Capítulo 2: Despertar de una noche de farra.
No sé qué momento me dormí, pero si recuerdo que lo hice con una mezcla de emociones y sensaciones, algo así como agrío-dulce, por un lado, me sentía el más grande estúpido y cabrón de esta agalaxia y por el otro, sentía paz, tranquilidad porque sé que ella está bien, cuidada y protegida.
Percibo una caricia, intento abrir los ojos, entre la pesadez del sueño y lo cómodo que estaba de verdad que dormí profundo -buenos días dormilón o debería decir, buenas tardes- escucho con un tono suave y una leve sonrisa al final, forzó la vista y la veo sentada en la cama, lleva una franela puesta.
Me estiro y desperezo, -toma- me dice, es una taza de café el olor me atrapa, su aroma me anima a sentarme en la cama, -hola buenas, qué horas son- le respondo, -creo que ya son la 1:30 de la tarde- y en eso le contesto –Wow, como que me quede pegado de más- en eso suelta una carcajada y dice –creo que sí, además no fuiste tú solo, yo no tengo más de una hora que me levante-.
Sentado en la cama, aun con el sopor del sueño y tomando mi café, caigo en cuenta que ando en bóxer (interiores) debajo de la cobija, realmente no le me preocupo por eso, –¿Cómo dormiste?- me pregunta –bien, realmente bien, no me puedo quejar-, a lo que dice -yo también dormí bien, de verdad- en eso me suelta una palmada en la pierna –anoche te pasaste conmigo, cómo se te ocurre meterme a bañar- me rio por recriminarme y solo le digo –era eso o te hubieras ido en vomito de la pea que cargabas, así que elegí el menor de todos los males-.
-Ten, toma ponte eso, creo que debe quedarte, vamos a comer algo- me suelta el short en la cama mientras se levanta y va hacia la puerta, es allí cuando me percato que ella solo lleva la franela, no lleva short o algo, creo… ya que le cubre casi hasta las nalgas, se detiene en la puerta y se recuesta del marco mirándome mientras toma de su café –dale vamos, levántate que tengo hambre- me dice.
Pongo mi taza en la mesa de noche y me levanto, mientras me lo calzo el short la observo que me mira con cara de sorpresa, –vamos, también tengo hambre- le digo mientras tomo mi taza de café y le sigo hacia la cocina.
De camino a la cocina no puedo dejar de mirarle las piernas, ya con la luz del día confirmo lo que mis manos y la luz tenue de anoche me mostraron, sin duda alguna sus piernas son bellas, tiene unos muslos exquisitos y muy bien contorneados, sus pies son hermosos, bien cuidados y delicados.
-Que te provoca, ¿hacemos algo de comer suculento? – dice mientras voltea y me pilla mirándole las piernas, -lo que tú quieras, con el hambre que tengo…- le contesto mirando sus piernas <Te pondría sobre la mesa y te comería entera, Dios que piernas>, -Oye, anoche cómo sabias que iba a estar en ese bar- me pregunta mientras observa dentro de la nevera, me siento en la barra del otro lado lo que me permite observarla bien y allí confirmo que aún seguía en los cacheteros blancos <Que delicia, me torturas y lo sabes>.
En eso se voltea sacando varias cosas y las coloca en el mesón y me pilla mirando sus piernas, -te hice una pregunta, al menos podrías disimular un poco el bucearme- me suelta con tono pícaro y sarcástico, espabilo y contesto –Paola, me escribió y me contó que estabas muy molesta por… bueno, ya tu sabes quién… <el imbécil ese> y me dijo que le habías comentado que irías a ese bar- le digo mientras sorbo otro poco de café y le agrego –realmente no quería ir, pero muy en el fondo algo me decía que fuera al menos darte una vuelta, lo que nunca me imaginé fue que te encontraría en ese estado-.
