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El nuevo jefe de mi mujer (Parte 7)
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Tiempo de lectura: 10 minutos

A la mañana siguiente me desperté antes que Noelia, aproveché para darle una ducha y enviarle algunos mensajes a Raúl.

En ellos le decía que intentará poner más celosa a mi mujer, que me gustaría que la hiciera sufrir un poco más. Me vino a la cabeza una idea, que no sé si saldría como esperaba, le propuse a Jordi que contrata a otra escort, que le dijera que se vistiera de secretaria sexy, que la hiciera llegar a última hora de la tarde junto a él, ja que la idea era que Raúl llegara también a última hora, quería que Noelia pensará que Raúl buscaba otra secretaria.

– Que tienes pensado Luis? Que se supone que tenemos que hacer en mi despacho?

– Cuando estéis en tu despacho me avisas, entonces yo disimuladamente hablaré con mi mujer y le preguntaré si te enseñó ya el vídeo, de normal me dirá que estás con otra mujer en el despacho y será entonces cuando le diga que aproveché para mandarte el vídeo.

Cuando lo recibas, le dices a la escort que te empiezo a comer la polla debajo de la mesa, pero no puede hacer que te corras.

– Esto se pone interesante, vaya mente más perversa tienes cabrón jaja.

– Sólo de imaginarme la situación ya se me está poniendo dura jaja.

Bueno, la cuestión es que cuando tengas a la otra debajo de la mesa, le dices a mí mujer que entre a tu despacho, que quieres hablarle del vídeo, si te dice alguna cosa de la chica, le dices que pase igualmente que es importante.

– Quieres que Noelia vea cómo me están comiendo la polla mientras os veo follar en el teléfono? Suena increíble, aún que quizá tú mujer me suelta un par de ostias.

– Si no se va enfadada, pregúntale si le apetece quedarse mientras te follas a la escort, entonces seguramente sí se vaya.

– Pero la final no va querer saber más de mí, tú me dijiste que podría follar con ella laguna vez más.

– No te engaño, ten paciencia, conozco bien a Noelia.

Ella llegará a casa enfadada y cachonda, pero yo le voy hacer nada tampoco, le diré que la invito a cenar a la marisquería que ella quiera y que luego ya le haré olvidar todo.

Tú lo único que tienes que hacer es reservar la misma habitación en la que estuvimos con Susana y esperar dentro de la habitación con algunas cosas preparadas para cuando lleguemos.

– Ostia, vamos hacer un trio?

– Esa es la idea, vamos hacer realidad la fantasía de Noelia, vamos hacer que se corra un montón de veces entre los dos.

– Gracias por elegirnos para el trio, puedes estar tranquilo que no haré nada que os incomode.

– Bueno Raúl, ya sabemos la teoría, ahora a rezar para que lleguemos a la noche tal y como hemos planeado.

Mi mujer ya había desayunado, y se había vestido con un vestido azul y negro que le tapaban los hombros pero le hacía lucir un generoso escote en el que cualquier hombre perdería la vista. Se calzó unas sandalias negras y fue a trabajar contenta.

Llegó la mediodía y todo seguía la rutina de un día normal y corriente, Raúl me había pasado fotos de la mujer que había contratado y no iba a defraudar, 1’75 cm melena rubia, ojos verdes, tetas operadas de la talla 95 y una cara muy bonita.

A las cinco de la tarde entró Raúl en las oficinas con Lucía, la rubia que parecía sacada de una revista de las que todos nos preguntamos de dónde sacan esas mujeres. Pasaron por delante de Noelia y Raúl pudo ver perfectamente como mi mujer se los había quedado mirando atentamente.

Yo acordé a lo pactado, escribí a mi mujer preguntando si ya le había enseñado el vídeo ñ a Raúl, en lo que ella contestó que había estado fuera todo el día y que hacía diez minutos que había entrado en el despacho eso sí, acompañado de una mujer muy guapa. Le dije que quizá estaba buscando otra secretaria y ella me contestó que no tenía ni idea.

– Cariño, y si le envías el vídeo ahora, con esa mujer en su despacho, que mejor manera de vengarse, porqué se morirá por verlo pero no se atreverá delante de la chica y si se atreviera sería divertido ver la escena.

– Está bien, vamos hacer cómo reacciona.

Mi mujer le pasó el vídeo por WhatsApp, Raúl al verlo le dijo a Lucía que ya iban a empezar. Lucía se quitó la camisa que llevaba y también el sujetador, luego se puso debajo de la mesa y le bajó los pantalones y calzoncillos a Raúl, del morbo de la situación, su polla estaba durísima.

