseo de coger, llevaba como 2 semanas sin liberar mi esperma, así que le dije “ya te vas nena”, me dijo “sí” y prosiguió “pero quiere que le ayude en algo”, en ese instante, mi mente se nublo por el deseo de coger, ya me había lanzado sin importar que pasara, con voz entrecortada, le dije “si me puedes ayudar en algo más”, ella dejo su vitrina en el suelo y me dijo “en que le ayudo, Alfredo”, la vi a su rostro y le dije directamente “oye te gusto la revista”, ella se volvió a poner bien roja y no supo que decir, luego me dijo “solo vi la portada” (mintió en una plática posterior me dijo que si la había hojeado), así que le dije “espérame tantito”, vi quien venía en la calle y baje la cortina rápido, ella se me quedo viendo algo sorprendida y creo que sospecho que iba a pasar, le dije ven te voy a explicar algo, la dirigí hacia el escritorio como si le fuera a indicar hacer algo, le dije “pon tus manos sobre el escritorio”, ella lo hizo, me puse atrás de ella y le empecé a decir “eres muy hermosa, me gustas mucho” y empecé a agarrarla de las caderas, ella se sobresaltó un poco y luego volteo tímidamente a verme con sus mejillas rojas, sentir esa cintura con mis manos fue excitante y le dije “te voy a confesar algo, esa revista la compro porque me gustan mucho las colas y tu cola es la más hermosa que he visto”, ella solo escuchaba pero estuvo receptiva y calmada, agarre uno de sus brazos y le dije “nena pon tus brazos recargados en el escritorio”, así quedo empinadita con su culo paradito, le dije “Que hermoso trasero tienes Cinthya”.
Ella no me respondió nada, le empecé a sobar sus nalgas sobre su falda suavemente y despacio, a estas alturas creo que ella ya sabía que le había llegado el tiempo a su culo, Mientras le agasajaba las nalgas, le pregunte que si era virgen y me dijo que no, que con su único novio ya lo había hecho, entonces le dije que si ya le habían bautizado el chiquito, ella inocentemente me pregunto “¿qué es eso?”, le dije “lo mismo que le hicieron a la chica de la revista”, guardo un silencio y luego me dijo “no, pero, me han dicho que duele un buen”, le conteste “no si se hace con cuidado y cariño”, ella se quedó pensando y por fin dijo, “Bueno, pero despacito”.
Al sentir la seguridad que iba a pasar, subí el tono de mi lenguaje con el que me dirigía a ella usualmente y le dije “hoy te voy a dejar bien lleno de leche tu culito, así que prepárate”, agarre el vuelo de su falda y la empecé a levantar, descubriendo sus piernas blancas, sus muslos gorditos, hasta que vi sus nalgas cubiertas aun con un calzón de cintura alta, esos que cubren casi las nalgas, enrolle su falda en la cintura y agarre el resorte de su calzón, ella como niña curiosa, solo volteaba a ver que le estaba haciendo, entonces me dijo “ay Alfredo, no sé si sea bueno hacerlo”, a estas alturas ya no iba a parar, estaba muy caliente, le dije “tranquila nena, ahora voy a conocer tu culo, que tanto te chulean en la calle”, ya no dijo más, sabía que ya no había retorno, así que empecé a bajarle sus calzones poco a poco hasta dejar descubierto ese par de nalgas redondas y paraditas, le baje sus calzones hasta los tobillos y empecé a masajear esas nalgas desnudas, gordas y paraditas, eran suaves y firmes.
Entonces le abrí sus cachetes y pude ver su ano arrugado y le dije, “Cinthya este es el chimuelo, chicloso y mejor conocido como chiquito, el que todos los hombres quieren, ahora te lo voy a rellenar con mi verga”, desabroche mis pantalones, me baje los calzones y mi verga salió erguida, queriendo ser engullida por el culo de Cinthya, como ella era quinto del chiquito, para que resbalara, saque una crema de cara que yo utilizaba y se la unte con paciencia, en cada pliegue de su ano y hasta donde me alcanzo el dedo, Cynthia mantenía su posición, tenía apoyado los 2 codos en la mesa y su culo bien paradito para comerse mi verga, para mayor comodidad, le quite sus calzones y su falda.
