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De pinta con mi profe de matemáticas
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Tiempo de lectura: 13 minutos

Gracias por seguir leyendo mis relatos, les recuerdo mi nombre: soy Paulina, tengo 33 añitos excelentemente bien vividos, soy una mujer Tv FullTime, esto básicamente quiere decir que actualmente estoy totalmente definida en mi rol femenino, salgo vestida de mujer a la calle y realizó la totalidad de mis actividades como tal.

Este relato es la continuación de “Mamando la verga de mi profesor en el extraordinario”. Tiene lugar en la CDMX por allá del año 2005, justo cuando yo tenía mis preciosos 18 añitos y mi juventud estaba a flor de piel. Ojalá les guste.

Había pasado ya un mes de aquella deliciosa tarde que había realizado mi examen extraordinario oral con mi nuevo profesor favorito de la prepa, se llamaba Armando Uscanga y me impartía clases de matemáticas. Durante todo este mes habíamos estado en contacto por mensajería (que en aquel momento era como lo más parecido a whatsapp pero sin fotos) y la conversación con el siempre tenía un aire de cachondez y lujuria sin tapujos. A él le gustaba compararme con una amiga de la escuela: Franny, otra niña travesti tan puta y desclosetada como yo, y a mi me gustaba saber que lo había hecho mejor que ella, obvio él sabía tomar ventaja del tema y me decía que para tomar una decisión tenía que comerse el paquete completo, pues a Franny ya se la había cogido y conmigo aquella deliciosa tarde solo fue sexo oral. No planeaba hacerme del rogar ante la oportunidad de irme a la cama con este profesor madurito que de antemano ya sabía yo que tenía una deliciosa vergota que me hacía alucinar, sin embargo mi Profe era especial en este tema y estaba aferrado por no decir obsesionado en cogerme con uniforme de la prepa en dónde yo estudiaba, no me molestaba la idea pues para ese momento yo ya tenía un amplio camino recorrido en el tema travesti, ya había tenido varias experiencias que aquí les he descrito, así que estaba encantada con la idea de mi profe.

Por tal motivo me aventure a robar el uniforme de mi hermana mayor, pues ella también estudio en esa prepa, y al ser mayor que yo ella siempre fue mi proveedora de ropa, zapatos, maquillaje y accesorios en mis principios en este hermoso mundo. Apenas lo tuve en mi poder le escribí a mi maduro profesor, le dije:

P- Hola Profe, espero no se olvide de mi, quería ver si hay oportunidad en estos días para que me dé unas clases de regularización.

El fue menos discreto, pues me contestó:

AU- Mi niña Pau!! Tienes lo que te pedí?

P- Por supuesto! Le dije que yo me encargaba no?

AU- Perfecto, oye… podrías faltar a clases mañana?

P- Me está invitando a irme de pinta profe?

AU- Algo así… Es que pedí licencia para mañana viernes pero ya arregle por teléfono mis asuntos, así que, que te parece si paso por ti mañana a tu casa y venimos a mi casa a que hagas unas pruebas?

P- Jijiji… Si me encanta la idea

AU- Oye… Pau…

P- Dígame profe…

AU- Pero me encantaría recogerte con eso que te pedí ya puesto… se podría?

P- Será muy arriesgado, pero por mi profe consentido lo que sea! Solo que cuando esté lista le mando un mensaje para que pase por mi a dónde esté…

AU- Me parece bien, hasta mañana nena.

P- Hasta mañana papi.

Afinamos detalles, le platique que mis padres y mi hermana salían a sus respectivos trabajos a eso de las 7:30 AM, a partir de ese momento tenía casa sola, afortunadamente la señora que le ayudaba con la limpieza de la casa ese día no iba, así que prácticamente no tendría ningún inconveniente para vestirme a gusto. Me sentía muy feliz y cachonda al mismo tiempo, y sobre todo me excitaba el saber que tendría para mí toda la mañana la deliciosa verga de mi maduro profesor y que de una vez por todas dejaría claro que soy la mejor y más puta niña travesti de la escuela.

