Ya tenía tiempo convenciendo a mi novia de que fuéramos a un bar swinger. Ella tiene 27 años y yo 32. Le había contado que me gusta ver y que me encantaría ver como se la coge alguien más.
Después de haberle platicado a cerca de ello finalmente nos decidimos a ir a uno en el centro.
Se arregló bonito y se veía deliciosa. Traía una falda pegadita, se puso una tanguita negra y unos tacones negros. Llegamos y era un lugar no muy agradable en donde la mayoría de las personas que había ahí eran señores de entre 40 y 50 años, sucios, etc. Se veía que era un lugar en donde no exigían tanto en cuanto la apariencia pues era un lugar ubicado en una vecindad.
Al entrar, de inmediato nos dimos cuenta las miradas que se fijaron en ella. Parecía que nunca había ido alguien tan hermosa y rica como ella a ese lugar porque nunca la dejaron de ver aún en mi cara y descaradamente.
Elegimos una mesa en un rincón y empezamos a ver el ambiente. Todos estaban sentados, viendo pasar a la gente, escaneando unos a otros y, la mayoría, seguía fijando su mirada en mi novia.
Me pare por unas cervezas para ir ambientándonos y le dije que me esperara ahí sentada. A lo lejos vi como varios se le acercaban para invitarla a bailar pero ella les decía que no. Volví con las cervezas y empezamos a tomar tranquilamente. Un par de valientes se acercaron a preguntar si podían sentarse con nosotros pero a todos les dije que no, que se fueran. Una pareja de unos 50 años aproximadamente nos preguntó si íbamos a ver o solo a interactuar pero sólo de verlos me dieron hueva a lo que tajantemente les dije: "sólo a ver".
La música se puso en lo alto, seguimos tomando pero ahora cambié por tequila en vez de cerveza. Yo quería verla sumisa y flojita para que hiciera lo que yo le dijera con quien yo le dijera.
Varias veces se paró al baño y solo veía como las miradas la seguían, ella también se daba cuenta y eso le gustaba; jugar con ellos y ver lo que nunca podrán tener entre sus manos… o sí?
Minutos después, ya entonados y con un par de shots encima, un showman de repente tomó el micrófono y propuso un juego.
"Necesito 2 chicas lindas y 5 afortunados que pasen al frente".
Le dije, "pasa y hazme ver de qué eres capaz".
Se levantó y pasó al frente. Muchos de los presentes no podían creer que la más rica del bar pasara. La otra chica era una chica promedio sin nada llamativo, solo delgada y con minifalda.
Los 5 hombres que pasaron eran casi señores, bigotones y feos. Se veía que habían escapado de sus casas y de sus esposas solo con el morbo de ver o tocar alguna chica linda como mi novia… pues parecía que era su noche de suerte.
El juego consistía en que durante 2 minutos que dura la canción podían tocarlas y hacerles lo que quisieran, excepto penetrarlas.
Los tipos parecían lobos viendo a su presa. No podían creer lo que estaba a punto de pasar. En seguida comenzó la música, la cama empezó a girar y sobre ellas se abalanzaron esos 5 tipos desagradables. De inmediato le subieron el vestido, le hicieron a un lado su tanga y fuertemente empezaron a dedearla, tocarle los senos, a besarle el cuello, etc. Estaban locos de lujuria, nunca en su vida habían tenido entre sus manos a una chica de 27 años y también hermosa como ella.
A la otra chica no le dieron tanta importancia, obviamente también la tocaron y gozaron pero todo el club se dio cuenta que la estelar fue mi novia. Terminó la canción pero ninguno se quería alejar, fue ella la que tuvo que pararse porque obviamente todos estaban con la verga a todo lo que da. Cuando volvió le dije "te viste deliciosa entre tantas manos" y era verdad, verla con esa cara de asco pero a la vez de satisfacción sumada al morbo que generó el show hizo que quisiera seguir viéndola y los demás también.
Al bajarse de ese colchón se dirigió hacia nuestra mesa acomodándose la falda y su tanga no pudiendo evitar las miradas morbosas y lascivas de cada uno de los presentes.
Seguimos tomando y el show seguía, dos chicos striptease musculosos salieron de atrás. Se supone que debía pasar a cada mesa a preguntar si alguna chica quería bailar con ellos pero de inmediato se dirigieron hacia la nuestra. Me preguntaron si la dejaba pasar a interactuar pero ella en seguida dijo "si quiero". Mi cara de sorpresa fue evidente porque me di cuenta que el ambiente y, tal vez, el show pasado la había dejado caliente e insatisfecha, con ganas de seguir provocando tal vez no solo a mí, sino a todos los demás, después de todo, estaba en una cueva de lobos a la que todos se querían comer.
Después de afirmar, uno de ellos se la llevó cargando, haciéndola enseñar su panochita a todos. La bajaron en un sillón Kama Sutra ubicado en medio de la pista. La música empezó y ahí estaba parada ella, con los ojos tapados con una banda sin saber qué hacer, solo estaba esperando a que hicieran un movimiento pero no sabía lo que venía. Poco a poco empezaron a besarle el cuello, a tocar sus piernas y bajarle sus prendas. Súbitamente uno de ellos la volteó y sin decir nada, la empinó sobre el sillón, le hizo a un lado la tanga y de un golpe la penetro. No supe si el grito-gemido que emanó fue de placer o dolor o ambos. La cara de todos nosotros los espectadores fue de asombro. Yo no podía creer lo que estos dos estaban haciendo y los demás sólo se imaginaban siendo ellos quienes estuvieran ahí. Poco a poco se acercaban para ver mejor de cerca y admirar su vagina siendo penetrada.
