Yo salía del boliche y paré un remis para ir a casa. Cuando me agacho por la ventanilla para decirle al chofer hacia donde iba veo que estaba hermoso. Trigeño, ojos verdes, musculoso, bien vestido. Así que decido subir en el asiento del acompañante.
Apenas mueve el auto me dice que no había ni un caballero que me llevara a casa para ahorrarme el pasaje y yo aprovecho la situación y le digo "hoy no, pero mejor, porque ninguno estaba tan lindo" luego agrego un "como vos". Estábamos en el semáforo y él me dice "ah si? Vos también estas muy buena"
Ya fue, me re mandé, total, si me decía que no era poco probable que lo vuelva a ver. Le sonrío y empiezo a frotar su pierna con mi mano y él me devuelve la sonrisa y me dice "espero no me vayas a calentar en vano, eh".
Ese no era mi plan, así que sin decirle nada intento desabrochar su cinturón pero no puedo, así que él para en el semáforo y se lo desabrochar y saca su verga. Ya estaba parada y muy dura cuando me dice "tragatela toda".
Yo obedientemente me tiro a comérsela hasta la base y empiezo a cabecear, llenaba su pija de mi saliva lubricándolo bien y él me decía "si, putita, dale, cómetela toda, chupapijas" Me puse más caliente, sentía como se me hinchaba la concha solo de escucharlo y un segundo después siento que estaciona el auto. Yo saco mi cabeza de entre sus piernas y me saco la bombacha para montarlo.
Me siento en su regazo abriendo mis piernas lo más que pude y sentí la gloria penetrándome. Bajé lentamente para sentirlo todo y le dije que me rompiera toda. Él me levantó el top y el corpiño dejando mis tetas en su cara, luego me agarró de las caderas y empezó a moverme.
Yo me lo montaba lo más fuerte que podía. Sentía toda su pija llenando mi concha y no aguanté los gemidos.
-"Así, así. Hijo de puta rompeme toda"
– Te voy a dejar toda abierta, putita.
Eso era lo que yo quería. Que ese remisero me penetrara y me embistiera como un animal y eso hacía.
– Voy a acabar.- me grita
-Llename la concha de leche, papi
Sentí como me apretaba las caderas y me sentaba en su verga con toda la fuerza que podía cuando sentí toda su leche caliente en con concha.
Acabamos al mismo tiempo. Su explosión se coordinó con la mía y yo sentía como su leche chorreaba por mi raja y sus bolas. Me quedé sentada sobre su pija dura un segundo y luego me levanté para tirarme en el asiento del pasajero con las piernas lo más abierta que podía. Me ardía todo y mi concha palpitaba de saciada. Pase lo mano y sentí el resto de leche, me chupe los dedos y lo miré
– me rompiste toda la concha
– te gusto, putita? Me dejaste sin leche, bebé. El viaje es gratis sabes?
– obvio jaja
Me llevó hasta la esquina de mi casa y fui todo el camino con la concha abierta. Cuando bajé del auto apenas podía caminar.