El resto de mi tarde la ocupe para repasar temas como mi depilación, arreglarme las uñas, y peinar mi peluca (si en ese momento aún usaba peluca), y por supuesto, le hice un par de arreglos al uniforme escolar de mi hermana, pues si bien siempre admire su sensualidad y feminidad natural, su uniforme no era para nada atrevido y yo quería verme atrevida, sexy, puta para mi profe, obvio sin exagerar pues como había quedado con el, yo lo esperaría en algún lugar que yo escogiera pero ya tendría que salirme con esas ropas de casa pues el deseaba pasar por mi ya vestida, así que recogí la falda para dejarla unos 10 cm por arriba de mis rodillas, y la entube para ceñirla a mis curvas y que pudieran resaltar descaradamente mis gordas nalgotas. Al otro día me levanté de manera normal con mis padres, desayuné ligerito con ellos y los despedí deseándoles un lindo día, quedándome en pijama ante ellos para que no sospecharan. Mi mami me dijo antes de salir:

Mamá- A qué hora entras hoy a la escuela hijita?

A lo que conteste:

P- Tengo clase hasta las 10 mami, y de allí toda la tarde, y creo que tendré regularización de matemáticas…

Obvio no iba a contarle que planeaba vestirme como una colegiala puta para mi profesor, para que más tarde me pusiera a mamar y me diera verga de a perrito.

Apenas cerraron la puerta y yo ya iba de camino al baño, me urgía despojarme de mi pijama de niño y traer a Paulina a este mundo. Cómo siempre lo primero era darme un exquisito baño para quitarme los olores a cama y quedar fresca, mi depilación de un día antes se notaba y me sentía suavecita por dónde sea que me pasaba mis manos, me enjabone mi cuerpo con jabón Ponds porque ese jabón no reseca la piel, obviamente también me realice un lavado anal a conciencia, pues en definitiva hoy usaría mi hoyito para darle placer a este macho vergudo, al salir me dirigí desnuda a la habitación de mis padres, pues siempre me gustó maquillarme en el tocador de mi mamá.

Antes que todo, peine mi cabello para atrás y me acomode la red de mi peluca. Para esa ocasión sabía que mi maquillaje no podía ser exagerado, pero si debía meterle empeño, así que solo aplique una capa de maquillaje líquido en tono seda claro, un poco de polvo traslúcido para sellar mis poros, un poco de lápiz delineador en mis párpados, eso sí, mucho, muchísimo rímel para acomodar mis pestañas y hacer lucir mis cachondos ojitos y un poco de brillo labial sabor a cereza, está vez no podría usar lápiz labial pues debía pasear por las calles como una jovencita que iba camino a su escuela. Cuando termine el espejo del tocador de mi mami me regalaba la imagen de una linda señorita con cabello corto, me lance un piquito a mi misma y me dirigí a mi habitación para vestirme.

A mí disposición contaba ya con muchas tangas esconde penes de un diseñador de ropa para travestis aquí en la Ciudad de México, así que escogí una rosa pastel, con suaves olanes de tela de encaje por todos sus bordes, en definitiva esa fue hasta que se acabo una de mis prendas interiores favoritas, pequeña y de un hermoso color muy femenino, y como lo dice su nombre, su diseñador se encargó de fabricarla con una abertura especial para introducir el pene y con un discreto broche la jalabas para atrás, de esta manera mi pequeña verguita quedaba totalmente escondida, y el pequeño triángulo de la prenda desaparecía por completo en mis gordas carnosidades femeninas, un bra con almohadillas para aumentar volumen en color blanco me ayudaban a estilizar mis pequeñas bubis que como ya he contado con anterioridad, debido a un problema hormonal en mi pubertad yo desarrollé, si bien no son unas chichotas, son naturales y son mías y rebotan conmigo de manera deliciosa cuando montamos a un macho. La playera y la falda del uniforme, me lucían espectaculares después de las modificaciones que les hice, y un bonito par de flats negros, me daban el toque de feminidad que terminaban de complementar mi atuendo, me coloque mi peluca y la fijé con pasadores a la red, y enseguida tome un poco de espuma para peinar y la acomode lo más natural que pude, por último algunas pulseras, un par de anillos y unos aretes rosas de broche en forma de corazón (pues en ese momento aún no tenía mis orejas perforadas).

