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Noche de lavanda
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El recuerdo es fresco, el calor de la noche y la humedad del aire aún lo puedo sentir, una noche de verano que nunca olvidaré.

Ahí estaba ella, con su camisón blanco con estampados de lavanda, le cubría apenas a bajo de su vagina, escondida tras un lienzo de tela color verde menta, hecho de algodón y con un diseño que derrochaba inocencia, del cual se podía ver muy bien el bulto que formaba sus gruesos labios con esos vellos que invitan arrancarlos a mordidas, seguida de unas piernas largas, morenas y con un poco de sudor de la noche.

Por arriba de ese bulto que me habla, está un vientre plano que se mueve al ritmo de su respiración agitada por el nerviosismo y excitación, un poco más arriba podía verse un par de senos grandes, que por el hecho de estar recostada se expandían aún más, sus pezones excitados que se marcaban claramente sobre el camisón, terminando más arriba con dos ojos que lo decían todo y unos labios que se esforzaba por no decir nada, era de noche y no queríamos despertar a nadie, su madre dormía a lado.

Todo era excitación y lujuria esa noche, empecé por desabrochar el primer botón de su camisón, todo en silencio, desabrocho el segundo, y se empiezan a asomar esos senos expandidos con tez mestiza mulata, desabrocho el tercer botón, su respiración se empieza agitar más, decido hacer una paisa, el deseo por tocar sus dulces senos me gana, aún por arriba de la tela se pueden sentir su firmeza combina con una suavidad que se moldea al tamaño de mis manos.

Me pongo a jugar con sus pezones el cual hace que cada vez sean más duros y grandes, ella me pide que continúe, retomo y desabrocho el cuarto botón, la aureola de sus pezones empezaban hacer visibles, ya se podían ver que eran de un tono aún más oscuro que su piel, continuó con el quinto botón, sus pezones ya están a mi vista, son de un color café oscuro, casi negros, del tamaño del hueso de una aceituna.

Al ver sus pezones expuestos, mi mentalidad se vuelve el de un recién nacido y no pude evitar besarle y mamar esos ricos senos mulatos, la textura de sus pezones dentro de mi boca aún siguen grabados.

Mientras sigo como un bebé desesperado mamando sus ricas tetas, sigo con mi encomienda de quitarle su camisón, al terminar con el último botón hago otra pausa, está vez para contemplar su cuerpo, sus respiración agitada, sus grandes senos expuestos, su camisón abierto de lado a lado, ya podía ver mi siguiente objetivo, ese calzón donde sus labios vaginales eran aún más visibles que antes, se marcaban aún más, y se podía ver humedad en ellos.

Es un espectáculo que tenía ver de cerca, así que me acerco a su panocha, para grabarme la forma de su bulto que está formado en ese pedazo de tela. Al estar más cerca me empieza a llegar una fragancia que me excitó, eran las feromonas que ella desprendía por su cachondez desde su panocha, inconscientemente toco sus labios vaginales por encima de su calzón y ella por reflejo hace un espasmo seguido por un ligero gemido, le pido que procure no alzar la voz, recordando que su madre estaba cercas.

Mientras con uno de mis dedos de la mano izquierda empiezo a seguir la silueta que se forma de los labios por encima de su braga, con mi otra mano empiezo a tocar mi pito duro y cachondo por todo el espectáculo que estoy viviendo en ese momento, sabía lo que tenía que hacer ya.

Pregunto si puedo quitárselo, ella asiente con su cabeza, en ese momento con mi corazón con las revoluciones al máximo me dispongo a retirarlos, esa tela era único que se interponía a mi objetivo.

Empiezo a deslizarse su calzón, quería hacerlo de un sólo golpe, pero sabiendo que es una ocasión única, tranquilizó mis hormonas y proceso lento, agarró cada extremo con delicadeza y lo voy deslizando, su vientre ya es visible y se empiezan asomar los primeros bellos, continuó un poco más, se empieza notar la zona donde inicia sus labios, mi boca está saca por la excitación, en ese momento bajo aún más la velocidad, estoy en primera fila, quería hacer poder revivir ese momento a la perfección, me detengo unos segundos, ya su vagina era casi totalmente visible, podía ver que sus jugos eran visibles, son cristalinos con un espesor viscoso, mientras terminó de bajarle los calzones a unos centímetros de su vagina, sus jugos de van estirando, como aferrándose a sus pantaletas para proteger su castidad.

Hago otra pausa, está vez para poder oler en primera persona esa fragancia, quería poder bañarme con ese olor y que todos la pliegan.

Ahora le bajo su calzón a la altura de la rodilla, le pido que abra las piernas, primero no quiere, la pena la mata, pero la termino por convencer y accede, con su cara roja de vergüenza va abriendo sus piernas y yo con mi cara de lujuria voy apreciando el espectáculo, después de unos segundo que parecían minutos, abrió sus piernas unos 45 grados, con mi cabeza entre sus piernas ya podía ver su panocha expuesta, una panocha que siempre había querido ver, sus labios vaginales gruesos, oscuros, apretados, llenos de bellos, un aroma fuerte entre hormonas y orina, se podía ver un color rosa en medio de esos labios, que están cubiertos de un líquido viscoso, me pongo a beber esos líquidos para quitarme la sequedad de mi boca provocado por la excitación.

El sabor de su orina aún lo tengo en mi boca, la sensación de sus bellos entre mi dientes y la humedad de sus labios vaginales en mis labios, el mejor beso que había recibido en mi vida en ese momento, le bese su panocha hasta saciarme mientras ella con una mano agarraba mi cabeza y con otra tapaba su boca. Mientras tomaba sus jugos, con mis manos empecé a jugar con sus grandes senos, mi meta en ese momento es que termine a chorros, aún seguía con sed.

Ella empezó a disfrutarlo cada vez más, empezó a apretar mi cabeza sobre sus genitales, cada ve salían más jugos, y yo seguí besándole sus labios, su panocha, metía mi lengua para probar el sabor de su interior y de su clítoris, cada vez lo hago más agresivo mientras ella me estruje cada vez más hacía su cuerpo, como queriendo meter adentro de su vagina.

Finalmente pasa, ella abre la fuente, a como pudo ahogó sus gemidos y termino con grandes chorros, podía sentir como pulsaban sus labios caga vez salían los chorros, primero puedo tragármelos sin dificultad, pero en segundos sus jugos a vuelven la abundantes, empapan todo mi cara, batallo en pasármelos, no quería desperdiciar nada de sus fluidos, ya llevaba tiempo deseándolos.

Yo bebí la mayoría de sus fluidos vaginales, mi sed se había tranquilizado, era hora del evento principal dentro de mi mente, mi pene ya empezaba a gotear el pre-semen y me pulsaba por querer entrar en su vagina, pero mi excitación fue mucha, la deseaba exageradamente a ella en ese momento, me acomodo sobre ella, mi respiración es fuerte, estoy sobre excitado pero unos movimientos sobre mi pene de su manos al querer guiarlo a su mayor tesoro bastaron para hacerme venir, me estaba sintiendo frustrado cuando en ese momento me abrazo mientras me susurró al oído que no importaba, que yo sería su primera vez, que mañana lo intentará otra vez.

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