Raúl empezó a mirar el vídeo mientras Lucía le comía la polla con mucha habilidad.

– Noelia, pasa a mi despacho en cuánto puedas, es urgente quiero enseñarte lo que has conseguido mandándome el vídeo.

Mi mujer entro al despacho con intriga de que se iba a encontrar en el interior, supongo que no habría pensado ver esa escena de la cual parecía no dar crédito.

– Para que me haces venir, ya veo que tienes a otra para que te chupe la polla.

– No te enfades mujer, tú me amenazaste ayer que me harías ver el vídeo sin hacerme nada.

– Y rápido has buscado a otra para reemplazarme.

– Si quieres le digo que pare y continúas tú.

– Ya claro y de paso nos ponemos las dos a chuparte la polla como dos guarras.

– Yo no me negaría, solo tienes que unirte si lo deseas, tengo polla para las dos.

– Y yo tengo una en casa más grande que la tuya y que me folla mejor.

– Bueno veo que no quieres, no pasa nada, si eres tan amable de dejarme con Lucía a solas, quiero terminar de ver tu vídeo mientras me la follo.

Mi mujer salo enfadada del despacho, por un instante dudo si ponerse de rodillas junto a Lucía a comerle la polla a Raúl, ya que al ver cómo le hacían la mamada la puso a mil, pero su orgullo le pasó por encima.

Esa tarde le dije a mi mujer que estuviera relajada, le conté que la invitaba a cenar una mariscada donde ella quisiera. Eso la animó bastante, le pedí que se pusiera lo más sexy que tuviera para ponerme cachondo durante toda la cena.

Se puso unas medias que se ataban a un conjunto de lencería negro que te dejaba sin palabras, encima se puso un vestido negro de tirantes en el que el escote dejaba ver todo el canalillo y un tercio de cada teta.

– Me parece que los camareros van a pelearse por servir nuestra mesa, estás jodidamente buena amor.

– Muchas gracias cariño, que miren todo lo que quieran, pensaran vaya mamón esté tío que se va a follar a este pivon.

– Pues si, te amo vida, venga vámonos.

Llegamos al restaurante y nos atendió rápidamente el maitre, nos puso en una mesa para cuatro en una zona tranquila del comedor, entre las mesas había separadores de forma que no podías ver con claridad el resto de personas, eso nos proporcionaba bastante intimidad.

La llegar el camarero, intenté hacerme el despistado, no quería incomodarle ya que quería que se fijará en las tetas de Noelia. Mi mujer le habló con voz melosa y se mostró muy simpática, rápido había entendido que me ponía cachondo ver como otros hombres se la comía con los ojos.

El camarero estuvo todo el rato atento a nuestra mesa y en ningún momento faltó nada, al terminar nos invitó a una copa.

Cuando nos fuimos, llevé a mi mujer a un pub ambientado como si fuera un bosque mágico, con árboles, luces, música chillout, sofás y mesas pequeñas, el pub está bastante oscuro, menos la barra donde pedías las consumiciones, la actual estaba al entrar al entrar al pub.

Nos acomodamos en un sillón para dos, pedí un par de cocktail bastante cargados, durante la cena habían servido vino blanco y ambos estábamos ya contentos.

Nos estuvimos besando y Noelia me contó que estaba un poco nerviosa, porqué no había plazas vacantes en el despacho y no entendía porque Raúl había querido contratar a otra secretaria, me decía que seguramente la quería despedir para poner a la nueva.

Yo le dije que se relajara, que esa noche quedaba prohibido hablar de trabajo, al terminar de decirle eso le besé el cuello y le metí la mano por debajo del vestido, llevándola directamente a su coño.

Mi mujer me dijo que estaba muy cachonda y quería follar conmigo toda la noche.

– Poco a poco cariño, te pone que te meta mano aquí mismo?

– MMM ya sabes que si, si pudiera te hacía ahora mismo una mamada que te dejaba seco.

– Quieres comerte mi polla amor?

Me desabotono el pantalón y bajé lo que pude el bóxer, mi polla que estaba presa se los calzoncillos, dejaba verse la mitad y ya estaba bien dura.

Noelia me la agarró y me besaba con lengua, mí mano empezaba a mojarse, su coño estaba realmente húmedo.

– Cariño tengo una sorpresa para ti, he reservado una habitación en un hotel cinco estrellas, la suite tiene una cama King size en la que vamos a poder hacer todo lo que se te ocurra.

– En serio? Que bien porqué me muero de ganas de tenerte para mí solita en un sitio más tranquilo.

– Pues si quieres nos vamos para allí.