El show no duró mucho, al fin de cuentas creo que solo querían prender a la gente para darle paso a lo que seguía y a lo que todo mundo va, al cuarto obscuro.
De nuevo volvió a la mesa pero esta vez yo le ayudé a ponerse su ropita porque ya se veía mareada y un poco cansada. Le pregunté tocándole su vagina:
Yo: "¿te gustó, amor?"
A lo que ella solo respondió con un "mucho".
Era evidente que aún estaba caliente y yo más.
Le serví otro tequila para que se relajara aún más pues la noche aún no terminaba y yo aún no me venía.
Después de todo el show que dimos, o que más bien, ella dio, nos dirigimos al cuarto obscuro. Las miradas nos siguieron, los muy cínicos casi casi nos siguieron viéndole las nalgas y solo viendo de lejos esperando el momento de que les toque una probadita de ella.
Al llegar vimos a unas parejas que ya habían empezado. Nos sentamos a ver como estaban cogiendo y también para que descansara un poco. Yo ya estaba muy caliente y mi pene ya estaba sacando ese líquido seminal, señal de que ya no puedo contenerlo más. Ahí sentados empecé a besarla rico y cariñosamente, tocando sus senos, pasando mis manos por sus piernas, diciéndole cosas ricas y sucias como:
"No sabes cómo me pones de cachondo, sacas lo peor de mi y solo te quiero ver seguir disfrutando."
Ella me respondió:
"Haz conmigo lo que quieras y con quien quieras, soy tu puta esta noche y a eso vine, a hacer que tengas el mayor placer de tu vida viéndome como abusan de mi".
… (Sin habla)
Ya no supe qué me gustó más… lo que había visto hasta ese momento o lo que me acababa de decir. Sus palabras fueron mágicas y accionaron el freno que tenía puesto.
No esperé más tiempo, no le pregunté, ya había esperado mucho tiempo y ya tenía su permiso. Me bajé el pantalón, saqué mi verga y de su cabello la tomé dirigiendo su cara hacia mi pene erecto. Sus mamadas se hacían escuchar en todo el cuarto, con fuerza la tomé de arriba hacia abajo. Le levanté la falda apretando sus nalgas, los tipos de a lado solo veían mi cara de satisfacción y la manera en que la bajaba hacia mi verga. Se empezaron a frotar el pantalón de una manera cínica viendo el delicioso trasero entre mis manos.
Con la mirada les dije que se acercaran y la disfrutaran conmigo. No lo pensaron, se pusieron atrás de ella viéndole su duro y rico trasero. Al sentir unos dedos que no eran los míos frotando su vagina la hizo dar un pequeño salto de susto o de sorpresa.
Me gustó ver el rostro de los tipos, uno con aspecto y fachas de albañil un poco panzón y el otro un poco más joven e igualmente mal arreglado. Uno de ellos bajó su tanga metiendo su cara entre sus nalgas, eso hizo que diera un fuerte gemido sacando mi pene de su boca para voltearlos a ver.
Me volteó a ver y me preguntó:
"¿Te gusta esto, amor?"
"Mucho" -le respondí.
"Entonces a mi también me encanta" -me dijo.
"Quiero verte flojita y cooperando". Me aparté y le dije al otro tipo que ocupara mi lugar. De inmediato sacó su verga, se acomodó en donde yo estaba sentado y solo se dedicó a disfrutar de su linda boca subiendo y bajando por su asqueroso pene, dando gritos de placer y apretando sus senos fuertemente, como no queriéndolos soltar nunca.
El señor de atrás cuando se sació del sabor de su vagina de inmediato se acomodó, apuntó su pene a la misma y de a poco la empezó a meter.
"No maaames… que rico… que rica está esta chamaca o no? Hijo?" exclamó.
¿O sea que padre e hijo estaban disfrutando a mi novia? Me importó poco porque ella se veía súper rica y excitante al ver a esos dos morbosos pervertidos Haciéndola como querían. No duraron mucho cuando de repente y casi al mismo tiempo acabaron dentro de ella, uno en su vagina y el hijo en su boca.
Había una pareja a lo lejos disfrutando y casi no pudiendo creer lo que estaban viendo.
Volteé a ver al chavo, igualmente feo, moreno y sin ningún chiste y le dije ¿tu gustas?
Con asombro volteó a ver a su novia. "Ve y cógetela, bebé" -ella le dijo. Mi novia apenas se estaba incorporando de la cogida que le metieron padre e hijo hace unos momentos cuando así como así, sintió que alguien más la levantó, la empinó y le empezó a propinar embestidas, una tras otra una tras otra. Eran obvias las ganas con la que se la estaba cogiendo pues su novia no tenía mucho que ofrecer.
Después de unos pocos minutos y sin disimular mucho se vino también él. Nunca había visto su vagina tan llena de mecos y no de los míos.
Ya no podía más, ya había sido disfrutada por muchos el día de hoy, yo estaba casi satisfecho al recordar y ver todo lo que había pasado, solo me faltaba descargar a mi.
Esta vez no quería espectáculo, esta vez la quería solo para mí. La metí casi a empujones a una cabina, ella aún cansada y borracha estaba aún a mi merced. Su vagina ya había sido penetrada muchas veces hoy, su ano ahora era solo mío.
Sin perder mucho el tiempo se lo metí de un golpe. Ella gritó de placer así como yo. No pude evitar decirle mientras la penetraba.
"Que rica te viste hoy amor, estás deliciosas y solo eres mía mía mía…"
Descargué todo lo que había acumulado en la noche, lo estaba guardando y su ano terminé.
Por fin satisfecho nos fuimos, pero espero que se repita…