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Apuesta en tiempos de pandemia (2)
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Y bueno, llegó el viernes e hice caso a algunos de sus comentarios que me sugerían no tener un segundo encuentro. Igual ya lo había decidido, no lo haría por todo lo que puede arrastrar.

Nacho me estuvo enviando mensajes a cada rato y toda esta semana. Tenemos conversaciones bastante candentes, la verdad es que me lo agarraría sin pensarlo mucho…

Hoy viernes 16, teníamos una reunión laboral al medio día con Nacho, mi hijo y esposo en casa (yo soy accionista en la empresa, por eso participo), sin embargo, el azar no permitió que Alonso y mi hijo llegaran debido a un accidente en la ruta que mantuvo suspendido el tránsito por varias horas.

Esto llevó a que Nacho igual llegara mientras yo estaba sola. Apenas entró comenzó a buscar que yo cediera ante mi decisión, se me acercaba, me rodeaba con sus brazos por detrás rozándome con su bulto durísimo, me hablaba al oído diciéndome lo mucho que le había gustado nuestro encuentro y todo lo que disfruta ver la grabación que hizo ese día (también la vi y sale el baile y parte de cuando tuvimos sexo en la silla, igual está muy buena, jajajaja).

Aunque me moría de deseos de comérmelo entero, sostuve mi decisión, no obstante, hubo bastante manoseo, roces y besos, mordía mis pechos por encima de la ropa mientras yo lo masturbaba por sobre el pantalón.

Estábamos a punto de caer y reaccioné, le pedí que paramos y que mejor habláramos y así nos sentamos en un sofá a conversar sobre lo que estaba pasando.

Me enteré de algunas cosas que me hicieron calzar dudas y sospechas que tenía. Una de ellas era que hacía más de 1 año que no tenía sexo y que si bien es cierto había tenido oportunidades, tampoco es de los que se va con cualquiera a la cama, es decir estaba “con el agua cortada” como decimos coloquialmente acá en Chile.

Supe con sorpresa que en una salida de fin de semana que él fue con nosotros a unas termas, me estaba espiando cuando salí a eso de las 3 de la mañana, cuando ya no había nadie despierto, según yo, y fui a meterme desnuda a la tina caliente, vio como me masturbaba, acariciaba y llegaba a un orgasmo, jamás me di cuenta de eso y lejos de molestarme que me contara, me gustó.

También me contó que en ocasiones hablan con mi esposo y Alonso siempre hace insinuaciones bastante explícitas de mí, cosa que es costumbre entre nosotros, peeero, generalmente lo hacemos con algún objetivo como buscar un tercero para un trío o porque tenemos un juego de que yo “caliente la sopa” y luego le cuente cual fue la reacción de mi presa, eso nos excita mucho.

Me confirmó que un día nos había escuchado teniendo sexo y que había sido por algunas referencias que Alonso le había hecho. La noche antes le dijo – Me encantan los sábados por la mañana!!! – Y que él le preguntó por qué y que le respondió – Es que la Any me hace un show con final feliz de miedo – Mientras lo miraba y movía las cejas con una sonrisa de caliente. Y bueno con ese antecedente estuvo atento y escuchó todo.

A Alonso y a mí nos encanta que yo excite a otros hombres, le gusta que coquetee, nos fascina que otros nos vean cuando estamos calientes, habla de cómo lo hago sentir en la cama, lo exigente e insaciable que soy, fantaseamos con conocidos y desconocidos y si hay algo que me encanta es que cuando quiere que otros se den cuenta que tuvimos sexo, coloca semen detrás de mis orejas, en el escote y en mis muñecas, lo que hace que se mezclen con las feromonas que expelimos naturalmente y forma una mezcla de aromas muy exquisito y provocador que hace mucho efecto en los demás, el olor a sexo da resultados, se los aseguro.

Paradojalmente con Alonso nunca hemos podido concretar algún trío o swinger, yo si lo he hecho, pero él nunca ha estado y es algo pendiente que tenemos y con todo lo que Nacho me contó empecé a suponer que mi esposo está tratando de que las cosas se faciliten o quiere que lo provoque y después le cuente y puedo decir que me encanta hacerlo

La conversación nos calentó mucho y dejé que se acercara y que tocara la conchita que chorreaba en esos momentos, se abrió paso entre mi tanga y metió esos exquisitos dedos, me entregué a que hiciera lo que quisiera conmigo. Se puso encima ya con el puro bóxer y su paquete a punto de estallar, escarbaba entre mi ropa para buscar mi piel, se enfocó en mis pechos. Mi choro estaba absolutamente abierto, listo para que entrara con su pico, estaba dispuesta a romper mi propia regla, la verdad que lo deseaba, más ahora que sabía que Alonso de alguna manera era cómplice.

Ahí estábamos entre gemidos, lamidas, roces, ya me había sacado la tanga y bajado su bóxer, restregaba su verga dura, grande, caliente y jugosa entre mis labios que estaban abiertos como una boca espera un manjar y algo intempestivo nos interrumpió con violencia. Estaban tratando de robar la camioneta de Ignacio y un muy buen vecino se dio cuenta y comenzó a gritar, en cosa de segundos nos acomodamos y salimos, se logró frustrar el robo, nos miramos y concluimos que era una señal, quedamos en parar hasta hablar seriamente.

Igual como está la delincuencia hoy, pasamos el susto del día.

ANY

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