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Tres generaciones incestuosas (II)
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Tiempo de lectura: 11 minutos

Acababa de echar uno de los mejores polvos de mi vida y lo había hecho con mi hermana. El morbo de la situación me llevó a un éxtasis.

Tras ese buen polvo que acababa de terminar, y por las horas que eran ya, caímos rendidos desnudos los dos en la cama.

Mi hermana se estiraba a mi lado. Se giró en la cama hacia mi y me dijo.

-Joder con el hombre de la casa, como se levanta no? dijo mientras levantaba el nórdico para ver mi erección de caballo.

– Ya ves… Te gusta lo que ves hermanita?

-Qué si me gusta? si no fuese porque nos hemos pasado durmiendo y son las 17:45 y en 15 minutos tenemos que abandonar la habitación. Te enseñaría lo que me gusta. Pero no va a ser posible.

Vamos a darnos una ducha rápida y a casa. Venga tú primero. Sentenció mi hermana.

Me di una buena ducha y me lave los dientes con el cepillo de cortesía que había en el baño.

Me volví a poner la ropa de la noche anterior. Pude ver como olía a deseo, a lujuria a morbo…

Mi hermana estaba todavía en la cama, no se había puesto en pie.

-Vamos Sara, que nos quedan 10 minutos…

-Voy voy, estaba contestándole a mamá que en media hora salimos para casa.

Entonces vi el cuerpo desnudo de mi hermana como se metía en el baño.

Ya me había vuelto a empalmar, lo mío no tenía que ser normal.

Se dio una ducha rápida y salió a vestirse, se puso las medias, las bragas y el sujetador.

Se metió en su apretado vestido. Guardó el liguero en su bolso. Mientras se ponía los zapatos dijo.

-Joder que asco de bragas, creó que voy a ir sin ellas, están tan llenas de flujo de anoche y casi me raspan el coño. Dijo enfadada.

Metió las bragas en su bolso, bajo mi atenta mirada.

-Lista hermanito, vámonos a casa a quitarnos esa ropa y ponernos una limpia.

Cogimos el coche, y pusimos rumbo a nuestra casa, yo sólo tenía ganas de quitarme la ropa sucia y tumbarme en el sofá.

Cuando ya estábamos en la carretera, le pregunté a mi hermana.

-Sara tienes algún tipo de remordimiento?

-Hermanito mío, ayer la verdad que estaba un poco borracha, si no hubiesen estado así, igual no hubiese tenido el valor suficiente para decirte lo que pensaba.

Me gustó mucho el polvo que echamos, así que remordimientos los más mínimos. Resaca mucha, remordimientos cero. A caso tienes tú remordimientos? Ah, y si nos hubiésemos despertado una hora antes, te hubiese echado otro polvo. Pero…

Sentenció mi hermana muy convencida de su discurso.

-Yo hermanita? ninguno, llevó mucho tiempo con ganas de follaros a las tres, y ahora que he tenido la oportunidad de follarme a una me voy a arrepentir? Ni hablar.

El polvo que había echado con mi hermana había sido muy bueno, me hubiese gustado comerle el coño, pero estábamos tan calientes, y nos teníamos tantas ganas que la cosa salió así.

Yo seguí con el interrogatorio post polvo.

-Dime una cosa hermanita, volveremos a follar tú y yo?

Je je río mi hermana

-Si tú quieres hermanito yo no tengo ningún problema. Eres el único hombre apetecible que tengo cerca. Y yo tengo unas necesidades que cubrir. Pero ten en cuenta que en casa hay que tener mucho cuidado. No quiero que se entere ni mamá ni la yaya. Tenemos que ser prudentes. Además tendremos que tomar precauciones, no quiero quedarme preñada. Por nada del mudo quiero darle un disgusto a mamá. Entendido?

-Si Sara en eso tienes razón. Disgustos a mamá y la yaya, es lo último que quiero darles.

Seguimos nuestro viajs, ya llevaríamos la mitad, cuando por mi cabeza pasaban muchas preguntas, pero acerté hacerle otra mas a mi hermana.

-Sara tu crees, que me podré follar alguna vez a mamá? Crees que hay alguna posibilidad de que pase lo que ha pasando contigo?

-Joder macho, que pregunta. Yo que sé, no puedo saber lo que piensa una persona. Ni tampoco puedo adivinar su pensamiento.