-Sí, bueno, de verdad que anoche se me fueron de las manos las copas y no se en que momento me puse borracha- no quise ahondar en el tema, o preguntarle por qué se dejó llevar hasta ese punto de embriagarse así, no es normal en ella, malas copas no es, pero a lo hecho pecho como dicen, -de verdad agradezco que hayas aparecido, porque no sé cómo hubiera salido de allí- me dice mientras empieza a cocinar, en ese momento estaba de espaldas y se pone con una pierna flexionada apoyando el pie en su otra rodilla, una pose algo cómica pero sumamente sexy.
-¿Y cómo llegamos aquí, en mi carro o en tu moto?- me pregunta, -nos venimos en tu carro, en moto no era seguro porque en tu estado podrías caerte en una curva, no era seguro- se sorprende y me dice –¿y donde dejaste tu moto?, no me digas que aún sigue allá- su cara denota preocupación, le contesté –no te preocupes, llame a un amigo que vive cerca, y que por suerte, estaba en su casa y la fue a buscar, ahora más tarde voy por ella-.
Se quedó como pensado y se voltea y sigue cocinando –Tomy de verdad discúlpame por lo de anoche, no tenías por qué preocuparte y cuidar de mi- en eso me levanto de la silla, bordeo el mesón y me acerco a su lado, me quedo mirándola, se nota que se puso nerviosa porque se paró derecha y le costaba verme, tomo la jarra de la cafetera, me sirvo otro poco y le contesto –no tienes porqué disculparte, no hice nada que tu no harías por mí- en eso me dice –bueno, yo no cuido borrachos- y suelta una carcajada.
En eso se voltea hacia mí y con la cuchara de madera con la que cocina me pega en el brazo mientras me suelta –y aun me debes el baño de anoche, te pasaste- allí me rio –¿qué vas a hacer, bañarme? pues ¡cuando gustes!- y tomo de mi taza mientras la miro con picardía. Se voltea y algo nerviosa me dice –b-bueno… busca los platos que ya está listo, vamos a comer que me muero del hambre-
Mientras devorábamos lo que ella preparo, echando cuentos y riéndonos como par de tontos, me dice –Anoche de verdad que dormí muy bien, tenía tiempo que no dormía así de rico- me sonrió <Si supieras que lo último que me provocaba era dormir, quien me manda a ser un caballero> – también caí profundo, no lo puedo negar- en eso me suelta -lo único que si me sorprendió fue que “tu amiguito” quien fue él el que me despertó, me tenías literalmente apuñalada- y se echa a reír con picardía, casi me ahogo tomando agua cuando me soltó esa frase y me echo a reír, -sabes que eso natural, él es autónomo- le digo con una sonrisa sarcástica.
-Deja esos platos allí, que después los lavo, ven vamos a la sala- ya en el sofá ella se sienta se queda callada mirándome y le pregunto –Que pasa por tu cabeza, te veo como queriendo decir algo pero no atreves- se sorprende y se acomoda en el sofá –Ah, a mí, no nada, no me pasa nada- está nerviosa –vamos suéltalo, te conozco y hay algo te tiene inquieta- se me queda mirando y me dice –es que anoche mientras me bañabas (me suelta una palmada tipo reclamo en la pierna) me sorprendió que no intentaras algo más- esas palabras de verdad me sorprenden pero más por el hecho de que piense que soy uno más del montón que me aprovecharía de su borrachera.
–Genesis, tú muy bien sabes quién soy, tanto que hemos conversado y hemos hablado sabes que jamás cruzaría esa línea sin que haya la más mínima voluntad de tu parte y no te voy a negar que fue una prueba sumamente dura y difícil para mí, pero jamás me aprovecharía de una mujer borracha- mientras iba diciéndole esas palabras pude notar que su mirada, cambio como de ternura y alegría, sus ojos brillaron y al finalizar a frase tenía una leve sonrisa en tu cara.
-De verdad que tú eres único, eres increíble, me cuidas, me consientes, me proteges y encima me sacas de un bar borracha y te aseguras que termine acostada en mi cama- esto último lo dijo bastante jocoso y burlesco donde ambos terminamos riéndonos –pues sí, si tengo que sacarte de un bar borracha, lo volvería a hacer sin dudarlo-.
