Esta historia sucedió algún tiempo antes de las historias de mis relatos anteriores.
Manuel era uno de mis mejores amigos de la preparatoria, hacíamos muchos trabajos en equipo y nos llevábamos muy bien. Pasábamos mucho tiempo juntos jugando algún video juego o rentando películas y viéndolas en su casa. Obviamente desde aquel tiempo a mí ya me atraían los hombres y Manuel me parecía sumamente atractivo, pero sabía que nunca pasaría nada entre nosotros dado que por su religión era muy conservador en cuestiones sexuales o al menos esa era la fachada que me daba.
En cierta ocasión me invitó a pasar todo el día en su casa ya que sus papás habían salido a un evento de su religión y regresarían hasta el día siguiente. Llegamos a su casa y dejamos nuestras mochilas en su cuarto, después de que ambos nos cambiamos el uniforme y nos pusimos ropa más cómoda, bajamos a comer la pizza que habíamos ordenado, hasta ese momento todo transcurrió como normalmente sucedía chistes, bromas, comentarios de ciertos maestros y compañeros
Terminamos de comer y nos subimos a su cuarto con la idea de jugar, pero en lugar de eso me dijo – tengo algo que enseñarte, espero no lo tomes a mal- y sacó de debajo del colchón unas 4 revistas para adultos – las dejó un primo que vino la semana pasada, la verdad no había tenido oportunidad de verlas porque estaban mis papás, quieres que las veamos- yo le dije –si claro, si tú quieres yo no tengo ningún problema.
Extendió las revistas sobre la cama y me dijo -escoge la que tú quieras- para mi sorpresa, vi que dos revistas mostraban a mujeres desnudas y las otras dos mostraban a hombres desnudos. En ese momento pasó por mi cabeza la idea de que tal vez existía una pequeña posibilidad de que algo sucediera, pero antes tenía que medir el terreno, le dije – escoge tu primero son tuyas- si escogía una de las revistas con los hombres desnudos yo lo imitaría y sabría que tendría una oportunidad y efectivamente así lo hizo, escogió una revista que mostraba a un hombre de piel blanca vestido con una chaqueta de bombero, su casco y su pantalón abierto por el cual se asomaba su verga que sostenía firmemente con su mano. Yo tomé la otra revista, la cual mostraba una pareja de hombres completamente desnudos en una oficina solo con una corbata y el pantalón a los tobillos.
Nos sentamos en un sillón de dos plazas que había en su recamara y empezamos a hojear la revista al inicio nuestros cuerpos estaban separados y cada uno de nosotros se enfocaba en su propia revista, de pronto Manuel se deslizó un poco sobre el sillón y abrió sus piernas lo cual hizo que su rodilla chocara con la mía, no le di importancia y seguí metido en mi revista, mi verga ya estaba despertando dentro del pantalón y el roce con la pierna de mi compañero hizo que diera un pequeño salto.
Algo me hizo voltear a ver que hacia Manuel y vi que se empezaba a masajear su verga por encima del pantalón, en el cual, ya se marcaba un pequeño bulto. En ese momento sentí como apoyaba más su pierna contra la mía, eso me hizo dudar de si era una indirecta o solo una casualidad por la postura, así que separé mi pierna un poco y el la volvió a juntar, ahí me animé a dar el siguiente paso y dije – vaya vergas que se cargan estos tipos- él me contestó –si verdad, ¿oye estoy un poco incómodo con el pantalón ¿te molesta si me quedo en pelotas? – Adelante es tu casa- le contesté, acto seguido se levantó del sillón y desabrochó el pantalón y se lo bajó con todo y calzones dejando al descubierto un pedazo de carne blanca semi-erecta de unos 15 cm con unos vellos rubios que cubrían unos pequeños testículos. Tuve que hacer un esfuerzo para no lanzarme a agarrar aquel paquete, se volvió a sentar y agarrando su revista llevó la mano a su verga y empezó un suave sube y baja- ¿te molesta si me quedo en pelotas yo también- le pregunté- al contario- dijo sonriendo. Así que me quité mi pantalón y mi ropa interior, me senté en el sillón y Manuel se recorrió en el asiento pegándose a mí de manera que su pierna y la mía estaban completamente juntas, me dijo – así lo vamos a disfrutar más porque podemos mirarlas juntos-
Cada uno de nosotros se encargaba de su propia verga, hasta que Manuel me dijo mostrándome una imagen de dos hombres sentados en un sillón, masturbando a su compañero- deberíamos intentar esto no crees- y sin esperar respuesta llevó su mano a mi verga y la empezó a sobar suavemente mientras subía una de sus piernas sobre mi muslo, yo exhalé un suspiro y llevé mi mano a la verga de Manuel, empezamos un sube y baja con la reata del otro mientras mirábamos nuestras revistas que descansaban sobre los muslos.