El silencio se hizo en el coche, durante un poco más de 5 minutos.

Los dos estábamos pensando en algo. Pero la primera que disparó lo que pesaba fue mi hermana.

-La verdad que a mamá le tiene que picar. Tiene que tener ganas, de que le echen un buen polvo. Lleva más de cuatro años sin follar. Y a nadie le amarga un dulce. Dijo mi hermana muy convencida.

-Qué sabes tú, si mamá lleva cuatro años sin follar? Qué controlas a mamá a ver que hace todo el día?

-Segura no lo sé hermanito, pero mamá es una persona muy discreta y en el pueblo no hay mucha gente con quien follar.

-Y a la yaya? tu crees que algún día me la pueda follar? Qué opinas hermanita?

-La yaya si que estoy segura de que desde que murió el abuelo, no ha vuelto a follar. Dijo convencida

Joder estaba desatado, el haber follado con ella me daba una confianza y la intimidad, que no podía tener con nadie más. Entonces mi hermana volvió a intervenir.

-A la yaya lo veo mas difícil que a mamá, por la edad. Tengo claro que la abuela cuando murió el abuelo cerró la puerta del placer.

-Joder hermanita pues de eso ya hace mas de 20 años. Se le habrá cerrado jejej reí.

-Mira que eres bruto Luisja, cuando te pones. Pero te voy a decir una cosa, no sé si te follarás a alguna mujer más de la casa, aparte de a mi, pero la conversión y pensar en ello, ha hecho que me moje entera.

Mira tócame el coño, lo tengo empapado. Dijo mi hermana mientras abría sus piernas y me entregaba su tesoro.

No lo dude ni un momento y con mi mano derecha acaricié su coño, era verdad lo tenía empapado.

A la zorra de mi hermana le ponía cachonda el incesto, tanto o más que a mi. Le ponía a mil que su hermano, se follara a su madre o incluso a su abuela.

-Joder como estas, hay que ver que cachonda te has puesto. Paramos el coche y echamos un polvo hermanita?

-No Luisja, estamos al lado del pueblo, y por mucho que nos queramos esconder, alguien nos podía ver. Aunque estoy muy caliente y me muero de ganas, hay que tener cuidado.

-Vale vale, tienes razón hermanita ya habrá tiempo.

-Hermanito estoy pensando una cosa.

-Dispara y sorpréndeme "tata"

-Te voy a ayudar con mamá. Voy hacer lo que este en mi mano, para que te la puedas follar. Eso si cuando esto suceda, quiero verlo. Me pone muy cachonda que un hijo, se folle el coño de donde ha salido. Intentare sonsacarle información y veré si hay alguna posibilidad.

-No me digas hermanita que tú, también te follarías a mamá…

-No hermanito, eso no me gusta mucho. Me daría mucho morbo ver como tú te follas a mamá. Pero a mi las mujeres no me gustan.

-Menos mal hermanita que ya hemos llegado. Si dura media hora mas el trayecto acabo parando en la cuneta y haciéndome una paja. Como me ha puesto la conversión.

-Luisja, no la líes. Discreción recuérdalo.

Entramos en casa los dos, como si la noche pasada no hubiese pasado nada. Entramos como dos hermanos normales que vienen de tomar un café.

-Hola ya estamos en casa mamá, yaya, hay alguien en casa? Dijo mi hermana mientras cerraba la puerta.

-Si estamos aquí en el salón, dijo mi madre.

-Hola mamá, hola yaya dije mientras les daba un beso en la mejilla.

-Hijo que acalorado parece que vienes, dijo mi madre.

-Si mamá ya sabes el tiempo, sales con una ropa y luego hace calor. Ahora mismo voy a darme una ducha y quitarme esta ropa. Dije mientras me iba hacia el baño.

-Hay que ver dijo mi abuela, os fuisteis ayer y a parecéis 24 horas después. Seguro que no habéis ni comido. Dijo mi abuela enfadada.

-Ahí mi yaya que buena es ella, como se preocupa de sus nietos. Si es que eres un sol… y la verdad que ahora que lo dices yaya, no hemos comido… Le dijo mi hermana mientras le daba un beso y un abrazo.

-No sé qué haréis vosotros el día que yo falte. Ahora mismo voy haceros algo de comer. Dijo mi abuela, mientras se levantaba del sofá e iba hacia la cocina.