-Mi ropa quedo en tu cuarto, voy por ella, creo que ya es hora de que me vaya- al escuchar eso se exalta y brinca de inmediato y se me cuelga de un brazo –no te vayas, quédate conmigo, anda- su cara denota tristeza por lo que acabo de decir –Dime que no tienes planes o trabajo, anda quédate conmigo, estoy sola este fin de semana y no quiero estar sola- con esa frase uso su arma secreta conmigo, su cara de puchero y niña chiquita, confieso que me es sumamente difícil negarle algo a ella, sabe cómo manejarme y como convencerme <Sí, lo admito, soy sumamente débil con ella> ella está plenamente consciente de que yo me derrito por ella, pero después de aquella conversación, donde quedó claro que en nosotros solo habría una amistad, he hecho tripas corazón y he respetado su decisión.
-Está bien, no tengo planes, me puedo quedar- su cara se ilumino con una sonrisa inmensa y se lanzó abrazándome y dándome un beso en el cachete –por eso es que yo te quiero, siempre me complaces- y se echa a reír, mientras la tenía abrazada tuve que atajarla y sin querer se le subió la franela y una de mis manos estaban en una de sus nalgas, al sentir la dureza de su culo y la redondez de su nalga tuve una corriente y “mi amiguito” de inmediato empezó a reaccionar y se empezó a despertar.
-Bueno, pero antes me quiero dar un baño, anoche eso de mojarme sin realmente bañarme es como remojarse y eso no va conmigo- ella se percata que le tengo una mano en su culo y me suelta –si bueno, anoche querías enjabonarme toda, te lo vi en los ojos- se reía mientras se levantaba y me tomo de una mano –vamos, échate un baño, mientras déjame poner a lavar la ropa y te busco algo que te puedas poner mientras tu ropa se seca, vale?- mientras me llevaba a su cuarto agarrado de la mano, su franela no se le bajo ni le cubrió el culo y tenía el cachetero totalmente metido entre sus dos cachetes, esa visión me puso mal, estaba empezando a tener una erección.
-Dale, mientras me baño déjalo en la puerta el short- abrí la ducha y casi sin esperar a que el agua se caliente me metí, debía evitar que me viera la semi erección que ya era notable en la ducha deje que el agua corriera por mi cabeza y empecé a relajarme, de verdad me puse a pensar en otras cosas y mientras me bañaba, debo decir que disfrute de esa ducha.
No sé cuánto tiempo habrá transcurrido, 10 o 15 min. De verdad disfrute de mi ducha, y cuando finalizo, me percaté que ella está parada en la puerta mirándome, no sé si acababa de llegar o cuánto tiempo tendría allí, pero su cara era una mezcla de picardía y sorpresa, durante mi ducha y me enjabonaba tuve una erección de las buenas y no me desahogué, sino que deje que se bajará sola <¿me habrá visto mientras estaba así?… por su cara, me dice que sí>.
-Estuvo muy rico tu baño, no¡?- suelta esa frase una picardía <sin duda, me vio mientras me enjabonaba y tenía tremenda erección> -sí, estuvo bien, muy sabroso, de verdad- digo esto mientras me seco con la toalla y caigo en cuenta que las cortinas de la ducha son traslucidas, -te deje el short en mi cama, espero que te quede, es lo que encontré que te pueda servir-.