De pronto Manuel clavó su vista en mi verga y dejando que su revista se resbalara hacia el piso se acercó a mí y me dio un beso, se alejó instantáneamente, yo me acerque a él y le devolví el beso. Nos acercamos al otro al mismo tiempo y nos dimos un beso de lengua, mientras nuestras manos seguían encargándose de la verga del otro. Manuel se alejó de mi un momento, se acomodó de tal manera que quedó con ambas piernas flexionadas arriba del sillón – siéntate como yo- me dijo con una voz entrecortada- imité su movimiento y me senté igual que él, lo más pegado que pude, de manera que mis piernas eran abrazadas por las de él estábamos tan juntos, que nuestras vergas rozaban entre si mientras nos abrazábamos y nuestras manos recorrían la espalda del otro y nos dábamos pequeños besos ocasionales en la boca.
Cambiando de postura Manuel me recostó en el sillón y él se colocó sobre mí, al ser casi de la misma estatura nuestras vergas ya completamente erectas continuaron rozándose, se lanzó a besarme en la boca y fue descendiendo poco a poco llenando de besos mi cuerpo, hasta que sentí su cálido aliento en mi miembro, primero pasó la lengua por todo el tronco deteniéndose especialmente en el glande, luego volvió a bajar hasta mis testículos, los lamió, los chupó y se los metió a la boca alternadamente, después volvió a subir a la cabeza de mi verga, que ya lanzaba sus primeras gotas de precum. Después de lamerla, empezó a meterla completamente en su boca, podía sentir sus labios chocando con mi vello púbico, luego suavemente empezó a subir y bajar lentamente por todo el tronco, ocasionalmente apretaba sus labios contra mi verga, ahora que lo escribo me doy cuenta que con dicha técnica fue evidente que no era la primera verga que chupaba, volvía a subir a la cabeza y la recorría con su lengua chupando el precum que lanzaba.
Manuel me tenía completamente dominado en un placer que nunca había sentido, mis manos apretaban suavemente su espalda, subió nuevamente hasta mi boca donde nos dimos un beso, -quiero que nos hagamos un oral al mismo tiempo- se volvió a acostar sobre mi pero esta vez yo tenía su verga a la altura de mi boca, la empecé a chupar suavemente y aunque nunca lo había hecho, deseaba regresarle el placer que él me estaba proporcionando, pasaba mi lengua por todo su glande que ya estaba lubricado y lo probé la experiencia fue alucinante, empecé a meter su verga en mi boca al inicio me costó un poco de trabajo encontrar la técnica adecuada, y seguramente más de una vez lo lastimé sin querer, pero poco a poco fui dejándome guiar por los movimientos que el hacía en mi verga, imitándolos yo con la suya, en ese momento una de mis manos fue directo a su culo y empezó a jugar con él. Pude sentir como Manuel se contrajo del placer, así que sin pensarlo decidí continuar con aquel juego, mientras nuestras bocas estaban ocupadas en lamer la verga del otro, uno de mis dedos empezó a moverse tratando de entrar en aquel apretado culo, lleve mi dedo índice a mi boca y chupándolo suavemente volví a llevarlo a su culo y esta vez pude sentir como empezaba a entrar, en esto tenía un poco más de experiencia ya que lo había hecho conmigo mismo cuando me masturbaba, así que empecé a mover mi dedo en forma circular y luego flexionándolo un poco lo metía y lo sacaba.
Manuel se separó de mi verga –me encanta lo que estás haciendo- y se puso en cuatro sobre el sillón recargando su pecho en uno de los brazos, me acerqué a él y decidí seguir jugando con su culo, pero esta vez no usaría mi dedo, sino la lengua. Me acerqué a sus nalgas y las apreté con mis manos mientras las separaba, llevé mi lengua a su culo y empecé a hacer círculos y a pasarla sobre su agujero, mis lamidas provocaban que Manuel se retorciera de placer, volví a introducir un dedo, pero como entro con facilidad debido a la dilatación y a lo húmedo que estaba introduje dos dedos empezando a moverlos, meterlos y sacarlos. Empecé a incrementar el ritmo con el cual metía y sacaba mis dedos, de pronto ya eran tres dedos los que masajeaban el culo de Manuel, de vez en cuando alternaba mis dedos y los cambiaba por mi lengua que entraba y salía de aquella cavidad, después de unos 5 minutos de estar cogiéndolo con mis dedos Manuel dijo- Me vengo… -y unos 5 chorros salieron disparados contra la revista que yo había estado leyendo y que había quedado justo debajo de su pene, cuando terminó de chorrear se volteó y dándome un beso, bajó a mi verga y metiéndosela a la boca empezó una mamada que me llevo al éxtasis en un segundo pues con su otra mano estimulaba mis testículos. Le alcancé a avisar que me venía, pensando en que se retiraría, pero solo incrementó el ritmo de la mamada haciendo que lanzara chorros calientes de semen dentro de su boca, limpió mi verga y se retiró y volvió a darme un beso donde pude sentir el sabor de mi corrida.
Nos tumbamos en el sillón desnudos y abrazados –creo que tendré que pagarle la revista a mi primo- me dijo Manuel tomando con su dedo la corrida que estaba sobre una de las hojas, le tomé la mano y la llevé a mi boca, saboreando su semen – me gustaría ver como se la vas a pagar- dije, mientras le daba un beso.
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