-Yaya no hables así, que parece que tienes 90 años y tienes 30 menos.

-21 apuntilló mi abuela.

-Anda yaya que todavía eres muy joven y te haces vieja porque tú quieres. Tenías que ir un poco más con los tiempos. En las grandes ciudades, las mujeres como tú, salen con sus amigas. Van a cenar, a bailar… Hacen cosas de gente de 60 años. No como tu yaya que sólo juegas a las cartas con las vecinas y cuidas de tu hermana que tiene 85 años…

-Si Sara en este pueblo voy a ir a bailar o a cenar… Eso aquí es imposible. Además yo soy muy vieja. No te engañes.

-Eso son tonterías yaya, para nada eres vieja. Vieja son las cosas, las alfombras. Tú eres una persona y lo que a ti te pasa es que eres mayor por tu mentalidad cerrada.

Yaya eres joven, tenías que modernízate un poco, que todavía eres muy joven.

-Hija gracias, pero tu abuela ya…

-Mi abuela ya… Tenía que darle alegrías a su vida y disfrutar la vida que es muy corta.

-Eso tienes razón hija, mira tu abuelo que pronto nos dejó. Se llevó mi alegría y mis ganas de vivir. Dijo mi abuela muy triste.

-Yaya ni de broma digas eso. Tienes todavía mucha vida por delante. Lo que necesitas es hacer cosas diferentes y divertirte.

Entonces salí del baño, había estado escuchando la conversación de mi hermana y mi abuela, fui a la cocina.

-Yaya tiene razón Sara, tenías que cambiar un poco tu vida. Hacer cosas que sean mas divertidas. No estar todo el día en casa o en casa de tu hermana.

Entonces mi madre llego del salón y entro en la cocina, también había escuchado la conversación de mi hermana y mi abuela.

-Mamá los niños, tienen razón tienes que hacer cosas diferentes. Haces cosas de gente de 80 años, y te recuerdo que sólo tienes 69.

-Mama pues tu vida tampoco es que sea una alegría. De casa al trabajo, y del trabajo casa… Dije yo muy serio.

-Ya hijo pero en este pueblo, que vamos hacer. A mi también me gustaría sentirme más joven, hacer cosas mas divertidas… pero que vamos hacer.

-Se acabó dijo mi hermana. Ahora mismo voy a irme a darme una ducha, voy a venir a comer algo, y me voy a poner a buscar un fin de semana de mujeres, para la semana que viene. Si os parece buena idea bien, sino también pero el fin de semana que viene las tres nos vamos de este pueblo.

-Como que las tres? y yo? pregunté enfadado.

-Hermanito, tú ya has salido este fin de semana. Lo siento dijo mi hermana mientras reía y se dirijía al baño.

-Está bien habéis tenido suerte de que tenga que trabajar el sábado que viene y no pueda ir, sino yo también iría.

Los cuatro reímos, Entendía perfectamente que querían intimidad femenina. Mi hermana no quería que yo estuviese para ver si podía sonsacar alguna información a mi madre.

Una vez que estábamos todos en la cocina, mi hermana y yo comimos algo. Mi abuela y mi madre nos daban conversación. Nos preguntaron que habíamos hecho.

-Pues nada, fuimos a cenar a un restauraste buenísimo, nos comimos un buen chuletón. Fuimos a una discoteca y luego a dormir. Eso ha sido lo que hemos hecho. Les dije a mi madre y a mi abuela.

Terminamos de comer algo y todos nos fuimos al salón. Yo me quedé dormido en el sofá. Cuando desperté mi hermana ya había preparado el fin de semana.

-Iremos a cenar, a comer, haremos compras, tomaremos algo en una terraza y lo mejor de todo, es que el hotel tiene Spa y nos vamos a relajar de lo lindo. Dijo mi hermana.

-Tiene el qué? dijo mi abuela asombrada.

-Spa yaya spa, dijo mi hermana riendo. Es un sitio con piscina, chorros de agua, saunas…

-No he tenido el gusto de estar en uno de esos en toda la vida. Dijo mi abuela.

-Yaya pues la semana que viene ya no podrás decir eso.

La semana pasaba sin muchos acontecimientos, me morían de ganas por volver a follar con mi hermana, pero la cosa era muy difícil, con mi abuela y mi madre en casa.