Tome mi mochila que era color morado, y metí en ella todo lo necesario para mí día y para mí encuentro: Llaves, dinero, teléfono, maquillaje, chicles, preservativos y lubricante, además de meter mi uniforme escolar de niño y mi desmaquillante, pues no sabía a qué hora regresaría y mejor llegar como siempre lo hago. Con todo listo me prepare para salir, los nervios me comían, y no era precisamente por salir travestida a la calle, eso ya lo había hecho un sinfín de veces, la cuestión era la hora, la situación no me permitía pensar con claridad para donde caminar y buscar un lugar para pedirle a mi profe que pasará por mi. Así que decidí dejar de pensarlo tanto, pues de cualquier manera deseaba hacerlo, abrí la puerta del zaguán y asome la cabeza, a unas 5 casas estaba el hojalatero de la cuadra, Agustín con sus ayudantes y otras personas, clientes supongo yo, y para el otro lado solo había casi llegando a la esquina un par de vecinas platicando entre las 2, así que mis opciones me mandaron hacia donde estaban ellas y era camino a la Av. principal de mi colonia, digamos la zona en dónde hay muchos comercios y puestos ambulantes. Caminé entre las calles, tratando de evitar lo más posible dicha Av. Pues seguro allí algún vecino o tendedero de los comercios me reconocería, y no es que todos en la colonia no supieran que yo era homosexual, es más, no es que entre los vecinos fuera un secreto a voces que el gay afeminado de la calle 56A se vestía de mujer y que incluso ya le había pasado yo por las armas de muchos de ellos, eran las condiciones del día lo que más problemas me traería si alguien le contaba a mis padres que iba vestido en uniforme de niña, y por cierto, era el uniforme de mi hermana, sin embargo con suerte y astucia pude llegar a un parque que cuenta con una enorme resbaladilla en forma de pirámide, por la hora solo había un par de personas haciendo ejercicio, así que busque una banca que quedará discretamente alejada de todos y decidí escribirle a mi maduro amante:

P- Hola Profe, estoy lista, lo espero en el parque de la pirámide aquí en la Rio Blanco. Oriente 95 y Norte 52… No tarde

AU- Voy de camino…

Trataba de pasar desapercibida, y poco a poco me relaje, me di cuenta que simplemente nadie en el camino había siquiera volteado a verme diferente a como voltearían a ver a cualquier otra niña que iba camino a su escuela, y que allí parecía solo una jovencita esperando quizá a su novio, unos 15 minutos más tarde mi profesor llegó en su Jetta negro último modelo, se detuvo cerca de mí, bajo la ventana del lado del copiloto y se estiró un poco para mirarme, yo me acerque a su auto pues sabía que el no podía bajar para evitar ser reconocido, al llegar me agache recargando mis codos en la ventana, y le dije:

P- Y? No dirá nada?

AU- Hermosa! Eres toda una mujercita!! Pero vámonos de aquí que veo a muchos mirones…

Me subí al asiento del copiloto y acomode mi mochila en la parte de atrás, cuando cerré la puerta él subió el vidrio y nada más hecho esto me jalo hacia él para meterme su lengua dentro de mi boca, por supuesto que mi lengua la recibió gustosa, el me apretaba hacia su boca con su mano que tenía en mi nuca, con ese simple beso fuerte, rudo, inesperado pero soberbiamente bien dado, mi agujerito comenzó a cosquillearme, podía ya sentir ese excitante hormigueo en las paredes musculares de mi ano e inmediatamente como empezaba a contraerse. Entonces me dijo:

AU- No puedo esperar para para hacerte mía Pau.

P- Pues ya vámonos, porque también estoy ansiosa.

Me dio otro beso igual de riquísimo que el primero y se apartó para conducir, cuando mi profe no cambiaba las velocidades del auto, se recreaba acariciándome las piernas, me las adulaba y me decía:

AU- Que piernotas tan ricas tienes Pau, y que suavecitas!!

P- Le gustan? Las depile para Ud.

El profesor Armando vivía relativamente cerca de mi prepa, por lo que de camino parecía que justamente íbamos a la escuela, y en el camino podía ver a varios de mis compañeros caminando hacia el colegio, incluso pude ver a Franny y a algunos otros compañeros de mi propio salón, no pude evitar pensar para mí:

P- Que puta eres Pau! Tu amiga a clases y tú a darle las nalgas al profesor Armando!!