Salió del cuarto hacia afuera y aproveche ponerme el short, es gris, de tela muy suave pero corto, no sé si me vaya a quedar bien, así que me lo pongo y me queda justo pero no apretado, pero es indudable que el paquete se me nota claramente –te quedo bien- dice, me sorprende porque no sabía que estaba en la puerta del cuarto, -tú como que eres de pies de pluma, porque no te escucho caminar, entrar o salir- a lo que solo levanta los hombros como queriendo decir “bueno…” y se mete al baño y medio cierra la puerta –acuéstate si quieres, puedes ver tv lo que quieras o usar la laptop, me voy a bañar, me toca a mí, todo lo mío es tuyo- me acuesto y enciendo la tv, empiezo a hacer zapping a ver que encuentro y se escucha la ducha <”Todo lo mío es tuyo”, que descaro debería cobrarme y tomar lo que “es mío”> me rio de mis propios pensamientos porque esa frase calo duro en mi cabeza.
Me quedo viendo un programa de motos que encontré –Tomy hazme un favor, toma mi ropa y métela en la lavadora, por favor- me quede absorto con el programa, al minuto voy y toco la puerta para avisarle que iba a entrar, entro y veo su franela y el cachetero súper sexy en el suelo, cuando entro el baño había mucho vapor, se notaba su silueta en la ducha, me agacho y recojo la ropa pero no pude evitar voltear a verla, en eso escucho un fuerte gemido y me doy cuenta que tiene una mano apoyada en la pared y la otra en su sexo, esa imagen me calienta demasiado, <se está masturbando, a menos de un metro de mí>, que suelta un gemido me saca activa y salgo sigiloso del baño, voy al lavado para echar su ropa y no puedo controlar mi erección, un tercio del pene se me sale por el lateral, me duele por la presión que hace contra el short, antes de tirar la franela y el cachetero a la lavadora, no puedo evitar llevarme el cachetero a la cara, ese aroma que no es de recién cambiado, pero me embriaga, es dulce pero es característico, olor a hembra, a mujer, está claro que muchas veces se habrá excitado.
Lo suelto y cierto enciendo la lavadora, estoy allí parado con una erección descomunal y una ganas de entrar al baño y comérmela entera y hacerla mía, me siento en la cocina esperando que se me baje la erección para regresar al cuarto y escucho que me llama –Tomy donde estas- a eso le contesto, -voy, estoy tomando agua- me dice –ay tráeme un vaso con agua, please- <lo que me faltaba, ando con un short diminuto y una erección me lo tapa> von con su pedido, me acomodo el pene como puedo y entro rápido, pongo el vaso en la mesa de noche, me echo en la cama y me tapo con la cobija, está sentada delante de mi envuelta en una toalla, se está secando el cabello con otra toalla.
Intento mirar la tv que aún pasan el programa de motos pero tenerla así de cerca me cuesta sacarla de mi mente, la imagen de verla masturbándose en la ducha, mientras se seca el cabello, la toalla que le cubre se le ha aflojando por el movimiento que hace al secarse el cabello y va dejando al descubierto su espalda, húmeda, con gotas de agua aún y perfilo cada centímetro, los movimientos que hace con los brazos secándose el cabello resalta sus músculos de la espalda y vaya que está definida, su contorno la silueta curvas de sus costados, cada musculo se mueve y ese baile sensual me cautiva.
-¿No piensas contestar?- Dice, cuando caigo en cuenta que mi teléfono está sonando, me levanto y lo tomo de inmediato, es mi amigo, me llamó para preguntarme por la moto, cuándo iría por ella, le dije que hoy no, que mañana le llamaría, estaba pie en la ventana mientras conversaba por teléfono, al colgar me percato que ya está vestida con una especie de bata de dormir, semi y transparente, de tirantes <se empelotó mientras estaba hablando de espaldas y se vistió…> le cubre hasta un poco más arriba de la mitad de los muslos, no puedo evitar devorarla con la mirada, <vamos, respira, se me está haciendo difícil controlarme>.
En eso me echo en la cama, y me tapo nuevamente, he de acotar que su cama no es un box individual pero tampoco es matrimonial, es el intermedio, los que caben dos personas, pero tampoco están con mucho espacio, se levanta al baño y deja las toallas, al retornar apaga la luz del techo y se acuesta pesando justamente sobre mí, en ese movimiento lo hizo de frente a mí y sus senos, que no llevaba brasier, se dejan ver perfectamente, es obvio que los vi y al verme a la cara esboza una pícara sonrisa <Está jugando conmigo, por qué me tortura así>.