Le abrí su chaleco y desabotone su blusa, le hice hacia arriba su brasier para dejar libres sus tetas, tenía bien paraditos sus pezones, pero me concentre en su culo, le acaricie la espalda unos minutos y le puse mi cabeza de la verga en la entrada de su ano, la agarre bien de la cintura para que no se fuera a mover y empecé a metérsela, mi cabeza se hacía hacia arriba cuando trataba de meterla, así que me agarre la verga y la dirigí hacia su ano, empuje con fuerza, me moví en diferentes ángulos, hasta que encontré la dirección correcta y mi verga entro en su ano, Cinthya lanzo varios gritos y un “auug” fuerte, ella me dijo que estaba muy grande que no le entraba, la calme le dije que se tranquilizara y el clásico de ponte flojita para que entre, así estábamos platicando, ella se quejaba y yo tranquilizándola, pero seguí avanzando sin piedad atravesando su ano, ella no dejaba de quejarse, le agarre sus tetas con mis 2 manos y le apreté los pezones, para que se relajara, pero no pare hasta que cada arruga de su ano fue alisada, ya con mi verga completamente adentro, le dije “ves Cinthya como si te cabe bien mi verga en tu chiquito, es como una funda caliente para mi verga”, estaba bien apretado y sabroso su ano, a pesar de que ya mis huevos habían chocado con sus nalgas, sentía la sensación que mi verga seguía creciendo dentro de su culo, una vez adentro, me quede disfrutando de su ano sin moverme, su esfínter se acostumbró a mi verga, y ella también se quejó menos, me dijo “ay me duele ya vas a terminar”, le dije “no nena te tengo que llenar de leche tu culo y para eso necesito moverme”, ella me dijo que iban a ver más veces que por esta vez estaba bien que le dolía su culito, mientras hablaba le estaba sobando sus nalgas eran deliciosas, le dije que ya iba a acabar y me empecé a mover aunque despacio con movimientos firmes, adentro-afuera, sacándosela poco, para que no le doliera, disfrutaba cada arremetida a su ano, con el movimiento de meter se lo dejaba ir con fuerza para entrar a lo más profundo de su ano, después de unos 5 minutos de cogerla, empecé a sentir que mi verga se entumía y cosquillas en mi escroto, le dije a Cinthya, “Ya me voy a venir nena, este momento siempre lo recordaras”, empecé a sacar leche dentro de su ano, mi verga se vacío por casi medio minuto, rellenándole el ano de esperma que tenía almacenado de varios días, hasta que por fin termine y le dije “que rico nena” y continúe “espera unos minutos para que se salga, sino te va a doler si la saco de golpe”, ella acepto, mientras esperábamos le dije “Listo nena, tuve que hacer el trabajo que no quiso hacer el marica de tu novio, llenarte el ano de leche, con un culo como el tuyo cualquiera se lo quiere coger y tú lo sabes, por las cosas que te dicen en la calle”.
Cinthya solo escuchaba sin decir nada, mas con cara de alivio que yo haya terminado, por fin después de 5 minutos su ano saco a mi flácida verga, le deje el ano bien rojo y batido de leche, la agarre de la mano y le dije que ahí estaba el baño para que se limpiara, tardo como cuarenta minutos en limpiarse y vestirse, salió como cuando entro en la mañana, ni parecía que le hubiera bautizado su culo y me dijo “ya me voy a terminar de vender” (sus gelatinas), le dije a ella que si le dolía su cola, me dijo que si y que además le ardía un poco, le dije, “es natural por ser su primera vez” y proseguí “ten nena el dinero de tus gelatinas y ve a tu casa a descansar”, se me quedo viendo y me dijo “oye esto es por lo que paso”, le dije “que no interpretara mal, que era para que se fuera a descansar y que su mama no sospechara nada”.
Entonces ella acepto y se despidió de beso de mí, antes de irse la abrase por la espalda y le dije agarrándole las nalgas, “este culo es mío y me lo voy a comer cuando quiera, lo tengo que dejar bien abierto” ella solo sonrió y me dijo “ya veremos, hasta luego”, abrí la cortina y salió, la vi caminando un poco extraño, era obvio después de haberle roto su culo, la vi alejarse, habían pasado casi 90 minutos inolvidables para mí, estaba más que satisfecho, completamente ordeñado de mis bolas por su culo, aparte de haberla estrenado, al final, ser su amigo, me había facilitado llegar a su culo, así como era ella de carácter con gente extraña o que no tenía confianza, jamás lo hubiera logrado, ella era como una nuez, muy dura por afuera, pero una vez que te la ganas y la tratas bien se vuelve muy suave, amistosa y nunca te decía un “no”.
