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Esposada y desnuda en el comedor de su casa
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Hace un tiempo empecé a salir con una mina casada. Muy putona y muy caliente que me llamaba cada vez que el cornudo del marido se ausentaba un par de horas y con la pija dura, iba siempre corriendo. Nos habíamos visto unas cuantas veces y se notaba que le gustaba ser dominada, así que un día me saque las ganas de atarla por completo y ni bien cruce la puerta la agarre de los pelos. Poniéndola de frente a la pared la apoye bien fuerte de atrás y le vende los ojos. La hice caminar a siegas por el comedor empujándola del pelo mientras le sacaba toda su ropa. Le puse las esposas en ambas manos y las enganche a una viga dejándola inmóvil y completamente vulnerable me aleje uno poco y note su agitación estaba muy acelerada e indefensa. Empecé a pasarle mis dedos muy sutilmente por distintos lugares, tocándola y alejándome notando como inclinaba todo su cuerpo para que no dejara acariciarla cada vez que me iba.

El ambiente era hermoso. Estaba todo bajo control ya notaba lo caliente y ansiosa que estaba ella por empezar a sentir más que caricias. La agarre solo con la yema de los dedos desde su cintura y la recline todo lo que la soga le permitía hacia adelante, dejándola aún más expuesta, con mi mano le rocé delicadamente toda la cola y ella cada vez más ansiosa empezaba a moverse para que mis dedos la empezaran a penetrar, pero yo decidiría cuando y tenía que quedarle claro, la agarre del pelo una vez más y le dije que cada vez que se moviera sin que le diga le iba a costar. Tome envión y le estrellé la mano abierta en toda la cola y lo repetí varias veces pero le encantaba se retorcía y paraba la cola de nuevo a cada golpe, la notaba cada vez más mojada y yo no quería parar de pegarle. Cuando vi lo húmeda que estaba me tenté demasiado. Le abrí las piernas todo lo que podía y empecé a pasarle mi lengua por todos lados sin chupársela para hacerla desear lo más posible y cada vez que ella quería poner mi lengua adentro suyo se ganaba una buena tanda de cachetadas otra vez. Con un hielo en mi boca le pase la lengua por todo el cuerpo desde el cuello a esas hermosas tetas y su espalda combinaba el hielo y la humedad de mi boca con el calor de mi mano y las caricias por cada lugar que iba pasando, y en el momento que me acerqué a su cuello intento abrazarme y subirse a encima mío, se tenía que controlar y fui por la fusta ya la mano parecía no era suficiente.

Cada vez menos gestos hacia cuando le daba, cada vez le dolía menos y la excitaba más lo cual me prendía fuego y me daba ganas de no parar. Me aleje unos segundos y me hizo una petición bastante particular, me dijo, mi marido sabe de todo esto, le encanta que me cojas pero se va a morir si no se lo filmo y poniendo el celular en una esquina volví con mucho lubricante y él vibrador para pasarle la lengua por ese hermoso clítoris mientras le metía ese enorme juguete para que se vuelva loca. Mi pija ya no aguantaba más y ella no podía estar más mojada, me levante rápido, la incline de nuevo y ella con la cola parada esperando los golpes pero esta vez le apoye la cabeza de la pija y sola resbaló hasta el fondo, agarrándola siempre del pelo la empuje hacia mi metiéndosela lo más profundo que pudiera.

Ella le hablaba a la cámara diciendo lo puta que era y como amaba la pija y se reía mandándole besitos al cornudo Y yo viendo su carita todavía sin haber visto nada, totalmente excitada agitada y muy caliente tan entregada para recibir pija y agarrándola de la cintura empecé a hacer sonar su cola rebotando contra mi calentándonos inclusive más y sus gritos me enloquecían, sin olvidarme cada tanto de darle sus cachetadas la cogí hasta que una gran carga de leche bien espesa comenzó a salir desde mi pija, llenándola a ella entera y chorreándole cuando despacito la saqué que por supuesto le mostré bien de cerca de la cámara como quedó ella. Y dándole unas buenas nalgadas más me aleje de nuevo y me empecé a cambiar, cuando escucho me pregunto qué hacía y le dije en una hora viene tu marido y te va a encontrar así. Lo vas a obligar a chupártela si? Y con una tremenda cachetada abrí la puerta y me fui.

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