Se mete debajo de la cobija y se acomoda de lado, pero de frente a mí, yo estoy acostado mirando hacia el techo, -¿no hay algo más que ver? No sé, que no sean motos- me dice con ironía y tono burlón, le extiendo el control remoto –elije lo que quieras ver- empieza a hacer zapping y cae una película que ni recuerdo cuál era, nos quedamos en silencio viéndola, no sé si por la ducha o la comida, pero ambos teníamos un sopor, me acomodo mejor en la cama y ella se acerca a mí y se acuesta en mi pecho pone una mano sobre mi abdomen seguimos viendo la película.
Nos quedamos dormidos, porque me desperté cuando ella se levantó al baño, creo que a orinar –¿qué horas serán?- me pregunta, busco el control de tv y veo en el menú, -dice 2:45 am- le contesto, -¿tienes hambre? porque yo si- honestamente si, y me levanto y le digo –voy a preparar algo, alguna sugerencia- se emociona y me dice –ah sí anda prepárame esa pasta que haces con maíz, es divina- se abraza por la espalda mientras íbamos a la cocina, siento sus pezones perfectamente en mi espalda.
Empezamos a conversar sobre trabajo, amigos, cuentos, familia, pura trivialidades mientras voy preparo la comida, la conversación de verdad que siempre se nos hace amena, es indudable que entre nosotros el verbo es fluido, suave, tan natural que mientras tomaba un poco de café (sí, soy adicto al café jejeje) no puedo evitar quedarme mirando su bellos ojos <Dios esta mujer es perfecta, de verdad que me tiene enamorado> en eso me dice –oye que paso que te me quedaste mirando así- yo salgo del trance y continuo con la comida –así cómo, estas echándome el cuento, te estoy escuchando- le contesto, y ella me dice –no, esa mirada la conozco esa mirada no es de escucharme- yo intento restarle importancia y le suelto –ah sí, me conoces, me lees la mirada… bla bla bla -y me echo a reír, tratando de disimular pero lo más seguro es que debía estar rojo de la vergüenza, mi cara me delata, es uno de mis puntos débiles, se me nota en ella cualquier emoción o sensación.
Ella que estaba sentada sobre el mesón se baja, me abraza por la espalda y me dice –Tomy, sabes que te quiero muchísimo, pero yo no estoy lista para una relación y no quiero hacerte daño- <Ya va, no vas a venir a cortarme ese cuchillo de cartón> esas palabras fueron como dinamita en mi cabeza, <de verdad cree que me voy a comer ese cuento>.
Suelto las cosas que estaba haciendo y me volteo –ok, ahora siéntate y escúchame- m recuesto del mesón y le suelto –sé que nosotros conversamos ya hace un tiempo, no tenemos dos días conociéndonos y sé perfectamente cómo eres porque te conozco, muchas veces me he calado tus relaciones y he sido tu trapito de lágrimas, tu confidente y hasta te he dado consejos de tus relaciones, actuando yo como un perfecto imbécil, a quien carajo se le ocurre aconsejar sobre sus relaciones a la persona que te gusta, de verdad que estúpido y el título de carbón más grande lo tengo, pero no me vengas a decir que tú no estás lista para una relación, dime cualquier otra excusa pero esa no, de verdad- no se cual cara abre tenido o el tono con el que le dije las cosas, porque al verla pude notar que estaba como asustada o impactada.
-Aún recuerdo esa conversación que tuvimos y jamás te lo he vuelto a decir, pero me dolió, porque a sabiendas que tú me gustas y que yo para ti haría lo que sea, siempre me dejas de lado y me tratas como un amigo sabiendo que me derrito por ti- dicho eso, busco un vaso y me sirvo agua, me lo tomo de un solo golpe y me recuesto en el mesón dándole la espalda, tengo una sensación de arrechera bruta y tristeza, pero no hacia ella sino conmigo, por no valorarme, por seguir soñando con algo imposible, suelto el vaso y me mi arrechera suelto un manotón al mesón.