La volví a ver el lunes y me dijo que todavía le dolía algo su culo, así que le di esa semana para que se recuperara, pero el siguiente lunes, nomás la vi entrar al local, cerré la cortina. Ni permiso le pedí y la encuere por completo, la acosté boca abajo en una colchoneta que había comprado, le abrí sus grandes nalgas y me comí su chiquito, se ve que le gustaba, no paro de jadear en esos 30 minutos de comida de cola que le di, como estaba muy ansioso, me apure y le puse lubricante que había comprado en su ano y luego a mi verga.
El lubricante ayudo que todo resbalara mejor y se la enterré completa con fuerzas, con esas ansias de un macho por coger a su hembra, esta vez se quejó menos, pero también dio varios grititos, me movía como loco en su culo, le aplastaba con mi pelvis esas nalgas paraditas que tenía, era una delicia, el culo de ella aguanto mi embate, hasta que su culo saco la última gota de esperma de mi verga, igual que la otra vez esperamos a que mi verga aun parada después de haber eyaculado en su fundillo se saliera solita, fue el inicio de una serie de cogidas de culo que duro como 10 meses.
Siempre fuimos discretos en nuestros encuentros, para que no se enterara la mama de ella y los vecinos chismosos, cuando nos encontrábamos en otros lados o ella venia acompañada con un familiar o amigo, solo nos saludábamos.
En ese tiempo, una vez me encontré a su mama en un puesto de comida, la señora se vestía con pantalones de mezclilla que dejaban ver un culote, ya sabía de donde había heredado su culo Cinthya, me comento que como estaba yo y que hacía, estuvimos platicando un rato, la verdad es que en cualquier otra circunstancia me hubiera echado ese culo, pues nunca me he negado a dar verga a un culo, ella no sabía que le rellenaba de crema el culo de su hija, así que adicionarla, solo traería problemas, además prefería el culo de su hija, me satisfacía completamente.
Es por demás decir que en ese tiempo me cogí a Cinthya en todas las posiciones que quise, me la cogía parada, sentada, boca abajo, de lado, de a perrito, le enseñe a contraer su ano con fuerza para apretar la verga rico, aprendió muy bien, fue una alumna muy obediente y aplicada, le enseñe a ser una maestra del sexo anal.
En alguna ocasión después de coger, ya con toda la confianza, le pregunte porque cogía conmigo, no es que me hiciera menos, pero me intrigaba saber la verdad, ella se quedó pensando y me dijo “La verdad me gusta la forma en que me tratas y pues una amiga me dijo que algún día alguien me iba a estrenar por atrás y que dolía un buen, además por las cosas que usted decía de mis pompis hacia que me sintiera extraña y me daban cosquillas en mi estómago, también esa revista que vi, me dejo intrigada y me pregunte sobre cómo se sentiría hacerlo, por todo eso decidí dárselas a usted que le tengo confianza”.
Después de esos 10 meses, ella entro a trabajar en una tienda de abarrotes grande, como cajera, nos dejamos de ver seguido ya solo lo hacíamos una o si al caso 2 veces al mes, sospeche siempre que el gerente de esa tienda se la estaba cogiendo (ella me platico de él), con todo lo que le enseñe ahora ese buey resulto ser el que le llenaba el culo de leche, yo por mi parte tuve que aceptar que ya se había acabado lo nuestro, así que continúe en mi local trabajando un año más, ella al andar con el buey de la tienda se olvidó de mí por completo, por medio de su mama, me entere que después regreso con su único novio y se iban a casar, yo de consuelo me quedo haberle estrenado su ano a Cynthia.
Un par de veces los vi a los dos, y si, su novio si era carita el wey, pero el que había estrenado a su vieja por el ano, fui yo, meses después cerré la herrería y me cambie a Chalco. hace no mucho, una vez que andaba por ese barrio de paso, la vi pasar, ya tenía 2 chamacos y estaba gorda, creo que el casarse no le sentó muy bien, ya no quedaba nada de esa hermosa jovencita, no le hable, solo la vi pasar y me acorde de esos tiempos de gran placer.