Mientras dormía a mi hijo no podía parar de pensar en mi sobrino, lo que habíamos hecho en la cocina, lo excitada que aún estaba y que, si mi hijo no se hubiera despertado, tendrías esa verga dentro de mí. Me tomo al menos 15 minutos dormir a mi hijo, por lo cual supuse que mi sobrino ya se habría metido a su cuarto, pero me equivoqué. Justo cuando salí del cuarto y estaba cerrando la puerta sentí como mi sobrino me obligó a poner mis manos contra la pared, mientras rosaba su verga en mis nalgas por encima de mi bata.
-Que haces Jonny (dije susurrando mientras su cuerpo se apoyaba contra el mío y empezaba a besar mi cuello).
-No me voy a quedar con estas ganas tía, sabes hace cuanto he soñado con tenerte así, cuantas veces me he masturbado pensado en este culo y estas tetas (empezó a apretarme las nalgas).
-Pero… pero… ahh… pero… acá nos van a descubrir, uno de los niños puede despertar… ahhh que rico se siente… ahhh
-Yo sé que quieres que te la meta acá y ahora, pídemelo, pídeme que te la meta aquí contra la pared que queda justo al lado de la puerta de tus hijos (se agacho y desde atrás empezó a lamber mi chochita, pasando su lengua por mi clítoris)
Yo ya no podía aguantar más, quería que me penetrara ya, inmediatamente, no podía soportar un segundo más sin tener la verga de mi sobrino Jonny dentro, en ese momento no me importaba mi esposo, mis hijos o la muchachita que estaba en el cuarto de mi sobrino, solo quería sentir esa verga dentro de mí.
-Ahhh… si quiero que me la metas ya… Jonny… sobrino… por favor métemela…
Mi sobrino sin dudar ni un segundo se levantó, puso su mano sobre mi espalda, apoyándome más fuerte contra la pared, para que yo levantara las nalgas, subió mi bata y de un solo golpe me penetró tan profundo que pegué un grito de placer muy fuerte, me tomó del cabello y cuando iba a empezar a sacarla y meterla, la luz de la sala se prendió.
Los dos nos asustamos muchísimo, porque alguien estaba viniendo hacia donde estábamos. Mi sobrino abrió la puerta de los niños y se metió ahí, yo me acomodé la bata lo mejor que pude y en el corredor apareció mi esposo.
-Honey que haces acá, está todo bien? ¿Tú gritaste?
-umm… si amor… es… es… que me golpeé durísimo en el pie saliendo de dormir a los niños, disculpa que te desperté.
-No, no te preocupes, pero será que se despertaron, porque si yo escuché hasta en nuestra habitación, tal vez se despertaron, ¿quieres que entre y revise?
-No, no… no te preocupes, por eso me quede acá cerca a la puerta para darme cuenta si se despertaron o no, pero ya están profundos, vamos a dormir.
Mientras le decía todo eso a mi esposo y lo convencía que nos fuéramos a dormir, mi corazón estaba a mil, si nos hubieran descubierto, mi vida se hubiera terminado, hubiera destruido mi familia, pero en ese momento no pensaba en nada de eso, de hecho, aún estaba muy caliente y húmeda allá abajo. El solo hecho de haber tenido a mi sobrino dentro de mí, de esa manera, con esas ganas que me penetró así de profundo, era muy excitante. Afortunadamente mi esposo solo escucho un ruido fuerte como un grito, pero no pudo identificar que fue de placer, así que no sospechó nada en absoluto.
La mañana siguiente cuando desperté, mi esposo se fue a hacer deporte con algunos de sus amigos y mi sobrino y su acompañante, habían salido muy temprano en la mañana al parecer, porque ya no había rastro de ellos en la casa. Yo alisté los niños para llevarlos al jardín donde los cuidan, ya que yo tenía trabajo que hacer. Cabe resaltar que tengo una empresa de asesorías y trabajo siempre desde la casa y ando en pijama usualmente, pero ese día me puse un vestido como con los que voy a la playa.
A los 5 minutos que me senté en la computadora a trabajar, la puerta de mi casa se abrió y era mi sobrino, tenía una camisa medio formal y jeans, lo recuerdo muy bien, porque sin decir una solo palabra, entró a mi oficina, cerró la puerta me levantó de la silla, me puso de espaldas, apoyando mis manos contra el escritorio, levantó mi vestido, se arrodilló, bajó mi tanga hasta mis rodillas y empezó a hacerme un oral, y yo como una puta no puse ninguna resistencia, me calentó mucho que llegara así y me dominara de esa manera, mucho menos puse resistencia cuando se levantó, se bajó los jeans y sacó su deliciosa verga y nuevamente la puse dentro de mí con una sola estocada profunda, otra vez pegué un grito que resonó en toda la casa, pero esta vez estábamos solos, así que podía gritar todo lo que quisiera. Me tomó las nalgas y me las apretó fuertemente mientras me las abrió y empezó a embestirme como un animal, me daba nalgadas y me preguntaba si quería que él me diera más duro.
-Si sobrino… ahhh… dame… dame… más duro… quiero que me partas… mas… mas… dale más a tu tía…
-Que apretadita te sientes tía… eres una perra muy caliente… quiero que te vengas… vamos… vamos putica… vente… vente con la verga de tu sobrino.
Lo que me decía mi sobrino solo me calentaba más y más, pero no podía creer que el tuviera ese vocabulario, definitivamente era muy diferente en el sexo e igualmente yo no podía creer que estuviera pidiéndole a mi sobrino más y más, solo quería venirme con esa verga.
Luego de unos minutos mi sobrino logro lo que quería, me vine con un orgasmo que me hizo temblar las piernas, mientras él se sentaba en la silla y me invitaba a subirme encima de él, claramente no me negué y me subí a montarlo, no duerme mucho hasta venirme de nuevo, justo luego de venirme la segunda vez mi sobrino me pregunto:
-Tía puedo venirme dentro?
-Claro que si mi amor, vente dentro todo lo que quieras (yo ya estoy operada para no tener más hijos).
Nos besamos apasionadamente mientras él me llenaba con su caliente leche, se sentía espectacular. Nos quedamos así por unos minutos, hasta que mi esposo me llamó para que lo fuera a recoger.