Además el no cerrar las puertas nunca, hacia muy complicado el salir por la noche a follar con mi hermana a su habitación, sin que nadie nos escuchase.

El jueves le mande un mensaje

-Hermanita tengo un calentón, muy importante, las pajas que me hago con tus bragas, me saben a poco. Necesito más.

-Yo también tengo ganas de follarte, pero ya sabes que la cosa es difícil. Espero que mañana antes de irnos me hallas podido follar.

Me hice una paja de las buenas, me ponía cachondo la situación. Cuando estábamos en casa, me rozaba con mi hermana con cualquier excusa. Restregaba mi polla en su culo a todas horas. Si nos cruzamos por el pasillo, le tocaba el coño, las tetas, lo que podía…

Pero de follármela no había forma. Era imposible quedarnos a solas en casa.

Pero la suerte hizo que mi madre, que trabajaba ese viernes de mañana, se tendría que quedar a hacer dos horas más. Y mi abuela iba a comer con su hermana que estaba sola, así que tampoco volvería a casa hasta las 16.

Mi hermana y yo salimos a las 14 de trabajar, por lo que tendríamos dos horas para follar. Bueno un poco menos a las 16 yo tenía que estar en el trabajo.

Me escribió mi hermana:

-Has visto el chat de la familia? tenemos la casa de 14 a 16 para nosotros. Dijo mi hermana.

-A las 14:05, estaré desnudo en la cama esperándote. No tardes hermanita.

Cuando salí de trabajo, fui a casa a toda velocidad. Quería aprovechar el tiempo al máximo.

Me di una ducha, había sudado mucho, esa mañana yo creo que era del calentón que tenía.

Cuando estaba en la ducha, apareció mi hermana. No preguntó nada, se desnudó y se metió en la ducha conmigo.

-Hola hermanito, dijo mientras se acercaba a mi en la ducha. Ya veo que tu polla se alegra mucho de verme.

Me cogió con su mano derecha mi polla, mientras me daba un beso con mucha pasión.

-Joder hermanita, que ganas tenía de poder follarte. Pensaba que nunca llegaría este momento… Dije mientras acariciaba su húmedo coño.

Nos jabonamos, mi hermana no soltaba mi polla. Yo comencé a acariciar su coño, le busque su hinchado clítoris, y le metí un par de dedos en su lubricado coño.

-Ahhh joder, que bueno me gusta, sigue no pares, pero mete me la polla joder, necesito una buena follada.

-Bueno hermanita, no tengas tanta prisa. Primero quiero comerte el coño y ver como te corres en mi boca… Quiero comerme ese coñito tan rico que tienes.

Me senté en la ducha, y subí su pierna para que dejase más sitio, para hacerle una buena comida de coño… Comencé a chupar su clítoris, le chupe todo el coño y metía mi lengua por su rajita.

A mi hermana, le estaba gustando mucho, chillaba y no dejaba que separase mi cara de su coño.

-Joder cabrón que bien le comes el coño a tu hermana. Sigue sigue me gusta mucho pero muchooo joder ahhh no pares cabronn. Me corro me corrooo, no puedo más me corro.

Y sobre mi boca, cayeron unos buenos chorros de líquido. Que cabrona menudo bien lo había pasado.

No le di, ni un segundo de tregua, quería una buena follada, pues la iba a tener.

Me levanté del suelto, nos comimos la boca, creo que a mi hermana le gustaba el sabor de su coño.

Le di la vuelta y la doble un poco, sin decir nada, hundí mi polla hasta dentro de su coño. Un fuerte gemido salió de la boca de mi hermana.

-Ahh me matas joder que cabrón, me la has clavado a traición joder. Chillo mi hermana

-Hermanita, si quieres paro, le dije mientras le pagaba unas buenas embestidas.

-Si paras antes de que me corra, te corto los huevos, sigue follándome y no te corras dentro… sentenció mi hermana.

-Lo sé zorrita, sé que te gusta cómo te folla tu hermano. Sé que te ha gustado como te ha comido el coño. Verdad que si guarra.

-Si joder hacía mucho tiempo, que no me follaban con estas ganas. Ni me echaban unos polvos tan buenos.

Seguí un rato más bajo la ducha, dándole a mi hermana la follada que tanto necesitábamos. Pero mi hermana se había corrido varias veces y no podía más. No podía aguantar más mis embestidas.