Al llegar a su casa, metió su vehículo por la cochera, bajo el portón automático y entonces me sentí segura de bajar del auto, mi profesor hizo lo mismo, y me siguió dirigiéndome por su casa, como yo sabía que él iba detrás de mí, y como obviamente iba viéndome las nalgas, yo decidí sorprenderlo y levanté mi falda para que pudiera verlas mejor y únicamente con mi diminuta tanguita, en ese momento me sentí putísima y comencé a caminar contoneando las caderas de manera descarada para que mi profe pudiera ir saboreando lo que se iba a comer esa mañana. Cuando empecé a subir las escaleras para llegar a su habitación, él empezó a masajearme mis carnosas nalgotas, y llevo discretamente uno de sus dedos a mi ano por encima de la tela de mi tanga, presionaba suavemente como si quisiera meterme su dedo a través de la tela, yo sentí un rico escalofrío que me recorrió completita, desde la columna vertebral hasta llegar a mi cabeza, la evidencie con una temblarina, que me provoco dibujar una sonrisa, llegamos a su habitación y me dirigí directo a la cama, en dónde me senté en la orilla juntando bien mis piernas y mirando a la entrada por dónde el me admiraba. Mi macho cerró la puerta detrás de él, aviso evidente de que no quería que nada ni nadie interrumpiera lo que allí iba a suceder, se acercó a mi que tenía abrazando una almohada como si fuera un escudo que me protegiera de todo lo que mi profesor quisiera hacerme, el esbozo una sonrisa en la boca.

AU- Que hermosa te vez Paulina, las niñas Travestis afeminadas como tú son mi debilidad. No te imaginas cuantas veces fantasee con cogerte aquí en mi cama. Ahora vas a ser mi mujer y yo tu hombre.

P- …

Yo estaba anonadada por la imagen que mis ojos enviaban a mi cerebro, y el mientras decía esto, se acercaba a mi masajeando su enorme bulto al tiempo que se quitaba la ropa, en cuanto estuvo completamente desnudo se subió a la cama, no puedo negar que empecé a temblar, no sé si de excitación o de miedo, pero esa sensación me gusto, no podía dejar de mirar su vergota que ya se encontraba medio despierta, supongo que por el espectáculo que mis nalgas le dieron camino a su habitación, de pronto me dijo:

AU- Ven, acércate zorrita, quiero quitarte yo mismo esa ropa que te hace ver tan apetecible para mis ojos.

Me jalo de la mano, me arrebato mi improvisado escudo y lo aventó al suelo, y sin dejar de besarme comenzó a desnudarme, primero con el suéter, después la blusa, me quitó los zapatos, las calcetas, la falda y al último mi ropa interior, entonces exclamó:

AU- Pero mírate Paulina!! que rica estas mamita… Eres un delicioso manjar que voy a disfrutar comiéndome. No tienes nada que envidiarle a ninguna niña lo sabes?

P- Ahhh… Si papi…

AU- Ven voltéate… Que nalgotas tienes Paulina… con razón hablan tan mal de ti tus compañeras… pobres, no soportan que el afeminado de la escuela este más rico que ellas…

Mi profe comenzó a besar mis gordas protuberancias femeninas, y poco a poco fue acercando su lengua hasta quedar sobre mi desnudo agujerito anal, entonces paso su lengua por afuera, apenas rozándolo un escalofrío me invadió, pero cuando intento comenzar a penetrarme con su misma lengua sentí el paraíso en mi piel, su barba me picaba en mis suaves nalgas que el mantenía abiertas con sus manos y a las que de vez en vez me daba fuertes nalgadas, yo no dejaba de gemir:

P- Ahhh… Ahhh…

La comida de culo que este macho me estaba dando era sublime, por eso y desde esa edad los hombres maduros eran mi perdición. El seguía recorriendo mi entrada anal con su lengua de abajo para arriba, cada vez metía mas su lengua a mi ano, y de pronto lo acompaño con el dedo gordo de su mano derecha, yo podía sentirlo recorriéndome al penetrarme a cada momento subiendo de intensidad el pistones, hasta que yo, por puro instinto empuje mis nalgas para atrás, incrustando su cara entre ellas, con esto él metió más su lengua, y yo sin dejar pasar más tiempo me deje llevar por un delicioso orgasmo sin siquiera tocar mi verguita, mi cuerpo se convulsionó, apreté mi cara contra el colchón, y empecé a gemir fuertemente, mi respiración era entrecortada, fue hasta que los espasmos desaparecieron que pude decir:

P- Que rico profe! Que rico lo hace!

