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Mi amiga de adolescencia
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Tengo 28 años. La historia a continuación es real.

Trabajo como vendedor viajero y la mayoría del tiempo estoy en la ciudad por lo que alquilo una habitación en un hotel que está cubierto como gastos de viáticos, aunque vivo en una población cercana.

Recibí una llamada de mi amiga de adolescencia la cual me pidió el favor de acompañarla en la cuidad ya que debía realizarse unos exámenes el día viernes y le habían pedido un acompañante. Un amigo en común le había dicho que yo estaba en la ciudad, me sorprendió y alegró mucho esta llamada ya que hacía mucho tiempo no sabía de Jeny. Ella es morena, estatura de 1.65, labios cornuditos un cuerpo de modelo, unos senos a punto de salirse de su blusa, un culo redondo y firme.

En nuestra adolescencia habíamos tenido una relación, pero nunca sexo, nos dejamos de ver a tener que irme a la ciudad.

Acordamos que yo la recogería en la terminal de transporte apenas llegará en mi vehículo. Llego estaba radiante y siempre hermosa mi amiga Jeny se me quería salir el corazón, la saludé de un beso e invite a subir al auto nos dirigirnos al lugar donde le atenderían, en el camino le pregunté cómo había estado el viaje, de su familia, los amigos, etc. Me comentó que se había casado tenía tres hijos y era toda una emprendedora empresaria. Quede sorprendido los años parecían no tocarla en absoluto, era una mujer más madura pero con ese hermoso cuerpo. Al bajarse del auto vi ese escote que traía su falda que llegaba casi al inicio de su cola y al caminar llevaba unos tacones que la hacían verse una diosa en pasarelas. Yo me quedé en la recepción y me dijo que la esperara ya que no sabía cuánto tiempo podía demorarse.

En eso llegó un mensaje de alta importancia donde confirmaban que quedaba decretado confinamiento obligatorio en la ciudad, además quedaba prohibida la entrada y salida desde la ciudad por el resto de la semana.

Me comencé a preocupar ya que mi amiga no salía y Jeny me había comentado que debía atender unos compromisos con unos importantes inversionistas en su negocio al día siguiente. Horas después ella salió y me dijeron que debía tener reposo por unas horas que había quedado un poco mareada.

La subí a mi auto, quería tratar de hacer lo posible para que pudiera tomar un transporte de urgencia y pudiese regresarse pero en ese estado solo atine llevarla al hotel donde me hospedaba. Al llegar me dijo que porque la llevaba a ese lugar, ya estaba un poco recuperada, le informe la situación del confinamiento y el reposo que debía guardar antes de valerse por sí misma. Tal fue su cara de preocupación y resignación que atino a decir tendrás que cuidarme muy bien mientras este bajo tu cuidado. La acomode en mi cama y quedó dormida de inmediato, pedí comida para los dos, ella despertó más tarde y medio enojada dijo que no la había despertado para comer juntos, me disculpe y le dije que mientras estuviera conmigo haríamos todo juntos. Subió una de sus cejas y dejo ver una cara de calentura. Me dijo que quería ducharse pero no había traído ropa extra ya que ni había previsto esta situación. Le saque un camisón mio y que se me vería muy bien. Luego al salir de la ducha saliendo con su cabello húmedo y traía puesta mi camisa que dejaba a la imaginación los picos de sus senos.

Que vamos a hacer acá encerrados me dijo, sentándose en la cama pude ver su morena vulva que no alcanzaba a tapar el camisón, parecía no darse cuenta que la veía. En eso tome el teléfono y llamé a recepción para preguntar si el servicio de masajes en el hotel estaba disponible, me dijeron que la sala de masajes aún estaba una chica. Pero al llegar no había nadie allí ya que hacía poco se había marchado a su casa y no quedar confinada en el hotel. Entonces sugerí que yo le haría el masaje, la zona de masajes está en frente de la playa privada del hotel. Le dije que no era un experto pero me defendía y que se sentiría relajada al final. Se quitó la toalla y el camisón que traía puesto, dejando su cuerpo desnudo y se tumbó en una de las sillas de la playa. Comencé a regar aceite por su espalda, cola y piernas. Su piel se erizaba al masajear su cuerpo con curvas perfectas.

Al tiempo que comencé a incomodarme ya que mi pene estaba ni carpa de circo, se quería salir de mi bermuda, ella se volteó para terminar el masaje de frente y al ver esas tetas grandes, redondas y firmes mi miembro logro escaparse un poco, ella estaba con lente de sol y no podía ver si estaba con los ojos abiertos, seguí con mi masaje y comencé a masajearlos y terminar en sus pezones luego recorrí su abdomen hasta llegar a su vulva, esta mojada me imagino por el masaje de sus pechos, comencé a tocarlo desde abajo hasta su clítoris, dejando introducir cada vez más mis dedos en su vulva que estaba cada vez más caliente y mojada así que baje a lamer su vulva sus fluidos era transparentes y sus labios vaginales rosados recorría mi lengua por toda su rajita y lamia su clítoris, con mis manos le agarraba sus tetas ella comenzaba a gemir y decir que rico masaje el que me estás dando amigo.

Ella se estremecía de placer me agarró de la cabeza y me dijo voy a llegar ahhhh uhhhh ricooo. Quedando sin fuerzas quedó recostada un rato. Luego me dijo que nos bañáramos en la Playa antes que anocheciera pero que debía quitarme también mi bermuda. No lo pensé al ver su cuerpo desnudo casi entrar al agua, mientras estuvimos me frotaba su cola sus senos y su conchita por mi pene. Cuando salimos del agua me dijo que siempre había soñado con hacerlo en la playa, que si yo podía hacerle ese sueño realidad, la playa está desierta, nada más nosotros desde que habíamos salido a ella. Se dispuso a acostarse en la arena, abriendo sus piernas comenzó a frotarse sus vulva y con la otra mano sus senos, no tuve que responder sino ir a ayudarle.

Comencé a besar su cuello mientras dejaba mi cuerpo encima del suyo, mi pene estaba erecto y su vulva ya muy lubricada, fui metiendo mi pene poco a poco era un poco estrecha y eso me daba más placer, ella gimió y dijo hasta que por fin se me hizo realidad mis dos fantasías. Cual es la otra pregunté cuándo me besabas de adolescentes siempre me calentaba y quería que me hicieras tuya. Eso me puso muy cachondo y comencé a darle ricas embestidas ella gemía de placer y decía dale, dale ricooo ahhh.

Después la coloque en cuatro y le comencé a darle embestidas nuevamente hasta que dijo me estoy viniendo otra vez y en ese momento deje escapar un chorro de leche dentro de su vagina que fue de lo más placentero hasta este momento…

Continuará.

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