Venía de la Universidad, pasaban las 9 de la noche sólo estábamos mi amigo y yo al final del vagón, tenía tanto sueño que me senté en sus piernas para estar más cómoda, me moví más cerca de su cuerpo y me hice consciente de su erección, abrí el zip de su pantalón bajo mi falda y lo comencé a jalar hacia abajo para dejar la puntita descubierta, lamí mi mano y toque con suavidad. Vi cómo le gustó y le planté un beso, metí mi lengua a su boca, sentí como acariciaba mi trasero, eso me vuelve loca, lo besé más intensamente y comencé a jalarle la polla muy fuerte, puso sus manos en mis pechos y me di cuenta de que quien agarraba mi trasero no era él, sino su amigo, no me di cuenta cuando apareció, me sentí aún más excitada, me levanté para inclinarme a chupársela toda, el chico de atrás mío levantó mi falda y me lo metió estaba pequeño, pero durísimo y sabía moverse.
Empecé por lamer todo el tronco del pene de mi amigo arriba abajo hasta que estuvo todo mojado y lo metí a mi boca completo, empujaba mi cabeza hacia él rápido hum hum apenas se escuchaba, mientras el otro me la metía lento, esos ritmos distintos me volvían loca, cuando sentí más fuerte la polla de mi culo sabía que estaba por terminar y me moje más, antes de terminar sacó su pene y toda su leche calló al suelo, sentí que quería comérmela y justo en ese momento mi deseo se convirtió en realidad, mi amigo soltó su leche en mi boca y sabía amarga, pero así me la tragué toda.
Eso fue necesario para que yo pudiera terminar.
Abajo mío había un gran charco de agua y mis piernas estaban súper mojadas, me limpié con una servilleta y nos bajamos los tres para esperar al próximo metro, olía a pescado ese vagón.
Subimos al siguiente tren y los besé suavemente en los labios y les pedí que se besaran igual, por lo que lo hicieron, luego me abrazaron para que pudiera dormir.