AU- Que bueno que te gustó… ahora me toca a mi disfrutar a mi…

Sinceramente no me percate en qué momento se puso un condón, pero aprovecho que yo seguía recostada boca abajo, y entonces sentí que el comenzaba a empujar su gorda y venosa vergota para penetrarme de una vez por todas, yo aún no me recuperaba de mi orgasmo cuando el ya me la había metido hasta el fondo, entonces le dije:

P- Hayyy… Cuidado profe… la tiene muy grande!! Hayyy!!

AU- Cállate zorrita y disfruta!! Uff… aprietas riquísimo Paulina!! Que cerradita estás…

Entonces mi profesor que se encontraba en posición de misionero sobre mi retrocedió sacando más de la mitad de su gordo miembro para volver a meterlo, el empujaba con fuerza, pero por la estreches de mi orificio anal su vergota me entraba muy lentamente, podía sentir como mis músculos anales se estiraban para facilitar la entrada de ese invasor al interior de mi. Dolía? Si, por supuesto que sí, por lo que mis uñas buscaban de dónde aferrarse intentando mitigar un poco ese rico dolor, sin embargo yo sabía que tarde o temprano ese dolor desaparecería abriendo paso al más delicioso placer femenino, que es tener un gordo miembro masculino en nuestro interior. Mi profesor retrocedía cada vez más para volver a metérmela hasta adentro, hasta que de mi boca comenzaron a escaparse gemidos que denotaban el placer que este macho me provocaba con lo que me hacía, entonces festejo:

AU- Así Paulina… ya sabía yo que te encantaba la verga…

P- Ahhh… Hayy si!! Siiii profe!!

AU- Quien es mi puta??

P- Hayyyy yo… yo profe!!

AU- Tu que!!

P- Ayy… Ahhh… yo soy tu puta!! Ahhh

AU- Toma más duro putita!!

P- Ahhh… despacio papi… la tienes enormee…

AU- Si bien que te gusta putita.

P- Si profe… me encanta.

Me estuvo cogiendo en esa posición por varios minutos, con una velocidad y una fuerza en cada embestida que en verdad le envidiarían muchos jovencitos a este macho maduro. Entonces mi profesor saco de mi interior su gorda vergota, me tomo por la cintura y me levanto jalándome hacia el, para ponerme en posición de perrito, me dio una fuerte nalgada que me hiso dar un pequeño grito, y se acomodó detrás de mí, me sujeto en esta posición con una de sus manos desde mi cadera, y con la otra mano, tenía lista su grande verga apuntando directo de nuevo a mi ansioso hoyito anal, entonces volví a sentir como presionaba su verga contra mi para volver a perforarme, cuando empecé a sentir que mi esfínter cedía, me agache recargándome en mis codos, para relajar mis músculos y disfrutar más, yo suplique:

P- Despacio profe… Hagalo con cariño.

AU- Afloja tus músculos Paulina…

P- Hayyyy… Hayyyy…

AU- Eso es Paulina ya te la comiste entera mamita!!

P- Para! Para! Me duele… Hayyyy!!

AU- Aguanta un poco Paulina… para eso estás aquí no? Quieres demostrar que eres más puta que tú amiga??

P- Ahhh… Hayy… Si!! Siiii!!

AU- Pues aguántese como buena mujercita…

Mi profe seguía taladrándome y esta vez lo hacía con verdadera furia, su verga entraba y salía de mi cada vez mas rápido, lograba sentir sus huevotes golpeando a los míos cada que me la metía hasta el fondo. Llegó un momento en que el retrocedía, hasta solo dejar la hinchada cabeza de su vergota dentro de mí, y después volvía a metérmela hasta el tope. Podía sentir con claridad cada centímetro de esa gorda verga recorrerme, mis lágrimas escurrían por mis mejillas, y al mismo tiempo no dejaba de gemir:

P- Ahhh… Ahhh… Ahhh…

AU- Te gusta Paulina??

P- Ahhh… Ahhh… Me encanta profe!!!

AU- Quien es tú macho??

P- Ahhh… Ahhh… Tu papi!! Ahhh… Tu eres mi macho!!