Sacó mi polla, de su satisfecho coño. Se puso de rodillas, y comenzó a comerse mi polla. Lo hacía con ganas, la engullía hasta más no poder, me gustaba. Con su mano izquierda masajeaba mis huevos. Me gustaba muchísimo. La chupaba muy bien la verdad.

-Me corrooo hermanita me corro…

Mi hermana en vez que sacar la polla de su boca, comenzó a subir y bajar a un ritmo mucho más rápido, no podía más. Así que mi leche caliente, fue a parar a su garganta, se tragó hasta la última gota.

Una vez me había corrido, bajó el ritmo, pero siguió chupando mi polla.

-Como le ha gustado al cerdo de mi hermano, que me trague toda su leche ehhh.

-Joder que si. Eres una diosa hermanita.

Salimos de la ducha. Yo me vestí y fui a la cocina a comer algo. En un rato tenía que volver a trabajar.

-Hermanita, vienes a comer? Le chille desde la cocina.

-Si ahora voy.

Vino a la cocina y comimos. Mientras tanto le pregunté a mi hermana.

-Hermanita, vas a intentar sacarle algo de información a mamá, estos días?

-Si, intentaré saber lo que piensa, cenaremos con vino y luego un cubata. Ya sabes como no está acostumbrada, seguro que se le calienta un poco la boquita.

-Gracias, hermanita eres la mejor, le dije mientras le daba un beso en la boca y dejaba los platos en la fregadera.

-Venga yo recojo esto, dijo mi hermana mientras se ponía a fregar los platos.

Miré mi reloj y marcaba las 15:20, hora a la que todos los días, voy al bar del pueblo a tomar café, antes de entrar al taller.

Pero vi a mi hermana, fregando los platos con esas mallas ajustadas, y con ese tanga que se le marcaba y pensé que tenía una idea mejor.

Me acerque por detrás de mi hermana. Comencé a restregar mi polla morcillona por su culo. Entonces dijo mi hermana.

-Pero tú no has temido bastante con lo de la ducha? Joder que tío, estas todo el día cachondo.

-Hermanita yo no tengo suficiente, ni aunque éste todo el día follando. Ha sido el ver tu apretadito culo y mira como he puesto. Le dije mientras le daba besitos en el cuello, y tocaba sus, duras tetas.

-Pero hermanito, no nos va a dar tiempo. Además mamá está a punto de venir.

No le di opción sabía que lo quería tanto como yo. Baje su maya y el tanga hasta los tobillos, abrí mi bragueta y en un segundo me la estaba follando apoyada en la fregadera.

-Joder hermanita, yo nunca tendré bastante, pero tú estás húmeda las 24 horas del día, dije mientras la empujaba contra los muebles de la cocina.

-Fóllame rápido, y deja de hablar tanto…

Esta vez, me quería correr pronto. Tenía que salir de casa antes de que llegase mi madre.

Sé, que llevaba buen camino, porque mi hermana ya estaba gimiendo como una loca.

-Si joder no pares, que cabrón no pares. Chillaba mi hermana.

Tras unos minutos de bombeo más. Saque la polla del coño de mi hermana. Le di la vuelta y le dije

-Vamos hermanita, toma el postre.

Chupó mi polla, hasta que unos cuantos chorros de lefa, salieron de mi polla.

Se tragó toda. No derramó ni una gota.

-Bueno hermanita, que paséis bien. Me voy a trabajar, ya me contarás. Le dije a mi hermana mientras subía mi bragueta.

-Si portante bien hermanito, ya veré que puedo sacar. Dijo mi hermana mientras subía su tanga y las mayas.

Fui a mi trabajo, más contento que en otras ocasiones.

La tarde pasaba sin mucho lío. Hasta que vi aparecer por el taller el coche de mi hermana.

-Que pasa no os habéis ido todavía? Qué pasa? Les dije asustado.

-Si ya nos vamos Luisja, dijo mi hermana veníamos a despedirnos y a que nos eches un vistazo a los niveles.

Un vistazo a los niveles, os hacía a las tres muy gustosamente. Pensé para mi

-Voy dije.

Le eché un vistazo, al coche y me despedí de las mujeres de la casa. De esas tres pedazo de mujeres, que tan contentas se iban a pasar el fin de semana. De esas tres mujeres, que eran las musas de mis pajas…

Continuará.

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