Llamamos a un taxi, el cual nos llevó al hotel, el conductor hacía esfuerzos por no desviar su mirada al escote de mi mujer a través del retrovisor, y más cuando le dije a Noelia que se apretara las tetas para que aún se vieran más, de seguro puso bien cachondo al taxista, otro más esa noche pensé jeje.

Al llegar fui a recoger la llave, evidentemente Raúl ya había venido antes y disponía de otra llave, envié un mensaje a Raúl advirtiendo de nuestra llegada.

Subimos por el ascensor a la novena planta, la última del hotel.

Cuando íbamos por el pasillo, me empezaron a venir los nervios, era la primera vez que íbamos hacer un trio y no sabíamos cómo podía acabar la verdad.

Al estar en frente de la puerta, agarré con fuerza a mi mujer por el culo y la empecé a besar.

– Nos lo vamos a pasar de puta madre cariño.

– Te amo amor, entremos ya por favor, no aguantó más.

Al abrir la puerta, había una luz tenue encendida y música ambiente sonando en la televisión con la pantalla en negro.

La habitación era una suite, así que al entrar no vimos a Raúl, ya que tenía un pasillo antes de entrar al dormitorio, en el pasillo se encontraba el baño, la fortuna me sonrió ya que Noelia me dijo que iba al baño un momento.

Entre al dormitorio y allí estaba Raúl sentado en el sillón tomando un cubata.

En voz baja le dije:

– Noelia está en el baño, espero que no se asuste al vernos jaja

– Oye Luis, que hacemos nos quedamos así o nos ponemos en calzoncillos.

– Pues no sé tío, venga va en calzoncillos con dos cojones.

Nos quedamos en bóxer los dos y nos sentamos en la cama esperando a nuestra diosa. Escuchamos la puerta del baño abrirse, la emoción y nervios se apoderaban de mí.

Mi mujer entro al dormitorio sin el vestido, ya solo llevaba puesto el conjunto de lencería con las medias.

– Joder que susto! Que representa que haces aquí Raúl? Que es todo esto?

– Tranquila amor mío, esto es un regalo que quiero hacerte y Raúl quiere ayudarnos, está noche vamos a ser para ti los dos, para que hagas con nosotros lo que quieras, a que si Raúl?

– Efectivamente, Luis me contó que siempre has deseado hacer un trio con otro hombre, yo le dije que estaría encantado de participar, así que estoy a vuestra disposición.

– Madre mía, es que aún no me lo creo, joder cariño eres el mejor marido del mundo, te amo y quiero que sepas que si algo te sienta mal me lo hagas saber.

– Tranquila cariño, creo que ya hemos hablado demasiado.

– Venga va, iros poniendo a tono parejita que voy a prepararos unos cubatas.

Mi mujer se subió a la cama y me empezó a besar, yo le iba metiendo los dedos por debajo de las bragas, estaba completamente mojada.

Raúl nos acercó los cubatas, le di un buen trago y dejé el vaso en la mesita, mientras mi mujer bebía me puse de pie y le dije a Raúl que se acercara. Luego le dije a mi mujer si le apetecía comerse nuestras pollas.

Mi mujer se puso de rodillas en frente de nosotros, me quitó los calzoncillos a mí primero y luego a Raúl, los dos estábamos empalmados.

– Dos pollas para mí sola, que guarra me siento diciendo eso jeje

– Para nada amor, está noche te vas a hartar de comer polla.

– Ya sabes que no me canso nunca de eso, espero que me folles toda la noche guapos.

– Eso no lo dudes dijo Raúl.

Mi mujer agarró una polla con cada mano, empezó chupando la mía, dándole lametones a los huevos y escupiendo en el glande, luego escupió en la polla de Raúl, le lamió los huevos y se la metió en la boca.

Nunca imaginé que me pondría tan cachondo viendo a mi mujer con otra polla en la boca delante de mí. Noelia parecía dominar la situación y se la veía muy cómoda con los dos.

Se metió la polla de Raúl por completo en la boca y luego empezó a mamar la mía, también se la metió entera hasta la garganta.

La excitación se apoderaba de mí y me fui a por el cubata, me senté en el sillón y le dije a mi mujer que quería verlos un poco a ellos.

Mi mujer se desnudó por completo y se tumbó en la cama, pidiéndole a Raúl que le comiera el coño.

Luego le mandó que se tumbara boca arriba y ella le puso el coño encima de su boca y me dijo que me acercara, que quería comerme la polla mientras le estaban dando placer.