Siento que me abraza por la espalda y me dice –Tomy, lo siento, de verdad no quiero hacerte daño, pero…- de una le suelto –pero qué… por qué un, pero… no logro entenderte, de verdad- esto último lo digo con ya algo de frustración, -es que me da miedo decírtelo- dice mientras se aferra aún más a mi espalda –No sé cómo decirlo, pero me cuesta muchísimo abrirme contigo en este aspecto, hemos compartido tanto que tú me conoces mucho a mí, muchísimo más que otras personas, conoces mis debilidades, mis temores, mis miedos, conoces que me gusta, cómo y cuándo, sabes cómo me siento con escuchar mi voz o con verme la cara me lees como un libro y eso me da miedo, de verdad me asusta mucho-.
Tomo sus manos mientras le digo –no sé qué es lo que tanto te asusta, tú lo estás diciendo, te conozco tan bien, no entiendo por qué te niegas a darme la oportunidad de hacerte feliz, de compartir tu vida, sabes que jamás podré ofrecerte algo que realmente no pueda cumplir, el futuro es incierto para todos, lo que importa es el ahora y avanzar juntos, no dudo de que ambos podríamos ser indetenibles, lograr todas y cada una de nuestras metas, una cosa es estar juntos y otra es seguir los sueños de cada uno, con el apoyo del otro y créeme cuando te digo que nada me alegra más que verte cumplir cada una de las metas u objetivos, lo que te propone lo logras, eres indetenible, tenaz, una autentica guerrera, no dependes de nada y nadie para ser quien eres y nadie ha logrado detenerte o frutar tus sueños-
-¿De verdad no te gusto, es lo físico o qué?- esto último lo digo ya con resignación, mentalmente me agota sentirme así, es difícil expresar algo cuando sientes que el pecho un vacío que aprieta y cuesta articular palabras. Le tomo las manos y me volteo, busco verle la cara, al voltearme mira hacia el suelo y su cabello le tapa la cara, cuando suelto sus manos me abraza de nuevo y con mucha fuerza, yo la abrazo y apoyo mi cabeza sobre la suya (ah debo aclarar que soy mucho más alto que ella, su estatura da hasta la altura de mi pecho). Siento que sollozar y le tomo la cabeza, trato de que me vea –Bella… mírame, ¿sí?- se aferra más fuerte y mueve la cabeza negando.
No se cuento tiempo habrá pasado que estamos así, abrazados, le digo –Creo que la pasta se va a pasar si seguimos así – se ríe y me da una palmada en la espalda, me suelta y se va hacia el otro lado de la barra, me dispongo a terminar la comida, sin decir más nada, pongo la mesa, no sé en qué momento se había ido, pero regreso con una botella de vino que me da, aún sin decirme nada y aún sin mirarme a la cara, busco el abre corchos y dos vasos, me siento una vez habiendo servido para ambos.
-Ven, vamos a comer- se había sentado en una butaca que está en la sala cerca del mesón de la cocina, le agarro de la mano y la llevo, cuando se sienta, aun no me quiere ver y toma del vino, empieza a comer –como siempre, te quedó divino- sonrió y le digo –una de mis tantas facetas y sabes que esta es mi especialidad- cambio de tema y le comento cuando había llegado al bar a buscarle la vi que estaba bailando con un tipo y ése tipo intentaba acercase y como lo rechazabas, me daba risa porque él debió haber quedado muy frustrado, me rio –no recuerdo mucho eso. Ay no que vergüenza, de verdad que fue una locura-.
Después de comer, seguimos tomado y se acabó la botella en ella busco otra, la abrimos… el tema había quedado “atrás”, simplemente es parte del trato, no volver a tocar el tema porque insistir podría perderla y al querer forzar un imposible, o al menos así lo creía yo.