Manu estaba en el metro, volvía tras un ajetreado día de trabajo y ahí en frente la tenía a ella, morena exuberante, curvilínea, con algunos kilos de más, pero súper bien repartidos, buenos pechos, del estómago más pequeño parecía salir un pequeña y adorable lorcita, caderas marcadas y redondas igual que seguramente sería su trasero; pues manu aún no lo había visto, ella subía algunas paradas antes y bajaba después que el, por lo que siempre la veía sentada.
Hoy se había puesto unos pantalones ajustados color camel y un top negro, miraba el móvil y la luz le devolvía brillo a sus labios carnosos, su pelo castaño oscuro y su piel morena.
-Así como está, la lamería enterita, la haría poner su coño y su culo encima de mi cara y se lo rechupetearía mientras ella se retuerce de placer… Pensaba Manu poniéndose muy caliente, por lo que se obligó a pensar en otra cosa…
Su parada ya llegaba, pero entonces Manu pensó algo.
-Y si hoy bajo cuando baje ella y le pido el número de móvil? Aunque tenía serias dudas e inseguridades. A la que se dio cuanta se le había pasado la parada.
-Mierda! -pensó Manu.
Al final decidió bajar cuando ella bajara, se armaría de valor y le pediría el número.
Dos paradas después ella se levantó y Manu le vio el culazo por primera vez, redondo, lleno, perfecto, justo como se imaginaba, oh Dios como la pondría a cuatro patas y la follaría a saco mientras esos cachetes chocan contra su estómago…
Salió tras ella, su pelo oscuro y liso se agitaba sensualmente detrás de su espalda.
Manu iba pensando en cómo entrarle cuando se percató de que algo se caía tras de ella; apresuró el paso y vio que era un paquete de pañuelos.
-Espera! -le gritó. La chica se giró interrogante.
-Se te calló esto, creo. La chica se llevó las manos a los bolsillos y se dio cuenta de que si se le había caído.
-Vaya, si, gracias! -Dijo alegremente, con una voz juvenil.
-Este… cómo te llamas? -Preguntó Manu.
Ella lo miró de arriba abajo, sonrió se dio la vuelta y siguió su camino…
-Vaya que simpática -pensó Manu mientras la veía alejarse.
La calle estaba oscura. Se quedó parado un rato viendo cómo se iba aquella borde, cuando de repente vio un movimiento extraño, era como si alguien hubiera arrollado a la chica y se la llevara a la fuerza, sería eso posible?…
Ella sintió que alguien la arrollaba, era un hombre alto y delgado pero tenía fuerza y nervio.
-Venga!! Tira para allá o te rajo puta!!
Ese hombre la estaba amenazando con una navaja… se puso muy tensa y nerviosa, estaba aterrada, de repente el desconocido le arrancó de un tirón el crop top.
-No por favor!! -Suplicó ella.
-Que te calles puta, que te mato y te violo muerta aquí mismo!!!
Ella empezó a sollozar, el desconocido le arrancó el sujetador, rompiéndolo. Le cogió un pecho con violencia, le entró muchísimo asco…
Manu sentía el corazón desbocarse del pecho, estaba escuchando a aquella chica sollozar, pero no había tiempo debía de ser rápido. Había una casa que tenía en la puerta unas macetas de tamaño considerable, pero que podría cargar, cogió una con la idea de reventársela en la cabeza a ese desgraciado, se adentró sigilosamente en el profundo portal donde ese tipo estaba agrediendo a la chica y con todas sus fuerzas le reventó la maceta en la cabeza. El tipo calló de aplomo y ahí estaba aquella diosa borde, tapándose como podía sus grandes y redondos pechos, llorando ya a moco tendido. Manu se quitó su camisa de inmediato y se la pasó por delante para ayudarla a taparse, la sacó de inmediato de allí.
-Tenemos que llamar a la policía.
-No, no! -dijo ella.
-Ese desgraciado, podría volver a intentar agredir a otra chica! -dijo Manu.
Ella se lo pensó y al rato accedió.
Fue una noche larga, en comisaría declarando y todo eso. Ella se llamaba Erany.
Al terminar de declarar, Erany tenía puesta su camisa de cuadros, se la había puesto con mucha gracia como si fuera un top.
Se acercó a Manu y le dio las gracias. También le dio su número de teléfono para devolverle la camisa.
Estuvieron varias semanas hablando mucho, largo y tendido.
Manu, no era el tipo de chicos que podrían atraer a Erany, pero el, tenía algo especial, una sensibilidad que despertaba en Erany mucha ternura y ganas de amar.
Algunas veces Manu le lanzaba insinuaciones que Erany esquivaba como podía, pero de repente empezó a sentirse muy a gusto hablando con Manu, su salvador.
Y si estaba empezando a gustarle ese chico? Delgado, pálido, con el pelo semilargo castaño, unas gafas de pasta negras le empequeñecían sus ojos color miel, vestido con sus camisetas raras… No, definitivamente él no era para ella; además no le gustaba su colonia, la camiseta estaba impregnada de ese olor dulzón que a ella no le gustaba nada… Bueno, quedaría con él y le devolvería su camiseta.
Continuará…
Cómo será la primera vez de estos dos? harán el amor en la primera cita o quizás se hagan sufrir mutuamente con tensión sexual no resuelta durante un tiempo?? Todo se sabrá en la segunda parte de esta bonita historia de amor.