Me puse se pie en la cama y volvió a tragársela por completo, luego empezó a mamar fuerte, mi mujer notó que me estaba resultando difícil aguantar y me guiñó el ojo, dándome permiso para correrme, así que me relaje y disfruté de su boca. Raúl estaba haciendo un buen trabajo porque de vez en cuándo Noelia se sacaba la polla de su boca para gemir y no podía combinar la mamada con los espasmos de placer que le estaban ocasionando.

Mi mujer aceleró la mamada y se ayudó de sus manos para hacer que me corriera en su boca, le llene con violencia la boca de leche, ella no paró de tragar y mamar hasta que me empezaron a temblar las piernas.

Luego baje de la cama y le dije a Raúl que me tocaba a mí.

Así que en la misma posición nos intercambiamos los papeles.

– Noelia afloja un poco que me voy a correr si sigues así.

– Tranquilo hombre, mi marido ya se ha corrido en mi boca mientras me comías el coño.

– Bueno, si no ponéis ninguna pega, por mí puedes continuar.

Raúl no tardó en correrse, y fue entonces cuando fuimos hacer un trago los tres.

– Bueno chicos, ahora que ya os habéis desahogado un poco, vais a darme un poco de caña?

– Te vamos a reventar cariño.

Agarré a mi mujer y la puse a cuatro patas en la cama y la empecé a follar por detrás, mientras ella volvía a chupar la polla de Raúl, la cual ya se estaba recuperando.

No tuve piedad y embestía con fuerza, le metía por completo toda mi polla, y estaba marcando un ritmo rápido, mi mujer tenía dificultades para realizar la mamada por mi culpa, cuando estaba a punto de decir de cambiar la posición vi una imagen que me puso a cien. Raúl cojo del pelo a mi mujer y le obligó a comerle los huevos y luego le empezó a golpear en la cara con la polla hasta que volvió a metérsela en la boca y con su mano fue obligando a mi mujer a tragársela por completo. Mi mujer estaba a merced de Raúl y le dejaba hacer lo que él quería, casi me corrí al contemplar tal espectáculo, así que la saqué y le dije a Raúl de cambiar.

Raúl siguió mi ritmo y mi mujer estaba completamente entregada a nosotros y me pedía que le follara la boca, que me amaba y quería verme disfrutar al máximo.

Luego Raúl le dio la vuelta a mi mujer y la puso boca arriba y empezó a follársela, yo puse mis huevos en la boca de Noelia y entre los dos le tocábamos las tetas.

– Vaya tetas tiene tu mujer, las mejores que e visto en mi vida de verdad.

– Ya lo sé, grandes, naturales y bien puestas, no verás muchas así seguro.

– Me muero por follar esas tetas

– Mira que te muestro cómo queda de bien una polla en medio de ellas

Me delante de forma que podía follar las tetas de mi mujer mientras el continuaba a lo suyo.

– Uff madre mía, vamos a cambiar que yo también quiero.

– Venga va.

Después de un rato, me senté en el borde de la cama, mi mujer estaba de lado de forma que podía mamar mi polla mientras Raúl la follaba aguantado una pierna.

Mi mujer se había corrido más de tres veces y estaba disfrutando como nunca.

– Oye Raúl, que te parece si grabamos en vídeo cómo nos come la polla hasta que nos corremos.

– A mí genial.

– Te gustaría cariño?

– Haz lo que quieras mi vida.

Volvimos como al inicio, los dos de pie y ella en medio comiéndose nuestras pollas, me aparte un poco y enfoque bien la mamada a Raúl ya que quería ver como se corría en la cara de mi mujer.

Noelia abrió la boca y Raúl empezó a masturbarse hasta soltar una buena corrida en la cara de mi mujer, algunas gotas resbalaban a sus tetas, me puso como loco ver como le llenaban la cara de leche a mi mujer así que le di el teléfono a Raúl y Noelia me empezó a chupar la polla con la corrida en la cara aún.

Le dije que me iba a correr y abrió la boca sacando su lengua y aceleró el ritmo de sus manos, en segundos estaba soltando leche en su cara, cuando ya no salía más se la trago y la dejó reluciente.

– Madre mía, que arte tienes Noelia, eres un cabrón con suerte Luis.

– Ya lo puedes decir, así que cuídame como una reina siempre.

– No lo dudes nunca eso jeje.

– Bueno chicos, nos damos una ducha y seguimos?

– Venga va, que la siguiente quiero ver cómo te corres dentro de tu mujer.

– Eso está hecho!

Nos fuimos a duchar mientras seguíamos bebiendo, en el cuadro de baño disponíamos de un jacuzzi así que la velada siguió durante toda la noche hasta que nos quedamos dormidos.

Continuará.

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