Mi profesor mantenía sus manos ocupadas, con una me tenía sujetada de un hombro, mientras con la otra me repartía fuertes nalgadas en mis 2 gordas carnosidades femeninas, entonces otra fuerte nalgada me avisó que mi hombre quería cambiar de posición, mi profe se detuvo de seco y se recostó en la cama, con una mano se masturbaba su vergota para no perder su erección, mientras me extendía la otra y me decía:

AU- Ven Paulina… Montame.

Yo no planeaba hacerme del rogar, así que de inmediato me posicione sobre el con mis piernas abiertas, y yo misma dirigí su gordo miembro que apuntaba hacia el techo y solita me deje caer sobre el, está vez la penetración fue rápida, pues para ese momento mis músculos anales ya se encontraban acostumbrados a las dimensiones de este macho, por lo que de inmediato me puse a rebotar sobre el. Mi profesor aún en esta posición buscaba dominarme, por lo que me abrazo fuertemente contra su cuerpo desde mi cintura y comenzó a darme muy duro, y mientras me penetraba en esta posición, su lengua jugaba con mi oreja, mordía mi cuello o mis hombros, sus manos apretujaban mis pequeñas bubis a placer, mientras su cadera se movía hábilmente de adelante hacia atrás, dándome duro y sin compasión. Y sin saber como paso, un nuevo orgasmo anal me llego, apreté los dientes para buscar no delatarme, sin embargo mi pequeña verguita eyaculo por la posición en que me encontraba sobre el estómago de mi profe, por lo que al percatarse el se empezó a reír, me dijo:

AU- Jajaja!! No habías dicho que te dolia? Siento tu orgasmo en mi verga, tus espasmos que ricos espasmos tiene tu culo Paulina!!

Tenía razón, mis paredes anales también me delataban, estaba fatigada y muy satisfecha, y mi profesor no dejo de meter y sacar su rica verga ni un solo momento, entonces me dijo lo que llevaba toda la mañana esperando escuchar:

AU- Que rica estas Paulina… me encanta tu cuerpo, eres la mejor nenita que me he cogido, la más hermosa, la mas puta de todas.

Y así como me tenía, me levanto un poco más por mis nalgotas y empezó a darme verga mas rápido y fuerte. Lo único que yo pude hacer fue poner mi cara en la cama para amortizar mis gemidos, esto lo festejo diciéndome:

AU- Gime Paulina!! Si alguien escucha que escuchen como se debe coger a una mariconcita nalgona como tú!!

Mi profe me dio un par de nalgadas, y sentí a través del látex del condón como se hinchaba su verga dentro de mí, él dio un fuerte alarido, y su verga explotó. Empecé a recostarme poco a poco sobre su pecho, el busco acomodarse a modo que su verga quedo aún adentro de mi culito, en ese momento no había más que decir, solo queríamos descansar. Poco a poco perdió su dureza, hasta que solita se salió, no supe cómo pero me quedé dormida sobre el, después de un ratito me despertó y delicadamente me puso a un lado, sin embargo el movimiento me despertó, entonces me dijo:

AU- Vístete Paulina, tengo que llevarte a tu casa…

P- Traigo ropa para cambiarme…

AU- Eso no… saque a una linda señorita de su casa, dejare a esa señorita así como la encontré.

Mire me hora y eran solo la 1 pm por lo que no tendría ningún problema porque alguien me mirara entrar así a mi casa por lo que acepte pues a mí también me daba morbo. Comencé a vestirme y cuando estaba buscando mi tanga me dijo:

AU- Está me la voy a quedar… es mi trofeo.

P- Haha… Vaya pues que le digo? Se lo ganó!!

AU- Mmmmm… Huele a mi putita…

P- Oiga…

AU- Eu?

P- En serio le gustó más que con la Franny?

AU- Y dale con eso!!

P- Responda…

AU- Si…

P- Solo si??

AU- Eres más femenina, tienes mucho mejor cuerpo… y sabes que más?

P- Que más?

AU- La Franny no me la aguanto… Lloro apenas tuvo mi cabeza adentro…

P- Hahaha

AU- Así que si… eres la mejor! Vaya competencia entre tu y tu amiga eh!!

Mi profe me llevo a mi casa y todo el camino fui con una sonrisa de oreja a oreja, obviamente seguí frecuentando a mi profesor, incluso en algún momento hice un trío con él y mi amiga, pero eso ya será en otra historia cuando se los cuente.

FIN

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